Economía

Una historia de pasión

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Estoy convencido que es un privilegio encontrar una profesión y un trabajo que nos llene de pasión y satisfacciones. Es como la búsqueda del Santo Grial en términos profesionales, lograr identificar esa actividad que no se sienta como obligación sino como parte de la vida misma con momentos buenos y malos, pero al final llena de aprendizajes, crecimiento y automotivación.

Yo ciertamente soy privilegiado por haberme encontrado en esa situación circunstancialmente, no pude elegir en qué trabajar, pero mi profesión me encontró a mí, como a muchas otras personas les ha pasado (o eso deseo). Me he dedicado, esforzado, equivocado y aprendido, mucho. Pero, en efecto, he logrado un hecho difícil, en este contexto. Encontrarme con más de 80 personas que comparten mucho de esa misma situación tan privilegiada, las llamo colegas y tengo el gusto de trabajar con ellos y ellas todos los días.

Jóvenes emprendedores.
Imagen: PA Digital.

Más jóvenes y poco más grandes, lo mismo de México que de Brasil, Colombia, Argentina, Estados Unidos, España. Un grupo de profesionales de primer nivel con quienes compartir retos, pensamiento estratégico, puntos de vista, ideas creativas, filosofía, pragmatismo y, sin duda, valores personales y pasión por la comunicación como una fuente de transformación positiva de la sociedad, de nuestro mundo actual y futuro.

En días recientes, este maravilloso equipo de trabajo ha logrado llevar a la organización que representamos a ser consolidada como la más importante del país en nuestro sector, de acuerdo al ranking de referencia, elaborado por la revista Merca 2.0. Un esfuerzo incansable de 12 años de existencia que, pudiendo parecer poco, ha logrado abrirse camino en un sector que cuenta con compañías con más de 50 años de existencia.

¿Ha sido sencillo?, no; ha sido difícil, cansado y retador, pero también muy divertido, generoso y lleno de aprendizajes. Y como yo lo veo, lo mejor apenas comienza, es un momento clave donde los profesionales de este equipo nos damos cuenta de que ha valido la pena el esfuerzo y el cariño que hemos dado para ayudar a nuestros clientes, amigos periodistas y aliados de negocios.

Motivación profesional.
Imagen: Revista Merca2.0.

Qué privilegio es hacer lo que a uno le gusta, qué importante sería que los más jóvenes que están descubriendo su camino piensen en esto y dediquen tiempo a encontrar su fuente inagotable de motivación profesional; su vocación, marcará su vida y futuro

Ser el primero es bueno, mantenerse resulta aún mejor, ya que exige mucha responsabilidad y brinda mínimo o nulo margen de error, pero cuando uno disfruta su día a día, eso se convierte en un motivador más.

Cuando tenemos la capacidad de disfrutar lo que hacemos, el éxito llegará tarde o temprano.

Wabi-sabi empresarial

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Nada es permanente, nada es perfecto y nada está terminado.
Wabi-sabi (侘・寂).

Nos acostumbramos a entender el concepto de error como una verdadera catástrofe. Lo peor que nos puede pasar es que cualquier cosa que hagamos no salga como originalmente lo planeamos, porque eso ante la sociedad, la familia, los amigos, e incluso los seguidores en nuestras redes sociales, representa el fracaso. Equivocarnos al elegir pareja, al truncar un sueño, al desperdiciar oportunidades, son temores que evidencian ante el mundo nuestra incapacidad de ser exitosos, nuestra falta de ambición o nuestra poca capacidad de prosperar.

En Japón, una de las potencias económicas mundiales, existe un grado de excelencia milimétrica. Mantienen el orden, la ecuanimidad en cualquier circunstancia y valores que marcan la diferencia en campos. Pero hasta ellos aceptan el error como parte de una constante en esta vida, y a ésta la han llamado el efecto wabi-sabi, un término que se originó en el taoísmo durante la dinastía Song en China (960 -1279) y luego se transmitió al budismo zen.

Wabi, quiere decir “la elegante belleza de la humilde simplicidad”, y sabi, significa “el paso del tiempo y el subsiguiente deterioro”, así, se forma un sentido único de percepción ante las cosas que tenemos. Lily Crossley-Baxter, una blogger de la BBC Travel, lo define con la anécdota que vivió durante uno de sus viajes a Japón, cuando estaba ante un maestro alfarero, intentando hacer una taza con bordes que no eran del todo perfectos: “me dijo que dejara la taza así, pero no puedo decir que comprendiera sus motivos”.

“Tiene wabi-sabi”, dijo el alfarero sonriendo, mientras llevaba la taza de barro al horno.[1]

Wabi-sabi es el concepto que busca la belleza dentro de las imperfecciones de la vida y que acepta pacíficamente el ciclo natural de crecimiento y decadencia de todo ser viviente u objeto. Es un tipo de estética japonesa que se podría resumir como sencillez y tranquilidad”.[2]

Wabi-sabi.
Fotografía: Emma Krafft.

