Ciencia y Tecnología

La construcción de la memoria y del mundo conocido

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Más que duplicados de experiencias pasadas, los recuerdos son recreaciones que, si bien no conservan la nitidez y el detalle del evento original, suelen ganar en conocimiento y relevancia. Una forma automática de recuperación es la ecforia, término poco usado para identificar un suceso frecuente. A parte de acuñar el término de engrama a principios del siglo XX, Richard Semon subrayó el papel de las claves sensoriales para recuperar información almacenada en la memoria y denominó ecforia a este evento. El ejemplo paradigmático es el recuerdo de Marcel, el protagonista de En busca del tiempo perdido de Marcel Proust, cuando el sabor de una magdalena le evoca una escena infantil que da origen al relato. Semon teorizó sobre la existencia de engramas latentes en el cerebro que se recuperan de improviso cuando ocurre el mismo estímulo sensorial que les dio origen.

La ecforia ha permitido recientemente estudiar los fundamentos neuronales de la reactivación del engrama en animales de experimentación. Dado que muchos engramas se conforman por claves ambientales externas y estados internos, la recuperación sucede cuando las claves implicadas en la conformación de la red correspondiente al engrama aparecen de nuevo como estímulos. Algunas técnicas actuales de la neurociencia han permitido identificar los ensambles neuronales que constituyen los engramas de ciertas memorias en roedores de laboratorio. Con estas técnicas se logra marcar poblaciones de neuronas que están activas durante la codificación en la memoria, se modulan una vez establecido el engrama y es posible sondear cómo se reactivan durante el proceso de recordar. Esta línea de investigación ha confirmado que un engrama se forma por la facilitación de las sinapsis que conectan una red de neuronas y por la formación de otras nuevas que engarzan y consolidan la red.

mnemosyne memoria
Mnemosyne (1881) del pintor prerrafaelita Gabriel Dante Rossetti, representa a la musa de la memoria y madre de las 9 musas de las artes. En su mano derecha tiene una fuente de luz y en la izquierda una linterna de aceite que ilumina una flor de pensamiento, símbolo del recuerdo.

En estos y otros casos similares, la memoria constituye una facultad sensitiva porque almacena datos sensoriales de origen externo, pero también puede ser una facultad imaginativa cuando recoge figuraciones de origen interno. En efecto, las evocaciones sensoriales, las escenas del pasado, las ensoñaciones o las fantasías retenidas, reaparecen en el recuerdo como representaciones visuales, auditivas, táctiles o de sabores, pero elaboradas de varias formas. Para empezar, la experiencia memorizada adquiere consolidación y plenitud gracias a una integración de modalidades sensoriales e imaginativas que en la antigüedad se conocía como “sentido común” y que tiene una base en los sistemas de integración sensorial: las áreas y mecanismos cerebrales que conectan y asocian a las zonas que reciben y conciertan la información de cada uno de los sentidos. Esta elaboración acomoda, almacena y recupera la información de manera sistemática y no se restringe a combinar de manera congruente los datos y cualidades de los sentidos, sino que los confecciona con ingredientes cognitivos para integrarse en la memoria.

neuronas de memoria
Con técnicas como la optogenética se logran visualizar las neuronas involucradas en la codificación de una memoria y verificar cómo se reactivan para dar lugar al recuerdo (imagen tomada de: El Tiempo).

Además de la ecforia que recupera escenas del pasado cuando el sujeto percibe un estímulo similar al que precipitó la memoria original, en muchas ocasiones la persona volitivamente busca y recupera un dato, un personaje o una escena de su pasado en los archivos de su memoria. Ciertas evidencias de la conducta y de la fisiología neuronal sugieren que los recuerdos pueden ser recuperados mediante el escaneo de un mapa o representación que se encuentra comprimido en el tiempo. De vez en cuando el esfuerzo para recordar el nombre de un lugar o de una persona no tiene éxito, a pesar de que el sujeto tiene la seguridad de que la información está allí. Éste es el fenómeno de “punta de la lengua,” que suele remediarse cuando ya no se aplica el esfuerzo. Este tipo de experiencias indica que los engramas difieren en accesibilidad, lo cual refleja cambios en la organización de la red neuronal: se trata de engramas no siempre disponibles, a veces denominados silenciosos o latentes, como lo hizo el propio Semon.

Es importante definir a las reminiscencias como aquellos recuerdos que no son simples recuperaciones de datos sensoriales, sino que incluyen un sentido del tiempo, de la distancia, del movimiento y de otras categorías cognoscitivas. Santo Tomás denominó experimentum a la combinación de los elementos de la memoria en un esquema de organización cognitiva superior que ya es propia del conocimiento. Esto implica que en el dominio del conocimiento personal hay algo más que un catálogo de memorias, recuerdos y datos: hay una organización de elementos en un discernimiento organizado que al ser puesto en práctica mediante la inteligencia permite al ser humano adaptarse y sobrevivir. En este mismo contexto del conocimiento y del experimentum, se puede decir que la visión y el concepto que tiene un sujeto de sí mismo y del mundo no sólo están influidos por lo que recuerda y discierne de su vida pasada sino también por cómo recuerda los eventos vividos y cómo utiliza esa información.

jardin del etten
Memoria del jardín de Etten (1888) de Vincent van Gogh, depositado en el Museo Hermitage. Representa a su madre y su hermana al frente y una campesina atrás cargando flores en un camino, una escena recreada por el pintor unos años después de su estancia en Etten. Es un lienzo simbolista porque desde la imaginación y la memoria recrea una experiencia más significativa que un retrato de la naturaleza o que un recuerdo fotográfico de una escena.

Las opiniones, las creencias y los objetivos que tiene una persona influyen en cuáles recuerdos recupera de su vida pasada y en cierta medida en cómo se presentan. Mahr y Csibra propusieron que la memoria episódica implica una actitud epistémica de conocimiento hacia los eventos que se registran, y se recuerdan de tal forma que los contenidos de los recuerdos episódicos se suelen reconstruir de acuerdo a justificaciones explícitas de ciertas creencias. Esta operación supone una capacidad generativa o creativa de la recolección en el sentido de que lo recordado se acomoda a lo que se cree y esto permite representar y comunicar las razones que justifican tanto las creencias como los recuerdos. La manera como la persona se construye a través del tiempo está al servicio de crear una imagen coherente de sí misma, que suele ser favorable y propicia. Como dice el dicho “recuerdas lo que te conviene,” al que cabe agregar: “y como te conviene.” Ahora bien, este acomodo tiene límites, porque el conocimiento y la conciencia de la propia historia implican asegurar lo que ocurrió en el pasado, y para sostener esta autoridad el sujeto justifica sus recuerdos en el ámbito público por la referencia explícita a eventos pasados, que pueden ser comprobados o refutados por otros y por fuentes externas.

mi primer recuerdo
“My first memory”. La autora dibuja su primer recuerdo en el que observa un tren eléctrico a los 3 o 4 años. Nótese que la imagen incluye a la niña que observa la escena, una perspectiva desde fuera del cuerpo. Muchos recuerdos incluyen al sujeto y ponen en evidencia la creatividad imaginativa de la memoria más que la reproducción de una experiencia (imagen tomada de: SketchPort).

