Factor Sociedad

De intereses y cuerdas vocales

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No se perdió la magia, lo que pasa es que se descubrió el truco.
 Candidman.

En Latinoamérica, las ideológicas debieran ser un tema de interés permanente en las escuelas. Me refiero al estudio de las ideologías y sus intereses, sobre todo del siglo XX a la actualidad.

No hablo de filosofía ni de historia política sino de estadísticas políticas para hacer análisis comparativos de los gobernantes. De manera específica, ubicar creencias, juicios, planes de gobiernos y resultados concretos.

Con las nuevas tecnologías no es difícil encontrar datos objetivos porque hay lluvia de información mediática (actualizada), institucional (organismos gubernamentales e internacionales), y científicas (independientes).

Educar objetivamente a los estudiantes de hoy les permitiría a los votantes tomar decisiones electorales inteligentes y libres sobre consecuencias, no sobre propósitos y discursos. En ese sentido, los indicadores serían los factores objetivos, no los fanatismos.

intereses y fanatismo
Ilustración: Milenio.

Muchos factores históricos han sido derivaciones subjetivas, no la verdad objetiva. Por eso existen varias visiones de un mismo hecho. En la actualidad es más difícil el sesgo. Verbigracia, las situaciones socio-política-económica-culturales actuales, donde según el apego político e interés se escriben las páginas. Pero los datos ahí están pese a lo que argumenten los fanáticos.

Y es que los resultados electorales históricos (las alternancias recurrentes) evidencian que los líderes (de izquierda o derecha) no llegan al poder por la convicción ideológica de los electores,  más bien esgrimen que toman decisiones sobre la base del respeto al pueblo que los eligió, porque –según ellos– éste está de acuerdo con sus formas de pensar.

Sostengo que esto no es cierto, de lo contrario, ¿por qué las alternancias? Aunque haya quienes opinen que 4, 5 o 6 años no son suficientes para demostrar resultados, el que es buen gobernante no necesita la eternidad para demostrarlo, y el mal gobernante ni dejándolo de por vida.

Aquí la cuestión es que si los proyectos son buenos –como dicen–, por lo menos el partido en el poder debiera ser reelecto sin manipulaciones, sin lavado de cerebros, engaños, clientelismo, fraudes ni argucias.

En la práctica, los electores votan por factores envolventes. La gran mayoría no vota racionalmente o por convicción, sino por afición a los candidatos, por filiación, relación o por decepción.

intereses politicos
Ilustración: Europa Press.

Otra fórmula que ha llevado a muchos al triunfo electoral son las campañas negras, sucias o de contraste, no por convicción ideológica y sí por intereses particulares.

Yo no he sabido que en Latinoamérica una elección haya ganado porque los electores en su mayoría digan: “voto por Fulano, por su pensamiento smithsianista” (Adam Smith, ideólogo del capitalismo), o que en el esquema democrático salgan a las calles a defender a alguien por su convicción marxista (Carlos Marx, ideólogo del comunismo). ¡No!

Los electores en su mayoría no son dialécticos. La gran mayoría ni siquiera sabe de los ideólogos que impulsaron los sistemas, por lo mismo no votan por las ideologías sino por sus propios intereses y beneficios. Y precisamente lo que debería evitarse es la ignorancia del pueblo.

Es más, de acuerdo a estudios empíricos que yo mismo realicé, ni siquiera votan por el bien de la nación o el país. Al votante sólo le interesa su propio beneficio, y cuanto más el de su familia, de manera que si no encuentra privilegios personales es fácilmente utilizado y arropado por el discurso del nacionalismo, del patriotismo, el desarrollo, y el progreso que otros sustentan con su ideología. ¿Les suena familiar?

Discurriendo sobre las tormentas del poder en América Latina

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Aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo.
 Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana.

Sería bueno hacer un cuadro comparativo (ya no me dio tiempo) acerca de la alternancia del poder en América Latina por lo menos de los últimos cincuenta o sesenta años. Y es que, con quien he tenido la oportunidad de hablar del tema político me dice y asegura que nunca la región (Latinoamérica) había estado tan convulsionada. Yo sostengo que es una constante, aunque no hemos logrado estar como hace cinco o seis décadas atrás.

Fueron tiempos en que los gobiernos eran más proclives a la derecha con dictaduras militares pro estadounidense. Por lo que se generaron movimientos sociales que luchaban por la dignidad humana en beneficio –sobre todo– de los obreros y campesinos, procurando que llegara a gobernar la izquierda. En aquel entonces las hostilidades eran más crudas, aunque se tropicalizaban los movimientos.

