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Claudia Sheinbaum dividida entre la crisis de salud y la reactivación económica

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La Ciudad de México (CDMX) es una de las entidades de la República Mexicana más afectadas por la pandemia de COVID-19. En este sentido, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, se encuentra dividida entre sacar adelante la salud capitalina o no dejar morir a sectores que exigen la reactivación económica

Con 506 mil 748 contagios acumulados y 31 mil 170 defunciones por el virus SARS-CoV-2, la capital del país enfrenta claramente una crisis sanitaria. No obstante, las restricciones de comercios, el cierre de negocios y el avance de la economía informal, también son asuntos que requieren atención. 

Luego de un semáforo rojo forzoso —producto de una ocupación hospitalaria de hasta del 90 por ciento en enero— la administración de Sheinbaum optó por instaurar el programa “reactivar sin arriesgar”.  Dicha estrategia contempla que semana tras semana, se amplíen los sectores económicos que puedan volver a laborar. 

Hasta el momento, el Gobierno de la Ciudad de México ha permitido el regreso de centros comerciales con aforos limitados; la puesta en marcha de restaurantes con servicio al exterior y, en general, la reapertura de establecimientos esenciales y no esenciales, pero en espacios al aire libre.  ¡Aún no es suficiente! A casi un año de la llegada del coronavirus, todavía hay muchas personas que siguen sin volver al escenario. 

Resumen de casos COVID-19 en la CDMX. Fuente: Twitter de Claudia Sheinbaum.

Voces que todavía no se escuchan en la CDMX 

Aunque cada vez son menores las restricciones, en la CDMX persisten varios sectores económicos que todavía no son escuchados. Quienes más han manifestado su inconformidad son aquellos que por la naturaleza de sus giros, están imposibilitados de trabajar al aire libre. 

Prueba de ello es el conjunto de gimnasios y clubes deportivos que este miércoles 10 de febrero, encabezaron una manifestación pacífica en el Zócalo. Su principal exigencia es la autorización de Sheinbaum Pardo para reabrir sus puertas, ya que representan espacios de ejercicio, una actividad que llaman necesaria para combatir la enfermedad COVID-19

De acuerdo con la Cámara Nacional de Gimnasios y Clubes Deportivos, es una burla que los centros comerciales ya regresen a operaciones, mientras los espacios de ejercicio siguen cerrados. Incluso, argumentó que alrededor del 84 por ciento de las personas que se ejercitan,  no ha sufrido complicaciones graves ante el virus SARS-CoV-2

Manifestación de gimnasios en el Zócalo. Fuente: Twitter.

A pesar de que las autoridades capitalinas permitieron las actividades deportivas en lugares abiertos, son muchos los establecimientos que requieren el trabajo en interiores. Por ello, el sector ha buscado mantener diálogo con la actual administración, sin tener respuesta hasta el momento. 

Parte del gremio restaurantero se encuentra en la misma situación. Resulta que el pasado 4 de febrero, los dueños de algunos puestos de comida se manifestaron en el Monumento a la Revolución a fin de pedir autorización para reabrir en lugares cerrados. 

Bajo el lema “los restaurantes no somos los focos de contagio de COVID-19”, personal de fondas, cafeterías, cadenas y cocinas económicas realizó el llamado ‘cacerolazo’. Su principal objetivo fue el de conseguir el regreso a interiores con un aforo al 40 por ciento, así como una extensión en los horarios. 

Manifestación del gremio restaurantero. Fuente: El Economista.

Segundo semáforo rojo provoca cierre de negocios 

Las manifestaciones de gimnasios o restaurantes no son menores si se toma en cuenta que sólo el 65 por ciento de los negocios que había en la CDMX al último trimestre del 2020, sigue de pie. Esto, con base en la Cámara de Comercio Servicios y Turismo en Pequeño (Canacope). 

Eduardo Contreras, presidente de la Canacope, señaló que de los 345 mil negocios que existían hasta el último trimestre del 2020 en la capital del país, el 35 por ciento tuvo que cerrar. Asimismo, apuntó que de los que siguen, 90 por ciento tiene adeudos y ventas menores hasta en 60 puntos porcentuales. 