No se ha estudiado con suficiente amplitud el papel que juega la imaginación en la memoria. Una de las formas de enfocar este tema es considerar los dos tipos de recuerdos que mencionamos arriba: aquellos que se refieren a vivencias externas, o sea experiencias de la persona en el mundo, y aquellos que se originan como vivencias internas, como pueden ser las fantasías o los sueños que se almacenan en la memoria episódica. Se puede pensar que la persona distingue claramente unos de otros, pero no siempre es así. En la recuperación de los primeros recuerdos, muchas personas admiten que no pueden distinguir entre lo que ocurrió, de fantasías que pudieron agregarse o del papel que puede haber jugado una foto o un relato familiar. La noción misma de “realidad” está en juego, aunque las fuentes internas de memoria no dejan de ser realidades verificadas en su aparato mental. Esto lleva a considerar no sólo el papel que juega la imaginación en la memoria de cada individuo, sino el que juega el imaginario social en la construcción de la historia.


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Chatbots y telemedicina en tiempos de COVID-19

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Dr. Sebastián Prida.

La crisis de COVID-19 ha obligado al campo del emprendimiento e innovación en salud a tomar medidas para enfrentar las dificultades del sistema de salud en México. En sólo unos tres días, junto con un equipo interdisciplinario internacional que involucra a médicos, emprendedores sociales, desarrolladores, abogados, diseñadores, especialistas en marketing y otros creativos, desarrollamos un sistema de tecnología multiplataforma para ayudar a brindar acceso rápido y gratuito a la salud a cualquier persona que lo necesite en México. La forma más rápida de hacerlo fue utilizar tecnologías existentes, como la telemedicina, los chatbots de salud y las soluciones de registros médicos electrónicos. De esta forma, logramos implementar, posiblemente en un tiempo récord, una solución en todo el país para ayudar a disminuir el volumen de pacientes en salas de emergencia, clínicas y hospitales.

Telemedicina en COVID-19: minimizando la exposición a otros pacientes de alto riesgo.

Anteriormente, las soluciones de telemedicina han tenido dificultades para convertirse en herramientas de uso común, no sólo en los países en desarrollo, sino también en el mundo desarrollado. Ahora más que nunca, las tecnologías de telemedicina se están moviendo rápidamente hacia nuestra vida cotidiana y están siendo utilizadas por más personas. En México, la Dirección de Telesalud del Centro Nacional de Excelencia Tecnológica en Salud (CENETEC), es la institución encargada de establecer los lineamientos nacionales para sumar estos servicios al Sistema Nacional de Salud. De esta manera, está colaborando con las instituciones de salud para implementar estrategias de telemedicina de manera estandarizada. El entorno regulatorio internacional también ha tenido cambios significativos para adoptar las tecnologías de telemedicina en los últimos meses. Algunos países asiáticos y de la Unión Europea, han ampliado las leyes y reglamentos para permitir una mayor adopción de los sistemas de telemedicina. Por otro lado, en EE. UU., la mayoría de los grandes empleadores y planes de salud, incluidos Medicare y Medicaid, brindan algún tipo de cobertura para los servicios de telemedicina.

chatbot en medicina
Imagen: RS Web Solutions.

De acuerdo a una nueva encuesta, se reporta que las personas ahora están más inclinadas a usar los servicios de telemedicina. Sin embargo, muchas personas aún dudan en cambiar la forma en la que interactúan con los profesionales de la salud. En particular, a algunas personas les resulta difícil acceder a estas tecnologías de manera adecuada y tienen reservas sobre mantener una interacción con alguien con quien no han tenido una relación establecida anteriormente. Afortunadamente, esto puede abordarse fácilmente con estrategias educativas, a través del marketing en redes sociales y mediante el uso de plataformas ya conocidas para introducir a las personas en el viaje de la telemedicina. Acercarse a los usuarios con llamadas telefónicas, o WhatsApp y Facebook Messenger, puede ser una forma efectiva de contactar primero a las personas para después ofrecerles servicios de telemedicina.

Si bien es probable que la mayoría de nosotros se enferme de COVID-19, la evidencia muestra que la mayoría de los casos probablemente no serán graves. La telemedicina, en estos casos, permitiría a las personas recibir atención de apoyo, minimizar su exposición a otros pacientes de alto riesgo y, por lo tanto, reducir la propagación de la enfermedad. El Dr. Lee H. Schwamm, en un artículo de Harvard, describió que los servicios de telemedicina podrían ayudar a aplanar la curva al permitir que las personas con síntomas leves se queden en casa y manejen su enfermedad como cualquier enfermedad similar a la gripe.

Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud también promueve el uso de estas tecnologías para evaluar casos sospechosos de COVID-19 y minimizar la necesidad de que las personas vayan a los centros de salud para una evaluación médica. El director del Scripps Research Translational Institute, el Dr. Eric Topol, también explicó que una “visita de video” también disminuye el riesgo de exposición, no sólo a pacientes que están enfermos, sino también a profesionales de la salud que podrían haber estado en contacto con individuos diagnosticados. Y si eso no fuera suficiente, la telemedicina también ayuda a prevenir la sobresaturación en las instituciones de salud y permite que se modere el uso de equipos de protección personal; que es algo que necesita ser manejado cuidadosamente en estos tiempos.

telemedicina
Imagen: Thrive Global.

Además, informes recientes han demostrado que las tasas de mortalidad de COVID-19 en las regiones de China, donde el acceso a la atención médica es baja, superó las tasas de mortalidad encontradas en las regiones con mayores recursos de servicios de salud. En consecuencia, además de manejar a los pacientes con enfermedades leves, la telemedicina es una gran herramienta para mejorar el tratamiento recibido por los pacientes con COVID-19, al proporcionar atención especializada en áreas con recursos limitados. Por ejemplo, dos nuevas empresas de tecnología de la salud con sede en California están trabajando juntas para abordar este problema, y ​​están uniendo fuerzas para ofrecer servicios de telemedicina de cuidados intensivos para hospitales de bajo acceso en América Latina. Otros programas de monitoreo disponibles que permiten la supervisión remota de hasta 100 pacientes en unidades de cuidados intensivos en numerosos hospitales, incluyen Sentara Healthcare, Sutter Health y Mercy Virtual Care Center en EE. UU. Estas iniciativas ayudan a proporcionar acceso a especialistas que de otra forma no serían accesibles en persona.

Por el momento, no todas son buenas noticias en varios países, ya que aún queda trabajo por hacer en relación con las estructuras regulatorias para implementar los servicios de telemedicina. Aunque esto puede llevar algún tiempo, la telemedicina es crucial para abordar la crisis de COVID-19 ahora, así como otras enfermedades futuras.

