El alcohol ayuda a borrar temporalmente los malos recuerdos

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Un nuevo estudio sugiere que una copa de vino podría ser suficiente para olvidar los malos recuerdos y que nuestra mente se centre solo en los buenos, al menos por una hora.

Investigadores de la Brown University dicen que el alcohol afecta las bases que fomentan la memoria en un nivel molecular fundamental, afectando un gen involucrado en la codificación de si una memoria es agradable o desagradable y cambiando una proteína que el gen produce, lo que a su vez hace que se formen “memorias de deseo”.

Una bebida alcohólica puede alterar estas memorias durante una hora, mientras que tres bebidas pueden producir una alteración que dure 24 horas, lo que podría explicar por qué olvidamos algunas de las cosas desagradables que hacemos si tomamos en exceso.

El equipo que llevó a cabo el estudio espera que sus hallazgos puedan ayudar a explicar por qué a los alcohólicos en recuperación les resulta difícil dejar su vicio y su investigación podría llevar a nuevas formas de tratamiento que ayuden a combatir esta adicción.

La Dra. Karla Kaun , autora principal del estudio y profesora asistente de neurociencia en la Universidad de Brown, comentó que buscaba saber por qué las drogas adictivas, ya sea alcohol u opiáceos, producen recuerdos gratificantes a pesar de ser neurotoxinas.

“Producen efectos secundarios como resacas y náuseas, pero los consideramos gratificantes. Queríamos entender cuáles son las bases moleculares de eso y por qué causan los antojos”, dijo ella.

Para el estudio, el equipo utilizó moscas de fruta, ya que estos insectos se sienten atraídos por el alcohol y las señales moleculares que forman sus recuerdos de recompensa y evasión son similares a los humanos. Los investigadores compararon estas vías de señalización molecular con un efecto dominó. Cuando la primera molécula se activa, otras le siguen.

Una de las moléculas es un gen denominado receptor tipo D2. Este produce una proteína para las neuronas que reconocen la dopamina, un neurotransmisor que desempeña un papel en nuestro sentido de recompensa.

“Se sabe que un receptor similar a la dopamina 2 está involucrado en la codificación de si una memoria es agradable o aversiva”, dijo la Dra. Emily Petruccelli, coautora del estudio y profesora asistente de ciencias biológicas en la Universidad de Southern Illinois.

El alcohol se apodera de esta vía de formación de la memoria y cambia la forma en que se expresan las proteínas en estas neuronas. Los investigadores descubrieron que este efecto dominó de señalización no activaba ni desactivaba el gen del receptor tipo D2, y tampoco disminuía la cantidad de proteína producida. Más bien, cambió la versión de la proteína que se estaba formando, lo que lleva a una mala regulación de la memoria.

“Nos sorprendió porque puede que no sea la expresión génica la que sube o baja en el cerebro, sino que cambia de una forma a otra. Da una comprensión de esta nueva capa de plasticidad y por qué se forman los recuerdos”, dijo el Dr. Kaun.

También explicó que si este camino funciona de la misma manera en los humanos, entonces una copa de vino es suficiente para activarse, pero volverá a la normalidad después de una hora. “Después de tres vasos, se vuelve a la normalidad hasta después de 24 horas”, añadió.

Sin embargo, los expertos advierten que, si bien el alcohol puede hacer que se “olvide” e incluso se alivien los síntomas de el estrés, la preocupación y los pensamientos negativos, es solo por un corto tiempo antes de que desaparezca el efecto.

Afirman que el alcohol puede empeorar los síntomas asociados con trastornos del estado de ánimo, como la depresión, porque el alcohol es un depresivo en sí mismo.

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