El primero, la evolución de la Covid-19 en México. El viernes pasado el señor presidente en su acostumbrada conferencia de las mañanas destacó que el manejo de la pandemia estaba siendo muy exitoso y que comparado con otros países íbamos muy bien, todo como consecuencia de una nota de El País en que se le criticaba; debido al origen del periódico, aunque ahora hay una versión mexicana, criticó e incluso hizo burla del manejo de la Covid-19 en España, todo muy a su estilo entre chanzas y veras. Al día siguiente en la conferencia vespertina, utilizada para emitir resultados del control de la epidemia, no lo hizo el subsecretario López-Gatell, se dijo que los resultados a últimas fechas eran muy buenos, que la letalidad había bajado considerablemente y que los hospitales se mantenían en rangos de ocupación que permitían la atención de los enfermos.
Me permití hacer un ejercicio para analizar lo sucedido a últimas fechas y me encontré con datos muy interesantes y que no concuerdan con lo emitido ni por el presidente ni por la Secretaría de Salud. Revisé lo sucedido entre el 22 de octubre y el 22 de noviembre, el día más reciente en que los datos de los diferentes que tomé como muestra estaban todos disponibles en las plataformas que consulté: Datosmacro y COVID-19 Stats. En Europa enfrentan una nueva segunda ola de la enfermedad después de un par de meses en que la frecuencia había disminuido, están ante un rebrote, la mayoría de los países han podido enfrentar esta segunda etapa de una mejor manera con letalidad menor y una mortalidad por millón de habitantes probablemente menor que en la primera etapa, son excepción a esto Bélgica y la República Checa que obtienen muy malos resultados; llaman la atención los resultados obtenidos por Suecia y Noruega y aún por el Reino Unido que consiguen disminuir sus índices de letalidad y tienen un reducido número de fallecimientos.
En América resaltan los malos resultados en Argentina, que en el periodo de tiempo que analicé incrementó su letalidad (de 2.7% a 2.85%) y tuvo un alto número de fallecimientos, en Perú, Chile, Bolivia, Ecuador, Guatemala y Brasil los fallecimientos por millón de habitantes fueron menores que en otras áreas del continente y en la mayoría de ellos se disminuyó el índice de letalidad, cosa que no sucedió ni en Chile ni Bolivia; en Estados Unidos la letalidad disminuyó considerablemente (de 2.10 en todo el periodo a 0.88%) el número de fallecimientos por millón fue de 104. En México la letalidad se mantiene muy alta, 8.2% y existen también un elevado número de fallecimientos por millón, estos datos pueden tener dos explicaciones: una, que al no realizarse la búsqueda de casos, el número de enfermos y asintomáticos es bajo y, por lo tanto, el denominador baja y la letalidad aumenta artificialmente; la otra, es que los resultados del tratamiento en los hospitales no esté siendo la mejor, probablemente una mezcla de estos factores es lo que está sucediendo.
Como colofón, el pasado lunes Bloomberg publicó una escala de resiliencia ante el Covid-19 entre 53 países, escogieron estos entre los que tienen economías mayores a los 200,000 millones de dólares, mide la respuesta ante la epidemia, y midieron –entre otros los casos– por 100,000 habitantes en el último mes, la tasa de letalidad en el último mes, las muertes por millón a lo largo de la pandemia, la severidad de los confinamientos que se realizaron, la proyección de crecimiento del PIB en 2020 y lo que llaman el índice de bienestar humano (expectativa de vida, acceso a la educación e ingreso per cápita). En esta clasificación México ocupa el sitio 53 de los 53 países estudiados; es probable que el sistema de evaluación no sea perfecto, pero intenta hacer una evaluación. En tanto nuestro primer mandatario sigue sin usar el cubrebocas. La esperanza es que parece que la vacunación puede estar cerca, que el gobierno mexicano, no la Secretaría de Salud, ha hecho trámites para obtenerla rápidamente y que México tiene una gran experiencia en vacunación y los éxitos son muy posibles.
El segundo asunto al que me referiré es sobre los Consejos de Certificación de especialidades médicas: estos surgen en México a imagen de lo que venía sucediendo desde antes en países como Estados Unidos y el Reino Unido, ante la necesidad de garantizar a la sociedad que los médicos que la atienden cuentan los conocimientos necesarios. La vigencia del conocimiento en medicina es breve, afortunadamente surgen con mucha frecuencia cambios que modifican los posibles resultados ante los problemas de los enfermos; desde hace años se ha fijado, quizá un poco artificialmente, en cinco años, con esto se marca que en este tiempo sufren cambios notables. Es cierto que el médico tiene como responsabilidad fundamental mantenerse vigente en los conocimientos, cuando menos, del área que maneja. Los Consejos surgen intentando colaborar en la calidad de la atención médica. En 1985 surge el primero de ellos, el Consejo Mexicano de Médicos Anatomopatólogos, a lo largo de los años 70 se establecieron la mayoría de ellos y actualmente funcionan 47; paulatinamente fueron adquiriendo prestigio y obtuvieron un lugar avalando la vigencia de los conocimientos de los médicos a los que certificaba.