Chatbots de salud en COVID-19: herramienta de evaluación de riesgos 24/7

El triage anticipado ayuda a los sistemas de salud a clasificar a los pacientes, según la gravedad de su emergencia, antes de que lleguen a un centro de salud. Los chatbots de salud, a través de algoritmos automatizados, permiten que las personas sean examinadas para detectar COVID-19 y evaluar la gravedad de sus síntomas. Los chatbots también pueden ayudar a las personas a comprender si necesitan ayuda médica o no, responder preguntas frecuentes y brindarles una sensación de apoyo. La ventaja de la automatización de los chatbots es que están disponibles 24/7 y pueden manejar miles (e incluso millones) de usuarios al mismo tiempo. De esta forma, en cualquier momento, los usuarios pueden comprender si están en riesgo de infectarse. Estos chatbots pueden implementarse en varias plataformas ya conocidas, como WhatsApp, Facebook Messenger, Telegram, o incluso usarse como bots telefónicos –es decir, proporcionar la herramienta de detección a través de una llamada telefónica–. Por lo tanto, el acceso puede estar ampliamente disponible.

Estos métodos son un primer contacto para presentar al público los servicios de telemedicina. La idea general es que los usuarios interactúen con el chatbot, en su plataforma preferida, y si el algoritmo detecta que necesitan asistencia médica, el chatbot los ayuda a contactar a un proveedor de salud disponible, ya sea a través de la plataforma de telemedicina, por teléfono o, si se reconoce una emergencia, dirigiendo al usuario al centro de salud más cercano. Estos chatbots también pueden integrarse con otros sistemas para regular el volumen de pacientes en hospitales, clínicas o salas de emergencia, y pueden evitar aglomeraciones en las instituciones de salud.

Los chatbots también ayudan a difundir información de salud mediante el procesamiento del lenguaje natural. Esta tecnología se usa, por ejemplo, con Alexa, Google Home y Siri, y permite a los usuarios tener una conversación con el bot para que pueda responder sus preguntas.

telemedicina y pandemias
Imagen: La Tercera (YouTube).

Varias organizaciones están usando chatbots para divulgar información confirmada de COVID-19 a efecto de  contrarrestar las “noticias falsas” dañinas que se distribuyen principalmente a través de las redes sociales. Por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud y Rakuten Viber lanzaron un chatbot interactivo para distribuir información actualizada de COVID-19 a millones de usuarios. Del mismo modo, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades en EE. UU. también lanzaron un chatbot que utiliza la plataforma Healthcare Bot de Microsoft en su sitio web; y en Italia, Paginemediche creó un chatbot para proporcionar un triaje en línea, basado en las pautas del Ministerio de Salud italiano. En México, la Secretaría de Salud lanzó una aplicación móvil para el autodiagnóstico de COVID-19. Aunque propiamente no es un chatbot, la aplicación ayuda a los usuarios a consultar medidas de prevención, conocer noticias, responder preguntas frecuentes y buscar centros de atención.

Los chatbots tienen muchas ventajas, pero todavía hay algunos aspectos que deben mejorarse. Por ejemplo, las respuestas son inconsistentes a través de diversos chatbots y pueden ser confusas para los usuarios. Por ejemplo, Casey Ross probó ocho chatbots de EE. UU. y recibió una serie de recomendaciones, desde comenzar el aislamiento en el hogar de inmediato hasta contactar al chatbot nuevamente en caso de que hubiera algún cambio en su salud. Esto, en cierta medida, se debe a que todavía no hay pruebas suficientes para crear un sistema de puntuación estandarizado para proporcionar una autoevaluación de riesgo adecuada, y las definiciones y criterios de casos de COVID-19 varían entre diferentes instituciones. Pronto, estos chatbots podrán ser evaluados para crear una autoevaluación de riesgos bien definida, internacionalmente aceptada y estructurada. Otro problema es que la mayoría de los chatbots se han creado como árboles de decisión y, si no se actualizan con frecuencia, las recomendaciones pueden terminar siendo obsoletas.

Una nota final sobre la prosperidad

Estoy impresionado por los abundantes esfuerzos que se han realizado tan rápido e instantáneamente evolucionando alrededor de la crisis de COVID-19. Los profesionales de la salud, científicos, emprendedores sociales, desarrolladores, abogados, diseñadores, especialistas en marketing y muchos otros están trabajando juntos, como nunca se había visto, en un objetivo global común. Y, por favor, no me malinterpreten, por supuesto que no estábamos preparados para una crisis de salud de esta magnitud. Los encargados de la toma de decisiones y las políticas no estaban preparados. Sin embargo, la tecnología ha permitido avances rápidos. Aunque hoy parece una historia interminable, tratando de superar la “nueva normalidad”, se puede ver la luz al final del túnel, donde la humanidad prospera.


sebastian prida

Sobre el autor:
El doctor Sebastián Prida es un profesional médico ambicioso, creativo y motivado que quiere aumentar la esperanza de vida y la salud humana mediante el uso de la tecnología en educación para la salud, prevención de enfermedades y seguimiento de enfermedades. Actualmente es director médico regional de Medwave Software Solutions, Inc., una empresa de tecnología de la salud con sede en California que se enfoca en la innovación tecnológica de la salud global y es consultor de la iniciativa Viive, instituciones que no tuvieron participación alguna en la redacción del presente documento.


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Autodidaxia, cibersociometría y otros paradigmas post COVID-19

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Una nueva condición de la vinculación social está emergiendo, la cibersociometría y la autodidaxia cunden a la par que la pandemia COVID-19 y a un ritmo que ya habrían querido los fracasos del boom del dot-com al comienzo del siglo.

Algunos estudios demuestran cómo es que la productividad aumenta hasta en 13% en las actividades de home office, una nueva confianza y ética de las relaciones virtuales está haciendo aparición y su consideración mueve inversiones y genera nuevas oportunidades.

Las ventajas ergonómicas se reflejan directamente en la productividad y el confort de los individuos. Haciendo el trabajo desde casa, crea una mejor atmósfera laboral. Una más eficaz supervisión basada menos en actitudes y más en resultados, está tomando lugar. Desde el punto de vista ergonómico, el diseño más vanguardista de oficinas no puede compararse con el espacio diseñado, ajustado y concebido por el propio individuo que es en casa un especialista en el uso del espacio.

Algunos problemas ligados al ambiente laboral simplemente no tienen cabida en el ejercicio del teletrabajo –abusos sexuales, agresiones, discriminación, etc.–. Los fenómenos concomitantes telepresencia y teleacción son una función de la conectividad, por lo que en este sentido puede haber diferencia en el sistema de supervisión y de trabajo en equipo, pero no en la productividad general como lo demuestran diversos estudios.

autodidaxia y teletrabajo
Imagen: Marketing Directo.

La telepresencia, teleacción o presencia a distancia, es decir, la presencia vicaria y acción presente de cosas ausentes, la representación por el producto del trabajo materializado, por una parte, o de la instrucción expresada por medios mecánicos o electrónicos, son consecuencia lógica de la nueva condición productiva. Dos condiciones nuevas aparecen, las materiales e impersonales de supervisión y performance, y las inmateriales, como la percepción y los estados anímicos. 

El mayor riesgo de empleabilidad se presenta para los funcionarios de nivel medio. Los llamados gerentes o supervisores cuya función tiende con el teletrabajo a desaparecer, los altos mandos y los trabajadores de menor rango están obligados a producir, los primeros porque un componente importante de su ingreso está en la productividad, ligada está al performance en las ventas, y los segundos porque su pendular se juega entre tener y no tener trabajo.

