La economía de Estados Unidos sigue en un proceso de lenta recuperación, por lo que la Reserva Federal (Fed) decidió elevar en 25 puntos base la tasa de interés y colocarla en 1.50 puntos, una decisión que no causó sorpresa en los mercados y que marca la tendencia que han tenido que seguir otros países, entre ellos México.
Ciudad de México.- Janet Yellen dio su última conferencia de prensa como presidenta de la Fed una vez que dejará este cargo en enero de 2018 y tal como se esperaba, la tasa de interés de Estados Unidos pasó del 1.25 a 1.50 por ciento, con lo con que se concretó el tercer aumento del año y el quinto desde 2015.
Con esto, esperan que la economía estadounidense alcance un crecimiento de 2.5 por ciento en este año y en el 2018, impulsada por la implementación de la reforma fiscal y al menos tres movimientos más al alza de la tasa de interés.
De esta manera, “el Comité de Mercado Abierto de la Fed (FOMC por sus siglas en inglés) destacó que el mercado laboral sigue fortaleciéndose al tiempo que la actividad económica se ha incrementado a un ritmo sólido”, expresó Citibanamex, quien además considera que es muy probable que el Banco de México anuncie también un alza en la tasa de referencia.
Por su parte, Carlos Capistrán, economista para México y Canadá en Bank of América Merrill Lynch, aseguró que con el quinto incremento de tasas en 24 meses y el tercero del año, “se confirma una aceleración del proceso de normalización de la política monetaria de la primera economía del mundo”.
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Yellen se va preocupada por la deuda de los Estados Unidos
Luego de haber sido la única mujer en la historia de los Estados Unidos en ocupar la dirección de la Fed, Janet Yellen reconoció en su última aparición pública en este cargo, que se va preocupada por la deuda “extremadamente alta” que enfrenta la economía de su país.
Esto derivado de que “los pasivos tienen a su país con un limitado espacio de reacción y bajo riesgo latente ante la caída evidente de ciudadanos en edad de trabajar, que sugiere una desaceleración para la productividad, desempeño económico y capacidad de generar tributos para el futuro”, según publicó El Economista.
De esta manera, con estas medidas y con la implementación de la reforma fiscal, la economía de los Estados Unidos podría mostrar un desempeño positivo más sólido, con la disminución de su tasa de desempleo y una inflación cercana al 2 por ciento, que es la meta de la Fed y de las autoridades financieras.
