El verdadero carácter siempre aparece en las grandes circunstancias.
Napoleón Bonaparte.
Dentro de la historia de la humanidad debe existir un capítulo completo sobre Napoleón Bonaparte. No sólo se dedicó a librar batallas y a coronarse como rey de casi toda Europa, también es conocida su fama peculiar de hacer las cosas. Así, el soldado que pasó a ser considerado uno de los estrategas más brillantes de la historia, nos legó, entre muchas otras invenciones, el sistema de numeración para las calles de casi todo el mundo (de un lado números pares, del otro los impares), él desarrolló un esquema educativo ordenado en donde dividió los liceos en escuelas primaria, secundaria y preparatoria. En México, a la fecha, hay más de tres mil artículos en el Código Civil, de los cuales, se calcula que alrededor de mil doscientos vienen del código napoleónico. Además, es gracias a su particular visión que tenemos un banco central, un Museo de Louvre con las obras de arte “prestadas” más famosas del mundo, una central de bomberos con personal preparado para emergencias y lo que podría ser considerado un precursor del internet con uno de los sistemas de comunicación más innovadores de la época: el semáforo nacional de Chappe.
Incluso antes del telégrafo, el semáforo de Chappe fue una de las redes de comunicación más utilizadas en Europa, principalmente en Francia entre los años 1800 y 1844. El semáforo era una especie de código de comunicación con fines militares, con una especie de brazo mecánico construido en las partes más altas de los edificios y tejados de las ciudades francesas. El brazo estaba formado por tres vigas: una central que era la que sostenía a las otras dos, las cuales funcionaban como brazos y estaban a los costados. Estas vigas podían moverse en diferentes direcciones, así, los operadores del semáforo podrían dar un mensaje de un punto a otro del país, capaces de transmitir mensajes por medio de estas estaciones, las cuales se construían cada diez kilómetros de distancia; logrando así, ser una red de más de trescientos cincuenta semáforos al servicio del ejército napoleónico. Así se podían enterar sobre una amenaza o bien, cuando querían que se enteraran de alguna noticia en particular de manera casi inmediata, estos semáforos empezaban a transmitir el mensaje y en menos de tres horas, desde la provincia de Lyon hasta Venecia podían informarse sobre los acontecimientos. Un punto curioso es que los operadores no tenían idea de lo que significaba cada movimiento del semáforo, en cuanto empezaban a percibir señales de las estaciones vecinas, ellos comenzaban a copiar los movimientos, y sólo los superintendentes del ejército podían leer el código semáforo, ya que tenían un diccionario especializado.
Pero, sin duda, el código que adoptó Napoleón como uno de sus sistemas de comunicación favoritos no hubiera sido creado sin la capacidad inventiva de los hermanos Chappe, quienes se dieron a la tarea de investigar y probar el sistema una y otra vez, hasta que, en 1795, el semáforo transmitió un mensaje desde París hasta Lille (aproximadamente 220 km de distancia). Así, a Claude Chappe le otorgan el primer título mundial de ingeniero telegrafista y forma parte de lo que sería considerado como el precursor del telégrafo y otros códigos de comunicación, incluyendo el internet.
De esta manera, el visionario emperador Napoleón se sumó una nueva conquista más, ya que, sin este invento y su utilidad, tal vez no se hubiera tomado tan serio el tema de la intercomunicación inmediata.