Historia del automóvil

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De los caballos a los caballos de fuerza

La historia del automóvil es relativamente reciente si consideramos que el primer carro con ruedas del que se tiene registro era utilizado por los sumerios en el año 3500 a.C. La cuestión con todos esos vehículos previos al s. XVIII es que se movían (o se mueven aún) con la fuerza de los seres humanos o de los animales. Aún hoy vemos en distintos lugares del mundo carretillas jaladas por hombres o dependientes de un mecanismo de bicicleta que funcionan como transporte público en ciudades y pueblos, en el campo o como atractivo turístico hay carretas, yuntas y calesas que se desplazan jaladas por mulas, caballos o bueyes.

Ahora bien, ya sabemos que los seres humanos a lo largo de nuestra historia hemos ido siempre en busca de nuevos objetivos que conquistar. Uno de estos objetivos, pensado para facilitar la movilidad de las personas y el transporte de productos, consistía en evolucionar hacia mecanismos más eficientes, a los que no hubiera que chicotear para que realizaran su función motora.

rueda
Carro sumerio de batalla, 2500 a. C.

El s. XIX es el del desarrollo del automóvil y el s. XX el de su refinamiento y sofisticación. Su evolución ha recorrido tres fases basadas en los medios de propulsión que se han utilizado: el vapor, la electricidad y la gasolina.

En 1860 se crea el primer motor con gasolina, la combustión interna posibilita el desplazamiento de estas estructuras de transporte diseñadas con metal, madera, cuero y caucho. Los vehículos de finales de siglo eran prototipos que dieron la pauta para el desarrollo de la industria automotriz a partir de que las personas le otorgan un valor, primero utilitario y luego como signo de poder. Hay que mencionar que para su introducción a la vida cotidiana fue necesario superar incluso el temor que generaban estos aparatos que irrumpían ruidosamente en la civilización. Había que ser moderno, arriesgado, audaz para atreverse a conducir una de estas máquinas “autónomas”.

La creación de los vehículos de motor implicó una serie de desarrollos asociados. Una vez que se podía tener acceso a cierto grado de aceleración, era necesario poder parar, así se innova creando el freno de mano. Ahora bien, esta misma aceleración requería de un sistema para poder incrementar o disminuir la velocidad, así se llega a la generación del embrague y la caja de velocidades. Además, una vez que se podía ir a mayor velocidad, era necesario tener un buen control de la dirección hacia la que deseábamos llevar el auto, lo que implicó la integración del volante.

Los avances en el diseño de los motores tenían que ver con la aportación de las diferentes fuentes de energía, después de los autos de vapor, se agregaron mecanismos de combustión interna, en los que lo que variaba era el combustible utilizado, así, en 1815, Josef Bozek construye un auto con un motor propulsado por aceite. En 1832 Robert Anderson desarrolla el primer vehículo eléctrico que, para 1839 estaba ya propulsado por células eléctricas no recargables. Algunas décadas después, Etienne Lenoir hace funcionar un auto con gas de carbón y en 1870 Siegfried Marcus lo hace funcionar con gasolina. Este vehículo, conocido como el “primer coche Marcus” es el primero del que su inventor patenta, en 1883, un sistema de ignición de bajo voltaje que se utilizó a partir de ahí en los modelos subsecuentes.

primeros autos
Coche Marcus (Imagen: http://elgenialblogdedaff.blogspot.com).

Mientras Lenoir trabajaba en Bélgica y Marcus en Viena, en Alemania, de manera prácticamente simultánea Karl Benz en Mannheim y Gottlieb Daimler y Wilhelm Maybach en Stuttgart estaban también diseñando automóviles. Aún podemos identificar algunos de estos nombres en marcas modernas y actuales de vehículos, es decir, sus inventos y marcas, han trascendido en la historia.

Para el anecdotario me parece interesante comentar que una de estas marcas, quizá la de mayor prestigio de los autos alemanes, Mercedes Benz, debe su éxito y popularidad a una mujer. ¿Resulta extraño pensar a una mujer en la industria automotriz a principios del s. XIX? Efectivamente, la señora Benz, no participaba de la creación o invención de elementos para la fabricación de los vehículos, lo que hizo fue más importante, ella confió en lo que vieron sus ojos de la manufactura que su marido había realizado. Él, a pesar de haberlo patentado en 1886 (Benz Patent-Motorwagen) pensaba que aún no era momento de sacar a la luz su auto, y ella convencida de que había llegado, debía presentarse al mundo y aprovechando de alguna distracción de su cónyuge, a sus espaldas, en 1888, sacó el auto, lo condujo por caminos veredas ante el azoro general. No sólo había un auto en el camino, una mujer dirigía la palanca de mando. Cuenta la leyenda que en el camino le fallaron los frenos y la ignición, pero ella, decidida y confiada, reparó las partes necesarias con pedazos de su ropa, y volvió a la conducción. Así, en este recorrido de 80 kilómetros entre Mannheim Pforzheim, ella dio inició no sólo a una marca de autos sino a una industria completa y, ¿qué crees? No se llamaba Mercedes, su nombre era Bertha. Para 1900, un par de años después, la producción masiva de autos ya era un hecho en Francia y en Estados Unidos. Desde entonces Peugeot era una marca presente en mercado. En 1908 Henry Ford comienza la producción de automóviles en una cadena de montaje, con un innovador sistema que posibilitó cifras de producción hasta entonces no concebibles.

Mercedez Benz
Benz Patent-Motorwagen.

