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Cómo combatir el mal humor

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Se predica contra muchos vicios,
pero no sé de nadie que haya predicado contra el mal humor.
Goethe.

Uno de los consejos para combatir el mal humor es hacer uso de la sabiduría y ciencia folclórica que dice: el antídoto a un veneno es el veneno mismo. Por ejemplo, si un alacrán nos pica, lo indicado es ir a buscar al bicho, y cuando esté distraído en el retrete leyendo Alacranas Ardientes, lo pescas y te lo comes. Adiós envenenamiento.

La historia de combatir el mal humor con el mal humor no es nueva. El mismísimo Dios utilizó mucho esta técnica, sobre todo en el Antiguo Testamento: si un humilde pastor le reclamaba enojado el porqué después de tanto rezo y nomás no veía mejoría en sus ovejas, al día siguiente amanecía ciego y con la orden de machacar a su único hijo, como prueba de su fe. Si un pueblo maldecía al cielo porque la cosecha no daba, Dios les mandaba una plaga de insectos bailadores de Tap de dos metros y hasta ahí las quejicas.

El popular Noé lo experimentó en cabeza propia. Cierta noche decidió tomarse unas copas de más y una vez achispado lanzó un par de mentadas a Cam, maldiciendo a su hijo Canaán, nada personal, cosa de borrachos, pero que sin imaginarlo, trajo como consecuencia la maldición de su estirpe durante siglos. Mucho antes de este incidente, Dios le mandó hacer una exuberante chalupa, misma que tardaría cincuenta años en construir, para de ahí llenarla de alimañas y soportar un chaparrón brutal de años. ¡Listo!, el viejito —según la Biblia murió de 950 años— jamás volvió beber y se volvió un tanto, digamos, ensimismado.

mal humor de dios
Imagen: Living Church.

La lista de quienes han usado el mal humor para combatir el mal humor es interminable y variopinta, desde los consabidos emperadores romanos malportados, como Tiberio (14-37 d.C.), a quien se le atribuye la creación de ese particular tormento de obligar a la víctima a beber grandes cantidades de agua hasta reventarle la panza, hasta algunos personajes de ficción, como el Pato Donald, figura fastidiosa e intransigente que se abre camino a berrinchazo limpio, y aunque va inocentemente vestido de marinerito (eso sí, sin pantalones), no deja de ser símbolo del racismo puro y de la plutocracia recalcitrante que se da bajo la falsa libertad de opinión y pensamiento que todavía manejan nuestros colindantes del norte.

En la historia de cada país siempre hay un personaje que usó la malhumorienta receta, porque ser un exaltado cascarrabias también es un estilo de vida. Por ejemplo, la reina Matilde (1102-1167), la única mujer en asumir el trono de Inglaterra durante la Edad Media tenía tan mal humor que durante la Segunda Guerra Mundial la armada inglesa bautizó un robusto tanque con su nombre, esperando infundir terror en sus enemigos. Funcionó por meses, hasta que los alemanes llegaron con un armatoste más malhumorado y de nombre todavía más irritable: Sturmpanzerwagen.

Los turcos de la Antigüedad fueron famosos por pagar irritación con irritación, como el caso de Mahomet III (1595-1603), quien combatió el mal humor de sus hermanos ahogándolos personalmente a cada uno de los diecinueve.

En Rusia, Iván, a quien no por nada apodaron “el Terrible” (1530-1584), disfrutaba de pequeño reventándole los ojos a los pájaros con sus dedos o arrojando perros al vacío desde las torres del Kremlin para observar su dolor y su agonía, diabluras de chiquillos, diría uno. Su aspereza se debía a que durante toda su infancia vivió en carne propia el mal humor de los nobles rusos (boyardos), que entre prácticas diabólicas e inhumanas lo hicieron ser testigo de cómo violaban y asesinaban lentamente a su madre. Cuando por fin tomó el poder a los 13 años, Iván les hizo ver que él también tenía mal carácter: convocó a los más importantes nobles a una reunión y en ella tomó al líder, príncipe Andrei Shuisky, y lo arrojó a un entusiasta grupo de perros hambrientos que lo despedazaron frente a todos.

ivan el terrible
“Iván el Terrible y su hijo”, Ilía Repin (1885).