Por su parte y según El Economista, Nathan Poplawsky Berry, dirigente de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco) de la Ciudad de México, expresó que la pausa de actividades no esenciales, trajo como consecuencia la pérdida de alrededor de 60 mil millones de pesos. 

Sobre la apertura en espacios abiertos, Poplawsky Berry puso de manifiesto que no es viable para muchos comercios formales. Además, resaltó que los establecimientos en la norma, no son focos de contagio. 

Finalmente, así es como Claudia Sheinbaum y su equipo de trabajo han estado entre la espada y la pared. Frente a lo complicado del asunto, es importante que actúen con perspicacia a fin de controlar los contagios y defunciones por COVID-19, pero también las bajas por una crisis económica que pesa en demasía. 

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Reactivar y repensar la economía mundial: David Ibarra en Centro Tepoztlán

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A David Ibarra en celebración de sus 91 años.

El 14 de enero David Ibarra cumplió 91 años y los celebró el sábado pasado con un mensaje rico en cifras, certero y oportuno. Urgió a repensar la economía mundial y a visualizar el futuro de México en el nuevo contexto emergente. “Una visión parcial”, bromeó.

El Secretario de Hacienda 1977-82 dio el sábado pasado una conferencia magistral con motivo de la Asamblea anual del Centro Tepoztlán AC, foro de reflexión y diálogo estratégico creado hace 40 años por Víctor Urquidi, otro gran economista con visión interdisciplinaria y de largo plazo.

Comenzó afirmando que “el mundo y su economía se encuentran abrumados por desacuerdos, tropiezos e inacción colectiva y que la recesión mundial de 2008-2009 fue apenas un llamado de atención”. Desde entonces, a pesar de los esfuerzos realizados, “no se ha recuperado la estabilidad anterior, la confianza política, ni identificado senderos seguros compartidos de desarrollo”.

Subrayó que en los últimos 30 años, en un afán globalizador, se liberaron flujos de comercio e inversión, pero se dejó a un lado la protección del empleo, la salud y el medio ambiente. En este contexto la pandemia del coronavirus vino a develar la fragilidad de las economías nacionales y de los encadenamientos transnacionales, la falta de salvaguardas sociales y la debilidad de la gobernanza global.

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Imagen: Blog Bankia.

“Ha ocurrido un gran cambio. Estados Unidos, gran promotor de su prosperidad interna y del multilateralismo mundial, vio disminuir su ritmo de crecimiento entre el 30 y 40%, así como su formación bruta de capital fijo. Entre 2000 y 2019 el ritmo de la inversión mundial decrece del 4.4% al 2.1%, sobre todo en los países desarrollados, seguidos por casi todas las economías medianas y pequeñas”; mientras que China, la India y Corea del Sur han elevado sus indicadores comparables y sobre todo mantienen altos niveles de ahorro e inversión.

También destacó el investigador de la UNAM que poco a poco el comercio internacional ha perdido lustre como un impulsor del crecimiento y como medio para hacer competitivas a las economías. “A partir de la crisis del 2008 el producto mundial se expande al 3.4% anual, mientras el comercio internacional decae 3.1% anual… Entre 2008 y 2019 Estados Unidos acumula un déficit de 5.4 millones de millones USD, Reino Unido de 1.3 y América Latina otro 1.3. En contraste, Alemania acumula un superávit de 3.0 millones de millones USD, China de 2.4 y Japón de 1.7. Los países deficitarios se ven obligados a endeudarse para compensar esos déficits.

También han comenzado a reconocer que es importante generar empleos y valor agregado nacional y que no se puede depender de importaciones –principalmente en áreas estratégicas de salud, alimentación y seguridad pública y mucho menos de un solo proveedor externo–.

Por su parte, “las cadenas productivas, si bien ordenan la producción interdependiente mundial e incorporan a los países en desarrollo en ofertas y tecnologías exitosas… también congelan la división internacional del trabajo y encierran con frecuencia a los países periféricos en actividades poco promisorias”.