Apreciar algo considerado como wabi-sabi logra tres cosas según el profesor Tanehisa Otabe, del Instituto de Estética de la Universidad de Tokio: una conciencia de las fuerzas naturales involucradas en la creación de la pieza; una aceptación del poder de la naturaleza y un abandono del dualismo, la creencia de que estamos separados de nuestro entorno. Estas experiencias permiten vernos a nosotros mismos como parte de un mundo natural, que no está separado por la sociedad, ni por sus construcciones ya que estamos a merced del paso natural del tiempo. “En lugar de ver las abolladuras o las formas desiguales como errores, éstas se ven como una creación de la naturaleza, como el musgo que crece en una pared o un árbol que se curva con el viento”.

Esta manera de ver la vida en Japón ha marcado diversos aspectos de su cultura. No sólo en las obras de arte podemos encontrar wabi-sabi, también en la gastronomía, en la arquitectura, en todo lo relacionado con el urbanismo, ante ciertas circunstancias como la soledad, la melancolía, etc. Nos invita a disfrutar la vida y a ser felices, sin importar que nuestras obras sean perfectas o completas, porque no seremos eternos e incluso el tiempo las deteriorará.

Wabi-sabi en los negocios

Como líderes de una empresa, aceptar los fallos dentro de nuestro trabajo puede ser costoso. No sólo económicamente, también deja lecciones que pueden o no afectarnos a futuro. Esa actitud podría dejarnos mal parados ante nuestros competidores o con los mismos colaboradores, pero si lo tomamos con sabiduría, podemos levantarnos más fuertes, más sabios y seguros de que nuestro paso por la vida requiere el coraje para ser felices. Pero, si aún no sabes por dónde empezar, te dejo estas ideas sencillas para poner en práctica:

  1. Detente un momento y siente lo que estás viviendo. No sólo emocionalmente, admira lo que hay a tu alrededor, saborea tu comida y sé consciente de dónde estás parad@.[3]
  2. Aprende a respirar. Más allá de una simple acción natural de los seres humanos, respira tomando en cuenta todo lo que esta acción implica. Siente cómo entra el aire y cómo puede ayudarte a relajarte.
  3. Ve lo positivo. Aunque suene muy idealista, ver el lado bueno de las cosas siempre ayudará a mantener una actitud diferente a la que la mayoría de la gente está acostumbrada.
  4. No te quejes. Hay situaciones que escapan y escaparán de nuestras manos, aunque seamos los más poderosos, los más fuertes, o los más listos. Siempre habrá algo que salga mal, pero hay que verlo como lección.
  5. Acepta tu vida. No pocas veces me he encontrado con personas que preferirían estar en un lugar mejor, por lo cual se frustran; acepta que estás en el mejor lugar donde podrías estar.
Empresario.
Fotografía: Supercurioso.

De esta manera entendí que no todo lo que está en nuestra obra debe ser perfecto. Esos bordes, esas malas experiencias que solemos ocultar ante la sociedad, forma parte de nuestra propia obra, así que es momento de aceptarla como una parte inherente de nuestro camino. Por eso no te preocupes por el error que cometiste antes o que cometerás en el futuro. Mejor ve la vida como es: simple, con defectos perfectos y acepta todo tal y como se presenta.

Notas:
[1] “¿Qué es wabi-sabi, la particular manera japonesa de ver el mundo y de entender la imperfección como belleza?”. Lily Crossley-Baxter para BBC Travel.
[2] Espai Wabi-sabi. Escuela y espacio de difusión de la cultura japonesa.
[3]Wabi-Sabi, el secreto japonés de la felicidad”. Ricardo Segura, EFE Reportajes para El Tiempo.

Decreciente captación de IED mundial y del TLCAN

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“De ninguna manera volveré a México, no soporto estar en un país más surrealista que mis pinturas”.
Salvador Dalí.

Tradicionalmente, México ha sido un importador neto de capitales debido a que no genera suficiente ahorro interno para financiar adecuadamente su desarrollo, por esta circunstancia, tiene que recurrir a la captación de inversión extranjera dado que estos flujos, al complementar al ahorro interno, contribuyen a propiciar el crecimiento económico; impactan favorablemente la balanza de pagos con la entrada de divisas, refuerzan las reservas internacionales y el tipo de cambio; crean activos fortaleciendo a la planta productiva; incrementan la oferta de productos, crean mayor competencia al aumentar la eficiencia de las empresas, generan productos a precios competitivos y reducen la inflación.

También generan transferencia de tecnología en los procesos de administración y producción; proporcionan canales de distribución en el país de origen del capital; y lo más importante es que generan empleos y ayudan a  elevar el nivel de vida de la población en el país receptor.

Así, en 1990 se decidió iniciar la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, cuyos objetivos generales eran establecer un área de Libre Comercio en América del Norte, la región que constituía el mercado más grande del mundo a fin de lograr una integración comercial y productiva aprovechando las ventajas comparativas de cada país en la producción compartida; incrementar la competitividad en la producción de bienes y servicios en el mercado regional y en el internacional; incrementar la captación de flujos de inversión extranjera directa en la región; y generar empleos y elevar la calidad de vida de la población.

TLCAN 1992.
De izquierda a derecha: Carlos Salinas, George W. Bush y Brian Mulroney, en la firma del TLCAN, 1992 (Fotografía: Expansión).

Durante el primer año de vigencia del TLCAN, parecía que el objetivo de captar crecientes flujos de IED se iba lograr pues la cifra captada fue de 10,647 millones US equivalente al. 3.73% del total de la IED mundial, misma que fue superior a la de 1993 de 4,900 millones US, que sólo representó el 2.07%; sin embargo, a partir de 1995, la proporción mostró una tendencia variable y decreciente que en 2017 fue de 2.08% en tanto que en el periodo 1994/2017 fue de 2.14%.

