¡Ojalá todo fuera miel sobre hojuelas! Dicen que las relaciones exitosas se basan en la confianza, la buena comunicación y el aceptar que no todo es perfecto, pero hay crisis insuperables que ponen a prueba el amor.
El amor nace y se hace. Es un sentimiento que se va construyendo con el paso del tiempo hasta que estar con el ser amado se convierte más que en un deseo, en una decisión.
El tiempo de cortejo es esencial para el proceso. El conquistador adopta actitudes con el fin de lograr captar el interés de la otra parte, halagando e ilusionado con promesas que tal vez si pretenda cumplir; pero, una cosa es lo que se quiere lograr, otra lo que se puede lograr y otra lo que se logra.
Si se parte del supuesto de que el conquistador es honesto y tiene un interés real en ofrecer felicidad y bienestar, el alarde se justifica en su deseo de lograr su objetivo; sin embargo, con el paso del tiempo, el abuso de la ostentación será una espada de dos filos y la duración de la relación quedará a merced de la voluntad, la tolerancia y la aceptación (o la resignación).
En la relación entre el presidente López Obrador y la sociedad mexicana, este esquema no está fuera de la realidad.
Obrador logró conquistar a México en un momento en el que la sociedad se encontraba en alto grado de vulnerabilidad. Muchos dijeron que se aprovechó de la crisis emocional que padecía por el abuso del que había sido víctima en sus relaciones anteriores.
Siendo un enamorado empedernido, AMLO supo esperar a tener a la sociedad en el punto exacto para conquistarla con promesas de una relación mejor, amorosa y sin violencia ni ultrajes.
No le importó esperar doce años y, como pretendiente, aprovechó cada momento para juzgar las actitudes de sus rivales y prometer a su amada un ambiente distinto si decidía elegirlo a él.
¡Ojalá todo fuera miel sobre hojuelas!
Puede ser trillado decir que el éxito de una relación se basa en la honestidad y la buena comunicación, pero es plenamente cierto.
Se dice que en la guerra y en el amor todo se vale, pero por lo general, en una planeación no todas las cosas salen como uno espera y más cuando los resultados dependen no sólo de la voluntad y el deseo, sino de factores externos.
López Obrador prometió curar un corazón roto, pero la magnitud del año era tal, que las palabras dulces y promesas lindas que tanto le sirvieron en su conquista dejaron de surtir efecto.
Tal vez, para no caer en el desencanto, Obrador pasó por alto decir que el cumplimiento de sus promesas no dependería sólo de él y las altas expectativas de cambio que fomentó en la sociedad pueden convertirse en su punto de quiebre.
Parece que antes del “si acepto”, olvidó mencionar que el crecimiento que prometió no sólo depende de su política interna, sino que hay factores que atentan contra la economía, como: el aun incierto T-MEC, o los efectos de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, o la posible desaceleración económica en el vecino del norte, o de la inversión extranjera y el rezago tecnológico que va más allá de la falta de accesibilidad a Internet.
También olvidó advertir que los tiempos adversos, realmente serían adversos, que para solucionar un cáncer como la corrupción el tratamiento sería caro y doloroso.
Y es que la desilusión se alimenta del incumplimiento de las expectativas, más cuando la sociedad se acostumbró a ser mal amada, mal tratada, poco valorada y engañada; por lo cual, sabiendo la verdad y sufriendo los estragos del cambio, tal vez no está dispuesta a asumir el costo.
Además, las decisiones pueden ser bien intencionadas pero no las más acertadas. Es claro que a Obrador le faltó planeación en su última estrategia contra el huachicol y la incertidumbre ha encendido las alertas financieras.
Como en toda relación, para mantener encendida la llama del amor, se deben reconocer las fallas, pedir perdón y llegar a acuerdos. El éxito de una relación está en la decisión.
Llega un punto en el cual tenemos que tomar una decisión o darnos por vencidos darse por vencido ahora es lo más fácil. Solo hay otra salida, seguir recibiendo más de lo mismo. Se puede seguir adelante con el plan y el pueblo lo sabe, pagar el precio qué implica trasformar una nación. El pueblo está con AMLO, y está dispuesto a todo!!!
Al cien con nuestro presidente se me hace tend nciosa la noticia y redactada como para sembrarnos la duda a quienes como un servidor creimos, creemos y creeremos en el Lic Andrés Manuel López Obrador
Al mil con usted señor presidente y si ese será el precio que tenemos que pagar por un México mejor Aceptamos pagar con mucho gusto y las decisiones que usted tome tiene la aprobación directa y honesta de muchos que como hoy vemos los pequeños cambios para uno pero Los Grandes cambios para muchos
Claro y por supuesto que no , seguimos apoyando al presidente. Incluso más ya que la corrupción es bastantes , da asco saber cuánta corrupción solaparon los anteriores gobiernos.