Estados Unidos demostró en los últimos años una tendencia proteccionista, contraria a la tradicional de gobiernos republicanos. La rivalidad con China es un buen ejemplo. El T-MEC es otro. Habría serias dudas de que el gobierno demócrata de Biden cambie la tendencia –más bien podría intensificarla–, aduciendo razones laborales o ambientales. “Estados Unidos”, argumenta Ibarra, tiene “limitaciones reales para seguir absorbiendo buena parte de los excedentes productivos de los países superavitarios”.

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Imagen: Elkin DW.

Del lado de China, las tensiones externas y razones internas quizás la obliguen a una tasa de crecimiento más pausado, con menores necesidades de importación y financiamiento externos. “Podría esperarse sustitución de importaciones en sus encadenamientos productivos y el reforzamiento de integración con sus áreas externas de influencia, como lo atestiguan su ambicioso proyecto de inversión de la Ruta de la Seda, el Banco Asiático de Infraestructura y el nuevo acuerdo comercial de 15 países asiáticos”.

Es probable que por razones distintas los dos grandes líderes económicos mundiales no puedan dar el mismo impulso tradicional al comercio internacional.

“También”, concluye, “hasta hace poco prevalecía despreocupación por los problemas distributivos, explicable en la pronunciada estabilidad en el reparto del ingreso entre empresarios y trabajadores en los países desarrollados… Sin embargo, desde hace 3 o 4 décadas ese mundo se alteró debido al desarrollo del orden internacional, el outsourcing, la desaparición de las presiones inflacionarias y el abatimiento de la progresividad impositiva, conduciendo a mayor desigualdad, erosión del sindicalismo y del ahorro de las familias y el acotamiento de las soberanías nacionales”.

“Quizás”, advierte David Ibarra, “la libertad de mercados en la globalización y las estrategias de crecimiento hacia afuera, con alta movilidad del capital e inmovilidad comparativa de la mano de obra, alentaron el desequilibrio entre producción y demanda interna, entre utilidades y salarios”. La pandemia amplificó y puso al descubierto debilidades estructurales del comercio internacional y de la desigualdad.

Otro tema que enfatiza Ibarra es el del cambiante entorno industrial. El aporte de la industria al PIB se reduce en favor de los servicios, particularmente en Estados Unidos, Francia, Reino Unido, España, Portugal e incluso en Brasil, Argentina y México. Sin embargo, afecta menos a Alemania, Dinamarca, Japón, China, Corea del Sur y Vietnam, que crecen, manteniendo a su industria entre un 20 y 30% del PIB, con políticas de impulso a sus manufacturas y sus exportaciones. Las tasas de crecimiento industrial 2000-2019 se relacionan con la multiplicación de los centros productivos y tecnológicos en Asia frente a una demanda mundial que se rezaga comparativamente.

“Históricamente la industria ha guarnecido a los trabajadores mejor remunerados y a las actividades con mayor eficiencia productiva,” nos recuerda David. El declive manufacturero ha incidido sobre la distribución del ingreso entre utilidades y salarios. Otra manifestación es el menor incremento en la productividad. “Acaso la revolución de la tecnología digital, de las telecomunicaciones y de la Inteligencia Artificial no han mostrado todavía sus efectos positivos, mientras los negativos del empleo están a la vista”.

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Imagen: El Universal.

La pandemia ha operado como amplificador de riesgos al obstruir o forzar el reemplazo temporal o permanente de encadenamientos productivos.

La última parte de su conferencia se concentró en los problemas financieros, de la deuda y la recaudación fiscal y los flujos entre países ricos y en desarrollo. Ameritan un artículo por separado. Lo importante a destacar ahora es que el viejo orden está en entredicho y las opciones de política monetaria y fiscal frente a la problemática existente todavía no acaban de definirse. Subraya que en los últimos 30 años los flujos netos destinados a países en desarrollo se han reducido a razón del 3.6% anual –destacando los préstamos, reducidos al 4% anual–. Ante la concentración de recursos en Estados Unidos y tasas cero o negativas de interés han ocurrido un retorno a la política fiscal.

