El surrealismo es una tendencia, una forma de manifestación, una filosofía que surge al final de la Primera Guerra Mundial en Europa, especialmente en París, en la que las expresiones se hacen en un sentido metafórico, hiperbólico, que parecen superar a la realidad, o cuando menos lo intentan y que les da una capacidad de representar la realidad de una manera diferente. Surge de una mezcla de corrientes en las que resultan fundamentales las teorías de Freud, de Alfred Jarry, a las que se agregan formas y pensamientos de Jacques Vaché y Guillaume Apollinaire.
Pronto toma un camino independiente y un desarrollo extraordinario, en 1924 André Breton realiza un manifiesto en el que defiende el valor del surrealismo y su fuerza para representar la realidad y trascenderla, lo que empezó siendo un movimiento literario, pronto incluyó a otras disciplinas como la pintura e incluso la cinematografía, estableciéndose como una corriente filosófica. Breton vino a México en 1934 y declaró que nuestro país era un sitio naturalmente surrealista y que la realidad era manifestada frecuentemente de esa manera.
México tuvo muchos y grandes representantes del surrealismo, Rufino Tamayo, David Alfaro Siqueiros, María Izquierdo, son algunos de sus más destacados representantes. Agustín Lazo Adalid fue un surrealista que conjuntó varias disciplinas en su obra, la literatura, la pintura y otras artes plásticas.
Quizá sean más conocidas como representantes del surrealismo mexicano Remedios Varo y Leonora Carrington, quienes no teniendo la nacionalidad mexicana –aunque después la hayan adoptado–, desarrollaron aquí la mayor y más destacada parte de su carrera. Remedios Varo, quien desafortunadamente falleció joven, en sus inicios profesionales realizó trabajos comerciales relacionados con la medicina, y no propiamente artísticos, y que, a propósito, tiene varias obras al respecto.
Buñuel fue un gran representante del surrealismo en el cine; la mayor parte su obra y quizá la más importante la lleva a cabo en México. Ya había hecho el Perro Andaluz, y luego en Europa también filmó Bella de día y Ese oscuro objeto del deseo, entre otras películas con gran éxito artístico y económico pero que quizá no tuvieron ya la fuerza del surrealismo que tuvieron Los olvidados, Un tranvía llamado deseo, El ángel exterminador, Él o Viridiana, que son el surrealismo puro.
Cuando uno ve Los olvidados o El ángel exterminador, queda impresionado y confundido, y empieza a buscar explicaciones a escenas y situaciones no fáciles de entender o explicar, con Nazarin es aún más complejo porque si bien está basado en una obra de Pérez Galdós,la adaptación a México le da un surrealismo de sumo complicado. Por eso cuando se vuelven a ver estos filmes, siempre surgen nuevas explicaciones, y si uno busca lo que se ha escrito sobre ellas va encontrando diferentes disquisiciones para ellas; a mí siempre me ha quedado la duda si Buñuel no se reía del público que vería sus películas y que incluso se burlaba de sí mismo, un poco lo que quizá también sucedió con Dalí.
Nuestro actual presidente hizo varias promesas de campaña, que fueron ratificadas en su periodo como presidente electo, aunque es posible que ya ejerciera el poder, unas tenían que ver con la seguridad y el desarrollo económico, que no ha podido cumplir, y luego otras con un gran valor simbólico y que le acarrearon aún muchos más simpatizantes; quizá tres reúnan este simbolismo: 1) el cambio de uso de Los Pinos, 2) el cierre de la obra del aeropuerto que se construía en Texcoco y 3) la promesa de usar el avión presidencial, y con ello la venta del que se tenía destinado para ello.
El primer día de su gobierno, Los Pinos ya estaba abierto como un centro cultural y dejaba de ser la residencia oficial; creo que ha tenido éxito y el lugar se va consolidando como un sitio alternativo de cultura. El presidente tiene ahora su residencia en Palacio Nacional, que como quiera ha de ser más bonito, aunque quizá más incómodo. El cierre de las obras del aeropuerto tiene ya su surrealismo, una obra ya iniciada, con avances notables y con un financiamiento resuelto fue cambiada por una obra no iniciada, en un sitio que no se sabe si funcionará y que requiere para ello mantener abierto el actual aeropuerto. Mucho se dice y se escribe al respecto sin llegar nunca a una explicación rotunda, como que los orígenes son metafóricos y suprarreales y, por tanto, por ahí habrá que buscar la explicación.
Creo que lo del avión presidencial sí es surrealista, se canceló su uso y se mandó a valuar a la ONU, esto empieza a ser ya surrealista, ¿por qué la ONU y no a una compañía comercial o manufacturera de aviones? He buscado y no encuentro el área de las Naciones Unidas dedicada a la valuación de bienes inmuebles. Fijaron un precio y se llevó a un lugar especial para ser expuesto, y en su caso probado, no se recibieron ofertas por los 150 millones de dólares en los que ¡la ONU! lo valuó y entonces empezaron a surgir explicaciones para venderlo de otra forma, algunas de ellas dignas de servir de inspiración a las pintoras Varo o Carrington como la compra en moneda virtual, o a cambio de acciones de un parque temático que se construiría en dos o tres años; y por ahí ha ido la cosa.
Hasta que el Señor Presidente dijo que se iba a rifar, al principio no nos lo creíamos pero esto se ha ido consolidando a través de las declaraciones presidenciales y el curso del tiempo. Parece que la rifa es ya una realidad o una suprarrealidad y el avión será rifado. Sus colaboradores deben estar vueltos locos para aterrizar la surrealidad de la decisión presidencial, porque los actos de gobierno no pueden ser surrealistas, como hacer que la Lotería Nacional lo pueda rifar si está creada para dar sólo premios en efectivo, como vender 6,000,000 números (cachitos) de $500.00.
La logística para ello va a ser complejísima y más si el sorteo se quiere hacer el 5 de mayo; además tienen que realizar el milagro de los panes y los peces porque con el dinero que se obtenga no sólo tienen que pagar la deuda que se tiene adquirida por la compra del avión (los tres mil millones de pesos que se podrían obtener de la venta de los cachitos), sino también comprar equipo e insumos médicos porque ya lo anunció su jefe. El súmmum del surrealismo es que ahora al Jefe del Poder Ejecutivo le preocupa que el ganador resulte dañado por obtener tanto dinero de la rifa, por lo que ha propuesto, hasta ahora, dos soluciones: una, que el premio sea puesto en un fideicomiso bancario y se le vaya dando al triunfador poco a poco; y otra, que no haya un solo ganador sino que existan 100 números ganadores y sea menos malo para cada uno de ellos; esto sí ya es un surrealismo conservador.
Quedamos en espera de sorpresas y de nuevas explicaciones como cuando uno ve una película de Buñuel u observa la obra de Remedios Varo y Leonora Carrington.
Lecturas recomendadas:
~ Carlos Barbachano. Buñuel. Salvat Editores. México. 1986.
~ Javier Herrera. Luis Buñuel en su archivo. De Los olvidados a Viridiana. FCE. México. 2015.
~ Masayo Nonaka. Remedios Varo: Los años en México. RM, SA. 2ª Reimpresión. México 2019.
También te puede interesar: ¿Volar o no volar en el José María Morelos y Pavón?