Este bajo nivel de captación de IED mundial también se reflejó en la relación con Estados Unidos, nuestro principal socio y el más cercano, pues en 1994 sólo captamos el 6.76% de los capitales que invirtió en el extranjero, con el agravante de que ese porcentaje también fue decreciente y, en 2017, se redujo a 4.06%, situación que también se presentó con Canadá en que la proporción cayó de 7.95% a sólo 3.51%.

Así, el porcentaje de capital procedente del TLCAN entre 1994 y 2017 se redujo de 6.89% a 3.96% y, el promedio de captación durante el periodo fue de sólo 4.96%.

Comentarios

Ninguno de los 5 objetivos planteados al negociar el TLCAN se ha logrado a la fecha debido a que no hubo complemento alguno que permitiera aprovechar las supuestas ventajas negociadas, en este caso en que estamos hablando de la inversión extranjera directa, la situación es muy preocupante pues Estados Unidos es el país más importante en la generación de IED a nivel mundial, sin embargo, nuestra captación de flujos de ese origen es decreciente, situación que también se manifiesta en la desaparición de más de 2,500 empresas exportadoras de nuestro país, 900 de ellas maquiladoras, en su mayor parte de origen norteamericano.

Sin duda, el marco sistémico deficiente ha incidido negativamente en la competitividad de nuestro país, mismo en el que la pésima calidad de las instituciones ha sido un factor determinante provocado por la también pésima calidad de sus funcionarios que, por ello, son incapaces de generar estrategias con programas, proyectos y políticas públicas que incidan positivamente en la atracción de IED y el desarrollo económico del país, por eso, los enormes retrocesos en todas las variables económicas de México, particularmente a partir del año 2001.

También es importante señalar que parte sustancial de la IED que recibe México es de mala calidad, pues incluye numerosas operaciones de adquisición de activos que, en ocasiones, generan eliminación de puestos de trabajo por la aplicación de tecnologías más desarrolladas y por la reestructuración de las empresas con los nuevos funcionarios originarios del país de la inversión; muchas veces la adquisición de activos no crea nuevas plantas ni nuevos empleos; normalmente la adquisición de activos se realiza sobre empresas sanas que dominan el mercado y a la larga, la inversión extranjera genera salida de divisas por la transferencia de beneficios que realizan las empresas extranjeras establecidas en el país.

Conviene señalar que cuando mayor proporción de IED mundial captó nuestro país fue en los años 2001 y 2002, con la venta de los bancos privatizados mexicanos a los bancos extranjeros.

Flujos de inversión.
Fotografía: Diario Los Tuxtlas.

Apuntes finales

La existencia del TLCAN no ha influido positivamente en la captación de flujos de IED porque no hubo estrategia alguna con ese objetivo, como tampoco la hubo para hacer más competitivo a nuestro país debido a la concepción dogmática de nuestros altísimos funcionarios quienes señalaban que con la apertura, los precios internos se alinearían con los externos, además de que así, los empresarios contarían con insumos a precios competitivos para abastecer al mercado interno y para la exportación, lo que en la realidad generó una competencia desleal para la planta productiva nacional que ha tenido que trabajar en un medio sistémico nada competitivo que genera costos muy superiores a los de la competencia que viene del exterior.

Por eso el decreciente valor agregado neto mexicano en los bienes orientados a satisfacer al mercado interno así como al de exportación, ha convertido a México en un maquilador básico que realiza fundamentalmente, labores de ensamble, ya que las empresas transnacionales establecidas en nuestro territorio, aplicando políticas corporativas muy exitosas, realizan operaciones intrafirmas, utilizando nuestro territorio como un centro de costos.

Sin duda, la tarea a realizar por la 4ª Transformación es muy difícil pues tendrá que eliminar la improvisación y simulación que ha caracterizado a nuestra política y estrategia de promoción de las exportaciones y la IED en los 25 años más recientes, en que estas funciones han sido ejercidas por improvisados burócratas habilitados como “expertos” en comercio internacional y en promoción de inversiones.

¿Cuentos chinos?: El regreso al vecindario

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La disputa comercial entre Estados Unidos y China tiene casi veinte años, aunque se crea que comenzó con Trump. Tal disputa se ha agudizado en el contexto del cambio estructural económico, financiero y comercial del mundo, particularmente a raíz de la crisis financiera de 2008 y de las políticas proteccionistas que dio paso.  El diferendo políticamente se hizo evidente desde el gobierno de George Bush, entonces con el reclamo de la manipulación del tipo de cambio a la baja del yuan frente al dólar, que permitía abaratar las importaciones procedentes de China. Posteriormente, el ex presidente Obama creyó que era fácil disciplinar comercialmente a China y fallidamente trató de evitar las prácticas comerciales desleales de ese país asiático.

Finalmente, Trump ha aplicado la vieja técnica de aranceles a las importaciones para lograr un mejor equilibrio del comercio exterior de Estados Unidos, relevantemente con China, con el que mantiene un déficit de más de 400 mil millones de dólares. Así, la profundización de las acciones comerciales de Estados Unidos contra China ha generado amplia preocupación internacional.  No tan sólo por sus repercusiones sobre el volumen del comercio, sino también por el cambio de paradigma económico hasta 2008 imperante.

