Cristal Geopolítico

Criptomonedas: ese oscuro objeto del deseo

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Yo quiero, tú quieres, él y vosotros queréis ser ricos instantáneamente. Especular en el ciberespacio, parece la vía idónea para que muchos lo logren… u otros pierdan hasta la computadora. El dinero virtual ha sido bautizado con sugestivos nombres: bitcoin, ethereum, litecoin, ripple, dogecoin y constituyen el corazón del nuevo orden económico mundial, que tiende a desaparecer el dinero como se le conoce hasta ahora y también, pretende suprimir el rol de los bancos centrales y a esquivar las regulaciones de organismos financieros.

La expansión global de las criptomonedas trae un efecto geopolítico que poco se transparenta en los análisis financieros: al cambiar el sistema financiero global, también se trastocan las relaciones de poder. Y resulta muy remota, casi imposible, la posibilidad de que el capital financiero global o regional (como la Unión Europea) abandonen el control de su moneda, que es el instrumento por el que ejercen su soberanía sobre el territorio social que produce riqueza.

Pero son los ciudadanos, no las potencias, el objetivo de las seductoras cifras que ponderan la cotización al alza de las criptomonedas. Cualquiera comienza a saborearse al conocer que, en diciembre de 2017 había 16,8 millones de bitcoins en circulación, cada unidad alcanzaba los 14 mil dólares; hoy se estima que el valor total de esa criptomoneda alcance unos 240 mil millones de dólares contra 16 mil millones que cotizaba a principios del año pasado.

A ojos cerrados, quienes disponen de unos centavitos los invierten en bitcoins. Y son ellos, realmente, quienes le dan su verdadero valor a ese dinero virtual, pues la confianza es la clave. “Una criptomoneda funciona mientras otros la acepten” y el riesgo de una burbuja está a la vuelta, advierten analistas económicos como Wim Dierckxsens y Walter Forment.

El lucro es el objeto del deseo de la especulación. La diferencia entre el trabajo-plusvalía y el espíritu abusador y fraudulento de la especulación es lo que subyace no sólo en la compra-venta de ciber-monedas, sino en las pujas de los mercados de valores.

Entre los críticos serios y documentados de las criptomonedas figura el analista Diego Pappalardo, quien denuncia la existencia de una “propaganda interesada y facciosa” para cautivar a incautos en el circuito del dinero virtual. Explica que esos propagandistas engañan al proclamar que la naturaleza alternativa de los bitcoins, al sistema capitalista. Y niega que, por existir en la web, ese dinero virtual cree un intercambio neutral incapaz de ser censurado o controlado por bancos ni gobiernos. En síntesis, no tiene ningún respaldo en el mundo real.

Criptomonedas

Para ese analista italiano, las criptomonedas no son anónimas pues todas las transacciones se registran públicamente. Subraya que en el circuito de intercambio financiero/económico/comercial ningún dinero fiduciario ni moneda digital están exentos de caer bajo la propiedad, el contralor y regulación de algún individuo o colectivo. De ahí que las criptomonedas no son tan independientes del sistema financiero vigente.

Pese a esa advertencia, numerosos gobiernos invierten sus fondos de ahorros y de pensiones en monedas digitales. Japón, Surcorea y Vientam lideraban el 80 por ciento de transacciones a fines del año pasado. Costa Rica ya inauguró cajeros especiales en criptomonedas y el analista Campbell R. Harvey atisba la posibilidad de que la misma Reserva Federal estadounidense cree el “FedCoin”.

Las economías emergentes bautizadas bajo el acrónimo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) también apuestan a tener su propia moneda digital. China ya experimenta con la suya propia y Rusia avanza en la creación del “cripto-rublo” para hacer frente a las sanciones que le ha impuesto Occidente.

En el mismo sentido, el 20 de febrero nacía el “petro”, la criptomoneda venezolana. El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunciaba que la preventa de esa moneda virtual alcanzaba los 735 millones de dólares desde su activación, la medianoche del día anterior. El petro busca sortear las sanciones impuestas por Donald Trump y sus aliados europeos contra el país sudamericano. Lo respaldan 5,342 millones del petróleo de la más alta calidad global, cuyo precio está sujeto al valor del hidrocarburo.

El número de mexicanos que ven en el dinero digital la consumación de sus más caros anhelos va en ascenso. La regulación existente no se ha actualizado para hacer frente al nuevo orden económico.

Lo que sí avanza, y rápido, es la amenaza tecnológica contra las ciber-monedas, pues los expertos prevén que las computadoras cuánticas podrían acabar con Bitcoin en sólo una década. Entre 2018 y 2027 es el plazo de creación para esos equipos, cuya gran potencia podría destrozar los protocolos de seguridad que han popularizado el dinero virtual y cualquier otro método de seguridad criptográfica que se base en las mismas técnicas. Para evitar esa catástrofe, los expertos del Instituto Tecnológico de Massachussetts, urgen a revisar los protocolos de seguridad, pues anuncian que ya se están desarrollando los primeros equipos cuánticos.

Mientras ese riesgo se consuma, hay que recordar que el más oscuro deseo de Midas no lo hizo feliz.

