cambio climático

México promueve sistemas de agricultura sustentable para mitigar el cambio climático

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El cambio climático es un problema que ya nos está preocupando y ocupando a la vez, sus efectos impactan todos los niveles de nuestra vida y uno de ellos es el sector de la agricultura. 

En un encuentro virtual, organizado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), el titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) Víctor Villalobos Arámbula sostuvo que el cambio climático en la agricultura es un factor que ha impactado progresivamente y de manera clara se ve reflejado en la productividad, por lo que es necesario plantear alternativas para su adaptación.

En ese sentido el secretario de agricultura remarcó la importancia de la precipitación pluvial en las cosechas del país, debido a que más del 70% de la tierra arable es temporal. 

Estamos ante retos muy importantes. No podemos poner en riesgo la seguridad alimentaria y claramente el cambio climático impone la necesidad de plantear nuevas alternativas, algunas de las cuales afortunadamente están en ese bagaje de tecnologías, hoy en día a nuestro alcance”, aseguró.

De igual forma, puntualizó que hay prácticas que permiten reducir los impactos como son las buenas prácticas agrícolas, la labranza de conservación, reducir las quemas agrícolas o pecuarias e implementar sistemas eficientes en el manejo y en el uso del agua.

El titular de la Sader dijo que se tiene que reducir la huella hídrica sin impactar la productividad del sector y, expresó, para eso están las instituciones de investigación para incrementar o adaptar prácticas que ayuden a un mejor uso del agua

Señaló que la implementación de buenas prácticas agrícolas, el manejo responsable de suelo y agua, el uso sustentable de los recursos genéticos y el desarrollo de tecnologías permitirán, mitigar y adaptarse a los efectos del cambio climático en el sector.

México propositivo en metas productivas

México promueve sistemas de agricultura sustentable para mitigar el cambio climático

Fotografía: Getty Images

De acuerdo con la IICA, México presenta metas de adaptación enfocadas a un campo más productivo, que se ha posicionado con una sólida implementación de acciones que lo ubica como uno de los principales países que promueve políticas y programas en temas vinculados con la mitigación de los efectos del cambio climático.

Por su parte, el representante del IICA en México, Diego Montenegro, destacó que el objetivo del evento es promover el desarrollo agrícola sostenible y equitativo en el continente americano, bajo una visión compartida entre la agricultura y el medio ambiente.

Montenegro aseguró que la instrumentación de sistemas de mitigación, modelos de negocio y proyectos que atiendan la vulnerabilidad en el sector, el ordenamiento territorial y la producción sostenible, son elementos básicos que se alinean a los objetivos del Instituto, a las metas programadas de bienestar de los agricultores y al logro de los compromisos de la agenda 2030.

México actualizó sus compromisos en 2020 en el Acuerdo de París, mediante la vinculación y el establecimiento de mayores alcances en las acciones de mitigación y adaptación en el sector agroalimentario, con el objetivo de transitar hacia la autosuficiencia alimentaria y el rescate del cambo enfocado en productividad, sustentabilidad e inclusión. 

Cambio climático: Bill Gates pronostica una crisis peor que la pandemia

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El fundador de la compañía Microsoft, Bill Gates advierte que el cambio climático será una crisis que tendría consecuencias mucho más severas que las que ha dejado la pandemia de COVID-19.

Gates hace seis años en una charla Ted expuso que la mayor amenaza que podría afrontar la humanidad había dejado de ser una nuclear, como ocurrió durante gran parte del Siglo XX, en lugar de ello, un virus lo suficientemente contagiosos y mortal provocaría millones de muertes y pérdidas económicas.

El filántropo acusaba en ese momento, a partir de lo que vio con el brote del Ébola en África, que no existía un verdadero sistema de respuesta ante una epidemia que se transmitiera con mayor facilidad que lo hizo esta enfermedad

Dentro de sus argumentos puntualizó muchos de los males que padecimos al inicio el año pasado, como la falta de personal médico entrenado y especializado en poder atender a los enfermos y especialistas que hicieran estudios que pudieran desarrollar un tratamiento para poder ofrecérselos a quienes padezcan de la enfermedad.

Lógicamente esto no fue una exposición al azar y mucho menos una lectura del futuro a manera de clarividente, en lugar de ello Gates hizo un preciso diagnóstico sobre la situación en aquel entonces con respecto al sistema de salud a nivel mundial.  

Ahora, seis años más tarde y una pandemia de por medio, Bill avizora una crisis peor que la actual, producto del cambio climático y razón no le falta en su argumentación. 