En estos más de cuatro lustros han corrido historias y cuentos haciendo olvidar razones y factores económicos evidentes en las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China. En estas tribulaciones, México ha perdido la visión de ser parte del vecindario de Estados Unidos y las oportunidades enunciadas por el cambio económico estructural vivido a partir de la crisis financiera. Por lo que un poco de historia y de identificación de carencias en las entendederas nacionales podría dar luz sobre las oportunidades mexicanas normalmente desperdiciadas, frente a la tan traída y llevada disputa comercial entre Estados Unidos y China.

Obama y Bush.
Los ex presidentes Barack Obama (izquierda) y George Bush (derecha) (Fotografía: The Hill).

Las Naciones Unidas (NU) dieron a conocer en su informe 2013 sobre la inversión extranjera directa (IED), elaborado por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Comercio y Desarrollo (UNCTAD), un hecho y una posibilidad comercial e industrial favorable para México, entonces y ahora. El informe presentó hallazgos sorprendentes para los países en desarrollo y un cambio estructural en materia industrial que se esperaba tendría profundas repercusiones para Estados Unidos y China, así como posiblemente para México, durante los siguientes veinte años.  Mismos de los que ya han transcurrido casi la tercera parte.

De acuerdo a la UNCTAD, la “inversión extranjera directa declinó en 2012, principalmente debido a la continuada fragilidad macroeconómica (internacional) y a la política de incertidumbre para los inversionistas”, siendo el pronóstico que la inversión a nivel mundial aumentaría de manera moderada en los siguientes dos años (World Investment Report 2013, Global Value Chains: Investment and Trade for Development, UN).  La IED global cayó en 2012 en 18%, por lo que se pronosticó que en 2013 se mantendría por arriba de $1.45 billones de dólares.

El informe enfatizó que la situación global enmascaraba la fotografía real de los cambios mayores que se habían generado; en 2012 por primera vez los países en desarrollo absorbieron más inversión extranjera directa que los países desarrollados.  Situación que marcó un punto de inflexión en los flujos de capital por el crecimiento de los países en desarrollo frente a las escuálidas tasas de crecimiento de los países desarrollados. En contraste, también los países en desarrollo generaron la remisión de casi una tercera parte de los flujos globales de inversión extranjera directa, continuando una tendencia creciente que se estimaba continuaría. Al tiempo que los países en desarrollo recibían en conjunto crecientes montos de inversión extranjera directa, también eran fuente de inversión extranjera hacia otros países. Hecho que hoy es manifiesto ante las inversiones externas de México en otros países y la remisión de utilidades.

En el Informe se indicó que la definición de las políticas nacionales de inversión se dirigió hacia nuevas estrategias para facilitar la inversión extranjera como un medio para crear capacidad productiva y desarrollo sostenido. Numerosos países reforzaron el ambiente regulatorio de la inversión extranjera, haciendo mayor uso de políticas industriales en sectores estratégicos. En este contexto se explica la reforma energética aplicada por Enrique Peña Nieto, aun cuando México desde 1992 se ha carecido de una política industrial integral, habiendo seguido en su lugar una política comercial alienada de apertura del mercado interno.

Caida libre.
Imagen: Raconteur.

Emblemáticamente, en el Informe se afirmó que el nearshoring para México estaba en aumento, entendido como la práctica de traer las operaciones de manufactura más cerca de los mercados domésticos, en este caso de Estados Unidos. Al nearshoring, también denominado retorno al vecindario (“La inversión de ida y vuelta”, Jorge Eduardo Navarrete, La Jornada, jueves 4 de julio, 2013), en México levantó ímpetu para que más compañías manufactureras buscaran vías para reducir costos, operando más cerca del mercado de Estados Unidos, incluidas las compañías coreanas y chinas.

El proceso de nearshoring, de acuerdo al Informe, se debió a tres factores fundamentalmente relacionados con China.  Un factor fue el rápido crecimiento del costo de la mano en China que hubo hecho menos atractivo industrialmente a ese país, después de haber significado la más grande relocalización de “offshoring” (trasplante) industrial del mundo. El segundo factor fue el elevado y volátil costo del petróleo, que hizo que el transporte de bienes en el Océano Pacífico resultara menos atractivo. Baste recordar que a fines de la década de los 90 del siglo pasado, el precio del barril de petróleo estaba un poco por debajo de los diez dólares y que antes de la crisis financiera rondaba arriba de los noventa dólares, casi 10 veces más, estando ahora en el rango de los 60 dólares. Finalmente, el tercer factor identificado en el Informe fue la apreciación del yuan chino contra el dólar.

Con el nearshoring México resultaba, se decía, el país más favorecido para la nueva localización de manufacturas, aún más que Estados Unidos en sí mismo. Tal situación favorable podría haberse reducido entre los dos países por los costos de transacción de la economía mexicana, sus costos de financiamiento y la energía.  Ahora la afectación por la política proteccionista de Estados Unidos pregonada por el presidente Trump, que explica la revisión del TLC en su afectación al sector automotriz.

