La mañana del viernes nos levantábamos viendo las imágenes de las murallas de más de tres metros que se ponían alrededor de Palacio Nacional, un acto con el que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador manda un mensaje simbólico a la lucha de las mujeres en este país.
No podemos dejar de lado el contexto en que estamos rodeados para entender la gravedad de este acto y la falta de empatía que hay detrás de este. Ni en los gobiernos autoritarios de Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970) y Luis Echeverría Álvarez (1970-1976) se amuralló el Palacio Nacional.
En un país donde son asesinadas 11 mujeres por día, y 7 de cada son violentadas, son los lamentables datos que se registran en lo que va de este sexenio, lo más deplorable es que para este gobierno parece que este problema es sólo eso, datos y no vidas humanas que se pierden día a día.
No sólo es la ineficiencia de ofrecer seguridad a las mujeres víctimas de violencia, sino que, a su vez, no se les hace justicia, de acuerdo con las cifras de la organización Impunidad Cero en 2019, sólo 1 de cada 2 feminicidios son castigados en México.
Y si no hacía falta algo para empeorar la situación, el gobierno redujo el 75% del presupuesto del Instituto Nacional de las Mujeres como parte de la ¨austeridad republicana¨.
No se toman medidas preventivas para evitar que sucedan estos delitos, los delitos no son castigados y a las instituciones que suponen prestar ayuda a las víctimas se les recorta presupuestos.
Lo sorprende es que el presidente no dimensione la gravedad del asunto, sino que lo minimice, parece no entenderlo del todo, piensa que con sus programas de atención clientelares puede resolverlo, esto es un problema de estructura y, con su discurso, lo está perpetuando.
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Razones suficientes para manifestarse
El presidente, en varias oportunidades, acusó al movimiento feminista de contar con intereses ocultos con el propósito de desprestigiar a su gobierno y a la transformación que intenta instaurar en el país.
¨Nosotros respetamos mucho a las mujeres, somos precursores en la defensa y el respeto a las mujeres ¨, decía López Obrador en la mañanera de este jueves.
Acto seguido sostuvo que el conservadurismo es quien busca etiquetarlos de mala fe, y el famoso discurso de que ellos no son iguales y toda la narrativa retórica que busca reafirmar que el pasado era terrible, pero el presente es inmejorable.
Lo más llamativo del mensaje del presidente fue cuanto criticó al gobierno español de prohibir las manifestaciones en Conmemoración del Día Internacional de la Mujer el próximo 8 de marzo, y dio la ¨bienvenida¨ a todas las mujeres que quisieran manifestarse en el Zócalo y plazas para ejercer el derecho de la libertad de manifestación.
Todo esto para que el día siguiente amurallen todas las plazas, entonces ¿qué tan diferentes son? Como después de eso se hacen llamar constructores de una ¨auténtica democracia¨ si cuando tienen enfrente un problema de magnitudes mayúsculas le ponen un muro a las víctimas para que estas no sean escuchadas.
El amurallamiento de Palacio Nacional es una acción para proteger a la gente y al patrimonio de la humanidad, dijo este sábado la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum.
El presidente y el partido que representa no pueden llamarse defensores de las mujeres cuando apoyan y defienden la candidatura al gobierno de Guerrero, de Félix Salgado Macedonio, acusado formalmente de violación y abuso sexual, cuando califican de infundadas las acusaciones de una víctima.
Parece que al mandatario se le olvidó que en las luchas sociales no hay intereses inconfesables detrás, sino el deseo de millones de cambiar la realidad hacia una mejor, como él supuestamente decía hacer cuando hacía oposición a las atrocidades del pasado ¿por qué cambió la vara de medir las cosas ahora?
Austeridad para unos, bonanza para otros
El año pasado en una sesión ordinaria de la Junta de Gobierno se determinó reducir en 151 millones de pesos el presupuesto del Instituto Nacional de Mujeres lo que representa el 75% del dinero de la dependencia.
Todo esto disfrazado bajo el argumento de ¨austeridad republicana¨, de evitar los excesos en el gobierno y querer acabar con la corrupción desde arriba, y quien se opusiera es porque apoya los abusos de los gobiernos anteriores.
Así es muy fácil deslindarse de la responsabilidad de decisiones que repercuten en la vida de las personas, escudarse bajo la figura de autoridad moral y acallar voces críticas acusándolas de estar en favor del ¨viejo régimen¨.
Mientras por un lado se recortaba en el presupuesto a INMUJERES, por el otro se aumentaba descaradamente el gasto en uno de los megaproyectos y caprichos del presidente, el aeropuerto en Santa Lucía.
De acuerdo con un reporte del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP), la Secretaría de Defensa Nacional (SEDENA), dependencia encargada de la construcción del aeropuerto, gastó 128% más del presupuesto erogado por el Legislativo para el proyecto durante 2020.
El palacio legislativo de San Lázaro había destino un ejercicio de 5 mil 372 millones 200 mil pesos para Santa Lucía, pero la SEDENA gastó 12 mil 257 millones 200 mil pesos.
Según el informe, para el primer trimestre la Secretaría de Defensa ya había gastado el 97% del dinero, es decir, 5 mil 202 millones 200 mil pesos.
Esto muestra que la 4T seguirá recortando a diestras y siniestras presupuestos de todas las dependencias con el objetivo de completar sus proyectos prometidos en la campaña cueste lo que cueste, la fotografía cortando el listón parece importarle más al presidente.
Voces de gobierno que justifican lo indefendible
Si ya era un asombro ver las murallas que bloquean el acceso a Palacio Nacional, las palabras del gobierno también hicieron lo propio para hacerlo ver como un acto de defensa a las mujeres.
Quienes alguna vez lucraron de los abusos y destrozos de las administraciones anteriores para encender la llama del justificado descontento social de las y los mexicanos y de esa forma posicionarse en cargos de alto nivel, hoy califican los señalamientos de malos ejercicios de ¨politiquería¨ o ¨guerra sucia¨.
Nadie pidió que las cosas cambiarán a mejor de la noche a la mañana, todos los procesos que buscan cambiar estructuras llevan su tiempo.
Pero lo que destaca en este gobierno es la incongruencia, acciones que antes eran despropósitos hacia el pueblo, hoy son en defensa del pueblo.
Palabras como el del Coordinador General de Comunicación Social, Jesús Ramírez , calificando a las muralla de ¨muro de paz ¨.
O las de la Jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum donde asegura que en la capital mexicana no se reprimen las manifestaciones sociales.
Pero, días antes, la policía capitalina reprimió a mujeres para impedir que pasaran a las puertas de Palacio Nacional, y, un día antes, casualmente, un hombre burló la seguridad y pudo hablar con el presidente.
Lo que verdaderamente duele de todo esto es su apatía a un grave problema, no es que no temen acciones para evitar que ocurran estos delitos, es que pareciera que no quisieran ni intentarlo.
Cada vez el gobierno pone barreras y se alejan de la realidad, es lamentable que las mujeres de este país sigan sin ser escuchadas a la vez que son masacradas despiadadamente, ojalá esto se rectifique pronto.