Daniel Cosío Villegas

Lectura: 2 minutos

A 44 años de la muerte de Daniel Cosío Villegas y fundador del FCE

Daniel Cosío Villegas, fundador del Fondo de Cultura Económica, una de las editoriales más importantes de México e Iberoamérica, con el propósito de proveer a los estudiantes de la Escuela nacional de economía con material especializado.

A Daniel Cosío Villegas se le hendió 1915 en la mirada. Entre un régimen presidencial que desplazaba a otro, cada cual con sus propias armas, a sus 17 años supo del abismo: respiró el aire enrarecido de esa “fiebre del hambre y las trincheras” que azotó la Ciudad de México, donde nació en 1898. Vio la muerte a carretadas.

El año del tifo, le llamaron. La epidemia que siguió a la guerra civil de 1914 y se sumó a otras pestes. La viruela, la escarlatina. Con los servicios sanitarios depauperados desde 1911 y los expendios de semillas sin maíz, se hablaba ya de muertes por inanición en Tepito y La Viga; ancianos, niños.

Fue también el año que abrió sitio a la generación de los Siete Sabios de México. Que podrían ser más -considera en entrevista el historiador Javier Garciadiego- y, por ello –dice- sería mejor identificar con el título menos restrictivo de Generación de 1915. Un grupo en el que podría caber el nombre de aquel muchacho tan distinto a todos. Como lo probaría el tiempo.

Porque más que ser un hombre de su tiempo, Cosío Villegas fue el hombre que colocó a México en el tiempo del mundo -no es casual que, años más tarde, bajo su directriz en la editorial que fundó, el Fondo de Cultura Económica, José Gaos trajera por primera vez al español a Martin Heidegger.

“Fue quien introdujo el pensamiento del siglo XX a México”, resume Garciadiego.

Lo que Cosío Villegas tuvo en común con Antonio Castro Leal, Vicente Lombardo Toledano, Alfonso Caso y Manuel Gómez Morín –a quienes el historiador identifica como los monstruos, instauradores de los pilares del país que surgía de los mostos de la Revolución-, fue la urgencia de reconstrucción.

Si el tifo se hubiera llevado a ese joven tan distinto a todos, México se hubiera perdido de un intelectual –para algunos, la mente más brillante del siglo-, un editor visionario, historiador minucioso e innovador y un crítico desafiante.

México no tendría el Fondo de Cultura Económica y el Colegio de México (antes Casa de España). A Lázaro Cárdenas no se le hubiera ocurrido asilar el talento de los republicanos españoles que tanto nutrió al IPN y a la UNAM con valiosos acervos en nuestro idioma.

0 0 votos
Calificación del artículo
Subscribir
Notificar a
guest
0 Comentarios
Más viejo
Nuevo Más Votado
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
0
Danos tu opinión.x