El día más esperado, llegó. El 14 de diciembre fue el día de la legitimación por parte del Colegio Electoral del triunfo del candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos. En un contexto complejo, no tanto por la pandemia, que ya es el tema de todos los días, sino porque es la primera vez en las elecciones de ese país, que el presidente saliente no acepta su derrota, incluso después de emitido el veredicto.
El 14 de diciembre puede ser uno de esos días que en la memoria colectiva no se olvidará tan fácilmente. Me gustó mucho una lista que hizo The Spectator Index, que nos invita a pensar por qué es un día, no sé si histórico, pero sí para recordar, lo cito y comento:
1) Google estuvo por un momento fuera de servicio, dejando sin comunicación a millones de usuarios y con la sospecha de que un espía ruso los había hackeado.
2) Empezó la vacunación del COVID-19. La empresa Pfizer desde Michigan (uno de los estados en donde no ganó el presidente Trump), envió millones de vacunas a todo el país. Hecho que presagia una luz al final del túnel de la pandemia.
3) La cifra espeluznante de 300,000 muertos en Estados Unidos por el COVID-19.
4) El día en el que uno de los congresistas más importantes, Paul Mitchell –por cierto, de Michigan como las vacunas– anunció que sale del partido republicano y se vuelve independiente. Considera que sus colegas republicanos no trataron de detener a Trump en sus intentos de cambiar los resultados de la elección. Su enojo fue, sobre todo, por la apuesta del estado de Texas que, junto con otros 17 estados, trataron de llevar el caso del fraude electoral a la Suprema Corte de Justicia.
5) El presidente electo Joe Biden fue ratificado por el Colegio Electoral, con 306 votos frente a 232 del presidente Trump, quien siguió expresando en Twitter que la lucha no ha terminado, que hubo fraude. El 6 de enero se certifica el resultado del colegio electoral en el Congreso, y a pesar de ser un mero trámite, se espera que las presiones sigan por parte de los republicanos, quienes pueden iniciar una investigación sobre dudas que tengan de los resultados en algún estado, que podría ser Michigan, estado al que el presidente Trump ha cuestionado mucho en los últimos días en cuanto a la forma en el que hacen su conteo de votos.
6) La “renuncia” de William Barr, Fiscal de Estados Unidos. En otro tweet, el presidente Trump indicó que había tenido una reunión muy amigable con el fiscal Barr y que a pesar de que ha hecho un trabajo inmejorable, “se va a pasar las vacaciones navideñas con su familia”, recordándonos la muy famosa frase mexicana “renuncia por motivos de salud”. Al parecer, la diferencia fue que el fiscal Barr no aceptó la idea de Trump de fraude electoral. El Departamento de Justicia, que Barr encabeza hasta el 23 de diciembre, no había encontrado indicios de fraude y, además, Trump, también criticó el hecho de que el mismo DOJ no anunciara públicamente una investigación que estaba llevando a cabo sobre Hunter Biden en el año electoral.
Existe un último punto importante del día que fue el discurso del presidente electo Joe Biden, que dio después de la pronunciación del Colegio Electoral. Su discurso se centró en la idea de la unidad del país, pasar página para trabajar juntos. El tema unificador para Biden es la pandemia, que es desde donde él quiere convencer al resto de la población para dejar la polarización de lado. Enfatizó que el triunfo fue de las instituciones, que permitieron que “la integridad de las elecciones, permaneciera intacta”. Y criticó también la insistencia del presidente Trump de cambiar el resultado electoral.
Ciertamente, el camino a la unión no será fácil. Usualmente tragedias como la pandemia sí sirven para unir a las poblaciones, pero al caer en año electoral, en éste excepcional 2020, no ha sido suficiente para apagar los fuegos encendidos en la sociedad americana, ya que es el líder mismo el que los empieza. Así que, en adelante, Joe Biden tiene que tener mucho cuidado e inteligencia para lograr tender los puentes necesarios para lograr evitar que las diferencias se profundicen una vez llegado a la Casa Blanca.
En Estados Unidos hay varias voces, muy negativas, por cierto, que comparan este momento de “ruptura” con el momento previo al estallido de la guerra civil. Puede ser que hoy las formas de guerra no sean las del siglo XIX, pero ciertamente expresiones de violencia tanto de la ultraderecha y de la ultraizquierda en la sociedad americana están servidas, los grupos se traen ganas. Por eso, dentro de los múltiples retos que tiene la nueva administración, es atender los problemas sociales que provocan estos enfrentamientos, pero particularmente, el más apremiante será enfrentar a un Donald Trump, que ya sin ser presidente no va a dejar de presionar y crear una narrativa que lo lleve a la presidencia de nuevo en 2024.
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