Donald Trump reconoció Jerusalén como capital israelí el pasado 6 de diciembre, en un desmarque de varias décadas de consenso internacional.
La mayoría de los países integrantes de la Asamblea General de la ONU exigieron este jueves a Estados Unidos dar marcha atrás a su decisión de reconocer a Jerusalén como capital de Israel y abstenerse de trasladar su embajada a dicha ciudad.
Con 128 votos a favor, 9 en contra y 35 abstenciones, la decisión de la ONU echa atrás la propuesta del presidente Trump, y declara “nulo y sin efecto” el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel.
Te puede interesar: Trasladar la embajada de EU a Jerusalén tardará por lo menos dos años: Tillerson
Solo Guatemala, Honduras, Islas Marshall, Micronesia, Nauru, Palau y Togo apoyaron a Estados Unidos e Israel, aunque destaca el inusual número de abstenciones, mayor al que usualmente se presenta en este tipo de resoluciones y que de acuerdo a los expertos responde a las presiones impuestas por el presidente Trump.
Entre las naciones que se abstuvieron de votar se encuentran Argentina, Australia, Canadá, Colombia, Hungría, México, Panamá, Paraguay y Polonia.
Las amenazas de Trump
Ante la cercanía de la polémica votación, este martes la embajadora de Estados Unidos en Naciones Unidas, Nikki Haley, emitió un mensaje a otras misiones en el que sugirió que podría haber consecuencias para quienes respalden la resolución de no reconocer a Jerusalén como capital de Israel.
Un día después, el presidente Trump insistió en que se tomaría “personalmente” el voto de este jueves en la ONU, además de que aseguró que tomará nota de la postura de cada país que interviniera.
“Todas estas naciones que toman nuestro dinero y después votan contra nosotros en el Consejo de Seguridad o la Asamblea (de la ONU), ellos toman cientos de millones de dólares, miles de millones de dólares y votan contra nosotros. Bien, vamos a observar esos votos. Déjenles votar contra nosotros. Ahorraremos mucho. No nos importa”, aseguró Trump en una reunión de su gabinete en la Casa Blanca.
Trump reconoció Jerusalén como capital israelí el pasado 6 de diciembre, en un desmarque de varias décadas de consenso internacional, según el cual el estatus final de la ciudad debe ser acordado en un proceso de paz entre israelíes y palestinos.