La bronquedad y furia de este zar no respetaron a nadie, ni siquiera a su hijo, al que mató con sus propias manos en un arrebato de ira. Sin embargo, gracias a su mal humor sacó del oscurantismo a su imperio y lo puso en un lugar importante en el mapa de la geopolítica europea.

También hubo malhumorados en la historia de lugares lejanos, como en Madagascar, donde la irascible reina Ranavalona I (1790-1861) se encargó de despachar 10 mil gentes en una semana con métodos creativos, como obligarlos a compartir el jacuzzi con cocodrilos. Ranavalona I era tan colérica que su hijo, Radama II, viajó miles de kilómetros para rogarle de rodillas a Napoleón que invadiera su isla.

Pero ¿qué es el mal humor? El mal humor es una reacción emocional a los eventos que se presentan fuera de nuestro control. Se trata de una respuesta natural, primitiva, un mecanismo de defensa, ni bueno ni malo. Su negatividad corresponde al ámbito de las consecuencias que de él se deriven. Por ejemplo, no es lo mismo que una persona dé un puñetazo en la mesa, como resultado de una acalorada discusión, a que meta a su gato al microondas porque alguien movió un centímetro su colección de pegatinas de Dragon Ball.

En su publicación El Átomo y sus intimidades (1980), el periodista e investigador científico Arístides Bastidas muestra la teoría atómica del malhumor, donde iones y átomos cargados eléctricamente “a veces nos quitan la calma y a veces nos estimulan la alegría de vivir”.

teoria del mal humor
Imagen: Pinterest.

Se calcula que un hombre promedio está constituido por 70 trillones de átomos (esto es un siete seguido de 19 ceros). Según esto el malhumor es una variante en el flujo de energía en las estructuras atómicas, que el sistema nervioso central capta ocasionando un estado de ánimo específico: “Los iones pueden estar relacionados con las trifulcas conyugales. Es probable. Cuando aumenta la humedad, baja el peso del aire sobre nosotros, o sea la presión atmosférica, y nuestras mujeres se ponen malhumoradas”. ¡Todos tras la pianola…!

Ahora bien, cuando el malhumor hace pareja con el poder, las cosas se vuelven algo riesgosas. El ejemplo por excelencia lo tenemos con Hitler (1889-1945), quien poseía una de las armas más peligrosas del cascarrabias con poder: ser desenvuelto.

El problema con los malhumorados desenvueltos es que convierten la terquedad —que no necesariamente es negativa pues nos puede conducir a la perseverancia— en obstinación. Suele confundirse la fortaleza con la obstinación: mientras la fortaleza nace de la capacidad de adaptarnos para seguir adelante, la obstinación brota del miedo al cambio y de un ego desmedido, como el del nene Adolf.

Lo primero que hace el malhumorado desenvuelto y obstinado es tratar de vencer su miedo peleando con todo y todos, escondiendo su debilidad en la creencia de que con el “poder” se van a hacer las cosas como él manda. Lo malo viene cuando el cascarrabias desenvuelto y obstinado sí tiene el poder para montar su opinión. ¿Resultado? 60 millones de muertos en la Segunda Guerra Mundial.

Henry Picker, abogado de profesión y estenógrafo personal de Hitler, transcribió por dos años las pláticas informales de sobremesa que el autócrata vienés de mostacho de cepillo sostenía con sus cercanos, afincados en el búnker. Picker describe a Hitler como un hombre que, así como se conmovía hasta las lágrimas por la risa de un niño, se derretía ante una mujer guapa y se desvivía en consideraciones para con los animales, daba órdenes como esta: “21 de octubre, 1941: Orden de fusilamiento de 50 rehenes franceses a causa del asesinato de un oficial alemán; como consecuencia más amplia, el endurecimiento en todos los escenarios guerreros con el principio de aplastar el terror mediante el terror”. ¡Escondan a la abuela!

mal humor de hitler
Adolf Hitler, dictador alemán (Imagen: The Independent).

