Tragedia en cuatro actos
Basada en hechos reales
ACTO I
Cosas que algunos teatreros dicen para que vayan a sus obras de teatro:
“Si compras los boletos en preventa, tendrás un 50% de descuento”.
“Hoy es 2×1 en Ticketmaster. Los boletos de la obra te pueden salir súper baratos”.
“Hoy es jueves de 30 pesos en el teatro.”
“Si mandas un tuit con el nombre del protagonista de la obra, te regalamos un pase doble”.
ACTO II
Cosas que algunos espectadores que nunca han ido al teatro dicen:
“Es que el teatro es muy caro”.
“El dinero que voy a invertir en un sólo boleto de teatro lo puedo ocupar para tres boletos de cine”.
“Si un boleto es muy barato, la obra debe ser muy mala”.
“Yo voy al teatro sólo si me dan cortesías”.
ACTO III
El primer punto donde coinciden los prejuicios de los teatreros frente a los espectadores y viceversa es el dinero que inviertes en un boleto. Y esto me lleva a preguntar: ¿cómo los espectadores deciden gastar su dinero en una obra?
Una persona gana determinado dinero al mes (“mes” por decir cualquier temporalidad); parte de ese dinero es ocupado para su “entretenimiento” donde podemos enlistar: restaurantes, cines, museos, parque de diversiones, suscripciones de plataformas digitales, conciertos, alcohol y teatro. Una obra no compite realmente con otra obra, compite con todas las opciones de entretenimiento que alguien considere dentro de su presupuesto mensual.
Si alguien por gusto, hábito o formación decide gastar su dinero destinado al entretenimiento en teatro, es genial. Pero alguien que nunca ha ido al teatro, los descuentos, ofertas y promociones no tienen ningún sentido porque ni siquiera lo considera una opción.
Sin embargo, el problema es mayor si salimos de la realidad teatral. La “cultura de la libertad creadora” (así como la tipifica en su libro Dinero para la cultura de Gabriel Zaid) es algo que en este país está castigada histórica y políticamente porque ante la urgencia, esto parece una necesidad postergable. Esta cultura aparece como el punto de colisión de fuerzas educativas, políticas y económicas.
ACTO IV
¿La cultura en este país está condenada a ser necesidad y nunca urgencia?
Si una obra de teatro lucha por salir con los gastos mínimos de su producción con espectadores cautivos, ¿también sería su responsabilidad hacer un esfuerzo (económico) por atraer espectadores potenciales?
¿Vale la pena abordar un análisis de audiencias del teatro? ¿Es muy capitalista? ¿O el teatro es muy artesanal para ser susceptible a un análisis de audiencias?
¿A qué audiencias le habla una obra cuando genera un plan de publicidad? ¿A las cautivas o a las potenciales?
¿Cuáles son los criterios para definir a los espectadores potenciales del teatro?
¿Hay un análisis de espectadores del teatro fuera del sector publicitario? ¿Existe uno psicográfico o de hábitos de consumo?
¿Cómo lograr una sustentabilidad en el proyecto de atraer espectadores potenciales más allá de políticas sexenales?
¿Qué tanto la creación teatral debe someterse a los intereses temáticos de los espectadores para que se vuelva más atractiva?
OSCURO.