El universo y la naturaleza están diseñados para funcionar con cierto orden. Desde diferentes puntos de vista, el orden es condición para la calidad de vida de las personas y la armonía social. Incluso, a escala familiar, organizacional y comunitaria, está demostrado que el rediseño del espacio impacta en los niveles de tranquilidad, armonía y seguridad, incrementando así la percepción de la calidad de vida a nivel personal.
Ahora, el aislamiento forzoso al que nos ha sometido la pandemia del SARS COV2 (COVID-19). Nos brinda la oportunidad de experimentar y comprobar cómo al organizar nuestro hogar y hacerlo más confortable, nos sentimos más dispuestos a arreglar nuestra persona, relacionarnos con otros y emprender nuevos proyectos.
La realidad es que nuestro hogar es una extensión de nosotros mismos. De tal manera que es importante brindarle atención, porque condiciona nuestra percepción de la calidad de vida que tenemos.
Cuanto más abarrotada, desordenada y sucia se encuentra nuestra casa, más fatiga y falta de energía sentimos, porque la casa es un reflejo de nuestro estado de ánimo y, a su vez, condiciona nuestra disposición psicológica, generando así un círculo virtuoso, o vicioso, según lo veas.
Si por tanto aislamiento te encuentras un tanto deprimido, disperso, cansado, apático o simplemente no se te antoja hacer espacio para nuevos proyectos, te invito a ocuparte en poner en orden tu casa para poner en orden tu vida.
EN PERSPECTIVA, así lo demuestran los más recientes estudios de la Sociedad Mexicana de Estudios de Calidad de Vida, nuestro entorno inmediato condiciona de manera fundamental nuestra calidad de vida.
En la próxima entrega de esta columna, compartiremos sencillos tips para mejorar tu entorno inmediato. Mientras tanto, ve haciendo una lista de posibles mejoras a realizar en esta oportunidad que nos brinda el aislamiento.
Nos vemos en la siguiente entrega.
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