También hay instituciones que al ver en el mal humor una amenaza, reaccionan con uno peor. Tal fue el caso de la Santa Inquisición, organismo que mantuvo su irritabilidad por cinco siglos. Cuando alguien ponía de malas a la Inquisición lo mejor era disfrazarse de arbusto y con pasos muy pausados y tardos no parar hasta la Patagonia. La iracundia con la que solucionaban las cosas era tal, que muchos gobiernos totalitarios quisieron imitarla: Nazis, KGB, Stasis y los mismos norteamericanos en Guantánamo. El secreto del modus operandi de la Inquisición era sencillo: infundir miedo, hacer uso del factor sorpresa, ser despiadadamente eficaces, tener una devoción fanática al Papa, pero sobre todo la tenacidad de estar siempre más encabronados que cien monjas adentro de un costal de papas, de los de lana peluda.

El más famoso abanderado de esta malhumorada institución fue don Tomás de Torquemada (1420-1498), en cuyo mandato se rostizaron vivos a más de dos mil personas. Así, el dominico se encargó de llevar a España a un atraso cultural que muchos opinan se sigue resintiendo bajo la nefasta influencia clerical a ultranza, sobre todo en la educación.

Mi recomendación para los siempre cabreados es que mejor se lancen con toda fuerza contra el típico chocante que va por la vida con un optimismo de audiolibro de autoayuda y sonrisa de emoji chino. Definitivamente confío más en un malhumorado que en un pedazo de alcornoque siempre feliz, porque “la irritabilidad, en dosis moderadas, tiende a promover un estilo de comunicación más concreto, más armonioso y, en definitiva, más exitoso. Mientras que el humor positivo parece promover la creatividad, la flexibilidad y la cooperación, el mal humor fomenta la melancolía y activa una forma de pensar más atenta, reflexiva y cuidadosa, lo que hace a una persona prestar más atención al mundo externo y le ayuda a lidiar con situaciones complicadas”, como lo dijo puntualmente el periodista Jordi Jarque (La Vanguardia, 26/08/2011). 


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Apología de la Gallina

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Uno de los alimentos más aplaudidos y consumidos por el mexicano de todos los tiempos son los huevos de gallina, mismos que se preparan de mil deliciosas maneras: ¿qué sería de un sábado matutino leyendo el periódico y tomando café, sin unos buenos huevos rancheros con totoles a la banda?

No es para menos, las propiedades nutritivas de este alimento son muchas y no sólo son una fuente de energía para el cuerpo, también estimulan el crecimiento y fortalecen la memoria, gracias a su contenido de Vitamina B7, o colina, así como dos antioxidantes importantes que tienen: luteína y zeaxantina, que se relacionan con la protección de los ojos contra el daño provocados por los rayos UV, que en la Ciudad de México los regalan.

Pero dejemos un momento este nutritivo alimento y sus propiedades para centrarnos en la heroína desconocida detrás (o arriba) de los huevos: la Gallina (sí, con mayúscula para esta vez rendirle respeto).

Ser gallina no es fácil. A las pocas expectativas de vida (una gallina de granja vive un promedio de dos años y medio) viene la mala prensa (como portadoras de terribles virus y otras enfermedades), y al menos de que pasen de un millón, vengan en caldo o rostizadas, nunca se les ha tomado en serio, siendo así el ave más menospreciada de la plumífera historia animal.

gallina con pollo
Ilustración: Julia Hosse

Por ejemplo, a un pato encabronado se le respeta, lo mismo que a un perico o a un ganso: son aves biliosas y de cuidado. No a la gallina, quien a través de una domesticación a palos le hemos desmigajado el carácter, convirtiéndola en la personificación de la apatía y el miedo, hasta el punto de convertir su nombre en sinónimo de cobardía, un término usado para desertores y agachados.

