La pasión por la velocidad y la competición ha acompañado al ser humano desde los albores de la automoción, ya que siempre ha intentado establecer y batir récords. México no ha sido la excepción, ya que desde principios del siglo XX se han celebrado numerosas pruebas y carreras en su territorio y se siguen celebrando. Además, muchos pilotos mexicanos han intentado hacerse un hueco en la historia de la competición, como: los Hermanos Rodríguez en los años 60 o actualmente Sergio “Checo” Pérez.
En la actualidad, el Gran Premio de Fórmula 1 en la Ciudad de México y el Rally de México en Guanajuato, son los acontecimientos más importantes del mundo del motor en el país. También se realiza la Carrera Panamericana aunque de una manera un tanto distinta a la original, que fue llevada a cabo de 1950 a 1954. Una carrera a través de todo el país, donde acudieron los mejores pilotos del momento, pero que solamente tuvo cinco ediciones debido a su peligrosidad.
A principios de siglo XX –durante el porfiriato–, las familias más pudientes de México empezaron a usar vehículos a motor como medio de transporte. Pronto llegaron noticias de las carreras que se celebraban en Europa, por lo que el Secretario de Hacienda, José Yves Limantour, impulsó la creación del Automóvil Club de México en 1903, una asociación que quería fomentar la automoción en México, así como la competición de motor y la mejora de las vías de circulación. La sede fue establecida y edificada en el Bosque de Chapultepec, lo que es ahora la famosa Casa del Lago; convertida actualmente en centro cultural de la UNAM. Pero fue el Automóvil Club de Guadalajara, el que consiguió organizar la primera carrera en el país en mayo de 1907, que tenía inicio en la capital jalisciense y finalizaba en Atequipa, pasando por Chapala. Pronto surgieron otras pruebas, que iban de la capital a diversas ciudades como Toluca, Guadalajara o Puebla; esta última organizada por el diario El Imparcial.
El estallido de la Revolución dejó un poco de lado la celebración de pruebas deportivas; pero en 1918, cuando el automóvil se había introducido con más fuerza en el país, volvieron a resurgir. En abril de ese mismo año, hubo una carrera curiosa en la que sólo podían participar conductores que tuvieran licencia y hubiesen estudiado el reglamento de circulación de la ciudad. Ésta se llevó a cabo en el Hipódromo que había en la colonia Condesa y que dejó de funcionar en los años 20. Estas carreras tenían como público a las clases altas, principalmente, ya que eran los únicos que podían permitirse un vehículo para competiciones y los que podían pagar la entrada.
En los años 30 y 40 las carreras de autos fueron escasas, aunque fue aumentando el número de vehículos que eran importados desde Estados Unidos o Europa, lo que se tradujo en un aumento de la red de carreteras del país. Las tres primeras fueron inauguradas a finales de los años 20 (1927-1929): la México-Pachuca, la México-Acapulco y la México-Guadalajara. La primera es conocida como la Carretera Federal 85, que en 1936 tuvo su extensión definitiva hasta la ciudad de Nuevo Laredo (Tamaulipas), en la frontera con el vecino del norte, con una longitud de más de 1220 km. Ese mismo año se inauguró el tramo que va desde Ciudad de México hasta Panamá. Y es que esta larga carretera forma parte de la conocida Carretera Panamericana que cruza todo el continente americano desde Alaska hasta Tierra del Fuego en Argentina y tiene más de 12 mil kilómetros. La parte que va de Nuevo Laredo hasta Panamá se conoce como carretera Interamericana y tiene más de 5 mil kilómetros.
A finales de los años 40, en gran crecimiento económico y con una industria turística que estaba dando sus primeros pasos, el gobierno de Miguel Alemán decidió organizar una carrera que cruzase el país a través de esa vía. Y ésta fue la Carrera Panamericana, la cual duró cinco ediciones (1950-1954) y en la que compitieron los mejores pilotos de la época. En la primera edición, los participantes fueron sobre todo automóviles estadounidenses, de hecho, el vencedor fue un Oldsmobile 88 pilotado por Hershel McGriff. La normativa especificaba que sólo podían participar coches producidos en serie, con más de 500 unidades. Con Europa todavía recuperándose del desastre de la Segunda Guerra Mundial, apenas hubo constructores del viejo continente. Pero en las ediciones siguientes se cambiaron las normas y se permitió que pudieran participar coches con ciertas modificaciones aunque no hubiesen sido producidos en grandes cantidades. En ediciones posteriores se establecieron dos categorías: deportivos de dos plazas y una de turismos de 4 plazas.
Fueron muchos los grandes pilotos y copilotos que participaron: Alberto Ascari, Piero Taruffi, Phil Hill, Karl Kling, el mexicano Moisés Solana o Juan Manuel Fangio, que ganó la edición de 1953 al volante de un Lancia D24. En la prueba se pudieron ver algunos de los bólidos más increíbles de la historia: el Mercedes Benz 300 SL “Alas de Gaviota”, ganador de la edición de 1952 o el Ferrari 340 México, construido especialmente para la prueba y de la misma marca, el 375 Plus o el Porsche 550. Pero esta prueba duró poco debido a los fatídicos accidentes en los que perdieron la vida 27 personas durante las cinco ediciones que se disputaron, como: José “Che” Estrada Menocal en 1952, en el tramo de Oaxaca, o Felice Bonetto que chocó contra el balcón de una casa, muriendo en el acto. No hay que olvidar que era una época con apenas medidas de seguridad y por unas carreteras que no siempre estaban en buen estado.
