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Lo del avión no es surrealista, ¿será una vacilación o una vacilada?

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En mi pasada aportación a esta columna dejaba ver que todo lo sucedido alrededor del avión presidencial, era una actitud surrealista: su cambio de uso, su intención de venderlo y ante el fracaso para hacerlo, la rifa que se organiza. No obstante, ante los nuevos sucesos, lo he pensado mejor y ya no lo creo.

El Sr. Presidente Andrés Manuel López Obrador sigue haciendo de su conferencia mañanera un éxito total, la maneja con una habilidad absoluta y consigue logros extraordinarios; durante ella marca las políticas públicas, detalla la agenda de gobierno, llama la atención a sus colaboradores, en ocasiones los corrige, principalmente critica las actuaciones de prácticamente todas las administraciones que lo precedieron y las culpa de todos los fenómenos que suceden, atribuye al neoliberalismo de cualquier culpa de los acontecimientos que no le agradan o que no le acomodan. Llama conservadores y deshonestos a todos los que no simpatizan con sus acciones y liberales a los que simpatizan con ellas, es decir, son liberales los estatistas y conservadores todos los demás.

Yo a veces me confundo, ¿por qué llamar liberales y honestos a los que simpatizan con las políticas que estuvieron en boga en la primera parte del siglo pasado y mostraron su ineficacia a los principios de la segunda mitad del siglo XX?, algunos países las tienen aún en marcha y demuestran todos los días su fracaso. Pero al Sr. Presidente la gente lo sigue escuchando y alabando, todo probablemente causado por las políticas realizadas previamente en nuestro país, que no es que estuvieran equivocadas, sino que fueron implementadas y desarrolladas inadecuadamente y, sobre todo, gestionadas con deshonestidad cínica.

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Fotografía: Univisión.

Sus promesas de campaña se centraron en crear una política económica que permitiera un crecimiento económico de cuando menos 4% anual, el abatimiento de la violencia, un cambio en la política educativa que derogara los cambios realizados en el sexenio anterior y luego cinco ofrecimientos concretos y puntuales, el cambio de residencia oficial, la venta del avión presidencial, la cancelación del aeropuerto de Texcoco, la  realización de una refinería en Tabasco y de un tren en la península de Yucatán

No se consiguió que la economía creciera en 2019, la violencia campa a sus anchas sin que hasta el momento se haya enunciado una política para combatirla. Efectivamente se derogó la anterior reforma educativa y regresamos a lo que existía antes, con la desventaja que no habrá evaluaciones comparativas, por lo que no sabremos cómo evoluciona durante un largo tiempo. Cualquiera que se dedique o se haya dedicado a la educación sabe que sin evaluación la educación no es posible.

El cambio de residencia oficial se llevó a cabo el primer día de gobierno, al parecer con éxito, “Los Pinos” es ahora un centro de cultura alternativa que se desarrolla muy correctamente. El presidente vive ahora en Palacio Nacional y con ello las manifestaciones, incluidas pintas y agresiones físicas, son ahora en un recinto que es un museo, pero bueno… El aeropuerto de Texcoco se canceló también el primer día y poco después se inició la construcción de otro en Santa Lucía, habrá que esperar a que pase el tiempo, se construya el nuevo –que se llamará General Felipe Ángeles–, se valore su funcionamiento y se haga un balance de su costo y el gasto a fondo perdido del de Texcoco.

vacilacion de rifa
Ilustración: Daka.

La construcción de la refinería se ha iniciado y habrá que esperar cuáles son los resultados de su funcionamiento, el Tren Maya está un poco más atorado porque no cuenta con el beneplácito unánime de los pobladores de la península. Lo que no se ha podido concretar es la venta del avión; que para López Obrador y sus seguidores tiene una enorme carga simbólica, le han dado el significado de los privilegios del Poder Ejecutivo.

Vacilar tiene en el diccionario varios significados, por un lado, significa bromear, divertirse, festejar, ahora se usa menos pero un “vacilón” era una (o es) fiesta en la que todo mundo se divierte. También, vacilar tiene el significado de hacer burla de otro, se dice “esto es una vacilada”, o “cuidado te están vacilando”. Además, significa que una acción no tiene una dirección o una directriz clara, se dice que un paciente tiene una marcha vacilante cuando titubea al caminar; podría ser que una política es vacilante cuando su implementación o sus acciones tienen sustentos diversos o caminos oscilantes.

Después de haber tenido al TP1 más de un año en venta en Estados Unidos en un aeropuerto especial de exhibición, no se recibieron ofertas por éste y por eso se decidió traerlo a México. De repente el presidente mencionó que el avión se rifaría y que con lo obtenido se pagaría la deuda que por él se tiene –130 millones de dólares–. Inicialmente fue tomado a broma, una vacilada pensamos muchos, incluido algún miembro del gabinete presidencial, pero la intención se fue estableciendo como real y pronto aparecieron corifeos que aplaudieron la idea.

jose ma morelos
Imagen: Araucaria Digital.

La logística ha sido vacilante, primero se estableció como fecha del sorteo el 21 de marzo, alguien le debe haber dicho al presidente que ni él podría lograrlo para esa fecha y ya se ha cambiado para el 16 de septiembre; siempre fechas simbólicas para envolver el sorteo. Inicialmente el premio sería el avión, pero después se decidió que era mucho y podría dañar al ganador, esta actitud proteccionista no sé si es liberal o conservadora, esto ha ido cambiando y ahora se otorgarán 100 primeros premios de 20 millones de pesos –dos mil millones de pesos–, y se venderán seis millones de boletos con un costo de 500 pesos cada uno.

Hasta aquí las primeras vacilaciones, pero aún hay más, se dice que con el dinero obtenido de la venta de los boletos se comprará equipo médico y medicamentos. Si a mí me queda claro, al final habrá una rifa que otorgará dos mil millones en premios, y obtendrá fondos para el déficit del presupuesto en Salud, pero el Estado se quedará con el avión y con los 130 millones de dólares de deuda. ¿Es esto una vacilada o no?

Desde luego que sí; donde no se tuvo vacilación es en obtener los dos mil millones de fondo para los premios que llegaron de un grupo de constructores que lo regresaron después de haberlo obtenido, por mandato judicial, de una Litis ganada al INFONAVIT. Pocos días después, en una reunión con la élite empresarial, obtuvo el compromiso de comprar gran parte de los boletos, con lo que el éxito económico del proyecto está asegurado. De esta manera, el poder presidencial queda tan claro como en el México postrevolucionario o el México neoliberal.

¿Qué iremos a hacer después con el avión?


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