La curiosidad NO mató al gato

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Querer saber, analizar, inquirir, comprobar y sondear el mundo ha sido interés humano en todos los tiempos. Sin embargo, ocultar, encubrir, cerrar, reservar y enmascarar ha sido la respuesta histórica del poder político imperante. El choque de ambos intereses trajo a escena la censura y represión. Las instituciones más logradas para ocultar la verdad fueron la Inquisición y el Santo Oficio; ambas sostenían que combatían la herejía y castigaban a las mujeres sabias acusándolas de brujería y a los hombres en apóstatas. Científicos, librepensadores, extranjeros y creyentes de otras religiones de visión altermundista, eran peligrosos al establishment.

Esa terrible lucha entre curiosidad y secretismo ha costado vidas y retrasado la formación de sociedades cultas, creativas y confiadas en sus representantes. En 1252 el papa Inocencio IV autorizó el uso de la tortura para obtener la confesión de los acusados con la bula Ad extirpanda. Sin censo de las víctimas, el Simposio Internacional sobre la Inquisición celebrado en el Vaticano en octubre de 1998, admitía que sólo en países protestantes (en Alemania, Polonia, Lituania, Suiza, Dinamarca, Noruega, Reino Unido), habrían ardido en la hoguera a unas 43 mil personas. Así se administró la verdad y el conocimiento por siglos.

A pesar de que la curiosidad trajo a los europeos a América, la que llevó a Gagarin al espacio extraterrestre, clonó a la oveja Dolly y nos mantiene atados a las redes sociales, ser curioso sigue siendo problemático en la segunda década del siglo XXI. Según el vocablo latin curiosîtas, un ser curioso es alguien inclinado a aprender lo que no conoce. Y es que, aunque a miles de millones de personas les interesa conocer los entretelones de las decisiones que impactan en su vida íntima y su entorno político-económico, los gobernantes, corporaciones y poderes fácticos no han aprendido a lidiar con esa curiosidad.

Por ejemplo, a todos atañe saber que se debate en la Oficina Oval de la Casa Blanca, qué dialoga del presidente de nuestro país con otros jefes de Estado o, cuánta energía fósil queda en el planeta. Acercarse a ese conocimiento implica preguntar, formular hipótesis y teorías. Hoy en todo el mundo, los ciudadanos enfrentan obstáculos para acercarse a la verdad. Una, es su falta de fuentes y otra, el blindaje legal que limita el acceso a documentos, cifras y testimonios. En Estados Unidos, The Freedom of Information Act (FOIA) permite que las personas soliciten información gubernamental. En México funcionan la Ley Federal de Transparencia en México y el Instituto Federal de Acceso a la Información Pública.

Por raison d’Etat –como definió Maquiavelo‒, esos dos modelos de transparencia y los existentes en los cinco continentes, buscan evitar que cualquier mortal penetre en los más profundos secretos del poder. Corresponde a los curiosos buscar, y eventualmente encontrar, la fórmula que invoque el “¡Ábrete Sésamo!” de las claves de la política. Por ejemplo, en nuestro país, información sensible o que roza la seguridad nacional, se “reserva” por 3, 6 y 12 años renovables. En ese tenor se ubican los informes de los diplomáticos a la cancillería o los informes periódicos que el gobierno presenta al Comité contra el Terrorismo de Naciones Unidas (CTC). En consecuencia, ignoramos qué reportan nuestros embajadores y cónsules.

A ese contexto se suman los enigmas que resguardan celosamente los nuevos actores geopolíticos: trasnacionales (o corporaciones), medios de información, organizaciones no gubernamentales, grupos empresariales, sindicatos, organismos financieros internacionales e instituciones religiosas, cuya operación y objetivos están fuera del alcance de los ciudadanos por la propia lógica de esos poderes fácticos. De vez en vez, profesionistas avezados –y curiosos multidisciplinarios– logran escudriñar los misterios en las entrañas de estas organizaciones. Otras veces, y por puro y frío cálculo, esos entes divulgan información como el monto de sus ingresos, el alcance de sus fusiones o su despliegue en nuevos territorios del planeta.

Queda claro que ser curioso implica desechar la información de bisutería y concentrarse en la cualitativa, que es menos accesible. Ya entrados a curiosear y a modo de ejercicio, planteamos cinco ámbitos de índole local sobre los que vale la pena cuestionar:

  • ¿De verdad, hoy es mejor que nunca la relación de México con Estados Unidos?
  • ¿A cuánto asciende la deuda pública?
  • Las elecciones del 1 de julio tendrán un costo de 28,022.5 millones de pesos. ¿Es necesario erogar esa suma colosal en ese proceso electoral?
  • ¿Existen evidencias de que el “avance” de Rusia y China en América Latina es negativo para México? ¿Cuáles?
  • ¿Existe un Plan B por si Estados Unidos sale del TLCAN y se complementa el muro fronterizo?

Y sí, vale la pena ser curioso. Investigar por conocer, preguntar para cerciorarse y comparar versiones para confirmar. El gato no murió por curioso, aprendió a saltar y conquistó el saber.

