La mal entendida autonomía universitaria ha dado pie a que los estudiantes y diversas comitivas organicen eventos masivos y fiestas en las que el consumo de estupefacientes no es para nada controlado.
México – Tras los sucesos del 68 y el 71, la autonomía de la UNAM se ha tornado una especie de estado de excepción. Es decir, los estudiantes y autoridades de la máxima casa de estudios de nuestro país, presuponen que Ciudad Universitaria es una especie de oasis en el que se puede consumir alcohol y drogas.
La mal entendida autonomía universitaria ha dado pie a que los estudiantes y diversas comitivas organicen eventos masivos y fiestas en las que el consumo de estupefacientes no es para nada controlado. Por tal motivo, la Universidad Nacional Autónoma de México, ha emitido una serie de normativas para regular las fiestas en C.U.
Entre los lineamientos publicados en la Gaceta de la UNAM, se establece que los actos deberán promover el bienestar, la recreación y la cultura de la comunidad buscando estrechar los vínculos entre los universitarios. Además, los eventos que se organicen dentro de la universidad deberán ser sin fines de lucro y mercantiles.
La autorización para llevar a cabo actos masivos será expedida por la Comisión Local de Seguridad de la UNAM. A su vez, se estableció que está estrictamente prohibido asistir a los actos en estado de ebriedad, bajo los efectos de algún estupefaciente, psicotrópico o inhalante, así como ingerir, usar, vender, proporcionar u ofrecer gratuitamente cualquier tipo de sustancia que afecte la conducta del individuo.
En la Gaceta también se hace hincapié en el supuesto de que una persona sea sorprendido infringiendo los lineamientos; el infractor será sancionada en los términos de la Universidad, independientemente de la responsabilidad civil y/o penal. Con este acto la UNAM busca reducir el narcocomercio dentro de sus instalaciones.
