inconsciente del mexicano

El inconsciente del Guadalupe-Reyes

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Cada año los mexicanos nos enfrentamos al período denominado Guadalupe-Reyes, ¿cuál es el inconsciente que nos opera en esta temporada?

Uno de los retos más importantes que vivimos cada año entre el 12 de diciembre y el 6 de enero es el tema emocional. En este último período nos llenamos de festejos abriendo con las mañanitas a la guadalupana, las posadas, cenas de Navidad, fin de año y el día de reyes.

Una etapa larga de festejos en que nuestras emociones se enfrentan también a una reflexión que trae recuerdos de sucesos del año tales como pérdidas de seres queridos, tropezones financieros, conflictos familiares o de trabajo, enfermedades, accidentes y un mar de situaciones que tejieron el año lleno de experiencias que denominamos “buenas y malas”.

Se entra también en un momento de relajación y desconexión por los períodos de vacaciones, días de asueto y, por lo tanto, menos tensión de trabajo para muchos, con lo cual se activan cambios biológicos en nuestro cuerpo. Si finalmente le incluimos los excesos en comidas, bebidas, desvelos y la baja actividad física, esta temporada se convierte en un trampolín para las enfermedades y los decesos. Bien dice el dicho “Enero y Febrero, el desviejadero”, el cual resume una realidad que sucede en los hospitales al recibir el mayor número de visitas a enfermos durante estos meses. ¿Qué tenemos que aprender de todo esto?

Navidad y reflexion

Más allá de sólo enfocarnos en cuidar lo que comemos y bebemos en exceso, es momento de observarnos en las emociones. Hemos cargado un backpack de emociones controladas y guardadas durante el año. Son como piedras que pesan y que en esta temporada se hacen presentes por nuestras creencias; intentamos vivir para sentir la unión, el amor, la paz, y que, por consecuencia, no se logran del todo.

Lo comercial también sirve para hacer un impacto fuerte de emociones en esta época. Hay un movimiento económico y de producción en torno a esto que también compromete a mucha gente a sentir la obligación de comprar para quedar bien con el otro cuando tal vez no puede o no quiere hacerlo.

La oportunidad que tenemos en la temporada Guadalupe-Reyes es la de observar en autoreferencia todas las emociones que creamos nosotros mismos por los pensamientos que procesamos de forma inconsciente. La culpa, la pérdida, la tristeza, el desamor, la soledad, la escasez, la desunión familiar, entre otras, son todas creadas desde un juicio en nuestra mente.

No nos hemos dado cuenta de que siempre viviremos con imperfecciones en nuestras vidas, y al querer buscar la familia perfecta, el amor perfecto, la fiesta perfecta y el año perfecto, nos la pasamos contradiciendo la realidad y por lo tanto continuamos ciclados emocionalmente. ¿Por qué no empezar con asumir la realidad en que vivimos y desde ahí disfrutar esta temporada?

brindis cena de Navidad

Ya tenemos inclusive en cartelera la película “Guadalupe-Reyes” que refleja parte de todo esto que se vive cada año y que independientemente de aparentar ser la mejor temporada del año, no nos hemos dado cuenta de lo que hemos diseñado para que sea la más peligrosa para nuestra salud física y mental. Realmente podemos vivir disfrutando y asumiendo nuestras experiencias emocionales durante todo el año sin tener que llegar a cada final más cargados, y ya en esta temporada, disfrutar de forma más ligera y consciente los festejos.

En la película de “El Grinch”, una niña de 8 años descubre de qué se trata la Navidad. Es una noche en donde todo el mundo es recibido tal y como es. La reflexión que podemos hacer es si necesitamos esperar a cada temporada Guadalupe-Reyes para convivir en familia, con amigos o en el trabajo; para abrirnos a la paz y al amor, para compartir la mesa o la comida con los que no lo tienen. Todo esto es genial que suceda, lo que nos debe suceder también es que aprendamos a que no necesitamos de ninguna época para vivir siendo humanos al 100%, y asumir nuestras emociones para poder disfrutar de cualquier día de nuestra vida frente a lo que estemos viviendo.