Elecciones: entre las “fake news” y las neurociencias

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Política es emoción. Se ha pasado de lemas electorales con ofertas y bondades de un candidato como: “¡Arriba y Adelante!”, “Administrar la Abundancia”, “Él sí sabe cómo hacerlo”, “Solidaridad”, “Bienestar para la Familia”, “El gobierno del cambio”, “El presidente del empleo” o “Mi compromiso es contigo”, a las historias falsas (“fake news”) sobre los adversarios. Redes sociales y medios electrónicos difunden masivamente mensajes construidos para manipular emocionalmente al elector con fines políticos. De la guerra sucia se ha pasado a la falacia. Esto ocurre hace tiempo en todo el planeta desde que las neurociencias están al servicio del marketing político.

Repudio, miedo, ira, burla o frustración son emociones detrás de las fake news. Imágenes distorsionadas, discursos editados, estadísticas falsas y sondeos engañosos, manipulan la inteligencia emocional de los receptores desde la red. Astutos estrategas integran en los equipos de campaña electoral a neurocientíficos, psicólogos políticos y sociólogos que hábilmente construyen artificiosas narrativas.

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Saben que las emociones influyen en el pensamiento y conducta de las personas. Charles Darwin lo descubrió con su teoría evolutiva de la emoción: las emociones estimulan respuestas rápidas y así, aumenta la probabilidad de sobrevivir. Y hoy, la psicología política ayuda a conocer los mecanismos del comportamiento político de la persona. Con las neurociencias se sabe si el voto es expresión de su identidad, qué despierta sus simpatías partidarias, cómo se allega información política o cuáles son sus prejuicios y hostilidad grupal, entre otros.

Las estrategias emocionales pretenden detonar reacciones. Por ejemplo, es sabido que el miedo incita a la lucha o a evitar la amenaza. “En una sociedad democrática, ganará el partido o candidato más competente en la gestión y movilización del miedo y la ira entre los electores”, sostiene el doctor en estudios latinoamericanos, Andrés Valdez Zepeda, en El miedo y la ira como estrategia en las campañas electorales (Colombia, 2012).

Apelar al miedo es propio –no exclusivo– en las campañas de los partidos en el poder, mientras que apelar a la ira, generalmente es recurso de partidos y candidatos opositores. En ambos casos se busca hacer sentir a los votantes que si el opositor gana la elección destruirá, acabará y amenazará su sistema de valores y propiedades, amenazará la estabilidad y confort de que disfruta y pondrá en riesgo el futuro del país, describe Valdez.

Esas consideraciones son válidas ante la próxima contienda electoral de México que, según fuentes extranjeras y locales, será lodosa, asquerosa y más que sucia. Para evitar ser rehén de tan maliciosas estrategias psicológicas, basta ver lo sucedido en la elección estadounidense de 2016. Ahí tuvieron gran efecto las historias falsas y la forma en que la tecnología digital las articuló para circular en redes sociales.

Conceptualizamos como fake news, los mensajes distorsionados que no se relacionan con la verdad. Detrás de esas historias falsas hay razones económicas, pues producirlas es más barato que informar de forma veraz y con datos precisos. Las empresas que emiten las fake news alegan que los consumidores no pueden costear la escrupulosidad y que disfrutan de noticias no objetivas. Acostumbrarse a las historias falsas impone altos costos sociales y privados porque dificulta a los consumidores la posibilidad de conocer la realidad y la verdad. Por ejemplo: dificulta a los electores inferir a cuál candidato preferir.

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“En plataformas como Facebook, el contenido se transmite entre usuarios sin una tercera parte que filtre, confirme hechos o juzgue editoriales. Un usuario sin registro o perfil rastreable puede sumar tantos lectores como Fox News, CNN o el mismo New York Times”, advierte el estudio Medios sociales y fake news en la elección del 2016, de Hunt Allcott y Matthew Gentzkow, investigadores de Cambridge, Massachusetts.

Ambos encontraron evidencia de que: 1) 62 por ciento de adultos estadounidenses obtiene sus noticias en redes sociales, 2) las historias falsas más populares se compartieron más en Facebook que otras noticias; 3) muchas personas que ven historias falsas, aceptan que las han creído, y 4) las historias falsas más polémicas, eran más favorables a Donald Trump que a Hillary Clinton. Ante ello, Allcott y Gentzkow sugieren que el magnate no habría sido electo presidente de no ser por la influencia de esas noticias falsas.

Por su parte, el presidente de Estados Unidos tiene su propia agenda contra medios a los que señala de emitir historias falsas en su contra. En diciembre pasado, él organizó un concurso online para coronar “al rey de las noticias falsas” con tres candidaturas: las cadenas televisivas CNN y ABC y la revista Time. Según la agencia española EFE, todos esos medios rectificaron su información, tras constatar que no era veraz. No obstante, los participantes votaban por la noticia falsa de 2017 con las opciones: “falsa”, “más falsa” y “la más falsa”. Estimado lector, la información veraz como la estrategia política, también es geopolítica.

Sobrevivir el 2018 sin morir en el intento

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Este año cambiará el mapa estratégico global y por simple supervivencia, México debe participar en esa dinámica. La cambiante geopolítica mundial se expresará en elecciones presidenciales y parlamentarias en países clave que definirán su futuro político y el de sus regiones. En otro sustrato, mientras persisten los precios bajos en las materias primas se atisba un nuevo orden económico dominado por criptomonedas y la bancarización. El gran juego estratégico de la energía, que busca mayor acceso y menores precios, seguirá definiendo la intensidad de los conflictos regionales y los éxodos de refugiados. Comprender la sutil lógica de esos procesos es trabajo de politólogos, economistas, sociólogos y expertos corporativos. Todos afinan sus escenarios prospectivos para aprovechar al máximo los próximos doce meses. Sería alentador constatar que lo mismo hacen estrategas y asesores del gobierno mexicano.