El crecimiento de un enemigo silencioso

Bill Gates pronostica una crisis peor que la pandemia

Fotografía: Getty Images

Al igual que el COVID-19, la contaminación también es una especie de virus que deja millones de fallecidos al año a partir de las enfermedades que produce sobre las personas.

Los seres humanos estamos pagando en este momento las consecuencias de prácticas poco amigables con el medio ambiente en los medios de producción, pero todavía estamos a tiempo para revertirlo.

Para entender la problemática, es importante tener en cuenta lo siguiente, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se estima que 7 millones de personas mueren al año debido a la contaminación atmosférica

Las muertes por COVID-19, a cerca de un año de la declaración de la emergencia sanitaria a nivel mundial, representan una tercera parte de los fallecidos producto de la contaminación, pero parece que todavía no le prestamos la atención necesaria. 

En esta entrevista realizada por El País, Gates remarcó la importancia de reducir a cero las emisiones de gases de efecto invernadero para el 2050.

Una de las preocupaciones del empresario es el surgimiento de diversas teorías de la conspiración como los anti-vacunas para inmunizar del COVID-19 y los negadores del cambio climático, grupos de personas que provocan polarización y apelan al enojo de las personas.

Bill celebra que durante la pandemia las redes sociales y medios de comunicación hayan trabajado en combatir las noticias falsas que se difundieron con respecto a la vacuna

La contaminación y sus consecuencias 

Los apuntes de Gates son necesarios para no desviar nuestra atención sobre problemas que ya nos están afectando y matando y no deberían de ser vistos como una teoría de conspiración un mucho menos como algo que nos afectará en un futuro.

Fotografía: Getty Images

Las consecuencias del cambio climático son similares en cuanto a las medidas que habría que tomarse para prevenir que las personas se enfermen.

Un ejemplo muy cercano fue la contingencia a las que nos sometimos los residentes de la Ciudad de México y demás entidades en la zona centro del país producto de la densa contaminación que se presentó en abril de 2019, ahora imaginemos que esto sea por tiempos más prolongados como ocurrió con el confinamiento por el COVID-19. 

A pesar de ser un indicio claro de la gravedad de la situación en nuestro país, no se compara ni de cerca con lo que ocurre en China, donde la contaminación es tan alta que el smog no permite la entrada de luz solar, los chinos pueden pasar hasta días sólo viendo humo alrededor de ellos. 

Podemos tomar como ejemplo la situación de China como lo que podría pasar a nivel mundial si no cambiamos nuestras prácticas por otras mucho más amigables con el medio ambiente. 

Hacía ese sentido apunta también Bill Gates, el magante sostiene que en un futuro se necesitará producir casi el triple de electricidad y esta tendrá que ser a partir de energías verdes y renovables

Los apuntes de Gates son necesarios para no desviar nuestra atención sobre problemas que ya nos están afectando y matando y no deberían de ser vistos como una teoría de conspiración un mucho menos como algo que nos afectará en un futuro.

Si algo nos debió de dejar la pandemia es la necesidad de prepararnos para cualquier escenario posible, es la primera vez que, después de la época de las catástrofes, que luchamos constantemente por mantenernos vivos sin estar en medio de una guerra. 

Cambios obligados

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El cambio climático tiene la profundidad sobrada para convertirse en el referente de cambios obligados, desde la economía hasta la cultura. La emergencia ambiental puede y debería lograr que las condiciones climáticas fueran un propósito estratégico en cada país a fin de apurar soluciones, en primer lugar, a la sustitución de hidrocarburos como fuentes de energía, para lo cual son necesarias muchas más inversiones e innovaciones de las que se han hecho en el mundo.

Por lo pronto, John Kerry, el nuevo encargado de Estados Unidos para el cambio climático, declaró que la reunión de Glasgow (COP26) será “la última oportunidad para que el mundo se encamine a evitar los peores efectos del cambio climático”, y el 27 de enero, el presidente Biden se refirió al tema como “un elemento esencial de la política exterior y la seguridad nacional de Estados Unidos”.

No es exagerado considerar la situación ambiental como una amenaza para la seguridad de todos los países; el 2020 fue uno de los años más calientes de que se tenga registro (como lo ha sido cada año durante el último lustro).

calentamiento global, Siberia
Efectos del calentamiento global en Siberia (Fotografía: Sputnik Mundi).