Uno de los problemas, sin embargo, que se perciben en el trabajo domiciliado sobre todo en países del primer mundo, es el relativo a la falta de socialización de las personas, “me siento solo(a)” es una referencia si no generalizada, sí recurrida. En todo lugar el hacinamiento puede ser también un problema, “no tengo espacio para trabajar”, “hay mucho ruido-ambiente”.  

Sin embargo, la relativamente nueva condición que aparece con el aumento y la confiabilidad en las redes y en la calidad de las conexiones, implica también nuevas conductas. Trabajar a distancia permite distanciarse del lugar de trabajo y encontrar mejores condiciones de hábitat.

autodidaxia y confinamiento
“Interior con una chica dibujando”, Pablo Picasso, 1935.

Por otra parte, los sistemas de conectividad, la calidad de la óptica, los estudios ergonómicos están siendo integrados por compañías especializadas en la provisión de servicios. Estos ejercicios están dando resultados y creciendo exponencialmente en todo el mundo.

La reciente reunión extraordinaria del G-20 fue llevada a cabo en una de estas plataformas y funcionó muy bien logrando que los Jefes de Estado se sintieran más a gusto con su uso que en los constreñidos espacios oficiales, e híper-mediados de los centros de conferencias, u hoteles en donde por lo general se llevan a cabo. Al término de esta pandemia –porque debe tener un fin– el mundo tecnológico habrá dado un giro importante, orientándose ahora paralelamente a las comunicaciones interpersonales para favorecer las grupales. Esto está muy caliente; durante el fin de semana he recibido varios mensajes de advertencia con relación a las fragilidades en seguridad de la plataforma Zoom, por ejemplo, que he estado utilizando para algunas de mis comunicaciones de trabajo y alternándola con Avaya Spaces, que siendo más robusta para presentaciones, es todavía menos amigable para las conversaciones que no requieren la constante consulta a documentos, archivos o imágenes.

Esto sugiere que hay paralelamente al uso de las plataformas, una guerra industrial desatada, voraz a veces en la industria y que algunas apps serán nulificadas o compradas por terceros más robustos y ágiles. Nada sorprendente en un mercado canibalizado y dominado por los grandes productores que están atentos siempre a la orientación de los mercados.

Otra de las tendencias mayores que hemos resentido en este período sui generis que acusa, entre otras cosas, la fragilidad biológica de la especie, es la tendencia a la autodidaxia. Durante mucho tiempo la educación, muy importante, había sido dejada en manos primero del clero y otras instituciones religiosas como la yeshiva o la madrassa, luego del Estado y más tarde de la industria privada que ha sabido desarrollar enormes consorcios y franquicias. Hoy, sin embargo, las personas están tomando en sus manos su formación y al hacerlo descubren su valor, se sorprenden de su potencial abriéndose a un nuevo mercado laboral. Los educandos están reconociendo que son la punta sumatoria de las fuerzas que animan sus vectores individuales, asumiendo con sorpresa a veces su diferenciación y las posibilidades que ésta les ofrece.

autodidaxia y confinamiento
Ilustración: Dribbble.

Así, vemos proliferar los cursos en línea, las charlas cortas como las que está proponiendo Air B&B sobre los más diversos temas, las que ofrecen individuos o consorcios como Khan o como Tedd, o más estructuradas didácticamente como las sugeridas por The Big Canvas. Así las cosas, veremos también después de la pandemia una fuerte tendencia a la autodidaxia, a la autoformación, las escuelas estarán más orientadas a la provisión de mecanismos de amalgamamiento del conocimiento decidido por los individuos, la educación será la forma y no el contenido del proceso de enseñanza-aprendizaje.

La empleabilidad de las personas está pasando así por un proceso de autogestión a partir de la autoevaluación. En este período se ha acentuado la conciencia de los aprendizajes realmente adquiridos, bien cimentados y sobre todo el reconocimiento de las propias capacidades e intereses.  Paralelamente a la conciencia de identidad, que ya hemos discutido en otros artículos, está la conciencia de las capacidades reales de las personas, ligada a una mejor percepción de las destrezas específicas que los sistemas tradicionales de evaluación y sanción de la educación tienen dificultad para reconocer.

La educación digital se hace esencial para la puesta en valor de las propias capacidades y para el acceso a la formación continua, la teleacción y las oportunidades. Hay un nicho importante entre el coding y los usos que no están siendo debidamente atacados, y que parte de la necesidad de proveer respuestas tangibles a problemas reales a partir de las propias capacidades de navegación en el ciberespacio.

En lo sucesivo hay un nuevo código cibernético de los valores, “ciber-honor”, es honrar los compromisos del espacio virtual de la misma forma que se honran los compromisos del mundo analógico. Hay aquí menos pretextos, “temprano es a tiempo, a tiempo es tarde”. Hay un costo temporal de la puesta en plataforma que debe ser considerado y que es menos propenso al accidente del tráfico de vehículos y los transportes públicos. La palabra empeñada en el ciberespacio es también palabra de honor.

home office
Imagen: Freepik.

Quizá las plataformas digitales sirvan particularmente a la cultura mexicana de negocios tan proclive a la procrastinación que hace perder recursos económicos y temporales. Decir no es tan apreciado como decir sí. Ambas condiciones implican un involucramiento de las personas y en ambos casos la relación personal debe quedar inafectada. Business as usual y tan amigos como siempre.

Está emergiendo una nueva sociometría donde el terreno se ha emparejado, en la red son menos eficaces las miradas inquisidoras y más recurridos los métodos productivos y objetivos; menos jerarquía y más eficacia parece ser la regla. Esto deberá beneficiar en gran medida a nuestro país tan proclive al boato, a la cursilería jerarquizante, heredada de épocas coloniales, ahora el “mande usted”está siendo remplazado por fórmulas menos entreguistas e igualmente respetuosas de la persona. Una cibersociometría vinculada al carisma y al conocimiento, a la solidez ética y moral aparece así, imponiéndose a las pirámides de autoridad.


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El saber ocupa lugar en el cerebro: ¿cuándo, cómo y dónde?

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Cajal tenía toda la razón al proclamar que cada persona esculpe su cerebro de manera particular por las experiencias, aprendizajes, destrezas y capacidades que adquiere en su vida. Pero este hecho instaura múltiples incógnitas en referencia a cuándo, cómo y dónde, porque sería necesario averiguar dónde y cuándo se encuentran los engramas de la memoria, cómo se establecen las modificaciones del cerebro y cómo se reactivan para dar lugar a los recuerdos. Mucha de la información al respecto se enriqueció con el estudio minucioso de algunos pacientes en el curso de los últimos dos siglos y sólo me referiré a un ejemplo notorio.