La razón parece caprichosa: la gallina es la única ave del mundo cuyo éxito se basa en su incapacidad: no volar largas distancias (las más sagaces vuelan menos de treinta metros y usan goggles para el viaje). Esto obligó a la gallina a depender del ser humano, quien se ha encargado de protegerla de sus depredadores. Menudo acuerdo, dirán unos: primero te defienden, después te comen. En el 2018 los mexicanos consumimos cuatro millones de toneladas de estas aves, siendo nuestro país el séptimo lugar a nivel mundial (con 31,4 kilos por persona al año).

Hace 7,000 años, la Gallus sonneratii, descendiente de los dinosaurios, corría libre y sin bikini por playas y junglas del sudeste asiático. La primera evidencia arqueológica de su domesticación se encuentra en China, hacia el 5,400 a.C., donde era utilizada para pelea, no para consumo. Para el 2000 a.C., ya era una regular entre los habitantes de Mohenjo-Daro, Pakistán, de donde pasa al norte de África a formar parte de la sociedad egipcia, considerados los primeros avicultores de la historia (el faraón Tutmosis III recibía gallinas como tributo). Un poco más tarde, los fenicios en sus correrías las llevaron hasta las costas de España hasta convertirse en el ave más numerosa del planeta.

Existen más de cien tipos de gallina, siendo las más populares la raza americana y mediterránea. Antes un buen espécimen llegaba a poner cien huevos al año. Actualmente, con los “empujoncitos” bioquímicos (en el 2004 la gallina se convirtió en la primera ave en resecuenciarle el ADN), una gallina de raza industrial pone un promedio de trescientos al año (su periodo de incubación es de veintiún días).

gallina incubando
Ilustración: Daniele Simonelli.

Por supuesto, todo esto a costa de tener a un ave emocionalmente perturbada, nerviosa, sin paciencia para ser madre, propensa a la enfermedad, carente de autoestima y en algunos casos hasta con la nada amable propuesta de vivir sin cabeza (un mito urbano de Kentucky Fried Chicken).

Por si fuera poco, a los problemas de identidad, discriminación, injusticia y explotación sin límite, la gallina se ve también expuesta a refriegas filosóficas, literarias, sanitarias, esotéricas y hasta heráldicas.

Por el lado filosófico se tiene la vieja y necia aporía de quién diablos fue primero: el huevo o la gallina. Se han ocupado siglos de vaivenes dialécticos y escaramuzas hasta científicas entre gente brillante, desde Aristóteles a Stephen Hawking. Aun así, el ovólogo dilema sigue causando rasquiña, aunque los expertos modernos, ya echando mano de herramientas más sofisticadas, concluyen que “el material genético de una especie no puede modificarse durante la vida del animal, por lo tanto el primer pájaro que llegó a ser gallina debió en primer lugar existir como embrión en el interior de un huevo”. Conclusión: el bellaco blanquillo fue primero.

Cierto es que desde tiempos inmemorables en los ritos mágico-religiosos el huevo es considerado como símbolo de una nueva vida. Esto se puede seguir viendo en fiestas religiosas, como la Pascua, donde el huevo es el protagonista… no la gallina. Y entonces llega la sociedad de consumo, que siempre alborotada en materia de conmemoraciones disparatadas, decide establecer el Día Mundial del Huevo, celebrado desde 1996 cada 12 de octubre. No sólo se trata de un golpe bajo para la gallina, sino de una celebración falseada por donde se le vea, ya que el día fijado debería rememorar el hecho histórico de que fue la gallina la primera ave europea en pisar América… no el huevo. Durante su viaje transatlántico el almirante Colón cargó sus galeras con estas aves por más que cómodas razones: ocupaban poco espacio, comían poco, no se quejaban del servicio ni del clima y terminaban satisfaciendo no sólo las necesidades alimenticias de los tripulantes, sino también las sexuales. Ergo, debería ser Día mundial de la gallina… no del huevo.