En esa época salieron al mercado muchísimas marcas, algunas que siguen estando en el mercado hasta el día de hoy. Algunas de ellas son: Audi y Fiat que iniciaron operaciones en 1899; Rolls Royce que empezó fabricando partes para auto en 1884 y produjo su primer automóvil en 1904; Chevrolet nació en 1911; BMW en 1913 fabricando motores de avión, posteriormente motocicletas en 1922 y autos en 1928; Dodge en 1914; Bentley en 1919 con aviones y autos a partir de 1920; Jaguar inició en 1922 con sidecares para motocicletas en 1922 y autos en 1927; Chrysler en 1925 con la marca Maxwell. La lista es prácticamente interminable ya que desde entonces se ha seguido introduciendo nuevas marcas al mercado y otras han ido desapareciendo.

En cuanto a la parte de diseño estético y funcional, los autos que estuvieron en boga a principios del s. XX, tenían el estilo de los antiguos coches de caballos, hasta la Gran Depresión del 29, principios de los años 30, en el período entre guerras. Austin 7, Bugatti Type 35, Ford T y Cadillac V-16, eran los vehículos que rodaban por los caminos del mundo. Aunque el mundo no era muy grande porque los autos no llegaban a todos lados aún.

En la preguerra de la Segunda Guerra Mundial empiezan a diseñarse vehículos más “redondeados”, nuevos modelos de Ford y Bugatti se habían incorporado al mercado automotriz. Además, Citroën con el Traction Avant y Volkswagen con el tipo 1 estaban floreciendo como marcas relevantes, todas estas vivas todavía, a más de un siglo de su creación.

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1930-1934 Bugatti Type 49 roadster.

La posguerra permitió la integración de motores menos contaminantes, más eficientes y seguros a la producción masiva. A las marcas anteriores se suma Renault en Francia, incorporando una carrocería que simula los diseños de los sedanes que conocemos aún hoy en mercado.

En el transcurso de la década de los 60 hasta los 80 se incorporan marcas en una etapa de auge de la industria. Toyota y Honda se integran a la oferta, además de los modelos diferenciados de las ya establecidas Ford, VW, Peugeot.

Es en 1903 que los primeros automóviles llegaron a la Ciudad de México, en ese entonces había un total 136 vehículos registrados en el parque vehicular. Tres años después la cantidad había llegado a 800, es decir, el mercado de los autos en México tenía un crecimiento exponencial y, desde entonces, no ha parado. El primer reglamento de tránsito, realizado durante el mandato de Porfirio Díaz, es hoy una curiosidad si pensamos que la velocidad máxima permitida era de hasta 40 km/h. Qué esperanzas que hoy en día consideremos esto una máxima, apenas una mínima que nos tiene con brida. Asimismo, Porfirio creó el primer impuesto por la tenencia de automóvil, como suele ser, éste es un impuesto politizado por lo que fue abolido posteriormente. ¿Cuándo volvió a estar vigente? Adolfo López Mateos lo revivió en 1962 como un apoyo para el financiamiento de las Olimpiadas de México 68.

Además de tener a México como un mercado importante para la expansión de la industria automotriz, también las armadoras recurrieron a principios del s. XX al establecimiento de plantas en territorio mexicano. Sin embargo, esa es otra larga historia que habré de tocar en otro momento. Por ahora, existen más de 400 modelos diferentes de vehículos, cobijados bajo más de 40 marcas. Es avasallante, hoy cuesta trabajo hasta distinguir la oferta, aunque es el mañana el que me ocupa.

¿Qué nos espera en el futuro? ¿Cómo serán los autos de la siguiente mitad del s. XXI? Se habla, incluso se muestran prototipos de vehículos que no requieren de conductor. La idea es encantadora si se piensa que en las grandes ciudades el tiempo que pasa una persona en el auto supera por mucho la hora diaria, entonces, la alternativa de que el coche se conduzca solo hacia el destino elegido mientras el pasajero trabaja, descansa, lee o ve la televisión es un consuelo. No obstante, quienes disfrutamos de la conducción de un buen auto en carretera seguiremos deseando la experiencia placentera que el camino nos proporciona.

Las opciones de diseño a futuro varían a materiales más resistentes, más seguros y ligeros, estructuras de impacto desarmables que mantienen una cápsula de seguridad en el centro de la experiencia, aún más sofisticadas que las actuales. Carrocerías que cambien de color a placer, autos que flotan en lugar de rodar, ¿los Supersónicos en acción? Guardar el coche en un maletín es un sueño dorado si tengo que enfrentarme a la titánica labor de estacionarlo en la CDMX. Es así como la industria automotriz continúa evolucionando a gran velocidad, desde el mercado masivo hasta el de lujo, tienen novedades e innovaciones que ofrecer. Yo sigo apostando a la teletransportación para los traslados largos, aburridos, que sólo gastan nuestro tiempo, y a un modelo cómodo, seguro y disfrutable que siga aportando disfrute al conducir cuando quiero viajar sólo por placer.

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Alfonso

Estimado Ian.
Muy interesante artículo que he leido con interés porque me encanta el tema de los automóviles y también como a Usted, me resulta muy atractivo conducir un auto por los caminos que ofrecen nuevas experiencias y en algunos casos situaciones inesperadas aunque no siempre agradables, sobre todo cuando tienen que ver con la inseguridad.
Quedo en espera de su artículo sobre las armadoras de automóviles en México.
Muchas gracias.
Saludos y felicidades.

rafael dominguez

Muy buen artículo, como dice Alfonso esperamos uno con los autos americanos, como se dio inicio a la producción en serie por Ford, que pasó con los hermanos Dodge, en que apoyaban a las otras marcas, porque el Norte Americano prefería la marca Chevrolet y como fue que se creó las ventas a crédito de ésta marca, porque los jóvenes Norte Americanos le han dado la espalda a las marcas que dieron origen a la industria automotriz en EUA y ahora consumen Mercedes y BMW, sucediendo lo mismo en México.

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