Las vacunas son uno de los más importantes inventos de la humanidad. Gracias a ellas, se han logrado eliminar enfermedades como la viruela y mantener controladas otras que pueden ser muy peligrosas como la poliomielitis, rubeola y tétanos. Hoy en día, la humanidad lucha por combatir una nueva versión del coronavirus, conocida como SARS-CoV-2, responsable de la enfermedad COVID-19 y de la pandemia que sufre la humanidad actualmente.
Para defendernos de las enfermedades, el cuerpo cuenta con un sistema inmunológico, sin embargo, puede tardar tiempo en generar las herramientas adecuadas y utilizarlas para destruir la infección. Una vez hecho esto, el organismo recuerda y, de ser necesario, puede responder más rápido y mejor. Las vacunas pretenden emular dicha infección, pero sin enfermedad, para así hacer que el cuerpo reaccione, se salve y pueda defenderse ante un nuevo ataque.
Dada la gravedad de la pandemia actual, diversas vacunas se han desarrollado para combatir el SARS-CoV-2, en un tiempo récord. Varias ya se están aplicando, pero no todas son iguales y aquí te explicamos cuáles son algunas de las vacunas más avanzadas de la actualidad y cómo podrían salvar a la humanidad de esta emergencia global.
Vacunas inactivadas
Las vacunas vivas atenuadas, producen una infección real y, por lo tanto, una respuesta muy eficiente. Sin embargo, el coronavirus actual es demasiado nuevo para un riesgo semejante, por lo que se ha optado por las vacunas inactivadas. Estas utilizan un virus muerto o fragmentado que no se puede reproducir, esto hace que la inmunidad sea menor y requiera de una segunda dosis, como ocurre también con la vacuna de la rabia y la hepatitis A. El cuerpo confunde estos virus y los ataca creando la respuesta esperada. Las vacunas chinas de Coronavac y Sinopharm, son de este tipo.
Vacunas recombinantes
Este tipo de vacuna fue responsable de eliminar la viruela en 1980. Funciona creando una especie de “virus bueno”, al que se conoce como vector, el cual no lleva el ARN (ácido ribonucleico) original, sino uno que sintetiza las proteínas del virus. No produce ninguna enfermedad, pero hace que el cuerpo logre desarrollar métodos efectivos e inmunidad contra el virus real. Las vacunas contra el SARS-CoV-2 de este tipo son la de CanSino, AstraZeneca, Johnson & Johnson y la rusa Sputnik V. Como la anterior, también necesita dos aplicaciones.
Vacuna de ARN mensajero
Estas son las vacunas más avanzadas. En lugar de inducir una forma de virus para hacer reaccionar al sistema inmunológico, aquí se trabaja a partir de las células vivas. En un laboratorio, se consigue que las células produzcan una mayor respuesta inmune por su cuenta y se introducen a través de ARN mensajeros. Para evitar que el ARN sea destruido antes de cumplir su propósito, se crea una especie de capa protectora lipídica. Esta es una tecnología sumamente compleja y costosa, además de que, para mantener intacta la mencionada capa, se requiere mantener la vacuna a muy bajas temperaturas, con sistemas de ultracongelación de al menos 70 grados centígrados bajo cero. Su efectividad en muy alta, de hasta un 95%. Las vacunas de este tipo son la de Moderna y la de Pfizer-BioNTech.