Dentro de esta tendencia y ambiente de cambio industrial global presentado en el Informe, se destacó que México aún mantenía un retraso en relación a China, en términos de las opciones de la localización manufacturera.  En tanto China ofrecía, como hasta hoy, la importante ventaja de una cadena de oferta más profunda, en México las compañías internacionales siguen teniendo problemas para encontrar proveedores locales de partes y empacado.  Además, contrario a lo que sucede en China, en donde el gobierno identifica “industrias pilares” y las apoya, en México las pequeñas compañías que están ansiosas de iniciar o hacer crecer sus negocios y establecer relación con compañías extranjeras sufren la falta de acceso al financiamiento, capacitación y orientación. Hecho reconocido ahora públicamente por el presidente de la República y el secretario de Hacienda y Crédito Público.

Fotografía: T21.

Si el informe pudo dejar un claro mensaje para México, es que las compañías manufactureras internacionales estarían más enfocadas regionalmente a diversificar su presencia manufacturera y servir a los mercados regionales, dados el incremento en el costo de transporte y el tipo de cambio y no sólo el costo de la mano de obra.  Los mercados, así se infería, se irían enfocando regionalmente, por lo que México siempre tendría la ventaja de su proximidad geográfica y la preeminencia de un acuerdo de comercio con Estados Unidos. Por lo que era dable decir, hace más de un lustro, que sólo le faltaba hacer a México su tarea que tanto ha sido postergada, y aprovechar las decisiones de política económica que Estados Unidos anunciaba ya con respecto a China.

En el contexto netamente de Estados Unidos, desde el inicio de 2012 el ex presidente Barack Obama en el discurso de State of the Nation se comprometió paradigmáticamente a lograr una economía reconstruida sobre las manufacturas americanas. Con tal pronunciamiento, como fue consignado oportunamente en este medio, sin ambages Obama señaló que “tenemos la enorme oportunidad, en este momento, de regresar la manufactura” al país. Tal como lo hizo a lo largo de su discurso, se mandó el claro mensaje de que la dependencia de importaciones de Estados Unidos con respecto a China disminuiría, significando la clara voluntad política de buscar una reindustrialización americana. Tal dependencia era desde 1986 ya evidente, cuando China era el tercer exportador de importancia a Estados Unidos.  El compromiso de Obama debió haber parecido a muchos inalcanzable y sumamente pretenciosa. Sin embargo, dados los cambios económicos internacionales que han ido aparejados con la crisis iniciada desde 2008, tales palabras fueron estructuralmente concretándose lentamente.

Así, no debemos dejar de tener presente que de 1994 a la fecha el paralelismo entre China y México evidencia un éxito y una fallida oportunidad económica y comercial.  En tanto México con Tratado de Libre Comercio México resultó ser simplemente un país maquilador, China aprovechó industrialmente su apertura al exterior. El enorme superávit comercial que México tiene con Estados Unidos, del orden de $150 mil millones de dólares, prácticamente se ha diluido con los crecientes déficits que enfrenta con China y otros países, especialmente del sudeste asiáticos, tales como Corea, Vietnam, Tailandia, sólo para dar tres ejemplos emblemáticos (Arnulfo R. Gómez, diversos ensayos).

Ello se explica al considerar que en tanto en 1991 el valor agregado nacional de la manufactura en México era de 1.3% y China alcazaba 2.6%, en tanto para 2015 tales proporciones alcanzaron 1.85% y 23.9%, respectivamente (José Luis de Cruz Gallegos, IDIC, abril 2019). Obviamente China desarrolló una manufactura con mayor contenido nacional y México se tornó en un país maquilador.

Guerra comercial.
Imagen: DF. El Diario de Finanzas.

Por la falta de una clara estrategia económica e industrial, México se volvió un gran país maquilador y una economía dependiente. Para China, Estados Unidos se volvió su gran comprador y México también. Por ello es factible preguntarse si el vecindario del sur no terminó siendo realmente un caballo de Troya para la economía norteamericana. Es claro para México que necesita una política integral, comenzando por el financiamiento para aprovechar el nuevo tratado: política comandada por el nearshoring. A ello habría que agregar la infraestructura de parques industriales, comunicaciones y energía, sin olvidar la capacitación y asesoramiento empresarial por parte del gobierno.

De hacerse así, la mitad de la tarea, la política industrial, estaría ya resuelta por el lado de la demanda de Estados Unidos, dado que México ha sido desde 1995 reacio a establecer una política específica en la materia y de aprovechamiento de sus ventajas comparativas dinámicas. Los afanes de no intervención económica, producto del blackboard econonomics, de que los mercados operan “automáticamente”, han sido finalmente obviados después del gobierno de Enrique Peña Nieto. Únicamente queda, por lo tanto, que la llamada “Cuarta Transformación” asuma el reto de promover realmente el crecimiento y el empleo nacional, de manera racional.

Con el nearshoring el rumbo y destino económico para México parecían al inicio de los 2010 estar resueltos, sin embargo, ello no aconteció así. Una década perdida más. Ante las nuevas circunstancias económicas, hoy se debería asumir razón y lógica económica para aprovechar de una vez por todas las ventajas históricas y las ventajas comparativas dinámicas que significa estar geográficamente al lado de Estados Unidos y tener en ciernes un nuevo Tratado comercial con la economía más grande del mundo.

Guerra comercial.
Imagen: NAI México.