No hemos aprendido a conocernos a nosotros mismos y por ello sufrimos más. Esta temporada invitemos a nuestro desconocido más cercano a la mesa para que sea y se acepte tal cual es, sin máscaras ni posturas inconscientes. ¿Te vas a invitar a “ser tú” o vas a continuar en tu burbuja emocional cada Guadalupe-Reyes?

La incomodidad inconsciente del mexicano

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¿Por qué no paran de suceder situaciones que nos incomodan a los mexicanos?

La incomodidad y el arte de quejarnos en las redes sociales se ha convertido en un deporte nacional para distraernos. No aceptamos nuestra forma de hacer política en el país, así como tampoco nos gusta mucho lo que sucede a nuestro alrededor porque en cuanto aparece ya lo vemos como un conflicto. Es bueno tener la libertad de aportar nuestra opinión en algo con lo que no estamos de acuerdo, pero es mejor entender lo que nos incomoda.

agresión en redes sociales
Imagen: Máspormás.

No importa si Evo debe estar o no en México, si Trump nos usa como piñata para su campaña o si nuestros distinguidos senadores arman trifulca pública. Cualquier evento como estos se convierte en distracción y preocupación que nos desenfoca. No me refiero a que no tengan relevancia cada uno de estos temas, sino que el nivel de incomodidad que generan, sumado al hecho de que no los podemos controlar, termina desgastando el estado de ánimo social y por lo tanto la productividad individual.

¿Cuánto tiempo hemos desperdiciado como mexicanos criticando los hechos que nos incomodan? El reto que tenemos es hacernos conscientes y responsables para traspasar estas situaciones, así entenderemos lo que las está generando. Siempre habrá temas o circunstancias que nos incomoden. El aprendizaje se dará cuando nos observemos en autoreferencia y podamos dejar atrás la distracción para enfocarnos en encontrar nuevos caminos.

Venimos a este mundo como seres humanos a vivir situaciones que nos incomoden y no lo hemos hecho consciente. La incomodidad es parte de lo que tenemos que asumir y lo primero es darnos cuenta de que nos está diciendo algo de nosotros mismos, acerca de lo que somos y de lo que hemos construido con el tiempo. El filósofo Diógenes decía que “es en la tristeza, en la incomodidad o la molestia donde te das cuenta de cosas que igual no estás haciendo tan bien y, al hacerte consciente, es cuando puedes cambiar.”

¿Por qué nos molesta que Trump diga algo de los mexicanos? Es sencillo, porque nos sentimos menos, nos desvalorizamos. Entonces lo importante no es lo que diga Trump sino lo que sentimos acerca de lo que dice. Nosotros escogemos distraernos con las palabras en lugar de encontrar y asumir el origen del sentimiento. Si ponemos nuestra energía en lo que no nos gusta terminaremos creando más situaciones parecidas una y otra vez.

Imagen: El País.

México está necesitado de líderes que logren elevar y hacer brillar las miradas de su gente. Transformar el país va más allá del poder. Generar un cambio de consciencia que impacte en la cultura del mexicano abrirá las puertas de salida del sistema en el que estamos ciclados.

El propósito de México lo debemos de vivir todos. Es momento de centrarnos en evolucionar nuestra consciencia para avanzar como un solo país; fuerte y equilibrado en la calidad de vida de todos los que lo habitan. Invertir en el desarrollo de la gente y de los nuevos liderazgos es lo que a México puede darle un cambio real generando la consciencia colectiva que necesitamos para avanzar.

Este “Buen Fin” llega como anillo al dedo para neutralizar las incomodidades semanales de seguir atorados dentro del sistema. La próxima semana nos traerá nuevas situaciones que nos incomoden y que se repetirán hasta que hayamos aprendido. A todo esto, ¿ya viste las ofertas del “Buen Fin”?