El año pasado ocurrieron incendios extraordinarios en el oeste de Estados Unidos y en Australia; nunca, en Siberia, se había registrado temperaturas de 38 grados centígrados, ni se había visto en un mes de octubre que el hielo en el círculo polar Ártico –que abarca 16.5 millones de kilómetros cuadrados– alcanzara apenas 3.3 millones de kilómetros cuadrados, o que un huracán en el Atlántico causara tan severos daños en el sudeste asiático, que forzó a 12 millones de personas a dejar sus casas. El lunes pasado, la fractura de un glaciar del Himalaya hizo desparecer a cientos de personas y arrasó con una hidroeléctrica en la India.

Treinta y tres países ya han declarado emergencia ambiental. Refrenar el cambio climático es un elemento esencial de la seguridad del planeta. Así lo han entendido varios gobiernos europeos y ahora el de Estados Unidos.

Mientras el presidente López Obrador quiere que la electricidad generada por la CFE en termoeléctricas (con hidrocarburos), tenga preferencia en su distribución sobre la que ya generan algunas inversiones en energía limpia.

calentamiento global
Imagen: Hemisferios.

Es posible anticipar que el gobierno de Biden utilizará el T-MEC de “libre comercio” para convencer al gobierno de López Obrador, no de que desarrolle proyectos, sino de que se abra a inversiones estadounidenses en la instalación de energía limpia.

El desafío de frenar el calentamiento global es desarrollar fuentes de energía alternas al petróleo y carbón a precio accesible y rentabilidad atractiva para inversionistas. ¿Podría hacerlo la iniciativa privada mexicana?

Se trata de reducir y eliminar el uso de hidrocarburos en las industrias de energía (principalmente eléctrica), de las manufacturas, de otros procesos industriales y de la construcción que en conjunto son las actividades responsables del 50.9% de las emisiones de carbono y de CO₂ (datos de 2012).

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Imagen: Share America.

Hace décadas que se conoce el potencial de la energía eólica y solar, pero las Conferencias de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, desde el Protocolo de Kyoto (1992) hasta la COP25 reunida en Madrid en 2019, no han conseguido acelerar su desarrollo con la sola advertencia de que está en juego la sobrevivencia humana y la de gran parte de la biodiversidad.

El único lenguaje que puede motivar soluciones en el sistema económico prevaleciente, es el referido a inversiones privadas que sean lucrativas a largo plazo, y todo indica que lo serán las que provean de nuevas fuentes de energía a la planta industrial de todo el mundo.


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Limpiar el planeta puede ser negocio

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Cuando hayamos superado la pandemia y el COVID-19 deje de ser el asunto de mayor preocupación mundial, el cambio climático ocupará su lugar.

La buena noticia es que la parálisis económica causada por la pandemia va a requerir estrategias de recuperación que ya empiezan a plantearse asociadas al freno al calentamiento global; ese amarre supondría nada menos que la reconversión de la manera en que se produce electricidad para todo actividad productiva en el mundo, al uso de fuentes de energía limpias.

Desde hace 200 años la capacidad industrial capitalista se estructuró sobre la base de fuentes de energía fósiles para generar electricidad; la quema de hidrocarburos hace tiempo que rebasó la capacidad ecosistémica de recuperación.

Transformar la organización productiva de países “ricos y emergentes” al uso de energía renovable, hace recordar la reconstrucción de Europa después de la Segunda Guerra Mundial.  

La reconstrucción europea generó la recuperación de la crisis económica capitalista de la década de 1930 y fue el gran negocio de Estados Unidos, que ofreció el Plan Marshal a las devastadas naciones para financiarles la compra de maquinaria, equipos y bienes intermedios que se producían en la única estructura industrial en pie, que era la estadounidense.

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Imagen: Wired.

Joe Biden, presidente de Estados Unidos, entiende el desafío de reconversión tecnológica a fuentes de energía limpia para frenar el calentamiento planetario, y entiende mejor el valor económico de convertir ese proceso en un campo inmenso a nuevas oportunidades de negocios que dominarán el futuro próximo.

A pesar de que reducir las emisiones de CO₂ es cuestión de supervivencia, en el sistema capitalista sólo es posible hacerlo negocio; 13,700 científicos de 153 naciones divulgaron en enero de 2020 el documento titulado Advertencia de Científicos del Mundo sobre la Emergencia Climática, en el que además de los peligros, señalan acciones necesarias en energía, contaminantes atmosféricos de corta vida, naturaleza, alimentos, economía y población. World Scientists’ Warning of a Climate Emergency | BioScience | Oxford Academic (oup.com)

El 6 de enero de este año informaron sobre el comportamiento del calentamiento global durante 2020; resulta que ese año, pese a la recesión económica, se registraron temperaturas y desastres mayores de lo previsto. Y es que el Acuerdo de París, al que Biden reinscribió a Estados Unidos, no ha conseguido que las economías industrializadas hagan lo que les corresponde para que el calentamiento global no pase de 1.5 grados, que es la meta del acuerdo.