A principios de los 90 el Dr. Jesús Kumate, entonces Secretario de Salud, promovió la creación de una instancia que supervisara el funcionamiento de los Consejos, se creó El Consejo Normativo de Especialidades Médicas que parte de la Academia Nacional de Medicina y de la Academia Mexicana de Cirugía, y es el encargado de otorgar la idoneidad a los Consejos y lo hace de manera continua. El certificado del Consejo se volvió necesario para ejercer adecuadamente, los profesores de los cursos de especialización requieren tener un certificado vigente, los cursos requieren el aval de los consejos; los hospitales para obtener la certificación por parte del Consejo de Salud necesitaban que los médicos que laboran en él estén certificados. Siempre han tenido enemigos, generalmente algunos médicos que mencionan los altos costos de la certificación y recertificación convirtiéndose en una fuente ingresos para unos cuantos, además de aducir que los Consejos toman un lugar que debe tener sólo el Estado, otros argumentan que es un mecanismo centralizado, dado que casi todos están establecidos en la Ciudad de México.
Hay que mencionar que los costos de la certificación y de la recertificación en los Consejos tiene un costo que va de $3,000 a $13,000 con un promedio de $5,500, que en la mayoría de los casos apenas alcanzan a cubrir los gastos de funcionamiento que la elaboración y realización de las evaluaciones conllevan, que en todos los casos las directivas cambian periódicamente y que los que terminan no tienen ganada una recertificación automática, sino que regresan a todos los compromisos de sus colegas; si algún consejo no ha cumplido a plenitud sus funciones es sólo responsabilidad de ese Consejo y sólo compartida con el CONACEM que no ha realizado su labor de vigilancia a plenitud. Que son parte de la Sociedad Civil y que de ninguna manera intentan tomar funciones del Estado que son las universidades las que expiden el título de especialidad y la Dirección General de Profesiones la que emite la cédula profesional, y que los Consejos avalan la vigencia del conocimiento.
El caso es que algunos de los que se oponen consiguieron ser escuchados y en el Poder Legislativo se intenta modificar la Ley General de Salud para quitar al CONACEM y a todos los Consejos en su papel coadyuvante en la búsqueda de calidad en la atención. Los disidentes consiguieron ser escuchados en el Senado de la República y la Comisión de Salud aprobó una propuesta de modificación de la Ley General de Salud en la que los Consejos pierden su papel desautorizando y deshabilitando la certificación y la recertificación de la vigencia del conocimiento. Entre los miembros de la Comisión de Salud que aprobó el Dictamen del que hablamos había cuatro médicos, todos de Morena, el presidente Miguel Ángel Navarro Quintero, un ginecólogo obstetra egresado del CH “20 de Noviembre” del ISSSTE, que ha tenido una larga carrera política en el Poder Legislativo en diferentes instancias de salud en su estado natal; Ántares Vázquez, dermatóloga egresada del Hospital General de México, con una productiva y larga carrera, académica, docente y política; Margarita Valdés Martínez, surgida del sindicato del IMSS; y Américo Villarreal egresado de la Universidad La Salle, hijo del gobernador de Tamaulipas del mismo nombre del Partido Revolucionario Institucional; me extraña que ellos hayan aprobado el dictamen porque conocen el valor de los Consejos, especialmente Miguel Ángel Navarro y Ántares Vázquez. Sin embargo, lo que puede suceder es que todos se sitúan en la acera de evitar la participación de las organizaciones de la sociedad civil que tiene su líder partidista y nuestro presidente.
Pero podemos estar tranquilos porque otro miembro de MORENA, también miembro de la Comisión de Salud, Jesusa Rodríguez, también la aprobó. Parece ser que el dictamen fue aprobado por el pleno del Senado, por lo que pasará a la Cámara de Diputados, donde esperamos que no prosperé. El pasado 24 de noviembre, Onofre Muñoz, presidente del CONACEM, mandó a los presidentes de los Consejos un mensaje tranquilizador en el que menciona que los Consejos conservan sus funciones.
Me extraña que tanto Onofre Muñoz como su asesor jurídico Marco Stéfano no se hayan percatado que se pierde la principal función y la que da origen a su creación, que es la de certificar la vigencia de los conocimientos. Hoy se lleva a cabo el cambio de Mesa Directiva de la Academia Nacional de Medicina, toman posesión como presidente José Halabe y como vicepresidente Germán Fajardo, ambos expresidentes de sus consejos respectivos, Halabe del de medicina interna y Fajardo del de otorrinolaringología; esperamos un mensaje orientador y tranquilizador en este dilema en el que nos encontramos.
Referencias:
– Economía, Macroeconomía, Grupo Expansión: datosmacro.expansion.com
– Coronavirus Official Data: epidemic-stats.com
– Dictamen de las Comisones unidas de Salud y Estudios Legislativos por el que se reforma el artículo 81 de la Ley general de Salud.
– Circular del presidente de CONACEM a los presidentes de los Consejos de Especialidades Médicas.
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