Cumbre de América del Norte

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Ciudad de México.- Esta semana se llevará a cabo la Cumbre de líderes de América del Norte. Toluca, estado de México se ha convertido en un bunker para que el presidente, Enrique Peña Nieto, reciba a su homólogo de Estados Unidos, Barack Obama, y al primer ministro de Canadá, Stephen Harper, para evaluar los beneficios y retos del Tratado de Libre Comercio (TLC) y sobre todo darle mayor competitividad a la región en el marco del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP).

En la geopolítica global, los aliados estratégicos buscarán redefinir la mayor competitividad regional, sobre todo en temas de energía y seguridad. Para México el gran reto es que el proceso de reformas estructurales que lleva a cabo le garanticen certidumbre jurídica y logre elevar su participación en el mercado norteamericano, básicamente estadounidense; incorporar mayor valor agregado nacional por unidad exportada y convertirse en plataforma de exportación al mundo, preponderantemente a Asia, en el marco del TPP.

En este contexto, sin reformas en energía, telecomunicaciones, competencia económica y educativa y sin mayor inversión en infraestructura, México no podrá incorporar más valor mexicano y exportar al mundo.

Primero hoy en la visita oficial de Estado que realiza Harper y más tarde pasado mañana en la cumbre de líderes de América del Norte, con Obama ya incluido, el presidente Enrique Peña Nieto tiene el reto de convencer a nuestros socios comerciales de que México es plataforma de exportación de manufactura y de productos agroindustriales a Asía.

Sin duda, el presidente Obama pondrá énfasis en la relevancia del TPP que se está negociando: dentro de diez días habrá una importante reunión ministerial en Singapur, que implica no solamente a México, Estados Unidos y Canadá, sino también a Chile y Perú, y a países de Asía como Malasia, Brunéi, Singapur y Japón, entre otros así como a Australia y  Nueva Zelandia.

Por todo esto, es importante que el Banco de Desarrollo de América del Norte apoye para financiar la construcción de mayor infraestructura fronteriza y que se garantice el proceso de reformas en México para profundizar la integración de América del Norte rumbo a la alianza del Pacífico. Si en México se siguen haciendo bien las cosas, la economía mexicana podría crecer a tasas anuales de 7 u 8  por ciento de una manera sostenible como han crecido los estados que se han beneficiado del TLC. Sin embargo, necesitamos seguir haciendo nuestra tarea interna sobre todo para concluir el proceso reformador, construir la infraestructura necesaria y garantizar la seguridad en todo el país no solo en algunas regiones con un estado de derecho claro, que garantice la certidumbre jurídica a los socios comerciales y a la inversión privada.

Adicionalmente, México debe aprovechar la experiencia de hace 20 años del TLC y si bien es incuestionable el éxito del tratado comercial como motor exportador, también es evidente que no se tuvo un crecimiento económico sincronizado con las exportaciones. No se lograron crear los escalonamientos productivos adecuados y algunas regiones y sectores quedaron excluidos de los beneficios del TLC. Hoy el reto es integrar a todo el país a los beneficios de los acuerdos comerciales globales y sobre todo del proceso reformador.

Como hace 20 años, México vuelve a estar en la agenda global y hoy con la experiencia adquirida del TLC, el reto es profundizar el proceso integrador, aprovechar las ventajas comparativas y lograr una región más competitiva, que le de a nuestro país las herramientas para crecer a tasas superiores al 5 por ciento de manera más equitativa que ayude a un despegue económico más equilibrado de México.

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