La afición por el motor no paró de crecer en México y se empezó a idear la construcción de un trazado permanente; lo que fue posible a finales de 1958 cuando Adolfo López Mateos llegó a la presidencia de la República. El nuevo mandatario era muy aficionado a los coches deportivos y con el apoyo de algunos empresarios y también clubes de automovilismo, se dio vía libre a principios de 1959 a la construcción de un circuito en la nueva Ciudad Deportiva de Magdalena de Mixhuca en la capital del país, diseñado por el ingeniero Óscar Fernández Gómez Daza, inaugurándose en diciembre de 1959. Uno de los empresarios que más apoyó el nuevo circuito fue el empresario Pedro Rodríguez, gran amigo de López Mateos y padre de dos jóvenes que inscribirían sus nombres en oro dentro de la historia del automovilismo mexicano: Pedro y Ricardo Rodríguez. De hecho, en la prueba inaugural del trazado, el 20 de diciembre de 1959, llamada 500 kilómetros de México, Pedro resultó vencedor y Ricardo quedó en tercer lugar; el segundo puesto fue para Moisés Solana.
La fama de los Hermanos Rodríguez, fue creciendo tras participar en algunas carreras importantes. Ricardo llegó a conseguir un segundo puesto en las 24 Horas de Le Mans de 1960 a bordo de un Ferrari y poco después ya era piloto oficial de la escudería italianaen Fórmula 1. En 1962 fue compañero del campeón del mundo del año anterior: Phil Hill. Eso llevó consigo la oportunidad de oro para México en celebrar una prueba de Fórmula 1 no puntuable en noviembre de 1962, para así demostrar a la Federación Internacional del Automóvil (FIA) que el país era capaz de organizar una carrera oficial de dicho campeonato. Pero como la prueba no puntuaba, Ferrari decidió no asistir, aunque dejó que su joven promesa utilizase otro coche, un Lotus. Pero la desgracia se cebó en el menor de los Hermanos Rodríguez cuando en el primer día de entrenamientos se salió en la famosa curva peraltada y chocó con las barreras de protección, muriendo en el instante.
La FIA dio el visto bueno para organizar la prueba de manera puntuable en el mundial a partir de 1963, teniendo entre sus ganadores a Jim Clark, Dan Gurney, Graham Hill o Denny Hulme, entre otros. El Gran Premio se disputó hasta 1970, porque en la edición de ese año sucedió una invasión de la pista por varios aficionados, ya que hubo más de 80 mil personas de las permitidas, además de invasiones de perros, uno de los cuales fue embestido por el escocés Jackie Stewart.
Pedro Rodríguez decidió seguir en las competiciones de autos y durante los años siguientes obtuvo numerosos éxitos. En Fórmula 1 consiguió numerosos podios y 2 victorias, compitiendo en escuderías como: Cooper y BRM. Pero donde también brilló fue en el Campeonato de Resistencia, contribuyendo a que Porsche ganase los títulos de 1970 y 1971. Asimismo, ganó 4 veces las 24 Horas de Daytona, las de Le Mans en 1968 –junto con Lucien Bianchi al volante de un Ford GTO–, las 6 horas de Spa en Bélgica y otras muchas pruebas de resistencia.
En julio de 1971, la muerte sorprendió a Pedro Rodríguez durante una prueba de resistencia en el circuito urbano de Norisring, en Nuremberg, Alemania. Moisés Solana había fallecido dos años antes en una carrera de subida en cuesta: La Valle Bravo-Bosencheve. En los siguientes años, se empezó a hacer énfasis en la seguridad y se redujo el número de competiciones. Pero surgieron algunos pilotos que intentaron hacerse un hueco en la competición, como Héctor Rebaque.
La Fórmula 1 no volvió al país hasta 1986, con un autódromo renovado y más seguro, con el nombre actual de los “Hermanos Rodríguez”. Hasta 1992 se vivieron grandes carreras con pilotos como: Ayrton Senna, Alain Prost, Nigel Mansell, Riccardo Patrese o Gerhard Berger. Finalmente volvió en 2013 en el mismo escenario, aunque este año no se ha podido celebrar debido a la Pandemia del COVID-19. La prueba ha sido escogida varias veces, la mejor de la temporada. También se disputa el Rally de México –como prueba puntuable del mundial– desde 2004 en Guanajuato.
Ha habido pilotos nacionales que han tenido bastantes éxitos como Adrián Fernández, campeón en el mundial de resistencia y ganador de diversas carreras en las CART World Series de Estados Unidos; o Benito Guerra en Rallyes. En Fórmula 1 ha destacado sobre todo Sergio “Checo” Pérez, quien ha logrado numerosos pódiums en los últimos años, el más reciente hace unos días en el Gran Premio de Turquía. Además, están surgiendo jóvenes promesas, como Patricio O’Ward, con un gran futuro por delante.
La afición por las carreras de autos continua siendo enorme en el público mexicano. En la edición del Gran Premio de Fórmula 1 del año pasado, asistieron más de 345 mil personas en los tres días que duró el evento. Estoy seguro que la próxima edición volverá a ser un éxito para la Ciudad de México.
También te puede interesar: El cine y las letras: escritores en la cinematografía mexicana.