Cielito lindo sólo hay uno

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Cielito Lindo es uno de nuestros varios himnos nacionales (La marcha de las zacatecas, México lindo y querido, Qué bonita es mi tierra, etcétera).

A todos los expatriados, ya sea de una semana o de diez años, esta canción les cae como puñalada en membrillo, pues después de decir ¡lloro, luego existo!, abrazados tras varios tequilas, proceden a entonar a grito tendido ¡Ay, ay, ay, ayyyyyyy, canta y no llores…!

Tampoco falta en los partidos de la Selección Mexicana de fútbol en el extranjero, que desde las gradas o las calles de la ciudad en turno, de pronto se escucha el desgarro de las sufridas gargantas:  ¡…porqueeee cantando se aleeeegran, cielito lindo, los corazones! (¿así habrá cantado Atila y sus hordas después de saquear pueblos?).

Aunque su letra habla de un amor tristón, Cielito Lindo nos da en el clavo, pues en el fondo nos hace creer que somos ese ranchero bueno de tierra igual y no el citadino de ámbito urbano industrializado. La Tierra donde nacimos es, en nuestra imaginación, un gigantesco y lindo rancho, de cielo azul y sauce llorón, donde la gente “goza y sufre (en medio de la naturaleza) pasiones en serio, impulsos propios de la vida al aire libre sin adornos” (Monsiváis dixit). Por lo mismo, la Patria es ella, la que nos infunde el fervor y nos hace olvidar (en lo que duran los berridos) la visión de los vencidos:

De la sierra morena, cielito lindo

vienen bajando, un par de ojitos negros,

cielito lindo de contrabando….

Aunque existe una controversia sobre la autoría de esta canción, lo cierto es que Cielito Lindo está registrada con el número 45701 en la Sociedad de Autores y Compositores (SACM) a nombre del hoy un tanto olvidado, pero prolífico compositor, Quirino Fidelino Mendoza Cortés, quien la compuso hacia 1882.

Cielito lindo

Quirino Mendoza nació en 1862 en el pueblo de Tulyehualco, Xochimilco. Desde niño creció entre música, pues su padre, Policarpio Mendoza Ocampo, era organista de la parroquia local. De él recibió lecciones y pronto el joven aprendió a tocar órgano, violín, guitarra y flauta. Ya mayor tomó la estafeta del padre para tocar en las celebraciones religiosas, pero también comenzó a incursionar con gran aptitud en la composición. Su primera obra data de 1880 y fue de corte religioso que en un arranque de creatividad tituló: Mi bendito Dios.

A sabiendas de que en ese tiempo (y ahora) la música dejaba más trompadas que besos, Quirino primero se enlistó al ejército y después ejerció cabalmente como maestro de primaria rural. Aun así nunca dejó de componer, ni de ser un feliz organista de iglesia por los rumbos de Xochimilco y Milpa Alta.

Y mientras la vida continuaba, el maestro Quirino componía tanto himnos religiosos, como piezas de diversos géneros. Así el fecundo compositor dejó 102 canciones, 73 himnos, 57 cantos escolares, 50 huapangos, 2 grandes himnos y un gran número de polkas, mazurcas, corridos, valses, huapangos, pasodobles, marchas, boleros y canciones rancheras.

La leyenda cuenta que en sus tiempos libres el profesor Mendoza gustaba de pasearse a caballo por la serranía. En uno de sus paseos conoció a Catalina Martínez, “una bella mujer con un llamativo lunar junto a la boca, quien lo conquistó de inmediato”.

Sin embargo, la verdad es que Quirino conoció a Catalina Martínez en la escuela, ya que también era maestra. Eso sí, lo del lunar era muy cierto:

Ese lunar que tienes cielito lindo

junto a la boca, no se lo des a nadie

cielito lindo que a mí me toca

 La pareja sostuvo un noviazgo milenario, como se llevaba entonces, hasta que se casaron y tuvieron tres hijos. En su libro Vida y obra. Quirino Mendoza Cortés (1977), el autor Sergio Espinosa Cordero comenta:

“Inspirado por su sentimiento idílico al mirar en lontananza el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl, (el autor) rememora la dulce leyenda de sus amoríos, por la imagen de la prometida (Catalina Martínez) y de la dulce visión de la virgen. Recuerda a la joven de sus sueños y canta: Vamos al Téuhtli, cielito lindo, a admirar el campo. Allí los dos juntos, cielito lindo, nos amaremos. Tenochtitlán, de aquí se mira, con tantas lindas mujeres, cielito lindo, que a ti no igualan. Ay, ay, ay, ay, entre las bellas sólo tú me consuelas, cielito lindo… Así nace la primera versión de una canción destinada a interpretarse en todo el mundo, fechada el 10 de mayo de 1882, día de su cumpleaños.”

Quinteto Quirino
Quinteto Mendoza de Quirino Fidelino (en el centro).

La polémica sobre la autoría de la canción dice que es de origen andaluz, pues la Sierra Morena a la que refiere la letra no existe en nuestro país, pero sí en una región ubicada entre Extremadura y Andalucía, en España. Sin embargo, muchos especialistas argumentan que se trata de un error de puntuación: De la sierra, (pausa) morena, cielito lindo…, o sea que el compositor se refería a una morenaza bajando de la sierra, no a la cordillera andaluza.

Por otro lado, la canción menciona la palabra contrabando, que se trata de un mexicanismo que en aquel tiempo no existía en España, pues allá se decía estraperlo. Y, por si fuera poco, el mexicano es un pueblo que ante la desgracia canta, lo que precisamente nos provoca Cielito Lindo, ergo: es mexicana, y hasta ahora ningún estudio o especialista ha podido comprobar lo contrario.

Es así como don Quirino, gracias a las regalías que le dio su tonada de amor y nostalgia campirana, vivió muchos años tranquilo. Al morir las regalías pasaron a su nieta, Gloria Mendoza de Moreno, hasta que la canción se convirtió de dominio público.

Otros de sus grandes éxitos del compositor son: Jesusita en Chihuahua, Rosalía, Joaquinita, Xochimilco, La noche tiende su manto, Honor, Gloria, Las espuelas de Amozoc y Alegría de vivir.

En su biografía de la SACM dice: “De los momentos más significativos en su vida fue cuando le compuso un himno al Rey de España, Alfonso XIII, que le presentó en el Palacio Real de Madrid, España, el 12 de octubre de 1919. Como agradecimiento, su majestad, el rey, le entregó una carta de felicitación y una medalla.”

A seis meses de cumplir los cien años, don Quirino Mendoza Cortés murió de una embolia cerebral, en noviembre de 1957.

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LUIS ENRIQUE AVILA GUZMAN

Excelente artículo. Felicidades

javo

Un Gerardo en investigación profunda mood y compartiendo la información. ¡Qué buena onda!
Sin duda vale la pena el esfuerzo.
Que continue la aventura.
Saludos.

Jesus

Que sigan bajando morenas de la sierra para enamorarnos

Tony Cabral Jr.

Que maravilla de relato, una vez más, Gerardo Audtralia nos atrapa con sus artículos sobre compositores mexicanos, que en buena parte, todos llevamos sus obras hasta en la médula.
Felicidades Gerardo.

Carlos Valdés Julián

Extraordinaria investigación. Transmites con tus letras la época y llenas de nostalgia una composición que representa el sentimiento mexicano en todo el mundo. Gracias pir presentarnos al maestro Quirino Mendoza, su autor.

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