A 17 meses de la implementación de la Cruzada Nacional contra el Hambre, en México existen 27.4 millones de personas que padecen carencia alimentaria, 11.5 millones viven en pobreza extrema y 7.01 millones viven en Pobreza Extrema de Alimentación.
Esta población no cuenta con el ingreso suficiente para adquirir una canasta alimentaria cuyo valor está definido por la Línea de Bienestar Mínimo (LBM).
La LBM representa el costo de los alimentos que establecen un mínimo de nutrientes a las personas y cuyo valor va de 834.42 pesos en zonas rurales, a los mil 1179.14 pesos en zonas urbanas, según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, referentes al mes de agosto 2013.
Por lo que una persona que se encuentra en Pobreza Extrema de Alimentación cuando su ingreso es menor a la LBM, padece carencia alimentaria y además presenta 2 o más carencias sociales.
Los índices de pobreza que registra el país han sido alarmantes y han salido del ámbito social, para generar otras problemáticas sociales que por décadas han esperado respuesta al margen de acciones políticas o programas sexenales que han logrado avances, pero que parecen marchar a paso lento en busca de la erradicación del hambre.
Del total de personas en Pobreza Extrema de Alimentación:
• 3 de cada 10 no cuenta con servicios de salud.
• 4 de cada 10 tiene rezago educativo.
• 5 de cada 10 habita en viviendas de materiales de baja calidad, con piso de tierra y espacios inadecuados.
• 7 de cada 10 no cuenta con servicios básicos en la vivienda.
• 9 de cada 10 no tiene seguridad social.
Ante este panorama nacional en enero de 2013, fue lanzada la Cruzada Nacional contra el Hambre, una estrategia presidencial distribuida en los 32 estados del país, enfocada en los 2 mil 457 municipios.
El programa busca garantizar el derecho a una alimentación adecuada a los 7.01 millones de mexicanos que padecen Pobreza Extrema de Alimentación.
Esta Cruzada es una estrategia de política social, integral y participativa, que según el propio programa a cargo de la Secretaria de Desarrollo Social (SEDESOL) pretende solucionar de forma estructural y permanente el hambre en México.
Esta política pública involucra múltiples instrumentos en materia de alimentación, salud, educación, vivienda, servicios en la vivienda e ingresos.
Una de las características del programa es convertirse en una invitación para que los mexicanos sean partícipes y expandan el alcance de los esfuerzos, a través de los tres órdenes de gobierno, la sociedad civil, la iniciativa privada, las instituciones educativas y los ciudadanos en general.
Los objetivos del programa son:
1. Cero hambre a partir de una alimentación y nutrición adecuada de las personas en pobreza multidimensional extrema y carencia de acceso a la alimentación
2. Eliminar la desnutrición infantil aguda y mejorar los indicadores de peso y talla de la niñez
3. Aumentar la producción de alimentos y el ingreso de los campesinos y pequeños productores agrícolas
4. Minimizar las pérdidas post-cosecha y de alimentos durante su almacenamiento, transporte, distribución y comercialización
5. Promover la participación comunitaria para la erradicación del hambre
Por lo que impulsa la autogestión y el capital social de las comunidades como partes del empoderamiento de las personas para que puedan constituirse en protagonistas de su propio desarrollo.
Avances a más de un año de su implementación
El alcance del programa fue divido en dos etapas de acción, en la primera se incluyeron 400 municipios que concentran cerca de la mitad de la población total en Pobreza Extrema de Alimentación.
En la segunda etapa, desarrollada en 2014, se atiende a 612 municipios más con miras de alcanzar a 5.3 millones de personas en pobreza extrema quienes representan el 75% de la población objetivo.
Un año de combate, millones de historias
Después de su anuncio en enero del 2013, según datos de la propia cruzada, entre los resultados de cobertura y solución al problema alimentario del país actualizados al mes de abril de 2014 son:
• 348 mil 633 personas se alimentan diariamente en 3 mil 202 comedores comunitarios.
• 1.75 millones de beneficiarios de la Tarjeta SinHambre con la que se pueden adquirir 14 productos básicos a precios preferenciales en las tiendas Diconsa.
• 1 millón 525 mil 806 personas son benefi¬ciarios de apoyos a proyectos productivos.
• Se han brindado 12 mil 693 capacitaciones para la producción en benefi¬cio de 399 mil 370 derechohabientes.
Las controversias del programa
Los líderes nacionales del PAN y del PRD han señalado que el programa ha sido utilizado con fines de impulso electoral, incluso advirtieron abandonar el Pacto por México.
Organizaciones campesinas, han criticado los acuerdos de colaboración entre el gobierno federal y las empresas Pepsi y Nestlé, pues el objetivo no es dar impulso a los alimentos “chatarra”.
El “subcomandante Marcos”, líder del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), denominó como “limosnas” los beneficios de la Cruzada, después de ser anunciada.
“No encontramos palabras para expresar nuestro sentir sobre su Cruzada Nacional contra el Hambre, así que va, sin palabras” emitió en comunicado.
México Evalúa proporcionó un análisis donde correlacionó la selección de los municipios prioritarios de la Cruzada con las elecciones locales de 2013.
“Resolver el problema de pobreza alimentaria va más allá de una campaña o ‘cruzada’ y depende de muchos factores, particularmente de un mejor desempeño económico, una mejor calidad educativa, condiciones mínimas en los hogares para desarrollar capacidades cognitivas y afectivas, así como de incentivos para integrarse a la nueva economía” se leyó en el reporte.
Por lo que la asociación emitió una sugerencia respecto a que resultaría más benéfico para la población impulsar la capacidad de los ciudadanos para generar ingresos e insertarse en la población económicamente activa.