Hasta ahora se ha impuesto a los gobiernos la lógica de los grandes negocios, que es mantener sus esquemas “exitosos”; la llegada de Biden a la presidencia de Estados Unidos y voces autorizadas de China, de la Unión Europea y de corporaciones estadounidenses, ya hablan de apertura visionaria a las inmensas oportunidades que se le abren a las inversiones que se ocupen de proveer y equipar de nuevas fuentes de energía a la industria en todo el mundo.

limpiar el planeta
Imagen: Lia Liao.

De generalizarse esa perspectiva, se reanimarían inversiones y crecimiento y el combate al cambio climático se convertiría en el motor principal de la recuperación económica post pandemia.

Ni Estados Unidos ni China –los mayores contaminadores del planeta–, ni ningún otro país, tiene fácil la reconversión (habría quiebras, concentraciones de poder económico y político, desempleo, mayores urgencias sociales) y ninguno puede reconvertirse solo; tanto el abatimiento de las emisiones de efecto invernadero como el cambio  energético de la industria, tienen que ser concertadas internacionalmente.

Transformar el modo industrial de doscientos años transformará instituciones y leyes, el modo de organización empresarial y los mercados laborales en cada país, e impondrá varios requisitos estándar.

No existe, en el orden internacional, una experiencia de cooperación, solidaridad y coordinación semejante, pero es claro que la pandemia, la emergencia ambiental y los cambios sociales que conllevan, son asuntos globales y que llevan a revisar el multilateralismo y el derecho internacional. Nada, de aquí en adelante, volverá a ser como antes.


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15 horas de trabajo semanal

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Escribió J. M. Keynes en 1930, ante la peor crisis del capitalismo hasta entonces, que “estamos sufriendo, no por el reumatismo de la edad, sino por el dolor que producen los rápidos cambios, por el dolor de reajustarnos entre un período económico y otro”.

Así estamos ahora, ante la drástica transformación del mundo que se presenta a la vista como una devastación causada por una crisis económica que ya dura décadas, agravada por la pandemia y por la emergencia climática.

El desafío es doble: salir del hoyo y lo más difícil, transformar lo necesario para mejorar la condición ambiental y la equidad global. El primer cambio necesario es el orden de las prioridades.

En la disputa por determinar el futuro de las relaciones mundiales, la dirección de las economías nacionales y las preferencias de consumo de las sociedades, el bienestar de la gente no es la prioridad sino acaso, la consecuencia del crecimiento. No se ha propuesto nada novedoso.

La lucha estelar es entre China y Estados Unidos, a la que le hacen coro organismos que están a favor de recuperar cuanto antes el crecimiento económico.

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Imagen: Cuba en Resumen.

El Foro Económico Mundial propuso un plan para el “Gran Reinicio” y en esa misma pista, Kristalina Georgieva, Directora Gerente del FMI, llamó a un “nuevo Bretton Woods” financiero el 15 de octubre en Washington.

Su plan no tiene nada nuevo: consiste en “abordar algunos problemas persistentes: la baja productividad, el lento crecimiento, las grandes desigualdades y una amenazante crisis climática”.

Según ella, las soluciones económicas comprenden marcos sólidos de las políticas monetaria, fiscal y financiera, y reformas para impulsar el comercio, la competitividad y la productividad; el bienestar social se conseguiría invirtiendo más en educación y capacitación, lo que atenuaría las desigualdades y los efectos en desempleo por el rápido avance tecnológico. El cambio climático se mitigaría mediante la combinación de inversión verde y precios más altos del carbono, para lograr emisiones cero hacia 2050.

Nada nuevo; crecimiento, productividad, reforzamiento del “capital humano”, encarecimiento de las energías fósiles y generación de buenos negocios verdes. El orden de los factores indica el que seguirían las soluciones.

Según 13,700 científicos de 153 naciones que el 6 de enero pasado difundieron un comunicado para llamar la atención de gobiernos, empresas y sociedades sobre la última información del cambio climático, el calentamiento global va más rápido de lo esperado y obligaría a que la meta de emisión cero de monóxido de carbono se logre mucho antes, “alrededor de  2030”.