Por el lado de las artes, como la literatura, nuestra emplumada amiga tampoco la ha tenido fácil. Esopo fue el primero en utilizarla como alegoría en su famosa historia La Gallina de los huevos de oro. Como su nombre lo indica, los huevos eran de oro… no la gallina. Mientras tanto el fabulista dentro del cuento la manda a destripar en manos de un par de granjeros codiciosos y sin paciencia, todo para darnos la moralina de que “si algo te está dando bienestar no lo destruyas”. Demasiado tarde para la gallina.

gallina o huevo
Ilustración: Mike Bruner.

De ahí la gallina pasa a ser el típico personaje de cuentos folclóricos infantiles, sea como metáfora de protección (mamá gallina) o de amansamiento de lo salvaje. En sus 39 obras de teatro y 154 sonetos, Shakespeare menciona águilas, halcones, palomas y hasta zopilotes… no a la gallina. Y en tanto poetas de la talla de Walt Whitman escribieron líricas como The Dalliance of Eagles (El galanteo de las águilas), poesía breve con una vivida descripción de dos gloriosas águilas llenas de energía teniendo sexo en el cielo, el uruguayo Horacio Quiroga escribe La Gallina Degollada, en donde una gallina no sólo es brutalmente descabezada por una cocinera con brazo de pitcher cubano, sino que su muerte sirve de ejemplo e inspiración para que los cuatro hijos idiotas del matrimonio protagónico hagan lo mismo con su hermanita sana de cuatro años, esperanza y adoración de los padres: “(…) Uno de ellos le apretó el cuello, apartando los bucles como si fueran plumas, y los otros la arrastraron de una sola pierna hasta la cocina, donde esa mañana se había desangrado la gallina, bien sujeta, arrancándole la vida segundo a segundo…”.

En cuestiones heráldicas la gallina no tiene mejor estrella. Los blasones de las rancias familias europeas que ascienden hasta el medioevo muestran en sus escudos toda clase de animales y aves representando los valores de la casa. Aparecen así estampadas águilas (símbolo de poder), cisnes (símbolo de realeza), gallos (combate y orgullo), avestruces (resistencia), tórtolos (fidelidad conyugal), lechuzas (sabiduría), pelícanos (piedad) y hasta la más prostituta de las aves de corral, la oca (vigilancia). No la gallina, quien hasta ahora sus insulsas cualidades no han sido requeridas en blasón alguno. Claro, jamás sucederá ver una gallina rampante. El mismísimo Jesucristo escogió para su escudo de armas una paloma: “Sed sencillos como una paloma”, dijo… no como gallina.

Eso sí, en el mundo de la esotérica la gallina tiene tareas importantes, ya sea en conjuros, presagios o como protección contra las malas intenciones. Sin embargo es más común que su cuerpo termine en un lado y su cabeza en otro, ofrendada a alguna divinidad vudú o santera.

gallina y brujeria
Ilustración: Ian Steele.

Curiosamente el ser humano comparte con la gallina el 60% de sus genes. Esto nos hace padecer los mismos virus, parásitos y enfermedades graves, como la gripe aviar. Aquí la gallina tiene todas las de perder, dado que la influenza aviaria no es de tomarse a la ligera, más cuando en los últimos años el virus ha venido mutando violentamente con aterradoras consecuencias. Recordemos cuando hacia fines de junio del 2012 la industria avícola mexicana sufrió reveses por $8,617 millones de pesos debido al brote de la infección H7N3. Esta enfermedad afectó a un ritmo de 4.5 millones de aves por mes, y se tuvieron que sacrificar un promedio de 22.3 millones de gallinas, justas por pecadoras.

Aun así, México sigue siendo el principal consumidor de huevo en el mundo, con un consumo de veintiséis kilos por persona al año, o sea que cada uno de nosotros nos comemos 345 huevos al año. Para poder consentirnos con unos motuleños a la calzoncin o unos, si se es fifí, benedictinos robespierre, México produce 22.7 millones toneladas de huevo al año.

