La revolución para legalizar la marihuana en México, comenzó con una niña de ocho años. Graciela Elizalde Benavides fue la primera persona en consumir cannabis medicinal de manera legal en el país, cambiando su salud y la manera en que veíamos esta planta para siempre. Su historia es mundialmente famosa: ella padece de una rara forma de epilepsia infantil conocida como Síndrome de Lennox-Gastaut, por la que llegaba a tener 400 convulsiones diarias, hasta que el aceite de cannabidiol llegó a su vida.
“Imagínate, nosotros estábamos ya desesperados. Grace ya tenía 400 crisis diarias, a veces hasta un poquito más”, recuerda su padre, Raúl Elizalde, en entrevista con El Semanario. De ser un abogado de una familia conservadora de Monterrey, que veía a la marihuana como algo negativo, pasó a ser uno de los más importantes activistas a favor de la planta en México y el mundo. Este año, se convirtió en co-CEO y posteriormente Director Ejecutivo de HempMeds a nivel global, la primera compañía en vender productos de cannabinoides extraídos del cáñamo en Estados Unidos, también pioneros en países como México, Brasil y Paraguay.
“A nosotros no nos quedaba de otra, dentro de todos los tratamientos que habíamos probado, nada había funcionado y habíamos intentado bastantes tratamientos diferentes, todos los tratamientos convencionales, habíamos probado también tratamientos alternativos”, agrega Elizalde. “Nada había funcionado. Nos platican que el cannabidiol, podría ayudarle a nuestra hija y la verdad no lo pensamos dos veces. Grace ha estado expuesta a drogas más difíciles, drogas farmacéuticas más duras que esta, entonces para nosotros fue una decisión muy sencilla”.
De 400 convulsiones, Grace pasó a unas 20, mucho menos intensas. Antes de tomar aceite de cannabidiol, se caía, se golpeaba y no podía dormir bien. Ahora no sólo logró conciliar el sueño, tiene un mejor nivel cognitivo, más apetito, puede mostrar sus emociones, interactuar con las personas y responder a su nombre. Desde el primer momento, se vio una mejora con esta sustancia, que toma por la mañana y por la noche.
“Yo también soy padre de familia, yo lo entiendo completamente este miedo de algunos padres de familia, como papá tengo tres hijas pequeñas y lógicamente no quiero que mis hijas caigan en ninguna de las drogas, ya sean legales o ilegales”, cuenta Elizalde. “Nadie queremos que nuestros hijos tomen alcohol, fumen tabaco, fumen marihuana en un futuro, no queremos que eso pase”. Porque, cabe mencionar, ni el aceite de cannabidiol que consume su hija, ni los productos de HempMeds, contienen cannabinoides psicoactivos. No es “marihuana”, como se pudiera pensar, sino cáñamo industrial. Por muchos años, el uso medicinal y el lúdico se criminalizaron por igual y de ahí los problemas que se viven a la fecha.
Una medicina efectiva
El caso de Grace fue un parteaguas para que, en 2017, se aprobara el uso medicinal de la marihuana en México. Sin embargo, desde entonces, no existe un reglamento claro para ello, lo que ha hecho que muchos proyectos de investigación y producción se encuentren detenidos. Este 2020, el Senado de la República aprobó despenalizar el uso lúdico de la planta, con lo que muchos, como Raúl Elizalde, esperan que por fin se avance más en el tema.
“Lo que ya estaba en la ley era el uso médico o terapéutico de la cannabis, lo cual está pendiente de una regulación”, explica Elizalde. “Hoy se regula el uso adulto y también se intenta regular, con esta ley que todavía falta de ser aprobada en diputados, falta regular o establecer los lineamientos o pautas para los usos industriales. Cuando hablamos de los usos industriales, estamos haciendo referencia directamente al cáñamo”.
“Esto es una realidad en varias partes del mundo, donde se están estudiando, más que nada, las ventajas que pueden tener estos cannabinoides en temas medicinales, prácticamente sus usos terapéuticos”, agrega. “Esto ya había sido aprobado desde 2017, hoy en día necesitamos una regulación para que puedan tener los pacientes más acceso a este tipo de tratamientos. Es muy importante porque son dos temas diferentes y creo que son más desde el punto de vista de derechos humanos que desde cualquier otro punto de vista”. La regulación medicinal es un derecho de salud, dice, mientras que la legalidad del consumo lúdico responde al “derecho a la libre personalidad”.
Epilepsia, problemas de ansiedad, Alzheimer, esclerosis múltiple, Parkinson y cáncer, son algunos de los malestares contra los que la cannabis ayuda, por medio de tratamientos coadyuvantes o paliativos, explica Elizalde. “La cannabis tiene aplicaciones terapéuticas muy amplias, estamos hablando de que, prácticamente, el ser humano tiene un sistema endocannabinoide. Esto quiere decir que los cannabinoides, como el CBD, por ejemplo, interactúan con receptores que nosotros tenemos en nuestro cuerpo. Ayuda muchísimo sobre todo en problemas neurológicos y en problemas de enfermedades inmunes”.
Numerosos beneficios
“Creo que el gobierno está haciendo algo muy importante y es algo que deben entender: ¿es un problema de salud la cannabis?, sí; ¿se estaba atacando desde el punto de vista de salud?, no. Nunca se atacó desde el punto de vista de salud, siempre se atacó desde un punto de vista criminal o un punto de vista penal, lo cual no hacía sentido. Es uno de los únicos delitos, en el cual, imagínate, consumir algo que solamente te hace daño a ti, era penado. No era claro cuál era la intención de hacer esto”, asegura Elizalde.
