Para la mayoría de las personas, plantearse lo que desean puede ser relativamente fácil pero el problema es cuando esto se tiene que materializar, por eso si quieres lograr tus metas no confundas tus propósitos con tus objetivos.
Ciudad de México.- Aunque en realidad se utilizan como sinónimos, hay algunas diferencia de fondo entre estos dos conceptos, lo que hace que las personas se lleguen a confundir en sus planteamientos y esto ocasiona que las cosas se compliquen mucho más de lo que uno espera.
Tanto los objetivos como los propósitos, están compuestos por elementos emocionales que hacen que las personas se sientan motivadas para conseguirlos, lo que supone un compromiso constante por esforzarse, superar dificultades o incluso, soportar situaciones desagradables.
Pero siendo muy estrictos, si bien se parecen y se confunden, toma en cuenta las siguientes diferencias para que entiendas la importancia de ambos y por qué hay que planteárselos de manera independiente.
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Cumple con tus objetivos
Piensa en las exigencias de tu trabajo y en los objetivos que tienes que cumplir; o en tus metas personales como ahorrar cierta cantidad de dinero, comprar un coche o viajar.
Si logras eso que te planteaste, conseguirás llegar a esa meta propuesta y por lo tanto, habrás cumplido con esos objetivos, que son medibles, cuantificables y que en general todos entienden: más dinero, cosas materiales, éxitos laborales, etc.
Tal como lo define la escritora Mallika Chopra, “los objetivos están orientados a ciertas actividades, nacen de nuestra mente y terminan en un resultado”. Pero ojo, que esto no necesariamente significa que las personas que lo logran se sientan totalmente felices o satisfechas.
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Los propósitos
Y es ahí donde precisamente surgen la confusiones, ya que si logras los objetivos que te planteas ¿entonces por qué no eres feliz? La respuesta puede estar en los propósitos que te hayas planteado, ya que a diferencia de las metas cuantificables, éstos son totalmente personales, subjetivos e inmateriales.
En ese sentido, “los propósitos son diferentes a nuestros objetivos”, dice Copra ya que no solo pertenecen a un ámbito más íntimo, sino que en cierta manera nos definen como personas e individuos.
“Un propósito representa nuestros deseos más profundos, esos deseos emocionales y espirituales que pedimos cuando somos honestos y auténticos” y además, “nacen de nuestra alma”, dice la escritora en un texto para Entrepreneur.
Así, los propósitos responden a preguntas más filosóficas como quién soy, qué es lo que realmente deseo y cómo quiero convivir en un entorno determinado.
Por tal motivo, “recordarnos a nosotros mismos cuáles son nuestras aspiraciones más profundas nos puede ayudar a encontrar una nueva pasión o admitir que es momento de hacer un cambio”, concluye Chopra.