Hagamos votos porque nuestros gobernantes así lo consideren, ante el evidente regreso industrial al vecindario y las políticas comerciales asumidas por el presidente Trump frente a China.  Frente al nuevo Tratado, que para los Estados Unidos es un Acuerdo, es obvio que el regreso al vecindario estructuralmente es una ventaja que México debería aprovechar.

La “guerra” comercial de Estados Unidos con China tendrá repercusiones instrumentales que habrán de llevar años dirimir y resolver. ¿Dónde están los parques industriales y agroalimentarios mexicanos para aprovechar la circunstancia económica regional? ¿Cuál es la política energética y de disponibilidad de agua para tales fines? ¿Dónde está la banca de desarrollo que permita financiar el cambio económico de México?

En tanto nos sacudimos las entendederas públicas y privadas, debemos ser pragmáticos y entender que la política industrial y de innovación de Estados Unidos debe ser de free rider (aventón gratuito) para México. Esta nueva oportunidad histórica no debe ser desperdiciada, frente a las tribulaciones nuestras y los enconos que todos los días alientan al fracaso.

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Publicado originalmente en El Semanario en 2014, como la “Inversión Extranjera y el Regreso al Vecindario.”

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Tomar el sol sin bloqueador

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¿Quién que haya ido a la playa no ha padecido los efectos del vital y bello sol? El color dorado que genera en nuestra piel, sin duda es sinónimo de un buen descanso, relajación, e incluso hasta envidias genera. Sin embargo, en muchas ocasiones nos hemos desprevenido sin usar productos adecuados para, además de broncearnos, podamos también protegernos. Por eso, en vez de relajarnos nos estresamos y hasta sufrimos del dolor y ardor que se siente por nuestra piel quemada.

Una primaveral y hasta veraniega analogía, me da pie a reflexionar acerca de lo que las organizaciones hacen para actuar en situaciones de crisis. En mi experiencia, los criterios que nos permiten evaluar si una situación se debe denominar así son dos:

  1. Debe afectar (o tener potencial de) la continuidad de las operaciones de nuestra organización y/o,
  2. Puede afectar la reputación de nuestra organización.

Casi cualquier otro hecho fuera de esta clasificación, no es crisis.

Estrategia empresarial.
Imagen: Management Journal.

Dicho lo anterior y continuando con la analogía, ¿qué tanta atención ponemos en los preparativos de nuestro largo viaje? Sin duda tendemos a enfocarnos en lo más obvio: tener un hotel listo y pasajes para llegar a nuestro destino, que harían las veces de tener un negocio con clientes y colaboradores. Mientras que esos elementos existan, nada nos preocupa y nos parece que el viaje será placentero y exitoso.

El riesgo de la obviedad y la inercia de resolver el día a día de las organizaciones muchas veces limita la capacidad de prevención y atención al detalle que, en diversas ocasiones, es lo que nos permite regresar una y otra vez, cada año, al tan añorado destino de descanso. Puede ser que los primeros tres viajes nos salgan como planeamos y ganemos confianza, pero puede convertirse en una peligrosa confianza que nos lleva a tomar cada vez menos precauciones, dejamos de revisar las condiciones del transporte en que iremos a nuestro destino y hasta las propias condiciones climáticas del mismo puede ser incluso que nos parezca que nuestra piel está más que acostumbrada al sol y decidamos dejar de aplicar algo que nos proteja.

Así de simple y sencillo me ha tocado ver cómo diversas organizaciones dejan de prestar atención a detalles que dieron por sentados o que simplemente se cuestionaron si realmente merecía la pena invertir en ellos y dejaron de hacerlo.

Plan de estrategia.
Fotografía: Aicad Business School.

Es entonces cuando lo imprevisto sucede, y mientras que el negocio y el día a día sigue su curso, al cabo de un par de horas sentimos los dañinos efectos de una sobreexposición a la luz solar y, peor aún, nos vemos obligados a acudir al médico, asustados, esperando que de la manera más rápida y eficaz nos alivie con un remedio casi mágico que debería tener listo y no fallar, pues para eso es médico. En el mejor de los casos, el experto nos ayudará y efectivamente aliviará nuestro sufrir, pero eso no garantiza que no quede alguna cicatriz.

Una marca debe ser un recordatorio de lo relevante que es cuidar los pequeños detalles de la organización y del viaje que a través de ella emprendemos. Desafortunadamente pocos directivos se detienen a invertir tiempo, recursos económicos y esfuerzo en preparación, blindaje y gestión de riesgos. El mejor riesgo es aquél para el que estamos preparados.

Casi es vital que esa marca quede para ser capaces de verla en el espejo y tener un recordatorio de lo peligroso que es tomar el sol sin bloqueador.

TLCAN, T-MEC, reforma laboral, improvisación, simulación

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Ellos se ríen de mí porque soy diferente
y yo me río de ellos porque todos son igualitos.

El tema laboral en nuestro país es un asunto cotidiano que ha cobrado enorme importancia ahora que nos han condicionado la firma del T-MEC a una reforma laboral, misma que debió haber sido pensada a partir de 1994, cuando entró en vigor el TLCAN, a fin de hacer convergente nuestra legislación con la de Canadá y Estados Unidos, así como incrementar la competitividad de México, favorecer la creación de empleos y elevar el nivel de vida de la población.

