Este ha sido un tema de debate internacional, pero el poder de Donald Trump para imponer impuestos fronterizos está sustentado en las leyes estadounidenses.
Ciudad de México.- El presidente de los Estados Unidos ha mantenido una postura firme con sus decisiones de cambiar los acuerdos comerciales existentes con otros países e implementar medidas fiscales superiores, pero el poder de Donald Trump para imponer impuestos fronterizos va más allá de una simple rabieta personal.
Mucho antes de pensar siquiera en la presidencia de los Estados Unidos y siendo un magnate del sector inmobiliario, Trump publicó diversos escritos e incluso un libro, en donde proponía fijar un impuesto del 20 por ciento a “cualquier país extranjero que envíe bienes a Estados Unidos”.
Ya como candidato presidencial, esta cifra la aumentó hasta un 35 por ciento a productos de empresas estadounidenses que produjeran fuera de su país.
En este caso se enfocó en específico a la industria automotriz y a los mercados de México y China y de este último incluso habló de un impuesto de 45 por ciento.
Pero el poder de Donald Trump para imponer impuestos fronterizos tuvo reacción de inmediato una vez que asumió la presidencia, y empresas como Ford y Fiat Chrysler cancelaron proyectos e inversiones en México.
Este tema ha causado revuelo internacional e incluso algunos especialistas ya vislumbran una guerra comercial en la medida en que las negociaciones del Tratado de Libre de Comercio de América del Norte no avancen positivamente y que Estados Unidos imponga estos impuestos.
Y aunque muchas voces consideran que el presidente de la unión americano no puede hacer esto, el poder de Donald Trump para imponer impuestos fronterizos va más allá de acuerdos internacionales y órganos mundiales.
“La autoridad unilateral de un presidente estadounidense en materia de política comercial es excepcionalmente fuerte para un gobierno que se basa en pesos y contrapesos”, señaló El Financiero.
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De esta manera, la agencia Bloomberg asegura que “Trump podría abandonar el TLCAN simplemente dando a Canadá y México un preaviso de seis meses”.
Además, existen leyes internas que otorgan facultades especiales al presidente para imponer este tipo de decisiones, más allá de lo violatorio que resultan para los tratados de libre comercio o lo acuerdos bilaterales con otros países.
Una de ellas es la Ley de Comercio Exterior de 1974, que faculta a “Trump puede imponer aranceles y cupos a los países que violan acuerdos comerciales o utilizan prácticas comerciales desleales”, afirma El Financiero.
Y si las cosas se ponen más complicadas, el poder de Donald Trump para imponer impuestos fronterizos se puede sustentar en la Ley de Facultades Económicas en Casos de Emergencia Internacional de 1977, que otorgan al presidente la posibilidad de eliminar o restringir importaciones bajo el argumento de que son un “riesgo para la seguridad nacional”.
Pero existe una figura aún más extrema. “El presidente podría incluso usar la oscura Ley de Comercio con el Enemigo de 1917, que le permite restringir el comercio en tiempos de guerra”, señaló Bloomberg.
En este caso y considerando sus argumentos, México y China son sus principales enemigos en estos amagos de imponer impuestos fronterizos, algo que puede derivar en que se adopten represalias por ambos lados imponiendo sus propios aranceles, “lo que derivaría en una guerra comercial mundial como la que empezó al inicio de la Gran Depresión”, afirmó El Financiero.