Este año renovará su poder Ejecutivo la Federación de Rusia, el país más extenso del planeta poseedor de valiosos recursos energéticos, minerales y segunda potencia militar mundial. Desde 1999, Vladimir Putin ha sido el rostro del Kremlin alternando como presidente y primer ministro en cíclicos enroques con el exdirectivo de la energética Gazprom, Dmitri Medvedev. El 18 de marzo sería la reelección del Hombre de San Petersburgo al frente del Kremlin, ahora con 15 años de experiencia y 83 por ciento de popularidad.

Unión Económica Euroasiática

Formalmente los vínculos entre Rusia y México datan de 1890, aunque la presencia rusa en Alaska y California desde fines del siglo XVIII favoreció la convivencia con los mexicanos que se fortaleció tras la independencia. Si el huésped de la Casa Blanca consumara la asfixia económico-comercial ‒que para muchos supondría el fin del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)‒, México tiene frente a sí a China, segunda potencia económica mundial y mercado con 1,300 millones de consumidores, y a Rusia. Por falta de visión geopolítica y para no disgustar a Washington, se ha mantenido una distancia “saludable” con Moscú y Beijing. Es de esperar que este 2018 domine el pragmatismo y nos acerquemos, conozcamos, veamos, oigamos y hablemos más de esos dos colosos geopolíticos que construyen el Gran Siglo Euroasiático.

En general, se observan seis escenarios globales con nivel de focos rojos:

1) Escalada de tensiones regionales por el incierto rol global de Estados Unidos que, pese a ello, mantendrá su fuerte presencia militar en el exterior.

2) Rusia será tema de campaña entre los demócratas en las elecciones legislativas estadounidenses, por lo que se mantendrá la tensión entre ambos países.

3) Se deteriora la gobernabilidad en Medio Oriente, el Cáucaso y el sureste asiático; en ambas regiones debido a la política de la Casa Blanca.

4) América Latina volvería a la pobreza por desastres naturales, criminalidad y corrupción.

5) Riesgo de ataques terroristas en el contexto de la Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018 y,

6) Resurge crisis político-económica en la Unión Europea por la entrada en vigor del Brexit y el affaire Barcelona.

Mercosur

En Nuestra América, hay tres situaciones de alerta:

  • Se anticipa una violenta campaña presidencial en Colombia,
  • Se prevé inestabilidad político-económica en México agudizada por disturbios pre y post-electorales y,
  • Se avizora gran polaridad en Brasil, entre el Poder Judicial y el candidato del Partido de los Trabajadores.

La gran novedad regional es el relevo de Raúl Castro Ruz en la dirigencia de Cuba, que él mismo anunció; se prevé que en abril próximo la Asamblea Nacional elija a su sucesor. Ese cambio de mando no es menor, pues el futuro de la mayor isla de las Antillas ocurre cuando ¡por fin! México vuelve su mirada a la región. Es vital recordar que con Cuba compartimos los yacimientos transfronterizos de energéticos submarinos en el Golfo de México, a los que también accede Estados Unidos. De ahí que este 2018, apure una diplomacia estratégica con La Habana, lejana de la irredituable arrogancia de años pasados.

Con la superpotencia mundial, la relación no debe excluir la perfecta combinación de visión geoestratégica + dignidad+ sensatez. Sólo así se enfrentarán los desafíos con éxito. Además del TLCAN, pesa en ese vínculo desigual la eventual ampliación del muro fronterizo, cuyo presupuesto ya estudia el Congreso estadounidense. El objetivo excluyente de esa valla o barrera ‒que impactará en millones de pobladores, el comercio transfronterizo, el curso de aguas y flujos migratorios de fauna local‒, va de la mano con el fin (en marzo) del Programa de Acción Diferida para Arribo de Menores de Edad (DACA, en inglés), que ha librado de la deportación a unos 800 mil jóvenes inmigrantes, la mayoría de origen mexicano.

Emprender una política efectiva con la superpotencia, supondrá un avance cualitativo para que los mexicanos de acá y los de allá, sobrevivan el 2018.

Material de consulta:

https://www.express.co.uk/news/politics/898637/Brexit-challenges-UK-2018-new-year-key-dates-future-Theresa-May-latest-news-European-Union

https://www.cbsnews.com/videos/global-risks-in-2018/

https://www.bloomberg.com/news/videos/2016-05-18/china-s-challenges-in-a-modern-world

http://time.com/4927263/daca-dreamers-trump-sessions/

Soltería: política y praxis del bienestar

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Son dueños de su vida, son millones y practican todas las disciplinas repartidos por el planeta: son los solteros. Hace tiempo rebasaron la medieval definición del Diccionario de la Real Academia Española, que con el vocablo en latín solitarius les confiere el carácter de ‘solitario, aislado’. Y a pesar de que hoy esa población protagoniza de forma silenciosa y global, un inédito proceso de autodeterminación, independencia y soberanía socio-político-económico-cultural, se insiste en asociarla con la falta de afecto de una pareja o amante. Y aunque se les endilga el estigma de la soledad, el prejuicio de la irresponsabilidad o de una supuesta licenciosa sexualidad, ya son la avanzada de quienes han elegido perseguir su vida sin que nada les sea impuesto.