En los anales de la neuropsicología destaca el caso de H.M. (identificado como Henry Molaison después de su fallecimiento), un paciente estudiado durante décadas y cuyo hipocampo cerebral fue extraído quirúrgicamente en 1953 para tratar una epilepsia grave. El hipocampo es una región muy antigua del cerebro situada en la profundidad del lóbulo temporal. Si bien se curó de la epilepsia, H.M. perdió la capacidad de formar memorias a largo plazo, en especial hechos, nombres o imágenes propios de la memoria declarativa y esto constituye una amnesia anterógrada, la que se manifiesta a partir de la lesión. Otras funciones cognitivas y recuerdos previos a la operación permanecieron intactos. De éste y otros casos similares, se derivó que el hipocampo es necesario para la formación de memorias a largo plazo a partir de las de corto plazo, pero que no es el lugar de almacenaje y no participa de la memoria operativa y de procedimientos. La evidencia experimental reciente indica de que las memorias episódicas inicialmente requieren una plasticidad veloz en el hipocampo y gradualmente se consolidan en redes de la neocorteza. En la neurología se sabe que la falta transitoria de irrigación sanguínea o isquemia en el hipocampo produce una amnesia global transitoria durante el cual el paciente desconoce su paradero y pregunta: ¿dónde estoy? 

cerebro henry molaison
El paciente Henry Molaison (H.M.) y su cerebro. La extirpación del hipocampo para tratar su epilepsia le produjo un trastorno de memoria extensamente estudiado (Figura tomada de: Research Gate).

En 1971 O´Keefe descubrió que algunas células del hipocampo se activan cuando la rata de experimentación se encuentra en cierta localidad de un laberinto y por ello las llamó neuronas de lugar. Estas células seguramente forman parte del engrama del laberinto en la rata. En 2005 los esposos Moser identificaron en la región vecina de la corteza entorinal, neuronas que generan un sistema de coordenadas para navegar y hacer camino en un espacio. Es probable que el espacio y el tiempo se procesen inicialmente en diferentes redes de neuronas, pero sus señales convergen en el hipocampo para crear un marco espaciotemporal que es propio de la memoria episódica. 

La abundante investigación sobre el papel de varias estructuras cerebrales en la memoria ha aclarado el papel del hipocampo y sus zonas vecinas en la cara medial de los lóbulos temporales del cerebro. Las evidencias de la neuropsicología, de los estudios de conducta y de la neurofisiología en animales, han mostrado que el hipocampo participa en la memoria espacial de las formas y dimensiones de los lugares, así como de la orientación y movimiento del organismo en el espacio. Además de la consolidación de las memorias episódicas, se conoce que esta región funciona para integrar tales funciones mediante sus conexiones con otras áreas. Por ejemplo, las interacciones entre el hipocampo y la corteza prefrontal son fundamentales en la modulación de las acciones dirigidas a una meta o a la obtención de un resultado particular. Las redes del hipocampo mapean múltiples dimensiones de la experiencia para organizar las formas de conocimiento que integran a la persona con su mundo.

hipocampo
Arquitectura del hipocampo revelada por medios histoquímicos. El pliegue de la estructura sobre sí misma sugirió la del hipocampo de mar (derecha). El hipocampo es crucial en la memoria espacial y en la consolidación de las experiencias (Figura tomada de: Departamento de Histología y Embriología).

Ahora bien, es importante destacar que otras formas de memoria involucran diferentes partes del cerebro. Por ejemplo, la investigación de LeDoux destaca el papel crucial que realizan los núcleos amigdalinos del lóbulo temporal en las respuestas condicionadas de miedo en la rata. En este mismo rubro, vale la pena citar la prolongada investigación del psicobiólogo mexicano Roberto Prado, quien inicialmente demostró la participación del caudado, un núcleo profundo del cerebro involucrado en la regulación y coordinación del movimiento en la memoria de una conducta aprendida por miedo. Las ratas en estudio evitaron para siempre entrar en una zona obscura de la caja experimental después de haber recibido un toque eléctrico en las patas, la primera vez que la exploraron. Se trata de un aprendizaje emocional producido por un solo evento que es relativamente fácil de provocar y de analizar una vez establecido. Por razones teóricas y experimentales, Prado consideró que el engrama de esa conducta estaba localizado en el núcleo caudado hasta que una experiencia más intensa de aprendizaje (un choque eléctrico más potente) rebasó esta estructura y protegió a esta conducta contra fármacos que contrarrestan la memoria. Ésta es una evidencia de que una experiencia emocional y puntual se codifica en diversas estructuras cerebrales y que su engrama puede moverse en el cerebro.

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La “neurona de Jennifer Aniston” se refiere a una neurona que responde no sólo al reconocimiento de un rostro particular, sino a esa persona en cualquier atuendo y circunstancia. Es una neurona de concepto que forma parte crucial de un engrama (Figura tomada de: Medium).

Rodrigo Quian Quiroga, neurocientífico argentino que investiga en Inglaterra, ha logrado registrar la actividad de neuronas individuales en cerebros de humanos conscientes sometidos a neurocirugías. Al presentar a estos pacientes fotos de diversas celebridades, encontró neuronas en el lóbulo temporal que sólo disparan cuando el sujeto reconoce a una celebridad en particular. Estas células fueron llamadas “neuronas de Jennifer Aniston,” porque se detectaron con fotografías de esta actriz. Seguramente diferentes neuronas están involucradas en el reconocimiento de otros conocidos y el importante hallazgo permite concluir que esas neuronas localizan cierta información necesaria para identificar a una persona conocida, y forman parte de una red involucrada en ese reconocimiento. Es muy probable que la memoria episódica utilice varios indicios y dominios para operar. Por ejemplo, se ha postulado una distinción entre trazas de memoria y ubicación en el tiempo. Las trazas o huellas son representaciones de episodios que se han vivido, en tanto que la ubicación en el tiempo integra estas escenas en un marco espaciotemporal para su comprensión, su narración y para proyectar posibilidades a futuro. 

Por éstas y muchas otras evidencias, se puede afirmar que ciertos engramas están distribuidos y abarcan redes neuronales de varias regiones del cerebro, tanto de la corteza como de núcleos subcorticales. Cada una de estas regiones codifica información específica del evento, como pueden ser cualidades sensoriales, afectos, información de tiempo y lugar. Es muy posible que las regiones nodales para un engrama cambien a lo largo del tiempo y esto se manifiesta en las modificaciones que sufre el recuerdo a lo largo de la vida. Estos factores forman parte de la memoria episódica del individuo y proveen de una información muy relevante de cómo se almacenan las escenas del pasado en el cerebro. Diversas zonas y redes neuronales intervienen para fundamentar aspectos de la identidad personal; ya hemos mencionado que la planeación de acciones futuras involucra al lóbulo frontal, la reflexión a la red basal o default del cerebro. Las conexiones entre las redes que procesan aspectos de la propia identidad en el espacio y el tiempo son fundamentales para integrar la diversa información sobre uno mismo en una autoconciencia formada por múltiples caretas.

cerebro engrama
El engrama como una red neuronal que se activa durante el aprendizaje, se consolida perdiendo actividad y se renueva y reconsolida con cada nueva recolección o recuerdo. Figura tomada del artículo: Josselyn, S., Köhler, S. & Frankland, P. “Finding the engram”. Nat Rev Neurosci, 16, 521–534 (2015).

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La zona habitable de un exoplaneta

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La búsqueda de vida extraterrestre está en pleno auge. Se han descubierto 4,000 exoplanetas, varios se asemejan a la Tierra, pero no todos poseen las condiciones para que tengan civilizaciones que hayan desarrollado tecnología para contactarnos. Se están buscando, sobre todo, los que estén más cerca de la Tierra.