John Maynard Keynes
John Maynard Keynes (1883-1946).

De ello depende la supervivencia de miles de millones de personas; se tiene que invertir el orden de los factores para que la prioridad sea la emergencia climática, lo que implicaría que la economía se transformara para desacelerarse sin generar desempleo ni agravar los problemas sociales.

Keynes imaginó hace casi un siglo una sociedad tan rica, gracias al progreso tecnológico, que hacia 2030 podría reducir a sólo 15 horas su trabajo semanal y dedicar el resto del tiempo a disfrutar actividades no económicas. Esa sociedad, dijo, “reconocerá que el amor por el dinero y las posesiones son una enfermedad repugnante”.

Más contemporáneos, los ganadores del premio Nobel 2019 de economía, el matrimonio formado por Abhijit Banerjee y Esther Duflo, consideran que disminuir el crecimiento en los países ricos puede ser benéfico, aunque en los países rezagados, un crecimiento acelerado, combinado con su distribución equitativa, sigue siendo necesario para elevar su nivel de vida.

El Papa Francisco va más allá, en una carta encíclica “Sobre el cuidado de la casa común” del 24 de mayo de 2015, propone el decrecimiento económico para salvar el medio ambiente y hacer que la política y la economía se pongan “al servicio de la vida, especialmente de la vida humana”.

Decrecer, como ha ocurrido desde hace un año a causa de la pandemia, pero sin que signifique desesperación y sufrimiento como en el que ahora están millones de personas, empresas y gobiernos; ésa es la verdadera transformación que se requiere para reivindicar la vida humana.


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2020: Consecuencias de uno de los años más calientes

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El informe anual de Copernicus, reveló que el 2020 fue el año más cálido para Europa y a nivel mundial se equiparó al récord de 2016, con lo que los últimos 10 años han sido para la humanidad los que mayores temperaturas han registrado en la historia. El programa de la Agencia Europea de Medio Ambiente, que monitorea los eventos naturales del planeta, señaló que el 2020 cerró con un aumento de 0.4 grados centígrados más que en 2019.

El 2020, fue 0.6 grados centígrados más cálido que la media de entre 1981 y 2010 y hasta 1.25 grados más caliente que en tiempos preindustriales, entre 1850 y 1900. Esto es ejemplo de cómo el calentamiento global es uno de los males más urgentes por atender para la humanidad. A pesar del compromiso de muchos países con la Organización de las Naciones Unidas, la situación no parece mejorar. Algunos incluso culpan a los problemas ambientales de la pandemia de COVID-19, pero este no fue el único evento catastrófico que se vivió en el año que acaba de terminar. 

Aquí te presentamos otros desastres naturales que se vieron en 2020, consecuencia del calentamiento global.

Incendios en el Ártico

Aunque parezca extraño, la actividad de incendios forestales en el Ártico, fue muy alta. Los primeros incendios se detectaron en mayo y siguieron durante el verano y el otoño. Un récord de 244 millones de toneladas de dióxido de carbono, fueron liberadas en la atmósfera, como consecuencia.

Incendios en Australia y Estados Unidos

Además del Ártico, otras regiones del mundo sufrieron los embates del fuego. Australia comenzó a registrar incendios desde junio de 2019, hasta mayo de 2020, consecuencia de una prolongada sequía. Se dice que más de 10 millones de hectáreas fueron destruidas. En septiembre, aunque a menor escala, el estado de California y otras partes de Estados Unidos, también registraron incendios graves.

Deshielo

Una de las principales consecuencias del aumento de temperatura, es el deshielo de los polos, que también resulta en un aumento del nivel del mar y otros cambios en el comportamiento de la naturaleza. Debido a las altas temperaturas de 2020, el hielo del Ártico fue menor que la media durante la segunda mitad del año. En julio y octubre, se registró la menor extensión de hielo marino de la historia.

Huracanes

El calentamiento global produce comportamientos muy erráticos en el clima. Los fenómenos naturales se vuelven más graves y difíciles de predecir, por lo que no es ninguna casualidad que México haya visto el paso de varios huracanes en 2020. Hannah, Delta y Zeta, lograron tocar tierra en el país, causando tormentas, inundaciones y daños a muchas costas, sobre todo en la península de Yucatán.

