La pandemia del coronavirus ha afectado gravemente al mundo en general, hasta el momento de redactar esta nota, más de 85 millones de personas han contraído el virus y cerca de 2 millones han muerto a causa de este,
Esta situación también ha creado que diversas actividades económicas alrededor del mundo se hayan visto forzadas a suspenderse para evitar una mayor propagación del virus y por consecuencia, durante la primera mitad del 2020, se perdieron 400 millones de empleos a nivel mundial, poco más del 6 por ciento de la población trabajadora activa.
México no se queda atrás en esta estadística, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y la Encuesta Nacional de Ocupación de Empleo (ENOE) en el tercer trimestre de 2020 la tasa de desempleo llegó al 5,1%, un amento del 1,4% con respecto a la tasa registrada durante el mismo periodo en 2019.
De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) esta cifra de desocupación pudiera llegar a ser del 11,7% de la Población Económicamente Activa en México (PEA), lo que representa cerca de 6 millones de personas que pertenecen a esta categorización.
El organismo también advirtió que el 44% población ocupada en el país (personas que ejercen actividades económicas formales) puedan ver una afectación en sus horarios de trabajo e, incluso, en sus salarios de seguir la propagación del virus.
Estos altos índices de desempleo han generado que la población desocupada tenga que recurrir al trabajo informal para poder salir adelante durante la pandemia, de acuerdo con INEGI la tasa de informalidad laboral del tercer trimestre de 2020 se encuentra situada en un 54,2%.
Ante toda esta problemática laboral, más allá de la de salud, que se ha desencadenado en el país a causa de la pandemia del COVID-19, el gobierno de México ha sido una de las naciones que menos ha gastado en atención de sus ciudadanos y empresas afectadas por la pandemia.
De acuerdo con un reportaje publicado por el semanario The Economist, el gobierno de la Cuarta Transformación ha destinado menos del 2% del PIB nacional para atender esta crisis.
The Economist calificó como ¨tacaño e indiferente¨ al mandatario nacional por su manejo de la crisis de la pandemia por coronavirus que ha dejado, al momento de escribir esta nota, 1 millón 448 mil 755 contagiados y 127 mil 213 fallecidos, es decir, una tasa de mortalidad superior al 8%.
Mientras otras naciones han tomado medidas en apoyo a los afectados durante la pandemia como Estados Unidos, que aprobó su segundo paquete económico de 2020 en apoyo a desempleados y para distribución de la vacuna, otro ejemplo de nuestra región es Perú que, al comienzo la emergencia sanitaria, aprobó un paquete económico del 12% de su PIB para mitigar la crisis económica desde un inicio y de esta forma atender a las microempresas y trabajadores que se vieran afectados por el cierre de actividades económicas por la pandemia.
México, a diferencia de estos dos ejemplos anteriores, se caracterizó por no extremar medidas sanitarias que tiene al país, de acuerdo con la semaforización implementada por la Secretaría de Salud, con 5 estados (incluida la Ciudad de México) en semáforo rojo, a 22 entidades en color naranja (alto riesgo), tres en color amarillo y sólo dos en color verde.
Pese a que se estudia la posibilidad de que en México ya se encuentre la nueva cepa de coronavirus (70% más contagiosa que la cepa original) encontrada en Reino Unido en diciembre, nuestro país no ha suspendido los vuelos con la nación británica.
Un nuevo confinamiento afectará enormemente a todos los mexicanos, principalmente en salud -por la sobreocupación de hospitales en gran parte de las entidades del país- y en el tema económico del cual no venimos en números positivos.
De acuerdo con el Fondo Monetario internacional (FMI) en su informe Perspectivas Económicas Regionales publicado en octubre del 2020, la economía mexicana iba a decrecer un 9% al cierre del 2020.
Este dato nos hace el país que mayor decrecimiento tendrá en la región de América del Norte y decreceremos más que la toda la región de América del Sur, la cual el FMI estimó un decrecimiento del 8.1% de media entre las 10 naciones, donde Venezuela predomina con un déficit del 25% para 2020.
El organismo también proyecta un crecimiento del 3,5% para México en 2021 con respecto al 2020, lo que no significaría un avance importante para apalear la crisis económica de los últimos dos años que nos ha tenido en números negativos.