Luchan por modernizar y regenerar al PAN

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Desde sus distintas trincheras, los dos candidatos que contienden por la Presidencia Nacional del PAN ofrecen Regeneración y Modernización al blanquiazul.

Ciudad de México (elsemanario.com).- Ricardo Anaya y Javier Corral representan dos fuerzas que luchan por el control de un partido que ha tocado fondo en el terreno electoral nacional. Aunque con algunos destellos en las elecciones del pasado 7 de junio, los dos candidatos están de acuerdo en algo: no pueden seguir en las mismas.

Ya Margarita Zavala afirmó que el desempeño del PAN en las pasadas elecciones fueron el peor resultado que ha tenido en años, de ahí la urgencia que presentan estos dos candidatos. Pero veamos, qué es lo que le ofrecen al electorado harto de lo mismo.

Palabras más, palabras menos, dos de los candidatos a la dirigencia nacional del PAN luchan discursivamente para ganar adeptos y finalmente mostrar una nueva dirigencia el 16 de agosto, mismo día que se confirmaría la dirigencia local del PAN en el DF.

Uno opta por recuperar la vieja escuela desde el discurso y modernizarla; otro, pretende una regeneración para ubicar al partido como la “verdadera esperanza” para el país.

La “verdadera esperanza”.

Según las palabras de Ricardo Anaya, los ciudadanos están hartos de la partidocracia y de los políticos de siempre; Anaya no se equivoca, es un hecho que la representación que debiera emanar de los políticos para el pueblo o ciudadanía -o como quiera llamársele a los que en cada periodo electoral deciden salir a las urnas para posteriormente ser olvidados con las actas de escrutinio y computo después de las elecciones- deja mucho qué desear.

Por eso, el otrora secretario general del blanquiazul, dice que el PAN tiene que regenerarse para ser nuevamente la “verdadera esperanza de México”. Lejos del guiño al partido fundado por Andrés Manuel López Obrador, Anaya llama a luchar contra la corrupción de la clase política. Muy parecido al discurso del dirigente en el DF durante las campañas pasadas, en donde se intentó remarcar una frescura y juventud discursiva, que no le alcanzó al blanquiazul capitalino más que para posicionar a dos de sus candidatos en las delegaciones.

Por ello, Anaya insiste en lo siguiente:

Debemos entender la magnitud del problema y asumir a fondo la regeneración del Partido Acción Nacional (PAN) para volver a ser la verdadera esperanza de México. Eso es lo que tenemos que hacer

Javier Corral y la “modernización” blanquiazul.

Javier Corral ha prometido que de ser electo como la cabeza nacional del PAN hará una modernización y limpieza del partido y al mismo tiempo, una depuración del padrón de los militantes, pues considera que al interior de este instituto político hay graves fallas debido a un crecimiento desproporcionado y duplicidad de registros.

Corral se pretende rebelde, quiere, dice, retomar las riendas de los orígenes del blanquiazul y sacarlo de sus desviaciones, pues asegura que la rebeldía es “un concepto que figura en el ADN panista”.

Es importante mencionar que durante su recorrido con los simpatizantes panistas en el Estado de México, la caravana de Corral fue recibida por Manuel Gómez Morín, nieto del fundador del PAN, de igual nombre.

En esta hora de crisis y regresión autoritaria, a la rebelión de las conciencias y de las almas, para recuperar una institución que ha ido perdiendo su fisonomía”, dijo el candidato.

El PAN pretende tomar las riendas de algo que nunca fue: una oposición política de peso. Salvo los dos casos de hartazgo nacional que tuvo la ciudadanía en el 2000 con “la transición” y en el 2006 con el brinco de Felipe Calderón, el PAN ha sido, en palabras de Lorenzo Meyer, el instituto que opera a la derecha del PRI.

Aún así, son doce años que pasan a la historia del imaginario colectivo como algo fácil de olvidar. Entre los dichos y decepciones del empresario de Coca-Cola que luego se volvió presidente y el periodo en donde la violencia se desató completamente y que, peor aún, se justificó como una serie de políticas en beneficio de la seguridad nacional, en gran parte del imaginario colectivo, es decir, para muchos ciudadanos, el PAN representa todas estas promesas incumplidas en los dos sexenios que el partido gobernó el país.

El blanquiazul pretende pegarle a otro mercado. Otrora, los simpatizantes de Acción Nacional fueron principalmente ciudadanos de la clase media urbanizada; y claro, las otras dos clases han apoyado al partido en puntos específicos de la historia del país; ahí volvemos a los ejemplos del 2000 y el 2006. Y claro, hubo un momento en que la ausencia de partidos de oposición real llevaron al PAN a ser esa misma; con partidos satélite que se acoplaban a los dictados del grande en aquel tiempo, el PAN se convirtió en esa opción de alternancia hasta el surgimiento del Sol Azteca después de las irregularidades en 1988. Otro partido que se eclipsó a sí mismo poco después de su nacimiento.

Por Alberto Cedeño.

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