El medio ambiente en el cajón de los olvidos de la 4T

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Hace poco más de un año, en mayo de 2019, vivíamos un hecho inédito en la historia de nuestro país. A los pobladores de la Zona Metropolitana del Valle de México se les exhortaba a quedarse en sus casas ante la contingencia ambiental tras haberse registrado un índice de 148 puntos de partículas PM 2.5 (estas inferiores a 2,5 micrómetros de diámetro o llamadas partículas finas), estas partículas representan un riesgo mayúsculo a la salud porque pueden alojarse profundamente en los pulmones.

Este índice de partículas representaba una mala calidad de aire (101 a 150 puntos) y cercana a la muy mala (151 a 200), de acuerdo con la categorización del Índice Metropolitano de la Calidad del Aire (IMECA).

La gravedad era tal que la contingencia se extendió hacia otros estados del centro del país como Puebla, Estado de México, Hidalgo, Morelos, Tlaxcala, sumado a la suspensión de actividades económicas en estas entidades.

Lo que debía haber sido un soleado día de primavera se convirtió en un cielo completamente gris y no precisamente se debía a una fuerte lluvia que se avecinaba, se trataba de un cielo lleno de partículas que, al inhalarlas, penetran en lo más profundo de los pulmones y producen daños significativos a la salud.

En México, el cuidado del medio ambiente ha quedado, desde hace ya varios años, en el olvido de los principales problemas a los cuales se les debería dar atención por parte de quienes toman decisiones. Las implicaciones de la desatención no serán futuras, como siempre se ha dicho, sino que ya la estamos padeciendo actualmente.

En entrevista para El Semanario, la Fundadora y Coordinadora de la Agenda Internacional del Grupo de Financiamiento Climático para Latinoamérica y el Caribe (GFLAC), Sandra Guzmán comentó que el problema climático en México es provocado, en buena medida, por el tipo de transporte que utilizamos y no sólo se refiere a la utilización de vehículos privados, sino también al transporte público que tienen más de 20 años de antigüedad y, por ende, tienden a contaminar mucho.

Igualmente, Sandra apuntó que México está muy retrasado en la calidad de los combustibles que se utilizan los autobuses del transporte público, ya que estos necesitan de Diésel el cual contiene grandes cantidades de Dióxido de Azufre (SO2), uno de los compuestos que tienen grandes afectaciones a la salud.

De acuerdo con la campaña pro-ambientalista Breathlife de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en México mueren más de 40 mil personas anualmente por contaminación ambiental, pero en las cifras oficiales no son reconocidas de esa forma.

¨El problema más grande que tiene México en este momento es que la contaminación atmosférica está asociada a problemas de salud y esto está generando grandes afectaciones en muchas ciudades en donde cada vez hay más muertes asociadas a la contaminación del aire, pero no se reconocen como tal… si alguien muere de un cáncer de pulmón se asocia más a un problema respiratorio¨, sostuvo la especialista.

LOS TEMAS AMBIENTALES NO SON PRIORIDAD DEL GOBIERNO FEDERAL

Conferencia matutina del presidente López Obrador. Fuente: Cuartoscuro.

De acuerdo con el Centro Interdisciplinario de Biodiversidad y Ambiente (Ceiba) la inversión en protección ambiental por parte del gobierno federal en 2019 fue de, a penas, el 0.12% del PIB de ese año, esto nos hace retroceder en este sentido ya que esa inversión representó sólo un tercio de lo registrado en 2012 y nos convierte en uno de los países de América Latina que menos recursos destina en conservación de la biodiversidad.

¨Lamentablemente el gobierno federal encabezado por Andrés Manuel López Obrador ha tendido a minimizar la importancia de los temas ambientales por sobre otros temas que son de interés prioritario para el gobierno… pese a que el presidente, en algunas mañaneras, dijo ser ambientalista¨, dijo Sandra.

El pasado 12 de diciembre, en el marco del quinto aniversario del Acuerdo de París, México no presentó nuevas metas para disminuir sus emisiones de gases de efecto invernadero, sino que mantuvo los mismos compromisos de hace cinco años por otro lustro, es decir, la disminución del 22% de gases de efecto invernadero y 51% de carbono negro.

El Acuerdo de París, dentro de varias de sus políticas, establece que se deben revisar estas contribuciones cada cinco años para que cada país analice su situación y pueda proponer metas más ambiciosas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

¨Pero ¿Qué ocurre con las contribuciones de México?, pues pasados estos cinco años, se revisan las contribuciones nacionales y se decide, porque fue una decisión, no aumentar la ambición¨, expresó la especialista en políticas ambientales.

