Felinos salvajes

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¿Por qué a los gatos les gustan los libros? Hay un libro abierto, y ése, precisamente ése, es el mejor lugar para sentarse o reposar. Al comprar libros por internet es fundamental medir al gato con una cinta flexible de sastre, desde las orejas a la cola, y calcular su peso, estos datos determinan la selección literaria: un gato grande necesita cuatro tomos de la Biblioteca Clásica de Gredos de filosofía greco latina, para uno mediano son ideales los bestsellers de tapa dura y los pequeños con dos pocket books están perfectos. Se debe especificar que el envío sea en caja de cartón, para que el gato pueda dormir en la caja y la integre a su territorio.

Inteligentes, siguen nuestra mirada, observan nuestra atención y se recuestan en el teclado de la computadora o el mouse, son agudos editores literarios, terminan los textos con crípticas palabras o los borran expresando su opinión crítica. Dotados de una capacidad de análisis, más refinada que la de un psiquiatra, piensan “¿Cómo puedes estar hablando con esa máquina, si yo estoy aquí, con mi hermoso pelaje, con mis ojos amarillos y mi intensa presencia?”. Y se sientan en el teléfono celular que está en la mesa y cortan la llamada. Comparten los genes con los grandes felinos salvajes, conservan sus hábitos, si en la selva las panteras se suben a un árbol, para esperar pacientes a su desayuno con traje de explorador, un gato se sube al refrigerador, espera que un humano pase y cae sobre él, deteniéndose con sus uñas en la espada y cuello de la víctima.

felinos salvajes
Ronrris lectora (Fotografía: Avelina Lésper).

Los felinos caseros evolucionaron para la urbe, es evidente que son leones, otros son leopardos, o tigres, es cuestión de observar su conducta, y para todos, los humanos seguimos siendo una oportunidad de variar el menú. En la selva se afilan las uñas en un árbol, en la casa en un sofá o un tapete, creando un toque rústico en la decoración. Es muy común que los humanos colocan estorbos en sus trayectos, como adornos en las mesas, portarretratos y otras cosas inútiles que dan “atmósfera”; los gatos atacan el acumulativo síndrome de Diógenes y tiran al suelo los objetos, lo ideal es aceptar su dictamen y quitarlos o llevar a la basura los pedazos.

Son maestros milenarios, practican la meditación y hacen yoga, los sannyasis en los Himalayas aprendieron de ellos las asanas más complejas. Buda les dio el don de caer siempre de pie, y los imita al dormirse una siesta durante la meditación. Son libres, y nos domestican con destreza, necesitan un hogar, saben tanto de nosotros que conviven amorosamente, nos enseñan a confiar en nuestros sentidos, a oler el aire, gozar del sol y la divagación,  y vivir sólo en el presente.


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