En fin, el destino utilitario de la gallina fue su perdición. La pobre nunca pudo probar las delicias del cielo volando como quiso, por lo que se quedó en tierra para pasar a formar parte de caldos y platillos, ser achicharrada, empanizada o simplemente condenada a poner huevos. Alguien debería hacer lo que nunca se ha hecho: preguntarle directamente: “Oiga, ¿quién fue primero, usté o el huevo?”, a lo que seguro respondería: “¡Da lo mismo, bola de ca…!”.


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Diez fundamentos para explicar la pandemia

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[…] así como hay contagio en la enfermedad y las penas,
nada en el mundo resulta más contagioso que la risa y el buen humor.
Charles Dickens.

El mundo es víctima de un diminuto viajero invisible, y depravado que actúa sofocando a los humanos. Sus poderes se esparcen aceleradamente y tiene a la población en estado de alarma y pánico. Como no hay quien pueda combatirlo, los guardias y los ejércitos han puesto a los habitantes de la Tierra en aislamiento y reclusión. Algunos niegan la realidad afirmando que se trata de meras alucinaciones, mientras otros intentan examinar y predecir su patrón de comportamiento mediante una sofisticada y engañosa numeralia. El resto considera que se trata de un castigo, una venganza o una trama perfectamente diseñada. Para ahuyentar cualquier tipo de incertidumbre, viven convencidos que de que ésta se origina en una sola causa, y son sordos a los otros nueve puntos del siguiente Decálogo.  

1. Es la expresión de la ira de Dios quien no puede soportar que el mundo occidental lo haya abandonado al substituir la fe en la ciencia por la religión. Enfurecido por el olvido y la soberbia de los humanos y decidió lanzarles una nueva plaga. El castigo ha sido eficiente y sus primeros resultados ya están a la vista. La fotografía del Papa tendido en el piso del Vaticano frente a su imagen, ha recorrido todo el mundo y en los hogares se escuchan los rezos y plegarias que lo invocan. Su mayor victoria la alcanzó en un país extraño cuyo presidente está convencido que las estampas divinas que siempre trae consigo, le dan una superioridad moral que lo hace inmune.

2. Es un producto de la rebeldía de la Tierra que está harta de que la invadan y la agredan constantemente. Por el bien del ambiente y de la ecología del planeta, decidió exhalar un castigo para obligar a los humanos a tener el respeto debido por la naturaleza. La penalidad ha tenido resultado porque ahora todos están en sus casas, la contaminación ha bajado y ella misma empieza a sentir los beneficios ya que la han dejado descansar.

explicando la pandemia
Ilustración: Ahmad Mamdoh.

3. Fue una conspiración planeada por los chinos que no resisten la competencia con Estados Unidos y Europa. Las primeras pruebas se generaron de forma clandestina en un mercado de animales, y después se las arreglaron para colocar a su diminuto y letal invento en todos los aviones para que de allí se expandiera al mundo, El castigo ha sido eficiente a pesar de que, en un inicio, algo se les salió de las manos y el veneno emponzoñó a su propia población

4. Es un castigo contra el neoliberalismo. Esta doctrina económica ha cometido demasiados excesos y los que buscan un anhelo de justicia social decidieron ponerle un alto definitivo. A pesar de que los que lo idearon se dicen preocupados por la condición humana, en esta ocasión no se tocaron demasiado el corazón e ignoraron las evidencias que mostraban que, para lograr su meta, se deberían de sacrificar varias vidas. La acción fue eficiente porque el mundo está paralizado y el flujo de mercancías se redujo drásticamente. El éxito mayor es que, para atender la alerta sanitaria y la aguda crisis económica, los economistas liberales que se oponían a la intervención del Estado ahora piden a gritos que actué de forma inmediata para saldar los males de la epidemia sanitaria y la depresión económica que se avecina.