Con el objetivo de que se pudiera cumplir con ese proceso y sus objetivos, en marzo de 1991, siendo Consejero Comercial de México para Quebec y las Provincias Marítimas de Canadá, envié a Bancomext, a la SECOFI, al Consejo Empresarial Mexicano de Asuntos Internacionales (CEMAI), a la Secretaría del Trabajo, a diversos organismos empresariales y al Embajador de México ante la Organización Mundial del Trabajo, entre otros, el “Estudio Comparativo de la legislación laboral de aplicación general en Canadá, Estados Unidos y México”, (Comparison of Labour Legislation of General Application in Canada, The United States and Mexico), elaborado por el Ministerio del Trabajo de Canadá.

Conviene señalar que el Foro Económico Mundial nos habla de la competitividad de las economías señalando la importancia que en este aspecto juega el empleo y los factores que influyen en él como la flexibilidad del mercado laboral pues, a través de este, se busca estrechar la cooperación entre los patrones y los sindicatos, flexibilizar la ley de contratación y separación de los empleados, y la alineación entre salarios y productividad.

Desgraciadamente, parece que la información contenida en ese estudio comparativo de nada sirvió –ni tampoco los 25 años que han transcurrido desde la entrada en vigor del TLCAN–, pues Canadá y Estados Unidos, en materia de flexibilidad del mercado laboral, en 2016 se ubicaron en las 7ª y 3ª posiciones a nivel mundial, en tanto que México, lejanamente ocupó el 105º escalón entre un total de 137 países que fueron objeto de análisis por parte del Foro Económico Mundial.

Como siempre, todo a la carrera y con enorme improvisación en nuestro querido país, ya que en lugar de ponerse a trabajar en estos temas desde hace 25 años, nuestros altísimos funcionarios y teóricos del comercio exterior han ejercido su actividad con base en la simulación, la improvisación y una enorme frivolidad, y sólo hasta ahora, las autoridades y organismos mexicanos han reaccionado al verse presionados para realizar cambios al respecto.

TLCAN
Imagen: Milenio.

El TLCAN era el proyecto más importante para el desarrollo de México, pero al no haber complemento alguno que nos permitiera aprovechar las supuestas ventajas negociadas, ninguno de los objetivos planteados se ha logrado a la fecha, pues no ha habido la integración comercial ni productiva que se planteaba como primer objetivo para generar más valor y riqueza en México y en la región, debido a que no se aprovecharon las ventajas comparativas ni se desarrollaron ventajas competitivas; consecuentemente, tampoco se logró mayor competitividad ni se captaron mayores flujos de inversión extranjera, por lo que el objetivo final de crear más empleos y elevar el nivel de vida de la población tampoco se ha logrado.

Todo esto, debido a que no hubo estrategia alguna ni un complemento adecuado pues, irresponsablemente, los altísimos funcionarios mexicanos se dedicaron a firmar TLC’s que presentaron el mismo problema que el TLCAN: carencia de una estrategia para capitalizar las supuestas ventajas negociadas.

Así, a partir de 1994, compulsivamente se firmaron TLC’s hasta alcanzar la cifra de 54 países, con 39 de los cuales, en el periodo 1993/2018, se acumuló un déficit de -844,535 millones US, periodo en el que México también cayó como economía mundial al pasar de la 9ª a la 15ª posición.

Específicamente en materia de empleo, durante la vigencia del TLCAN la población económicamente activa se incrementó en 22.37 millones de personas, en tanto que la creación de puestos de trabajo formales, incluyendo a la burocracia y a las fuerzas armadas sólo alcanzó la cifra de 10.94 millones, generando un déficit de 11.43 millones empleos formales, equivalente al 51% de los puestos de trabajo que era necesario crear en función del crecimiento de la PEA.

En resumen, ninguno de los primeros cuatro objetivos del TLCAN se lograron y, en consecuencia, el objetivo final del TLCAN de crear empleos y elevar el nivel de vida de los mexicanos tampoco, la pésima calidad de las instituciones públicas y de sus funcionarios es un freno total a la creación de políticas públicas que reducen la pesada tramitología, y son también un freno a la creación de una estrategia de comercio exterior, con programas y proyectos realistas.

Anexo a la presente, encontrarán una copia de dicho estudio que estoy seguro les resultará de interés y utilidad.

Por cierto, los únicos que en su momento agradecieron el envío del estudio realizado por el Ministerio del Trabajo de Canadá, fueron el entonces Presidente del Comité Bilateral México Canadá del CEMAI, Don Gustavo de la Serna; el Excelentísimo Embajador Roberto Casellas Leal, Asesor para Asuntos Internacionales del titular de la STPS y el Embajador de México ante la OIT, el Excelentísimo Señor Pedro Vargas.

Aprovecho la ocasión para agradecer a mi amiga y catedrática de la Universidad Anáhuac, Ing. Telma Bernárdez, su invaluable cooperación para la elaboración de este análisis.

Anexos:
Comparación legislación laboral Canadá, EE.UU., México, 1991.
Comparativo México 2017_ Principales variables económicas competitividad.
México_Población económicamente activa y empleo.

Personas polivalentes

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No puedes conseguir más que nadie… Haciendo lo mismo que todos.
Anxo Pérez (escritor español).