Sandra comentó que el propio Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) presentó un estudio, que realizó estos últimos cinco años, en donde se revisó en cada sector del país las medidas que pudieron haberse incrementado y a pesar de contar con elementos cuantitativos para aumentar la ambición, se decidió por no hacerlo.

¨Es negligente que quienes tienen la información no la presenten en su calidad y totalidad porque es someter estas medidas…  si teníamos que aumentar la ambición cada cinco años, los próximos cinco tendremos, por lo menos, diez años de retraso¨, dijo la fundadora del GFLAC.

Lo anterior representa un retroceso en mayúsculo en materia de cambio climático ya que esos compromisos no responden a las necesidades actuales del país, sumado a que se viola el compromiso de progresividad estipulado en el Acuerdo de París y en el marco constitucional, contemplada en la Ley General del Cambio Climático (LGCC).

Al ser México uno de los principales emisores de gases de efectos invernaderos, este desinterés nos convierte en un impedimento en la contribución para evitar que la temperatura global aumente más de 2º Celsius y mucho más lejos de colaborar en la estabilización de 1.5ºC, una obligación derivada de la LGCC y del Acuerdo de París que firmó México.

¨Estas contribuciones de México no están alineadas al escenario del 1.5ºC ni del 2ºC, estas metas que puso México en la mesa están alineadas a un escenario de 3ºC o más grados centígrados¨, apuntó Sandra.

Mientras otras naciones, en este aniversario, presentaron ambiciosas metas para mitigar sus emisiones de gases de efecto invernadero, México intensificará su economía con proyectos concebidos a la producción de hidrocarburos y emisión de carbono, como lo es el caso de la Refinería de Dos Bocas en Tabasco que contribuye a la emisión de CO2, siendo México el principal emisor de este gas en toda la región.

Esto último es más preocupante cuando entendemos que 2030 es la fecha límite que tienen todas las naciones del mundo para reducir en un 45% sus emisiones totales de gases de efecto invernadero para cumplir con el objetivo trazado de no aumentar la temperatura global a más de 2ºC

¨Hay un problema de fondo, no sólo de interés, sino de entendimiento de lo que implica el tema del cambio climático¨, aseveró la ambientalista.

REFINERÍA DOS BOCAS: UN PROYECTO QUE NOS EMPUJA AL RETROCESO

Refinería Dos Bocas. Fuente: Cuartoscuro.

Uno de los proyectos importantes, sino el más, propuesto por el presidente, Andrés Manuel López Obrador, incluso cuando era candidato al cargo, es la construcción de una nueva refinería en el estado de Tabasco para la producción de gasolina nacional y de esta forma abastecer al mercado local y no vernos en la obligación de importarla de Estados Unidos.

Bajo esa premisa pues es una idea maravillosa depender únicamente de lo que se produce en nuestro país, pero esta encierra a la economía en la producción de hidrocarburos y nos empuja hacia un retraso en cuestión de lucha contra el cambio climático, además de estar muy lejos de las necesidades actuales del país.

¨Dos Bocas no sólo es un proyecto que contribuye grandemente con las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que es un sistema que perpetúa la utilización de combustibles fósiles en el transporte, mientras en otros países se transita hacia lo que se conoce como electro-movilidad. Cada vez hay más vehículos que se alimentan de electricidad que primariamente provienen de energía renovables¨ comentó Sandra.

Por ejemplo, en el Reino Unido se anunció que, a partir de 2035, se prohibirá la adquisición de automóviles de combustión, eso incluye todos aquellos que utilicen gasolina o diésel.

Otro gran problema que representa la construcción de la Refinería Dos Bocas es su costo en las finanzas públicas del país. El proyecto estaba estimado, inicialmente, en unos US$ 8 mil millones, pero, partir de las inundaciones provocados por los huracanes que se suscitan en esa zona que afectarían la construcción de la refinería, la inversión pudiese ser el doble de lo estimado.

¨Paradójicamente todas esas inundaciones que han ocurrido en esa zona del país están asociadas al cambio climático¨, aseguró la ambientalista.

El dinero que se usará para construir esta refinería vendrá exclusivamente de las finanzas públicas, ya que el gobierno federal no ha encontrado financiación del sector privado debido a las implicaciones ambientales que rodean este proyecto.

A criterio de Sandra Guzmán, la llamada ¨Austeridad Republicana¨ es un método para recortar gastos y que estos sean inyectados en Pemex y en financiar Dos Bocas ya que el presidente no quisiere asumir el costo político de cancelar este proyecto.

