Pintura de Zapata provoca conflicto entre campesinos, autoridades culturales y activistas.
Aún cuando la exposición “Emiliano Zapata después de Zapata” se exhibe desde el pasado 27 de noviembre en una de las salas del Palacio de Bellas Artes no fue sino hasta el pasado 10 de noviembre que la muestra se volvió viral debido a una protestas por parte de organizaciones campesinas quienes exigían el retiro de una de las pinturas, ya que aseguraban que la misma denigra el legado del caudillo revolucionario.
Por varios minutos, los miembros de la organización campesina gritaron la consigna “Zapata Vive, la lucha sigue y sigue”, y exigieron a Fausto Pedro Razo Vázquez, director de unidad del Instituto Nacional de Bellas Artes, el retiro de la obra del artista Fabián Cháirez.
En el vestíbulo del recinto cultural pasaron de las consignas a los gritos, jaloneos y alguien arrojó una botella con agua a los manifestantes de la UNTA, lo que encendió los ánimos.
Afuera del inmueble hubo agresiones físicas y verbales de algunos integrantes de esa organización y la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC) en contra de activistas de la comunidad LGBT que defendieron la exposición del cuadro referido.
Con frases e insultos homofóbicos, los miembros de ambos organismos campesinos descalificaron la defensa de la pintura.
Los dos bandos se mantienen en sus posiciones. Los integrantes de la organización campesina coinciden con nietos de Emilio Zapata sobre la necesidad de retirar en las próximas 48 horas el cuadro del “Caudillo del Sur”.
El otro grupo manifestó estar a favor de la libertad de expresión y de la obra de Cháirez.
El director de unidad del Instituto Nacional de Bellas Artes dialogó con los integrantes de la UNTA para intentar llegar a un acuerdo, pero no se logró, y los quejosos insistieron en que se debe retirar y quemar el polémico cuadro.
También te puede interesar: Cultura comunitaria recordará a Emiliano Zapata
Habla el autor
El óleo La Revolución de Fabián Chairez (Chiapas, 1987) , pintado en 2014, quiere dar una nueva visión de la figura revolucionaria vinculada al arquetipo del macho mexicano. “Esta obra busca darle un giro en el que busco representar las masculinidades que no se ven cotidianamente”, dice Chairez a Verne. “Estamos acostumbrados a la masculinidad hegemónica y blanca”, dice el artista plástico.
Para Chairez, el rechazo hacia esta obra pone en riesgo la libertad de expresión. “Muchos de estos comentarios son de odio, con un trasfondo de misoginia y homofobia que existen en el país”, aseguró.
La intervención de una figura histórica como la de Emiliano Zapata, es para el artista un motivo de rechazo por intolerancia. “Muchas personas se alteran cuando se representa a un hombre moreno, desnudo y con tacones porque representa feminidad y homosexualidad al mismo tiempo”, concluyó el artista.