Por Ignacio Anaya Minjarez.
Tal parece que con el brote de un virus el pánico nuevamente comienza a asomarse. El reciente descubrimiento de un nuevo coronavirus ha puesto a todo el mundo con la mirada en China y en toda la información que gira en torno a la infección. Origen, transmisión, infectados, muertes y recuperaciones son sólo algunos de los datos que encontramos en medios de comunicación y redes sociales. Ante tanta carga informativa, hemos entrado en un estado de incertidumbre respecto a cómo enfrentar todo eso, por lo que es necesario prepararnos ante la inevitable llegada de este coronavirus al país.
Lo primero que debemos hacer es, ante todo, mantener la calma. Es importante mantenerse informado correctamente y no caer en la falsa información que circula por redes sociales. Es una realidad que surgió un nuevo brote del coronavirus, el cual es altamente contagioso y en ciertas condiciones puede ser letal. Ante esto es necesario mantenerse preparado y hacer caso a las indicaciones de los servicios de salud.
Una conciencia histórica nos permite ver que, a lo largo de nuestra historia, los humanos hemos estado expuestos a pandemias que en varios casos terminaron siendo devastadoras. Hace poco más de cien años la pandemia de gripe en 1918 causó la muerte de cerca de 50 millones de personas alrededor del mundo en un corto periodo de dos años. En el siglo XIV la peste negra acabó con aproximadamente el 60 por ciento de la población Europa. Son probablemente las dos epidemias más conocidas, pero en cada siglo ha habido un gran número de pandemias. La peculiaridad de las que han surgido a partir de la segunda mitad el siglo XX y XXI, es la atención que reciben por parte de los medios; esto no quiere decir que sea algo malo, pero con la información también surge bastante desinformación. Esto resulta peligroso, ya que a la vez puede provocar actitudes de rechazo y hostilidad hacia ciertos grupos. Ya lo hemos visto con el resurgimiento del racismo hacia la población China debido al coronavirus. No es algo nuevo; por ejemplo, durante la peste negra las comunidades judías fueron perseguidas en Europa, pues según se creía que fueron los causantes de dicha plaga.
A todo esto, es fundamental no alarmarnos frente al brote de un nuevo virus. Debemos estar bien informados y mantener una conciencia crítica frente a todo lo que recibimos en medios respecto al coronavirus. Y recordar que históricamente hemos enfrentado epidemias peores que finalmente nos hacen estar mejor preparados ante nuevos brotes.
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muy bueno