Beethoven

Se cumplen 250 años del nacimiento de Beethoven

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Hace dos siglos y medio llegó al mundo uno de los genios musicales más reconocidos de la historia: Ludwig van Beethoven, cuyas sinfonías son unas de las obras de arte más destacadas concebidas por la humanidad y siguen estremeciendo corazones a la fecha.

Beethoven nació un 16 de diciembre de 1770 en Bonn, Alemania y aunque varios de sus familiares eran músicos, ninguno logró el mismo éxito. Su abuelo fue un violinista y su padre, Johann van Beethoven, tenor. Pero el genio de Johann estuvo en enseñarle la música a su hijo.

Se dice que el padre de Beethoven tenía más intereses monetarios para convertirlo en una especie de niño prodigio, sin embargo, este fue el comienzo del camino. El alcoholismo de su padre resultó en violentas clases de mucha exigencia, que luego fueron sustituidas por las enseñanzas de Christian Gootlob Neefe.

Neefe, maestro con mayor experiencia, nutrió los primeros años del pianista y compositor, quien en 1792, se instaló en Viena, donde viviría por el resto de sus días. Durante sus 20s, su talento ya era muy reconocido y Beethoven tocaba para las familias ricas del Imperio Austrohúngaro, donde además siguió formándose como compositor.

Joseph Haydn, Johann Georg Albrechtsberger, Johann Baptist Schenk y Antonio Salieri, fueron algunos de sus maestros en Viena.

Fue en el año de 1800 cuando presentó su Primera Sinfonía, además de tener los inicios de la sordera que luego sería total. Según se recoge en una carta a sus hermanos en 1802, Beethoven habla así sobre la pérdida del oído: 

“Un poco más y hubiera puesto fin a mi vida. Sólo el arte me sostuvo. Ah, parecía imposible dejar el mundo sin haber producido lo que yo sentía que estaba llamado a producir, y entonces soporté esta existencia miserable”.

Se dice que conforme creció artísticamente, su popularidad en Viena disminuyó, mientras que, al mismo tiempo, se hacía más grande en ciudades como Londres o París, siendo considerado ya un genio musical tan importante como Mozart.

Beethoven murió el 26 de marzo de 1827, a los 56 años, dejando un enorme legado artístico. Durante sus últimos años, con una sordera total que lo llevó a vivir recluido de la sociedad, compuso algunos de sus trabajos más admirados como su Missa Solemnis y su última sinfonía, la Novena.

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Suena la tercera llamada. La puerta lateral se abre. Sosteniendo su violín, parsimoniosamente, entra al escenario el concertino de la orquesta. Entre los aplausos del público indica a los demás músicos, sus subalternos inmediatos en la jerarquía orquestal, que se levanten. Una vez dispensado el saludo colectivo a su fiel audiencia dominical, procede con la afinación de los instrumentos de las distintas secciones de la agrupación que encabeza. Una vez terminada la tarea, toma asiento. Silencio expectante. La puerta lateral se abre nuevamente. Más aplausos. Esta vez, más intensos. El director entra estrepitosamente. Con su paso veloz y seguro alcanza rápidamente el pódium. Su traje de corte moderno, la ausencia de corbata y la camisa ligeramente abierta, parecen desafiar el imaginario del típico músico de orquesta. Sin dudarlo, con gesto certero y sentido de urgencia evidente, su batuta ataca la Obertura Coriolano Op. 62 (1807), que conforma, junto con la Obertura Leonora III Op. 72 (1806), la Sinfonía No. 5 en do menor Op. 67 (1808) –todas obras del compositor Ludwig van Beethoven (Bonn, 1770 – Viena, 1827)– y Lord, Have Mercy on the 21st Century, de la joven compositora mexicana Cristina García (México, 1983), el primer programa de la temporada 2020 de la Orquesta Filarmónica de la UNAM.

Como ha sido difundido a través de diferentes medios, el pasado 16 de diciembre de 2019 dieron inicio en Bonn y Viena –su ciudad natal y ciudad de residencia durante su vida profesional y hasta su muerte, respectivamente– los festejos por el 250 aniversario del natalicio de Beethoven, los cuales se llevarán a cabo a lo largo de 2020 en toda Alemania y Austria. Además de una intensa programación de conciertos en torno a su vida y obra, se ofrecerán también distintas actividades que van desde circuitos turísticos para reconstruir sus pasos por estas ciudades, así como exposiciones, festivales, óperas, ballet, teatro, estrenos de obras, ediciones musicales, pláticas y congresos, hasta diversas ofertas gastronómicas, todo esto enmarcado bajo la figura de uno de los compositores más venerados de todos los tiempos y considerado la quintaesencia de la alta cultura europea.

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Orquesta Filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de México (Fotografía: Gaceta UNAM).