La Cámara de Diputados tendría que haber publicado oficialmente su dictamen sobre el uso lúdico de la marihuana, antes de que terminara el 2020, pero ya presentaron una prórroga en la Suprema Corte de Justicia, para seguir discutiendo y deberán entregar una propuesta a más tardar el 30 de abril de 2021. La nueva ley, aprobada por el Senado el pasado 19 de noviembre, plantea la creación de la Ley General para la Regulación del Cannabis y el Instituto Mexicano para la Regulación y Control del Cannabis, con modificaciones en la Ley General de Salud y el Código Penal Federal. En opinión de Elizalde, este Instituto tiene que dejar de criminalizar y plantear una diferencia clara entre el cáñamo y la marihuana
“Creo que se necesita una mejor y una más clara diferencia entre el cáñamo y la marihuana, con una regulación muy diferente para el cáñamo y una lógicamente más estricta para la marihuana, hoy no existe esa diferencia, por así decirlo, tan clara”, señala. “Y en el otro aspecto, es importante que el gobierno federal, publique finalmente el reglamento para los usos terapéuticos, que esto va enfocado a la industria farmacéutica 100%, pero es importante que se publique ya”.
Elizalde sabe que la marihuana es algo más que una planta recreativa e incluso medicinal y comenta que sus propiedades son muchas más de las que se conocen comúnmente. “La planta por sí sola, la semilla por sí sola es una fuente muy grande de proteína. Es la semilla que tiene mejor proteína en el reino vegetal. Por otro lado, el aceite de cáñamo tiene una proporción muy buena de omegas, omega 3 y omega 6, los cuales, como bien se sabe, con muy buenos para la cuestión neurológica, prácticamente los omegas se dice que son la gasolina del cerebro”. Así mismo, menciona las fibras con las que se hacen textiles que gastan menos agua que el algodón e incluso papel sin talar árboles.
Regular todas las drogas
“Hoy en día muchísimas personas han salido del clóset verde”, cuenta Elizalde, al referirse a los cambios que ha visto desde que entró en el “activismo cannábico” por su hija. “Cada vez es más normal que personas digan: ‘sí, consumo cannabis y no soy un delincuente, no soy un bueno para nada, soy una persona productiva para la sociedad’. Es mentira muchas de las cosas que se decían sobre el consumo de cannabis”.
Uno de los grandes miedos de muchas personas en cuanto al consumo de la marihuana, es su nivel de adicción, el cual existe, pero en opinión de Elizalde es mucho más bajo que el de otras drogas legales como el café, el alcohol o el cigarro.
“Lo importante es que esta nueva regulación tiene que ir con una fuerte propuesta, con un fuerte trabajo del estado para evitar el consumo de todas las drogas, incluidas las drogas legales, eso no queda en duda, se tiene que hacer y tenemos que avanzar en ese tema”, asegura. “La adicción sí existe, pero no es un tema que debería de preocuparnos, porque existen ya drogas legales que nadie está pidiendo que se prohíban. Lo que se pide es que se regulen, como en el caso de los productos de azúcar procesada. Lo que se está pidiendo no es que se dejen de vender estos productos, sino que tengan una mejor regulación, para tratar de evitar el consumo indiscriminado”.
Espacio para la libertad
Elizalde es el primer mexicano en dirigir HempMeds, filial de Medical Marijuana Inc. Pero hace unos años la situación era muy diferente, incluyendo su percepción sobre la marihuana. “Yo soy de Monterrey, es una ciudad muy conservadora, mi familia es conservadora, para mí todo lo que venía de la marihuana era algo negativo”, recuerda. “Por eso yo entiendo a las personas cuando se expresan de manera negativa de la cannabis, los entiendo, yo pensaba de esa manera. Pero el ir estudiando sobre el tema, el ir conociendo más sobre las verdaderas causas de la prohibición, el ir conociendo más sobre las cuestiones negativas que representa el tener esta prohibición, me hicieron cambiar de opinión”.
Como padre de tres hijas, naturalmente le preocupa que caigan en las drogas, pero entiende que el problema es mucho más complejo. “Hay que hablar con nuestros hijos con la verdad. Hay que hablar exactamente lo que es. ¿Qué es lo que pasa? Muchas veces las campañas para la marihuana, campañas para la prevención de las drogas, eran tan exageradas que los jóvenes no creían en ellas, los jóvenes prácticamente sabían que les estábamos mintiendo y querían probar para asegurarse que era una mentira”.
“Creo que lo que se tiene que hacer es decir la verdad, decir los riesgos tal y como son, sin exageraciones y ayudarlos siempre a que traten de evitar cualquier tipo de droga, tener buena comunicación con nuestros hijos”, explica. “Pero si ellos, en determinado momento, cuando son adultos, deciden probar alguna droga, pues bueno, siempre tener muchísima comunicación con ellos. Claro que como padres tenemos que hacer lo posible porque no lo hagan, es parte de lo que nosotros tenemos que darles, educación, cariño, etcétera”.
Cuando sean adultas, sus hijas tendrán la libertad de decidir y a Elizalde le gustaría que vivieran en un país donde la marihuana fuera completamente legal. “De lo que yo sí estoy convencido, es que a mí no me gustaría, en el caso de que alguna de mis hijas decidiera, por su voluntad propia, probar alguna droga, es que tuvieran que recurrir a este mercado negro, el cual no tiene escrúpulos, al cual no le importa la edad de las personas, no tiene métodos de control, está lleno de violencia y de otras problemáticas. Lo que se trata hoy en día es quitar a las personas de ese mercado negro y creo que eso es algo muy importante”.