En el caso de nuestro mundo, para que haya vida se requieren de varias condiciones mínimas: diversidad de elementos químicos, abundancia de carbono, nitrógeno y oxígeno, una fuente de energía estable, y agua líquida, pues ésta facilita el intercambio de nutrientes. Además se requiere que haya un campo magnético que desvíe los rayos cósmicos letales que produce el Sol. Si se desea descubrir una civilización extraterrestre, se necesita que el exoplaneta orbite una estrella que viva miles de millones de años. La vida en la Tierra surgió hace 3,800 millones de años. A nuestra civilización le tomó 100,000 años construir instrumentos capaces de analizar mundos fuera del sistema solar.

Existen zonas en torno de las estrellas llamadas zonas habitables donde es posible que se desarrolle la vida. Si el planeta está muy cerca de la estrella se calienta mucho, por lo que el agua y la atmósfera se evaporan; y si se encuentra muy lejos se mantiene congelado, lo que impide que haya agua líquida en la superficie.

zona habitable
La zona habitable depende de la temperatura de la estrella. En esta figura se muestra en color verde. La zona roja está demasiado caliente y la azul demasiado fría para que exista agua líquida (The Website of Learning).

Las estrellas más calientes viven menos que las más frías porque consumen su combustible a mayor velocidad. Por lo tanto, la búsqueda de vida extraterrestre se está concentrando en las estrellas más pequeñas, éstas son las enanas rojas –de temperatura fría– que viven decenas de veces más tiempo que el Sol y centenas de veces más que las gigantes azules, que son las más calientes de todas.

El problema con las estrellas enanas rojas es que producen una cantidad mayor de rayos cósmicos que el Sol. Si los planetas en la zona habitable no tuviesen campos magnéticos para desviarlos, por ejemplo, como existe en la Tierra donde la circulación del núcleo de hierro y níquel lo generan, no podría desarrollarse la vida en aquél lugar.

estrellas rojas
Las estrellas enanas rojas más pequeñas, son sumamente activas y su producción intensa de rayos X podría interferir con la existencia de vida en planetas cercanos, a menos que tuviese campos magnéticos intensos (Universe Today).

Si pudiésemos observar todos los planetas habitables que giran en torno de las estrellas enanas rojas de nuestra galaxia, ascenderían a 40,000 millones, ya que en la Vía Láctea hay 100 mil millones de estrellas y la mayor parte son estrellas pequeñas. Hasta el día de hoy se han descubierto con certeza, incluido el Sol, medio centenar.

estrella Kepler 442
La estrella Kepler 442 posee uno de los planetas ideales para albergar vida. Sus estrellas es del tipo K, es decir, vive más que el Sol; es rocoso, por lo cual podría tener un campo magnético que lo protegería de la radiación X de su estrella (Universe Today).

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Hablar, escribir; pensar, leer en la Era Digital

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Hablar, escribir; pensar leer en la Era Digital. Tal es el título que esta semana ha comenzado a circular.

Diez ensayos sobre el cambio de época. Dirigidos a los cuatro ámbitos básicos que hacen que miremos la realidad de la manera en que lo hacemos.

Acompañado del subtítulo: Nuevas herramientas, nuevos paradigmas, el libro ha sido escrito en coautoría con mi admirada amiga Hilda Gómez González. Quien, entre otras cosas, fue la responsable en los últimos años de los Programas Académico de vanguardia de la Bienal Internacional de Radio, el evento más importante en su tipo, en lengua hispana en el mundo. 

Se trata de una indagación a dos plumas, que se aboca al centro de la transformación digital contemporánea: el cambio profundo e irreversible en nuestra manera de comprender el mundo.

Comparto con mucho gusto algunos fragmentos del texto introductorio, con la convicción de que ha de motivar la reflexión sobre el verdadero centro del cambio digital: las personas.

portada libro

Cuando desde AlfabetizaDigital afirmamos que Lo Digital Es La Experiencia, divisa que distingue la labor que llevamos a cabo, lo que estamos tratando de subrayar es, justamente, que nos encontramos frente a una revolución de las mentalidades en la que la configuración de nuestras experiencia, aun las más sencillas y cotidianas, se halla en un proceso de cambio radical.

Es la manera de encarar esas tareas, el modo en que nos relacionamos con los objetos y la forma en que estas nuevas prácticas recalan asimismo en nuevos espacios de interacción y de simbolización, lo que hace que las personas desplacen sus nociones anteriores hacia lo digital.

Se trata, entonces, de un triple movimiento en el que las herramientas digitales participan, sí, sin duda, pero en el que el motor de esta transformación en las nociones básicas de las prácticas y las representaciones, descansa, más bien, en la disposición de modificar nuestra manera de pensar y de experimentar el mundo.

De ahí, también, que el punto de arranque al hablar de la noción que durante los últimos dos mil años se enraizó de escritura, y confrontar cómo en el mundo del presente el dilema entre la fijación como aporte esencial de lo escrito y la permanencia en el interior de lo experimentado, como reclamaban los detractores de la escritura, toma formas inesperadas, marcadas por lo híbrido, en el mundo que habitamos.

Habla, escritura; lectura, pensamiento se configuran en lo que podríamos determinar como la primera mitad de las disertaciones, como las coordenadas que habrá que seguir en los textos que conforman la segunda parte de lo que se presenta. Justo ahí donde las características, saldos, desafíos, alcances de lo que solemos considerar lo propiamente digital toma sitio dominante.

era digital
Imagen: Deloitte.

Los trazos generales de la Cuarta Revolución Industrial se engarzan de este modo con la idea de que habla, escritura, lectura y pensamiento forman parte de un proceso de eslabonamiento en el que la percepción de las modificaciones puede impactar sobre los demás.

Las transformaciones que con el mundo digital han aparecido respecto a qué herramientas utilizamos para escribir o para leer, o en relación con los lugares en que hacemos una u otra actividad, no son por lo tanto simplemente cambios de soporte que no tengan mayor impacto sobre la actividad misma y el modo en que la representamos en el orden de las ideas.

Muy por el contrario, si las nociones de tiempo y espacio se han modificado radicalmente con el advenimiento de lo digital, estas nociones se hallan, asimismo, vinculadas en un proceso de mutua transformación, con la escritura, la lectura y el habla.

Del orden vertical que privó y estructuró la representación del mundo a los nuevos paisajes signados por la horizontalidad colaborativa el hacer y el pensar, concebidos antes como dos procesos distanciados, cuando no antagónicos, se anudan, se entrecruzan, se alimentan y energizan mutuamente.

La ahora casi legendaria conjunción de las 5 C´s que acompañan el mundo contemporáneo, esto es, “Colabora-Comparte-Comunica-Crea: Comunidad”, ha encontrado para AlfabetizaDigital suelo fértil y entusiasta participación.

“Nadie puede actuar en un mundo que no comprende”, ha sentenciado el filósofo francés Paul Ricoeur con la lucidez que acompañó siempre su pensamiento como acción y su acción como pensamiento.

conectividad
Imagen: One.