Sin embargo, al decidir cada día cómo usar sus capacidades, su libertad y espacio sin depender de otra persona, consorte o cónyuge, los no-casados practican – quizá sin saberlo o estar conscientes – lo que se definiría como “ideología del celibato”. La soltería ha merecido su propio glosario internacional: célibataire, single, célibe, scapolo, ficar solteiro, ledig, холостяк. Y así fueron designados, en su momento, solteros célebres como Leonardo Da Vinci, Simone de Beauvoir, Ludwig van Beethoven o Nikola Tesla. Del siglo XVIII queda la huella de Mary Wollstonecraft, costurera y directora de escuela que por su independencia económica logró desempeñarse como filósofa. Es claro que hubo solteros entre los bolcheviques, partisanos, astronautas, que participan en expediciones científicas en el Ártico o la Antártida y que diseñan fármacos y alimentos para el futuro.

Pese a ello, la historia ha sido avara en recoger el prolífico y gratificante aporte de miles de mujeres y hombres célibes cuya imaginación, dedicación, esfuerzo y economía, contribuyó al florecimiento de sus familias y prosperidad de su comunidad. Y en un inexcusable rasgo de envidia y celos o mezquindad, se los agravia con el epíteto spinster: solterona o solterón.

La buena noticia es que ya nada justifica que se los condene a la oscuridad doméstica y ostracismo social. Hoy sorprende que, de los 7,324 mil millones de habitantes en la Tierra que consigna el World Demographics Profile 2017, en todos los países sea sin precedente el número de solteros. En México habría que formalizar los estudios y estadísticas de cuántos son, qué hacen, dónde están y qué piensan. Entretanto, valga la frase: ¡Solteros por decisión, no por resignación! Pues sociólogos, científicos sociales, antropólogos, mercadólogos y politólogos coinciden en que esta es la Era de la Soltería.

En 2014 el Informe Pew estimaba que uno de cuatro jóvenes de entonces, llegarían a los 50 años sin casarse; pero también ese año el US News & World Report revelaba que una causa de preocupación de los estadounidenses fue que los valores morales del país eran malos y “empeoraban por el gran número de personas solteras”. Pero en lugar de inquietarse hay que celebrar, estima la científica social Bella DePaulo. Ella encontró que el aumento de quienes eligen vivir solos es una “bendición” para ciudades, poblados y comunidades, así como para sus familias, amigos y vecinos.

DePaulo observa que los solteros se interesan más en visitar, apoyar, aconsejar y estar en contacto con parientes, vecinos y amigos; además, tienden a participar más en actos cívicos y ya sea que vivan solos o con otros, son más voluntarios de organizaciones sociales, grupos educativos, hospitales, que los casados. Es relevante también, la participación política y multidisciplinariedad de la mayoría de célibes.

Y aunque aún se les estigmatiza como personas que no tienen a quien los “ame” y se afirma que mueren más pronto, solos y tristes, Rachel Guillet escribía en The Independent que estudios recientes confirman que ellos tienen una diversa agenda de relaciones y tienden a estar muy satisfechos con sus vidas. De igual forma, a los solteros se les reconoce su sociabilidad y tan pronto se ubican en un entorno, construyen buena relación de vecindad y amistad. En cambio, las parejas que viven juntas o se casan, pueden tener una salud mental más vulnerable y tienden a volverse más aisladas incluso aunque no tengan hijos.

Es claro que en este siglo XXI, el mundo se ha convertido en algo más amplio por conocer, y no es requisito hacerlo con alguien. Hoy la independencia domina la interacción social, por ello concluimos con lo que sugieren las más recientes investigaciones: que los solteros tienden a ser más generosos, a trabajar en actividades más cualitativas que los casados, a tener menos problemas legales, a reportar más logros personales, a pasar más tiempo en actividades recreativas, a tener más tiempo para sí mismos, a dormir mejor.

En este tiempo donde lo simbólico le gana la partida a lo real, cuando la proclamación de soberanía e independencia trasciende a Estados y comunidades, los solteros constituyen un sector estratégico que los ubica como grandes actores de su tiempo.

Política y megaproyectos del siglo XXI

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Los primeros 17 años del siglo actual concluyen con una frenética y radical transformación del espacio global. La voluntad político-económica tras ese cambio geográfico emana de despachos presidenciales a oficinas corporativas, donde los CEO’s aprueban obras en las que se remueven millones de toneladas de tierra, millones de metros cúbicos de agua y el concreto se ensambla con vidrios en poderosas vigas de metal. Canales marítimos interregionales y ciudades que brotan mes a mes, ya son mega-construcciones cotidianas. Y mientras se traza la ruta marítima posterior al deshielo del Ártico, se afina el proyecto del paso interoceánico de Nicaragua, en las Maldivas se piensa en un hotel espacial y Noruega planea un túnel para barcos.