Ésta recobró vida con la pandemia, que ha llevado a comprometer más del 9% del PIB en países industrializados y del 6% en países en desarrollo para el combate al Covid-19 y la defensa del empleo, el ingreso y las empresas. Estados Unidos con Biden está subrayando esa tendencia, gracias a su capacidad de imprimir dólares. Los saldos brutos de la deuda de los gobiernos a nivel mundial pasaron del 80 a casi el 100 % del PIB mundial entre 2012 y 2020. Seguirán creciendo.

Todo esto exige repensar el mundo y la gobernanza global; también a repensar América Latina y a México en el nuevo entorno emergente.

México no puede permanecer al margen. Urgen la reflexión, el diálogo y estrategias nacionales renovadas, concluimos en el Centro Tepoztlán, que hasta este sábado presidió destacadamente Clara Jusidman y ahora tiene al frente a Miguel Basáñez.


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Coparmex propone acciones para la reactivación económica de México

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Luego de que Tatiana Clouthier, nueva secretaria de Economía, presentó su plan de reactivación económica para México, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), expuso algunas acciones que pueden ayudar a fortalecer la causa. Desde la deducción de prestaciones laborales hasta el uso de energías renovables, el organismo no dejó pasar toda una serie de recomendaciones que incluyen al sector privado. 

Por medio de un comunicado, la Coparmex hizo algunas propuestas en los ejes planteados por Clouthier: Mercado interno, empleo y empresa; Fomento y facilitación de la inversión; Comercio Internacional y Regionalización de sectores.

De acuerdo con el organismo, las cuatro líneas puestas en la mesa por la Secretaría de Economía son pertinentes y abarcan los grandes retos del país. Por consiguiente, planteó como favorables las siguientes medidas: 

Mercado interno, empleo y empresa

Frente a la falta de liquidez en las empresas —dado la pandemia y el cierre de negocios— la Coparmex propuso un aceleramiento en los procesos de devolución del IVA. Asimismo, consideró necesaria la deducción del 100 por ciento de prestaciones laborales para el 2021 y el diferimiento temporal del pago del agua y la luz. 

En cuanto a la pérdida de 648 mil empleos formales, la confederación enmarcó la importancia de implementar salarios, seguros y bonos solidarios. Argumentó que la repartición de 60 mil créditos a la palabra —señalados por la Secretaría de Economía— es insuficiente para el impacto que dejó la pandemia. 

Fomento y facilitación de la inversión

De acuerdo con la Coparmex, es conveniente fortalecer el acuerdo de inversión en infraestructura entre el Gobierno y el sector privado. Además, propuso la depreciación acelerada automática en el 2021; la agilización de trámites a nivel federal y local, así como el aceleramiento de  los pagos pendientes a proveedores del Gobierno, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (Pemex). 

Comercio internacional

Para el sindicato patronal, el cambio de administración en Estados Unidos es un aspecto favorable para el comercio de la República Mexicana.  Por consiguiente, advirtió que es de suma importancia evitar las amenazas a los cambios de normas. 

La confederación señaló también, que se requiere fortalecer la independencia de los organismos reguladores que fomentan la libre competencia en el país. A ello le sumó, el impulso de la competitividad con apoyo del sector privado en proyectos cuya base sea la energía renovable.

Regionalización y sectores 

Debido a que la pandemia y las restricciones sanitarias afectaron de forma diferente a diversos sectores, la Coparmex manifestó la necesidad de crear una estrategia diferenciada “para evitar rezagos en la recuperación económica”. Asimismo, resaltó que es conveniente poner en marcha la categoría de “negocio seguro” cuya finalidad sea la reapertura de establecimientos no esenciales con las medidas de protección contra la COVID-19.

Finalmente, la Coparmex reiteró su disposición para dialogar con el Gobierno Federal. Esto, sobre todo a fin de promover un trabajo conjunto en la reactivación financiera del país.