Formar parte de una u otra generación (Baby boomer, X, Xennial, Millenial, etc.) representa formas de pensar, de actuar y de comprar. Los boomers eran bombardeados por vendedores de puerta en puerta y por la radio, la Generación X por propaganda en televisión y los millenials en promedio, reciben de 3 a 5 mil impactos publicitarios diarios, desde que se levantan, hasta el último minuto en que tienen encendido el móvil en casa. Las opciones comerciales que tenemos hoy en día han crecido en diversos aspectos, no sólo a la hora de preferir una marca u otra, se trata de encontrar mayor mercado para la venta de productos por diversos medios, algo de lo que están conscientes las empresas. Pero, se han preguntado ¿por qué estamos en la era de la tecnología, comprando como nunca? La respuesta está en una de las más viejas respuestas a todo lo que existe en el mundo: si hay gente que lo quiere, habrá gente que lo haga. Así de simple se han creado de la nada, imperios que inician en un garaje, y terminan como una de las empresas más grandes del mundo: emprendimiento lo llaman algunos.

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Imagen: Estrategia & Negocios.

¿En dónde está el gen emprendedor?

En las ganas de salir adelante. Las personas que han pasado su vida ideando cómo cambiar el rumbo del mundo con plataformas que te ayudan a resolver problemas o solucionando vidas, son las que hoy por hoy tienen el futuro en nuestras manos, así innovar forma parte de su ADN y se verán siempre apuntando a los más altos estándares de calidad, precio, información y, ¡claro!, ganancias económicas. Pero ¿quiénes son los que nos han empujado a crear el mundo como lo conocemos? Steve Jobs decía que eran los “locos”, pero a mí me gustaría hablar de que son empresarios y/o emprendedores polivalentes.

Visto desde el punto de vista físico y químico, una sustancia polivalente es aquella que, al entrar en contacto con otros elementos, forma aleaciones y, así, nace como un nuevo elemento con características propias y con diferentes propiedades. En términos médicos, se trata de una sustancia que puede resarcir uno o más efectos negativos en el cuerpo humano (por ejemplo, la mordida de una u otra raza de serpientes, vacunas que protegen el organismo de diferentes enfermedades, etcétera). Incluso, en la matemática se encuentra esta polivalencia cuando se toman por ciertos dos argumentos de la lógica. Esta polivalencia, entonces, es la capacidad de encontrar el valor y de convertirse de una forma o de otra en lo que necesitamos que sea.

En el ámbito deportivo, los atletas polivalentes son quienes juegan extraordinario en una posición o en otra. El valor de estos jugadores es mayor cuando crean esa polivalencia y hacen ganar a sus equipos, reconociendo la importancia de jugar bajo un mismo escudo. De esta manera, considero que los emprendedores y, más los empresarios, tienen que saber sacar su polivalencia para transformarse, cambiar de piel sin el miedo que eso podría representar para todos.

Empresario polivalente.
Imagen: Clarín.

De acuerdo con la Química, el hierro es forjado con el calor. Si a éste le imprimes un poco de carbono se crea el acero; un metal más pesado y resistente que el original. Así, las personas vamos obteniendo conocimientos conforme a la preparación, las experiencias y los matices que encontramos en nuestro camino, como lo que forma nuestro contexto específico.  Por ello, si estás en algún momento donde no encuentras cómo cambiar el rumbo que tienes en tu trabajo, o incluso en tu vida personal, te dejo los siguientes tips para encontrar las primeras ideas para volvernos emprendedores, empresarios y/o personas polivalentes.

  1. Edad y emprendimiento:

La primera lección que debes tomar en cuenta es la siguiente: “la edad no es nunca un impedimento”.  Algunos emprendedores iniciaron con su idea a los 18 años o menos, pero también es cierto que otros empezaron más allá de los cuarenta años, por lo que la edad como nos han dicho antes, “sólo es mental”, incluso para el emprendimiento.

  1. Motivación laboral:

Si bien es cierto que la edad no es un impedimento, es necesario encontrar el catalizador que nos hará cambiar el chip para encontrar lo que queremos (si es que aún no lo encontramos). Por ello, es preciso encontrar nuestras pasiones e impulsarlas por medio de actividades que nos ayuden a alcanzar los objetivos.

Empresario polivalente.
Imagen: Marketing Week.
  1. Planificar el cambio:

No sólo se trata de capacitarnos en el área de nuestro interés y salir de nuestra situación actual, hay que trabajar a la par. No es sencillo, es, sin duda, el paso más complejo para algunos, pero al hacerlo, empezaremos a cambiar nuestro valor, nuestra valencia como seres humanos.

  1. Volvernos polivalentes:

En palabras de Alfonso Alcántara,* bloguero especializado en temas de cambio empresarial y emprendimiento, la polivalencia no es un concepto contrario al de especialización, en realidad, la polivalencia es la capacidad de especializarse pronto.

Entre las competencias básicas, él destaca el manejo de idiomas, las matemáticas, la estadística, la ofimática avanzada (también en la nube), la productividad personal, la colaboración 2.0 y el trabajo en equipo, las habilidades sociales y el networking, la mecanografía y la programación informática. Por ello, si estás pensando en cambiar de aires y modificar el rumbo de tu vida, te invitamos a que confíes en la polivalencia y te prepares aún más para alcanzar el éxito.

Notas:
* https://yoriento.com/2018/05/guia-viejenial-millennial-empresa-vida-profesional.html/