Detrás de esas obras faraónicas radica la necesidad de agilizar el tránsito de mercancías y personas o capitalizar con divisas los extraordinarios paisajes de Oriente y Occidente. Ese interés político-empresarial por transportar más pasajeros y bienes inspiró los canales de Panamá y Suez, así como el Eurotúnel, que en sólo 35 minutos une los 50.45 kilómetros que por milenios separaron a Francia del Reino Unido, en la mayor construcción submarina del planeta.

En una insólita expresión de geopolítica y pragmatismo, ha llegado al espacio extraterrestre con la Estación Espacial Internacional, megaobra de ingeniería. El afán por encontrar nuevos recursos, rutas y espacios habitables, estuvo detrás del lanzamiento al espacio de ese centro de investigación tripulado por astronautas de distintas agencias. Mientras, en la Tierra ocurren grandiosos procesos de evolución urbanística. Tras la apertura económica de China, el estudio del Economist Intelligence Unit previó un fuerte impacto socio-económico que, en dos décadas se ha traducido en la creación de cientos de metrópolis en el gigante asiático.

Pero quizás la más radical mutación del entorno geográfico se viva hoy en Medio Oriente. Como ejemplo está el megaproyecto turístico del Mar Rojo, donde estrategas geopolíticos y economistas apuestan transformar el Golfo de Aqaba, que separa las penínsulas del Sinaí (egipcia) y la arábiga. Se trata de un enorme proyecto (de unos 180 kilómetros de longitud y en 26 mil 500 kilómetros cuadrados), que busca conectar las 500 islas del Mar Rojo, con hoteles, zonas residenciales, centros comerciales y esparcimiento de lujo, donde el puente Rey Salman unirá al reino saudita con el Sinaí, y otras obras portuarias. La primera fase comenzará en 2019 y se concluirá en 2022; lo financian 2,500 inversionistas y está ideado para darle una salida al mundo.

Con esa obra, la petromonarquía busca reflejar el afán modernizador del príncipe heredero Mohamed bin Salman. Sus 2,500 socios e inversionistas aseguran que es un intento por volver a vivir en un Islam moderado, abierto al mundo y todas las religiones; destacan además que el proyecto atraerá cadenas de valor a las industrias y alta tecnología, pues se alimentará con energía solar y habrá “más robots que personas”.

En tanto esa ciudad se levanta entre las arenas, en la capital saudita se erige la Jeddah Tower que con sus mil metros de altura será el edificio más alto del planeta. Así compite con el esbelto rascacielos de 189 pisos, Burj Khalifa de Dubai, que desafía las altas temperaturas con su hermética fachada vidriada de 142 mil metros cuadrados. Y mientras el desierto se cubre de altísimas agujas de concreto, en ese mismo emirato el azul turquesa del Golfo Pérsico ha sido poblado con las fabulosas islas artificiales Palm Islands de Dubai, que ganaron 520 kilómetros de playa para el turismo.

Esa intrépida transformación del desierto precede a la remodelación geográfica del sureste asiático, donde las economías emergentes han incrementado sus ingresos con obras que son verdaderos homenajes a la naturaleza. Es el caso de Gardens by the Bay en Singapur, diseñado para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos en sus 101 hectáreas, que evocan la selva amazónica americana, la fauna australiana y la limpieza del aire alpino. De ahí que se diga que con ese edén urbano se alcanzó la utopía de una “Ciudad en el Jardín”.

Al otro lado del mundo la concesionaria china HKND afina el canal interoceánico de Nicaragua, una megaobra que será tres veces más larga que el canal panameño (276 kilómetros de longitud) y propuesta hace ya más de un lustro. Contempla puertos, aeropuertos, lagos artificiales, ferrocarriles y nuevas ciudades; sólo espera mayor financiación (su costo estimado es de 50 mil millones de dólares) y atenuar protestas de ecologistas y países vecinos por el trazo de la ruta. Y mientras se concreta ese canal, se moderniza la más célebre línea de ferrocarril del mundo: el Tren Transiberiano, que corre 9,288 kilómetros y une la capital rusa con Vladivostok, la ciudad más oriental del enorme país. Inaugurado en 1904 hoy se pone al día para hacer más atractivo y eficiente su recorrido. Se apuntalan sus 574 puentes sobre lagos y ríos y se cambian los “bogeys” (ruedas) de todos los vagones para adaptarlos a las nuevas vías que llevan el convoy por siete husos horarios. Así de visionaria y tradicional es la geografía política contemporánea.

Asesinato de JFK, conspiranoicos y México

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Todos eran espías. En plena Guerra Fría los febriles pasos de cientos de agentes de las agencias de inteligencia del “mundo libre” se entrecruzaban, seguían pistas, buscaban testigos y atendían miles de rumores mientras veían enemigos por doquier. Así fue la pesquisa del asesinato de John Fitzgerald Kennedy (JFK), según revelan 2,891 informes, cables, notas informales y reseñas desclasificados por el Archivo Nacional, algunos ostentan el sugerente sello “Secreto”. Esos archivos cubren los días posteriores al 22 de noviembre de 1963, cuando un enigmático Lee Harvey Oswald (LHO) habría disparado contra Camelot –como se bautizó al carismático mandatario‒, dejando múltiples pistas que lo comprometían. Ese genocidio inauguraría la Era de la Sospecha en lo que hasta entonces había sido el Paraíso en la Tierra: Estados Unidos.