¨No quiere, políticamente, aceptar que es un proyecto que no tiene viabilidad económica y en muy poco tiempo, no más de 10 años, va a dejar de ser rentable porque el sistema de transporte en el mundo va a caminar hacia la electro-movilidad donde los refinados van a perder fuerza brutalmente¨, apuntó la especialista.

Para poder dimensionar el costo excesivo que implica la construcción de esta Refinería, más allá de las graves afectaciones climatológicas que representa, Sandra explicó que en México realizó un calculo del costo de poner en marcha 30 medidas de mitigación, contempladas en las contribuciones nacionales en el Acuerdo de París, y arrojó que serían cerca de US$ 126 mil millones financiar estas medidas durante 15 años, es decir, que con el costo de Dos Bocas (más de US$ 16 mil millones) se pueden financiar dos años (US$ 8.4 mil millones por año) de medidas para mitigar la emisión de gases de efecto invernadero.

¨Con lo que van a invertir en un proyecto con una visión cortoplacista podrían financiar buena parte de las medidas, que se pueden poner en marcha, para combatir el cambio climático en los próximos años¨, aseguró la ambientalista.

La construcción de Dos Bocas también refleja una serie de incongruencias en el gobierno federal que informe llamado: Razones para la cancelación del proyecto del Nuevo Aeropuerto en Texcoco. Se precisan, en primer lugar, las implicaciones ambientales que hubiesen conllevado la construcción del NAICM y se van detallando toda una serie de factores que llevaron a la cancelación de este proyecto. Bien puede hacerse un estudio similar con Dos Bocas para conocer a detalle las implicaciones que se han venido apuntando.

Bajo esta idea del presidente de querer ¨sacar de la pobreza¨ a la zona sureste del país, con una economía sujeta a la producción de hidrocarburos, pues se olvida que las zonas más marginadas serán las más afectadas porque son quienes respirarán directamente todos esos gases nocivos, y de grandes afectaciones a la salud, que emite una Refinería de la magnitud que sugiere para Dos Bocas.

Gobierno de México muestra desinterés por el cambio climático

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A pesar de ser una de las situaciones más urgentes a nivel mundial, el gobierno de México no tiene un nuevo plan para combatir el cambio climático, denunció el Grupo de Financiamiento Climático para Latinoamérica y el Caribe (GFLAC) y otras organizaciones ambientalistas.

La asociación, informó que la Comisión Intersecretarial de Cambio Climático (CICC), aprobó esta semana la nueva Contribución Nacionalmente Determinada y el Programa Especial de Cambio Climático (PECC). En este sentido, no mostró nuevas metas, sino las mismas que se han mantenido por cinco años.

Desde hace un lustro, explicaron, el plan de México sigue siendo el mismo: reducir en 22% los gases de efecto invernadero y en 51% las de carbono negro. Además, el PECC se aprueba con un año de retraso.

El GFLAC, dijo que México está incumpliendo el marco legal en materia de la Ley General de Cambio Climático y se encuentra lejos de poder ayudar a estabilizar la temperatura global ni en 2 ni en 1.5 grados centígrados, como lo marca la ley con base en el Acuerdo de París.

Su falta de nuevas metas, “viola el principio de progresividad estipulado en el Acuerdo de París”, razón por la cual se revisan las Contribuciones Nacionalmente Determinadas cada cinco años, con el fin de mostrar avances.

Países latinoamericanos como Argentina o Colombia, mostraron sus nuevos planes en materia climática, como parte del quinto aniversario del Acuerdo de París, celebración por la cual la presidencia de la COP26, pidió a los países que mostraran sus nuevos objetivos. México, por su parte, no presentó ninguna novedad.

Entre otras acciones negativas del gobierno, está la desaparición del Fondo para el Cambio Climático y la reducción del presupuesto para el Anexo Transversal para reducir el cambio climático, el cual será sólo de un 1.1% del presupuesto total del país en 2021. En contraste, un 75.3% del presupuesto se usará para el transporte de gas natural, cuyo impacto en el medio ambiente es muy negativo, además de apoyar el desarrollo de energía por combustibles fósiles.

“México deja de estar en la línea frontal de combate al cambio climático y se convierte en uno de los países con NULA ambición, poniendo en riesgo el cumplimiento de derechos humanos de su población presente y futura”, señaló el GFLAC. “Aunado a ello, nuestro país no ha presentado una propuesta para dar cumplimiento a los laxos compromisos que actualmente tiene, poniendo todo su esfuerzo y recursos en acciones y políticas contrarias a ellos”.