A la comprensión de que es fundamental alentar el pensamiento, la reflexión, el entendimiento de las nuevas circunstancias de este nuevo mundo que habitamos, debe apuntar la nueva comprensión que exigen los procesos de hablar, pensar, leer y escribir en la Era Digital.

Hablar, escribir, pensar, leer. Cuatro actividades esencialmente humanas. Cuatro actividades sobre las que se puede reflexionar por separado.

O bien, como en el caso de este libro, como un proceso interrelacionado, como un proceso que corre y se entrelaza sobre una red de complejas interacciones.

La premisa básica para una nueva comprensión y comprehensión de este tiempo es que Lo Digital reside en la experiencia de las personas y no en los artefactos que utilizan.

Tal cosa, la experiencia de un nuevo mundo es lo que importa.

El libro Hablar, escribir; pensar, leer en la Era Digital, se encuentra disponible en el siguiente enlace: http://ow.ly/fy5a50z8XNi.


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En busca del engrama: huella y mecanismo del recuerdo

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Las huellas son vestigios de ciertos eventos y procesos que se imprimen sobre materiales y objetos muy diversos como marcas temporales. Los estratos geológicos, los círculos concéntricos en troncos de los árboles o las impresiones de pies en el suelo son indicios o señales del pasado. Varias ciencias físicas, como la cosmología y la geología, o ciencias humanas como la arqueología y la historia, dependen crucialmente de la detección e interpretación de pistas para detectar y formular la génesis de su objeto de estudio. De forma análoga, las experiencias vividas se incorporan en los organismos y moldean su morfología y su acción dentro de las configuraciones y capacidades que han recibido por evolución y herencia.

El cerebro y el comportamiento, dotados de una estructura morfológica y de una facultad funcional y expresiva por la evolución de la especie y la amalgama de los gametos paterno y materno en el cigoto, sufren durante el desarrollo del organismo una modulación por las experiencias, los aprendizajes, las prácticas y demás vivencias para ir conformando a un individuo particular. La evolución, la herencia y el aprendizaje confluyen de tal manera que el cerebro viene genéticamente programado para aprender y cada enseñanza modifica su expresión genética y moldea su identidad morfológica y funcional. Pues bien: ¿cuál es la huella que deja la experiencia pasada en un organismo y se manifiesta en las funciones de su memoria cruciales para definir su identidad?

huella material
La memoria requiere de una huella material y las huellas en la naturaleza reseñan la historia del espécimen por el tiempo que duren.

A finales del siglo XIX la posibilidad de cambios del cerebro en respuesta al medio fue prevista por Ramón y Cajal en términos morfológicos y por William James en términos funcionales. En ambos se plantea la noción pionera de este órgano como un sistema maleable que se organiza en función del tiempo. El término de “engrama” fue sugerido en 1904 por el naturalista alemán Richard Semon, quien tomó del griego la palabra gramma (letra) para denominar a la huella de una memoria que se inscribe en “la sustancia irritable del cerebro.” A partir de entonces las ciencias del cerebro se han abocado a identificar qué es y dónde está el engrama o huella cerebral de un ítem particular de información almacenada. El empeño tiene un incentivo transcendental, porque el recuerdo, un evento psicológico, tiene necesariamente una base o contraparte neurofisiológica, un evento físico. Se trata de un tema nodal del milenario problema mente-cuerpo que, aunque presenta grandes desafíos, es analizable por la psicofisiología y por la neurociencia cognitiva.

engrama
Karl Lashley hacia 1940 y a la derecha aparece una alegoría de la búsqueda del engrama en el cerebro en la revista Discover. Nótese que en la figura un observador (el yo del sujeto) se asoma a una ventana para recuperar una escena de su pasado, un recuerdo. Veremos que esta idea de sentido común no es correcta (tomado de: Discover Magazine).

En los años 30 y 40 dos investigadores de tradiciones muy distintas generaron informaciones aparentemente contradictorias sobre la localidad de las memorias. Después de realizar múltiples ablaciones quirúrgicas de partes del cerebro de ratas para analizar su papel en el aprendizaje de un laberinto, en su libro de 1939, “En busca del engrama,” el psicólogo Karl Lashley refirió que la memoria del laberinto podía tener una extensa representación porque obtenía una reducción del aprendizaje proporcional a la cantidad de tejido destruida. Otras teorías y evidencias posteriores favorecieron que la memoria está distribuida en el cerebro.

Por ejemplo, desde los años 70, Mark Rosenzweig y sus colaboradores mostraron que, si se comparan los cerebros de ratas que viven solitarias con los de otras que conviven en grupos, con acceso a ruedas de ejercicio y otros aditamentos en un “ambiente enriquecido,” estas últimas desarrollan cerebros más pesados, cortezas sensoriales y motoras más gruesas, mayor número de sinapsis y mayor concentración de algunos neurotransmisores en comparación con las solitarias. Por su parte, la hipótesis holográfica de Karl Pribram, un discípulo de Lashley, sugirió en 1986 que la memoria se representa en el cerebro como en los hologramas, donde cada parte puede codificar la información de la totalidad

Ahora bien, las primeras evidencias experimentales sobre la localización cerebral de los recuerdos fueron obtenidas por el neurocirujano canadiense Wilder Penfield, al estimular diversas partes del cerebro humano con electrodos puntuales en la década de los años 40. Ya hemos mencionado que estas investigaciones definieron los mapas u homúnculos sensorial y motor del cuerpo en los lóbulos parietal y frontal respectivamente, pero, además, la estimulación de puntos específicos del lóbulo temporal provocaba recuerdos muy vívidos de experiencias previas, como si se reactivara una huella localizada precisamente en el sector estimulado. Los estudios posteriores de neurociencia cognitiva y las evidencias de neuropsicología obtenidas en pacientes que sufren lesiones localizadas del cerebro, indican que la memoria episódica depende crucialmente de las estructuras mediales del lóbulo temporal del cerebro que incluyen al hipocampo. Pero también se sabe que el lóbulo frontal del cerebro interviene en la adquisición, la codificación y la recuperación voluntaria de experiencias pasadas y su ubicación en el tiempo.

hebb y huella
El principio de Hebb de que las neuronas utilizadas en el aprendizaje refuerzan sus conexiones para formar la red neuronal del engrama de la memoria se explica en esta figura como una analogía: la cara de la montaña sometida a lluvias profundiza sus surcos y cambia su estructura. La lluvia sería la experiencia y los surcos los engramas que imprime en el cerebro (tomado de: Neuroquotient).