JFK Sistema de Identificación (ver documento aquí)

Aunque el pasado 26 de octubre un teatral Donald John Trump dijo: “Hoy ordeno que el velo se levante”, será hasta abril cuando se desclasifique el último tramo de archivos confidenciales del caso. Se trata de 3,100 documentos de los 5 millones de páginas que contiene el expediente y se estima que la mayoría revelaría la estrecha cooperación anticomunista entre el gobierno federal con la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la Oficina Federal de Investigaciones (FBI). Además, se espera conocer los otros objetivos del viaje a México de Oswald en septiembre de 1963.

Hasta ahora, la desclasificación de la investigación sobre el asesinato de Kennedy ha arrojado luz sobre una verdad bochornosa para la clase política mexicana: que al menos tres presidentes habrían sido sumisos a los sucesivos gobiernos estadunidenses y rendido informes a la CIA de su política anticomunista. Divulgar esa comprometida situación, pondría en riesgo la gobernabilidad de México, por lo que en los años noventa el juez federal John R. Tunheim ordenó mantener clasificados esos archivos.

Sin embargo, hoy en los expedientes liberados se evidenciaría que el primer secretario de la Embajada de Estados Unidos y jefe de la CIA en México, Winston Scott, habría articulado la “Operación Litempo” tras reclutar al presidente Adolfo López Mateos (con nombre clave LITENSOR); Gustavo Díaz Ordaz (LITEMPO2) y Luis Echeverría (LITEMPO 8). Si bien esa información la divulgaba Jefferson Morely en su libro “Nuestro Libro en México”, documentos desclasificados en mayo de 2011 ya apuntalaban su versión.

Un punto rojo en la “pista mexicana” del asesinato a Kennedy fue construida por los agentes de la CIA al seguir a Oswald, que en septiembre de 1963 se habría reunido en México con el cónsul soviético, Valery Vladimirovich Kostikov, supuesto miembro del tenebroso “Departamento 13”– responsable de realizar actos de sabotaje y homicidios a objetivos clave‒ del Comité para la Seguridad del Estado soviético (KGB).

Un cablegrama de la CIA de abril de 1964 cita a Oswald (escrito H.O. Lee), el 2 de octubre de 1963 a las 08:30 horas, a bordo de Transportes del Norte viajando de CDMX a Laredo en el asiento 12. Ya en Laredo, LHO habría abordado el autobús Western Lines Greyhound hacia Dallas. En su obsesión por vincular al presunto asesino de Kennedy con Cuba, ese reporte cita que en ese autobús viajaba la pareja de cubanos, “J.M. de Cuba y esposa” así como “Sr y Sra. José Barriga”. El redactor del reporte, Clark D Anderson, se basa en el testimonio de Anastario Ruiz Meza y concluye que la información ahí descrita debe clasificarse “para proteger las operaciones de la Oficina en México”. Otro reporte ilustra de los ángulos de la cooperación anticomunista entre México y Washington, como la detención por autoridades mexicanas, el 26 de noviembre de 1963, de la empleada de la embajada cubana Silvia Tirado de Durán, por su supuesto contacto con Oswald.

Cablegrama de la CIA de abril de 1964 (ver documento aquí)

La falta de información veraz, suficiente y documentada en Estados Unidos, México y el mundo, crearía la industria del escepticismo sobre la versión oficial del primer magnicidio televisado en la historia. Para la Comisión Warren (creada por el Congreso), sólo Oswald fue el responsable; aunque el Comité Selecto de la Cámara de Representantes sobre Asesinatos, determinó en 1979 que Kennedy “probablemente fue asesinado como resultado de una conspiración” y no identificó a los autores, aunque excluyó del crimen a soviéticos y cubanos. A su vez, el fiscal de Nueva Orleans, Earl Carrothers Garrison denunció las contradicciones en la investigación Warren. Desde su jurisdicción, reconstruyó la relación entre Oswald, los servicios de inteligencia y la mafia anticubana y confirmó que, al menos dos tiradores dispararon contra Kennedy. Esa pesquisa inspiraría la cinta JFK de Oliver Stone, que suscitó tal interés que en 1992 el Congreso impulsó la Ley de Recopilación de Registros del asesinato de JFK, promulgada el 26 de octubre de 1992. Esa norma ordenaba desclasificar en 25 años todos los registros del asesinato. A veinticinco años de distancia, la información desclasificada es un tesoro para investigadores, periodistas y conspiranoicos.

Entre la información curiosa de los archivos está la declaración de un reportero del diario inglés Cambridge Evening News, de que 25 minutos antes del asesinato de Kennedy, fue advertido para comunicarse con la embajada de Estados Unidos porque habría información importante de la presidencia. Otros reportes mueven a risa, como el inicio del memorando del 24 de noviembre de 1963 atribuido al director del FBI, J. Edgar Hoover, quien tras el asesinato de Lee H. Oswald por Jack Ruby, habría dictado: “No hay más información sobre el caso Oswald, salvo que está muerto”, según señalaban Peter Baker y Scott Shane en The New York Times.