El hecho de que la música de Beethoven sea de manera incuestionable una de las más frecuentemente interpretadas alrededor del mundo, no constituirá un obstáculo para que este panorama se vea exponenciado durante 2020, dado que muchos países, tal y como era de esperarse, se han adherido a la celebración de esta efeméride. México no es la excepción. Una breve mirada a la programación de las más representativas agrupaciones sinfónicas de la CDMX, por ejemplo, podría revelar mucho más que una simple iniciativa de sumarse a la fiesta beethoveniana global. La audición de sus sinfonías, oberturas, conciertos para instrumentos solistas, entre otras creaciones, estará conformada por una selección musical que hace circular prácticamente las mismas obras en las diferentes carteleras de las orquestas de nuestra ciudad. La temporada sinfónica ha arrancado al unánime tono dictado por el aniversario del maestro de Bonn.

Entre otros repertorios, el punto alto del tan celebrado festejo en la programación anual de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, se tradujo en la interpretación de la Sinfonía No. 9 en re menor Op. 125 (1824), el pasado domingo 2 de febrero, en un magno concierto en la Arena Ciudad de México, que buscó alcanzar a un público multitudinario de aproximadamente 10 mil personas. Por otra parte, Beethoven, 250 años de creatividad musicales el título de la primera temporada de la Orquesta Sinfónica del Instituto Politécnico Nacional que, entre otras obras del compositor, también ha programado sus 9 sinfonías. Del mismo modo, la Orquesta Sinfónica Nacional se ha unido al jubileo, pero quizás con un ímpetu menos germánico dada la limitada selección de las obras del compositor alemán incluidas en su primera temporada.

En el diseño de la programación musical de diferentes cuerpos artísticos sinfónicos, no deja de llamar la atención la propuesta de una de las más prestigiadas agrupaciones sinfónicas del mundo, la Orquesta Filarmónica de Nueva York, la cual abre mano de su adhesión a los festejos por el 250 aniversario del natalicio de Beethoven para proponer una programación en torno a una efeméride local: la conmemoración de los 100 años del derecho al voto de las mujeres estadounidenses, de acuerdo con la decimonovena enmienda constitucional de ese país. Esta conquista de las mujeres será celebrada por la orquesta a través de la comisión de 19 obras de diferentes compositoras, las cuales serán estrenadas a lo largo de su temporada 2020.

Alice Paul
Alice Paul cosiendo una estrella en la bandera del Partido Nacional de las Mujeres de Estados Unidos, durante el proceso de aprobación de la decimonovena enmienda constitucional de ese país (Biblioteca del Congreso).

En estos tiempos de expresa reivindicación por la equidad de género, también en los ámbitos artísticos, resalta el hecho de que la labor creativa de las mujeres aparentemente no tendrá el suficiente espacio en la programación de las orquestas sinfónicas de la CDMX durante el año que inicia. La única celebración en torno a lo femenino, anunciada hasta el momento, será la del Día Internacional de la Mujer en el concierto del próximo 8 de marzo por la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, el cual paradójicamente ¡no incluye ni una sola obra de la autoría de alguna compositora! Georgina Derbez (México, 1968) es la única compositora mexicana programada por la Orquesta Sinfónica Nacional, compartiendo espacio en su primera temporada con las compositoras Lera Auerbach (Rusia, 1973) y Elizabeth Maconchy (Inglaterra, 1907-1994), mientras que Gabriela Ortiz (México, 1964) junto con Alejandra Odgers (México, 1967) serán las únicas compositoras que aparezcan en la primera temporada de la Orquesta Sinfónica del Instituto Politécnico Nacional.

En medio de esta avalancha beethoveniana, además del repertorio canónico que enmarca las carteleras de 2020 en México, merece mención aparte la iniciativa de la Orquesta Filarmónica de la UNAM. Esta orquesta ha integrado en su programación, además de los conciertos para piano y orquesta, oberturas y otras obras sinfónicas de Beethoven, la interpretación de sus nueve sinfonías acompañadas del estreno mundial de 9 obras especialmente encargadas a compositores mexicanos –mujeres y hombres– de diferentes generaciones, las cuales entablarán un diálogo con la obra del compositor alemán. Fue en este contexto que se pudo escuchar la obra Lord, Have Mercy on the 21st Centruy, de Cristina García, los pasados días 8 y 9 de febrero.

En esta ocasión, el concierto termina con la Quinta Sinfonía. El público que llena la Sala Nezahualcóyotl espera ansioso por el predecible deleite casi orgásmico del apoteótico final de la célebre obra. Massimo Quarta conduce de manera pujante a la orquesta, construyendo de forma enfática el crescendo acumulativo del último movimiento. Antes incluso de que el último acorde deje de sonar en la majestuosa sala, los aplausos explotan de manera arrebatadora, llenando cada rincón del recinto con éxtasis colectivo.