El rojo mexicano que invadió al mundo

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En el Museo del Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México se exhibe Rojo mexicano. La grana cochinilla en el arte, muestra que da cuenta del resultado de varias investigaciones sobre el pigmento derivado de la cochinilla, insecto propio de tierras mesoamericanas (aunque hoy se reproduce en otras partes del mundo). En su momento, el rojo mexicano se convirtió en una de las aportaciones de América al mundo, no sólo para las obras de arte sino también para teñir telas y decorar mobiliario.

La exposición es producto del Coloquio Internacional Rojo mexicano organizado en noviembre de 2014, que congregó a especialistas de distintos países bajo la misma temática: el uso del rojo cochinilla en el arte. Hoy tenemos oportunidad de apreciar esas obras que fueron realizadas con un pigmento que fascinó al mundo por su colorido y extensión de tonalidades (desde un rosa pálido hasta un rojo escarlata pasando por la gama de violetas y morados).

Grana Cochinilla Exposicion
Grana cochinilla.

Al iniciar el recorrido nos encontramos con una explicación tanto del insecto como de la manera cómo se obtienen los diferentes colores o lacas. Los detalles nos permiten conocer la extensa escala de tonalidades que hubo de acuerdo a su mordiente (sustancia que se utiliza para fijar el color) y su aglutinante (componente que permite que el pigmento se adhiera al soporte). Un acertado tablero con estambres y telas nos ilustra las amplias posibilidades que se tuvieron para colorear de acuerdo a diversos procedimientos técnicos utilizados.

Las obras (textiles, libros, planos, mobiliario y sobre todo pinturas), siguen un recorrido en orden cronológico. Inicia con una pequeña pieza de tela del periodo prehispánico y continúa con ejemplos desde el Renacimiento hasta fines del siglo XIX. En toda la selección se ha comprobado que fue utilizada la grana cochinilla. En la cédula que las acompañan, aparecen los tipos de análisis y las instituciones que los realizaron (destacan la UNAM y el Museo del Prado). Estos procesos también se explican en varios de los videos que se encuentran en la muestra que se complementan con audios (con duración menor a los dos minutos) y gráficos que nos brindan información que enriquece nuestra visita.

Son varias las obras que pueden llamar nuestra atención que contribuyen a darnos cuenta de la importancia que este pigmento tuvo en la vida religiosa, pero también en el ambiente social de la élite europeas, pues su uso se convirtió en símbolo de riqueza y jerarquía por su alto costo.

Durante el Renacimiento, tanto en Europa como en la Nueva España, las obras religiosas concentraron el uso del pigmento. Obras de Tintoretto, el Veronés o Tiziano, pero también de aquellos que trabajaron en la Nueva España como Cristóbal de Villalpando o Sebastián López de Arteaga. Todas evocan el escenario religioso durante el Renacimiento y el Barroco no sólo en la pintura hispana sino de la flamenca y de la Escuela Veneciana de Pintura.

Destacamos dos obras por su maestría. La Magdalena penitente de Francisco de Zurbarán por el empleo de su iconografía particular. Magdalena está representada por una figura femenina en meditación sobre una mesa cubierta con una gran tela (en rojo, por supuesto). Atinado en la museografía resulta el textil que colgaron junto al cuadro del célebre artista español que también fue teñido con grana cochinilla. Admirar ambas piezas contribuye a apreciar la maestría del pintor en el tratamiento de los paños (es decir, en la manera de representar la caída de las telas de los vestidos, los mantos, las cortinas y los tapices).

La otra obra es un pequeño óleo sobre tabla, Cabeza de Cristo de El Greco, que muestra a un Jesús vestido de rojo en distintas tonalidades, cuyas facciones alargadas dan muestra del manierismo predominante en la obra del célebre artista europeo.

La sala denominada “El color del poder civil” nos muestra una serie de retratos de varios personajes de la mano de grandes artistas del siglo XVII como Pedro Pablo Rubens, Diego Velázquez, Joshua Reynolds, Anton Van Dyck. Esta parte nos muestra el uso de la grana como reflejo de lo que significó el usar telas de esas tonalidades no solo en el mundo civil o aristocrático sino también en el religioso. El púrpura papal representó la importancia de la jerarquía eclesiástica en el mundo.

La sala dedicada al siglo XIX abre con un espléndido óleo sobre tela de William Turner, La visita a la tumba. En la cédula se nos explica que mediante el análisis realizado –y por lo fino de la molienda realizada por el pintor inglés–, no se ha podido comprobar el uso de la grana, aunque en su caja de colores –que también se exhibe– estaba presente el pigmento. En consecuencia, podemos tener la certeza que el artista lo empleó en varias de sus obras.

En esta sala también podemos admirar obras de Delacroix y Gauguin además de un boceto de Cézanne (cuya serie de bañistas, en tonalidades violetas, fue realizado con el pigmento que nos ocupa). Pero sin duda, las dos obras más significativas de esta parte son el retrato de Madame Léon Clapisson de Pierre-Auguste Renoir y La recámara de Van Gogh en Arlés de Vincent Van Gogh. Ambas acompañadas de sendos videos que nos revelan el uso del color a través de la tecnología.

En el caso de la dama pintada por Renoir, se corrobora el uso de la tonalidad como signo de estatus (observemos su vestido, guantes y joyas), además de los avances científicos en que tanto el sillón como todo el fondo fue pintado con rojo mexicano. El paso del tiempo y el uso de las sustancias que lo acompañaron, lo han ido decolorando.

Por otra parte, en la pintura del holandés, todos podríamos pensar que el tinte usado para pintar la tela que cubre la cama fuera grana cochinilla, sin embargo, los estudios han demostrado que fueron las tonalidades violetas de las paredes y el piso, las que fueron formadas con el preciado pigmento que nos ocupa.

La exposición concluye con unas estampas japonesas que también emplearon el tinte y que a fines del siglo XIX constituyeron obras muy preciadas en el mundo (que fueron la fascinación de Van Gogh y de varios más artistas europeos).

Rojo mexicano, el color que invadió el mundo.

rojo mexicano en el arte oriental

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Les recomendamos descargar la App ArtGuide de la exposición y acompañar el recorrido con el playlist de Spotify formado para la ocasión. Para mayor información se puede comprar el catálogo de la muestra (490 pesos) y consultar el micrositio diseñado con motivo de la misma: http://museopalaciodebellasartes.gob.mx/rojomexicano/

Como una sugerencia adicional, no dejen de ver la película Loving Vincent (Cartas a Van Gogh, en español), una película animada realizada por más de cien artistas de todo el mundo (incluida una pintora mexicana), que fue hecha a partir de la obra del pintor holandés. Pueden revisar la nota que realizó el canal DW sobre el tema: https://www.youtube.com/watch?v=53p0afJsq_A

Rojo mexicano. La grana cochinilla en el arte se presenta en el Museo del Palacio de Bellas Artes hasta el 4 de febrero de 2018. Martes a domingo de 10 a 18 hrs. Con credencial de estudiante, maestro y adultos mayores, entrada libre. Entrada general, 60 pesos.

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Alfonso García

Estimada Áurea:
Excelente artículo que nos da a conocer que existen productos que México ha lanzado al mundo, lo cual debe ser motivo de orgullo.
Solo una pregunta: ¿La GRANA COCHINILLA ya ha sido patentada por alguien en México, si es que se requiere una patente? Perdón por la ignorancia.
No queremos que suceda lo mismo que ocurrió con la flor de Nochebuena.
Felicidades.
Saludos.

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