Centenario de la Revolución que cambió al mundo

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Toda Revolución sacude y trastoca su entorno; la hoy llamada Gran Revolución Socialista de Octubre de 1917, dio forma al siglo XX al crear un sistema bipolar y reivindicar el rol de lo colectivo por encima de lo individual. Tras la insurrección de febrero, la inédita articulación de mujiks (campesinos), intelectuales, soldatys (militares desertores), políticos profesionales, comerciantes y truda (obreros) hizo de las revueltas del otoño, la más trascendente Revolución en la historia. El descontento de 100 millones de rusos con el absolutismo zarista que los enviaba a la muerte en la Primera Guerra Mundial, que los humilló con la derrota Japón y los explotaba en ese sistema medieval, abonó en el éxito del programa “Paz, Tierra y Pan” de los bolcheviques de Vladimir Ulianov (Lenin).

El 25 de octubre (según el calendario juliano zarista, 7 de noviembre en el calendario gregoriano del resto del mundo) estallaba la insurrección y se tomaban edificios gubernamentales. A las 9:45 de la noche siguiente, Vladimir Antónov Avséyenko disparaba una salva desde el crucero Aurora, era la señal a los revolucionarios para tomar el Palacio de Invierno, a la sazón sede del Gobierno Provisional. Cuatro horas después, el magnífico edificio caía bajo la acometida del Ejército Rojo. Así, en 1917 cuando los rusos daban Jaque Mate a un milenio de monarquía y 370 años de zarismo para instalar un gobierno popular, México promulgaba su primera Constitución política, surgida de la Revolución de 1910.

Revolución Rusa

Tras resistir la ofensiva de países capitalistas, el 29 de diciembre de 1922 los bolcheviques creaban el primer Estado socialista de la historia: la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS), un Estado que sobreviviría dos Guerras Mundiales y más: enviaría al espacio extraterrestre al primer ser vivo en la historia de la Humanidad, estableció los principios revolucionarios de igualdad entre mujeres y hombres, la jornada de ocho horas, vacaciones pagadas, el derecho universal a la salud y la educación, separó a la Iglesia del Estado, expropió la tierra y la colectivizó para evitar que se repitieran las hambrunas del zarismo.

Además, aportaría la vida de más de 27 millones de rusos en la guerra que ganó al vencer al nazi-fascismo. En el ámbito científico, la URSS sería el primer Estado en usar la energía nuclear con fines pacíficos, su entonces secretario de salud, Víktor Zhdánov lideró la campaña global para erradicar la viruela. A la par, el país que se inspiró en la Revolución del 17, desarrolló su propio lenguaje artístico-cultural y acercó sus creaciones a la población.

revolucion rusa 100 años

Ese Estado, alcanzaría el mayor crecimiento de Rusia en toda la historia, acogió a 15 repúblicas y numerosas regiones autónomas. La siempre compleja convivencia de múltiples nacionalidades: armenios, letones, chechenos, ucranianos, rusos, bielorrusos, moldavos, uzbekos, estonios o tártaros, permearía los 74 años de su existencia. Y con el también más extenso país del mundo, México sería el primero en el continente americano en establecer relaciones diplomáticas el 2 de agosto de 1924. Al gobierno de Álvaro Obregón le convenía ese contrapeso ante la hegemonía estadunidense, cuyo gobierno tardaría 18 años más admitir que la URSS ya era actor imprescindible en el gran tablero geopolítico global.

Las respectivas revoluciones de México y Rusia, mostraron que sociedades básicamente rurales, poco industrializadas y con proletariados sometidos a las élites locales era posible dar un giro de 360 grados a la realidad político-económica. Para el embajador de la Federación de Rusia en México, Sr. Edouard Malayan, el centenario de la Revolución se percibe en su país de forma antigua: para unos está viva pero no para otros. Sin embargo, el diplomático estima que esa revolución logró lo que no alcanzó la francesa: eliminar la estructura de explotación de los explotadores. “Querámoslo o no, fue el logro más avanzado de la Humanidad por construir una sociedad más justa; mostró que los cambios sociales son posibles y por eso impactó en el propio sistema capitalista y en el mundo”, sentencia un sonriente Malayan.

Hoy nadie niega su influencia en las revoluciones de China, India, Cuba, Nicaragua y Venezuela, entre otras. Recientemente el presidente ruso Vladimir Putin declaró que esta es ocasión para debatir la naturaleza de ese movimiento, pues “el pueblo ruso necesita un análisis imparcial, honesto y profundo de los acontecimientos”. De ahí que hoy se hable de la Gran Revolución Socialista de Octubre como un nuevo concepto científico. A un siglo de esa sacudida socio-política y a 26 años de la desaparición de la URSS, Rusia emerge con una extendida clase media por el uso estratégico de su poder energético. Además, crece su influencia mundial como muestra su mediación en el Acuerdo nuclear entre Irán y Estados Unidos, su acción anti-terrorista en Siria o su estratégica relación con la pujante China en la reconfiguración de la geopolítica asiática. No obstante, la doctora María Cristina Rosas enlista entre las vulnerabilidades de la Rusia actual, el envejecimiento de su población y su fuerte dependencia del sector primario como exportador de hidrocarburos. Para consolidar su desarrollo, propone más inversión en los sectores industrial y terciario.