5. Fue generada por los prestadores de servicios en Internet. Habían inventado varios productos de reuniones a distancia y se encontraban que éstos no se usaban con la debida frecuencia. Decidieron que lanzarían un virus mortal que vaya más allá de las computadoras y los equipos electrónicos y ataque la salud de los humanos. Su victoria ha sido significativa. Ahora todos se encuentran virtualmente, sus servicios están saturados y ellos se han convertido en una nueva clase de multimillonarios.

teorias de la pandemia
Ilustración: Ahmad Mamdoh.

6. Fue una trama de los propios científicos y los laboratorios bioquímicos. Tenían serias restricciones para seguir desarrollando sus investigaciones y algunos gobiernos habían recortado los presupuestos a las ciencias y a tecnología. El castigo tuvo cierto éxito porque ante la urgencia de encontrar los debidos tratamientos médicos y las vacunas contra el virus, muchos países reorientaron sus gastos a la ciencia. Sin embargo, el plan estuvo lejos de ser perfecto. Con sorpresa vieron la reacción de un gobernante de una nación que han llamado surrealista, que contrario a lo esperado, decidió cortarle los recursos destinados a la investigación que hasta ahora habían estado bien resguardados bajo la incomprensible figura de algo que llaman fideicomisos. 

7. Fue planeado por grupos de narcotraficantes y criminales. No les convenía que los medios de comunicación se centraran tanto en ellos, por lo cual idearon la forma de producir un enemigo que atrapara la atención de toda la prensa. El castigo ha sido eficiente porque ahora todas las noticias hablan del maldito virus, y nadie se da cuenta de las muertes causadas por el crimen organizado. A pesar de que el presidente de México se reunió con la madrecita del más grande de los narcos, sus plegarias no fueron escuchadas, y estos decidieron seguir embistiendo. Sin embargo, no previeron que la paralización del comercio mundial cortaría las cadenas de sus propios suministros. Por eso ahora se han convertido en grandes benefactores. La hija del Chapo reparte canastas de alimentos a los necesitados y la mafia de Sicilia es la nueva prestamista de los empresarios en crisis.  

8. Fue una venganza de los hombres machos contra las mujeres. Estaban hartos de sus reclamos y de la magnitud de la marcha contra la violencia de género y el paro nacional del 8 y 9 de marzo. El castigo tuvo éxito porque ha opacado las demandas de las féminas, y en la medida en que se ha decretado el aislamiento en casa, los agresores tienen un campo muy fértil para ejercer la violencia doméstica sin que nadie los vigile.

Ilustración: Boston Globe.

9. Es una reacción de los pueblos pobres contra los ricos. Estaban hartos de que una epidemia como el ébola los atacara fundamentalmente a ellos e idearon un nuevo bicho que acabara con el sentimiento de inmunidad y superioridad que suelen tener las regiones del Norte. El castigo tuvo éxito, pero se les salió de las manos. Cuando se convirtió en pandemia, los países oprimidos del Sur empezaron a sufrir las consecuencias de su propio invento cuyos efectos son acrecentados por la escasez de recursos de sus sociedades.

10. Es un invento de los líderes autoritarios y patriotas. Quieren castigar a la población rebelde y restringir las mínimas libertades. La confabulación ha tenido un éxito total porque ha sabido ocultar su participación en este asunto promoviendo el sentimiento xenofóbico y cerrando sus fronteras para culpar a todos los extranjeros. Después de restringir la libertad de movimiento, les fue fácil abolir las otras. Ahora son ellos los que controlan toda la información esparciendo el rumor de que sus adversarios y críticos son tan peligrosos como el propio virus. 

Al aferrarse a una de estas convicciones, la población que vive en un estado de permanente alerta, ha encontrado cierto alivio espiritual porque ahora tiene una explicación clara y contundente sobre la génesis del enemigo. Esta certeza constituye una especie de bálsamo para mitigar sus temores.


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