Hoy día es posible mantener que la memoria requiere tanto sitios específicos como redes distribuidas para funcionar adecuadamente y para ello es ilustrativo referirse a la evidencia más convincente sobre su base neuronal. En la segunda mitad del siglo XX se fue acreditando la hipótesis de la facilitación sináptica propuesta inicialmente por Cajal y especificada por Donald Hebb a mediados del siglo. La hipótesis propone que al aprender algo se refuerzan los contactos o sinapsis entre las neuronas utilizadas en la tarea y la huella física de recuerdos específicos, la cual se comprende como una red de neuronas que se enlazan y acoplan mediante el fortalecimiento de las sinapsis que las conectan. El adagio científico de este fenómeno es el siguiente: “las neuronas que disparan juntas se conectan juntas.” Usando a un gran molusco marino, el psiquiatra y Premio Nobel, Eric Kandel, ha comprobado que, en efecto, el aprendizaje facilita conexiones nerviosas y promueve nuevas, además de estipular los mecanismos neuroquímicos involucrados. El aprendizaje establece nuevas redes en el cerebro porque las neuronas que se activan durante la tarea tienden a conectarse entre sí formando un sistema funcional.

kandel
El Premio Nobel Eric Kandel y su libro “En busca de la memoria”, una autobiografía cuyo tema central es su vida dedicada a la investigación del fundamento neuronal de la memoria.

A lo largo del siglo XX la investigación neurobiológica de la memoria ha ido descubriendo las zonas, módulos o redes del cerebro que se involucran para consolidar, almacenar, recuperar o perder información. Las extensas investigaciones realizadas han mostrado que el aprendizaje y la memoria afectan todos los niveles de operación del cerebro, desde sus fundamentos moleculares y celulares hasta las redes neuronales, diversos módulos, en especial el hipocampo, y gran parte del cerebro. Con la experiencia el cerebro se enriquece tanto morfológica como funcionalmente, es decir, se vuelve más eficiente y, a su vez, el cambio conductual resultante de esa adquisición favorece sus actividades cognitivas.

La memoria se concibe ahora como una modificación plástica del cerebro en todos los niveles y aspectos de la operación cerebral. El engrama estaría constituido por la actividad de una red de neuronas que se conforma con el aprendizaje mediante la facilitación de sus sinapsis. La evidencia aclara algo del cómo se imprime una huella, pero no especifica precisamente el dónde ni qué tan precisa es la red en cuestión. Esto no está plenamente resuelto, pero la investigación con ese objetivo ha tenido grandes avances, como veremos a continuación.


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Reinventarse, ahora o nunca: saldos de la emergencia

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Disrupción. La palabra no es nueva, desde luego. Sucede así con los conceptos. No significan la invención de un término sino su resignificación. Recolocarlo al servicio de comprender.

Quien los toma, comprende y actúa. Quien no lo toma, no comprende y sigue actuando, de acuerdo con el modelo mental anterior; ése que refleja el mundo que le es propio y desde el cual resiste el cambio.

Disrupción proviene del latín disruptus. Es decir, lo que rompe, lo que separa. Lo que de forma ruda aparta en varias partes aquello que antes, al menos en apariencia, semejaba una sola cosa.

Por supuesto que en su raíz se adivina el elemento de ruptura, ruptus. Añadiéndole el prefijo dis, la condición de las varias vías, de la multiplicidad.   

A fuerza de exagerar, bien podría decirse en la historia que cuenta el modo en que ciertas palabras han sido comprendidas y aplicadas, se halla comprimida la propia historia del cambio de mentalidades y con ésta la historia misma del mundo.

reinventarse
Ilustración: Jun Cen.

Durante años, siglos, ha de insistirse, lo disruptivo, los disruptivos, fueron mirados como conductas, que merecían tanto más que sus portadores, la reprimenda y la abierta exclusión.

A la par del advenimiento de la Tercera Revolución Industrial a finales de los años noventa, sin embargo, esta noción en torno a lo disruptivo como negatividad, a la que había que cercenar, dio un vuelco.

Entonces, lo disruptivo pasó de ser una manera de nombrar a las niñas y los niños problema de clase, a convertirse en el adjetivo idóneo para describir la nueva tecnología y su llamado a la innovación ininterrumpida.

Pronto, la idea de generar disrupciones en lo que antes fue visto como procesos graduales de consolidación, se fue extendiendo hacia las áreas de investigación y desarrollo de proyectos de muchas compañías.

 El resultado de esta expansión fue una creciente propuesta de productos y prácticas que implicaban, claro, una ruptura para la que no había vuelta atrás en relación con lo anterior.

Como se sabe, debemos a Clayton M. Christensen y su artículo de 1995, Disruptive Technologies: Catching the Wave, el haber acuñado y popularizado el término de tecnología disruptiva.

Dos años después, en 1997, el propio Christensen ahondaría en su idea inicial en el libro The Innovator’s Dilemma, instalándola en un horizonte más amplio, el del desafío que implica innovar de forma continua.

Christensen se percata de lo que está por delante y describe lo que será un largo ciclo económico de prosperidad para algunos modelos de negocio en los años posteriores.

tecnologias disruptivas.
Ilustración: Cristöbal Schmal.

Dirigidas a los consumidores de una gama media y media baja, las tecnologías disruptivas, se sostiene, se probarán, por así decirlo, en un mercado que no se caracteriza precisamente por su alta exigencia.

Poco a poco, los beneficios que produce el alto consumo de estas tecnologías posibilita extender sus beneficios, mejorados, a productos que puedan cumplir con estándares de mayor exigencia.

El ejemplo que suele ponerse para explicar este proceso es de la fotografía digital. Hoy, dueña de todo el mercado, y responsable del cambio más dramático en materia de prácticas y usos, es decir, mentalidades, desde la invención misma de la cámara fotográfica.

Al comienzo, las fotografías digitales eran notablemente más malas que las fotografías convencionales. Al contar con pocos pixeles, su resolución era más bien pobre.

Esta tecnología tenía, sin embargo, un as bajo la manga: el costo. Valiéndose del sentido de novedad y siendo radicalmente más barata, a la corta y a la larga, que el modo antiguo de tomar fotografías, paulatinamente fue ampliando su mercado, al tiempo que su resolución mejoró a pasos agigantados.

El resultado lo conocemos todos. Kodak, ese formidable y gigantesco animal, tan fuerte como lento, fue incapaz de mirar la dimensión de la ola que se le venía encima.

Las transformaciones de los conceptos, cual si fueran polen que viajara en el viento, son irrefrenables y acaba por polinizar todos los ámbitos de la vida social.

Durante la última década, quizá década y media, la época ha visto cabalgar con éxito líderes políticos que han tenido en la disrupción su principal capacidad.

reinventarse
Ilustración: Behance.

Discursos políticamente incorrectos, conductas aparentemente irracionales, reacciones sorpresivas frente a ciertas coyunturas han colocado a personajes como Putin, Bolsonaro, Trump o Johnson en el poder.

La disrupción como estrategia política, como discurso y como forma de acción pública en la que la respuesta de los adversarios acaba pareciendo demasiado a la vieja usanza, explica buena parte de la aceptación de políticos que a primera vista parecían fuera de lugar.

El gran reto, sin embargo, y así lo plantaba ya Christensen antes del cambio de siglo, no es si seguirán rompiendo patrones, tal cosa se da por descontado, sino si tal capacidad de ruptura, de provocación, de desviar la atención o sorprender, será suficiente frente a la complejidad de un tiempo marcado por una emergencia sanitaria a nivel global.

Es decir, de si serán capaces de reinventarse, aun a costa de lo que ha construido como personajes.

O bien, si no al romper antes han llegado al límite de su capacidad de disrupción.

Ellos mismos.


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