En el fondo de las luchas sociales se gestaban las revoluciones. Proliferaban las organizaciones revolucionarias –incluso armadas– generando guerrillas que se oponían a los gobiernos dictatoriales de derecha. Por eso había una relación directa entre los movimientos sociales progresistas y los partidos de izquierda donde unos eran más radicales que otros y otros más dialécticos.

dictadura
Ilustración: Víctor Aguilar Rúa.

Los radicales estaban ligados al pensamiento maoísta, stalinista, o trotskistas, porque estos personales (Mao Tse-tung; Joseph Stalin, León Trotski) vieron que la única forma de lograr el poder era mediante las armas. Así, los dirigentes de estos movimientos sociales revolucionarios pensaban que debía ser igual.

Enumero sólo algunos de estos movimientos para dejar evidencia. En Brasil, el Comando de Liberación Nacional en la década de los 60. Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), fue un grupo guerrillero peruano de los años 1960. Los montoneros de Argentina, era la resistencia contra la dictadura (1966-1973). El Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) de El Salvador, formado en 1972, posteriormente forma parte del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). El movimiento insurgente colombiano “Movimiento 19 de Abril” (M-19 desde 1990). El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) es un partido político de Nicaragua, fundado en su origen como una organización política-militar en 1961.

Hay otros movimientos, pero el más importante y que logró un gran resultado revolucionario, de acuerdo a sus propósitos, fue el “Movimiento 26 de Julio” encabezado por Fidel Castro (1959) que inspiró a otros movimientos. Con el tiempo, ya en el poder lograron un pensamiento más dialéctico que radical.

movimiento
Ilustración: Pep Montserrat.

Aunque sean sólo algunos mencionados, casi todos estos movimientos entraron a la dinámica de la apuesta democrática. Es decir, entre hacer guerrillas, llegar y administrar el poder, generaron aperturas democráticas y el resultado fue (aunque no lo crea) que nuevamente obtuvieron el poder dirigentes y líderes de derecha pertenecientes a los partidos conservadores. De esto podríamos hablar después.

El caso es que han pasado entre cincuenta y sesenta años (sin aludir mucho más atrás), y aún siguen las luchas por el poder político porque no se resuelven las grandes necesidades estructurales de toda América Latina.

En ese sentido, no deja de manifestarse esta configuración, también sigue habiendo alternancias sean cívicas o drásticas. Y esto obedece a que continúan permaneciendo gobiernos negligentes tanto de izquierda como de derecha.

¿Qué me dice esto? Que la gente, en su mayoría, no cree en las ideologías. Que sólo votan –cuando se les acepta el voto– contra quienes gobiernan porque actúan diferente una vez que están en el gobierno. ¿Le suena?

Formas de ideologizar

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En el fondo, la ideología tiene un poder de persuasión indiscutible. El discurso ideológico amenaza anestesiar nuestra mente, confundir la curiosidad, distorsionar la percepción de los hechos, de las cosas, de los acontecimientos.
Paulo Freire.

En la búsqueda de la verdad, todos creemos tener la razón. Por eso tantas filosofías, ideologías, pensamientos, adoctrinamientos, religiones y conductas sociales. Muchas veces creemos que, porque hemos leído algo o conocido algunas cosas y lugares; que, por nuestra experiencia de vida, por la relación con personas –quizás– famosas, con eso y otras actividades adicionales, es suficiente para decir cuál es la verdad.

Y en nuestra vivencia cotidiana, cada persona tiene su propia visión y esa visión representa su verdad, porque eso es lo que vive. Y cuando la supuesta verdad coincide con situaciones similares a las de otras personas, entonces se hace una verdad colectiva. Y así es que se constituyen, por ejemplo, partidos políticos, sociedades, asociaciones, organismos, grupos, colegios, centros, gremios y colectivos que buscan intereses comunes, su beneficio y satisfacción.

Esta conexión sucede con el otro, en tanto éste piense como aquel, generándose una cuasi empatía. A la larga esto tiende a estropearse cuando la conexión fraternal se pierde. Por lo regular la creencia y convicción de una idea se arraiga cuando brota otra posición, ahí se revela el cambio de intereses y no necesariamente un acuerdo común, sino que emerge la verdadera inclinación; el enfoque subyacente o individualista.

Ajedrez.
Ilustración: OPEN.

Para mantener ese interés común se sostiene el factor referencial, que es sostener como verdadero lo que al otro le interesa, de tal manera se trabaja en ese objetivo para producir la conquista de su mente. Esto es lo que se llama ideologización.

Una vez agrupados en el mismo canal, llega la otra fase; la formación mediante círculos de estudios donde se autovalidan y secundan porque leen los mismos libros, reciben la misma información, se comunican entre sí; sociológicamente se entienden. Una forma simple de expresarlo es que se “enamoran”, y como es normal entre enamorados, se cuentan sus penas, dolores, carencias, proyectos, propósitos para justificar sus acciones. Así es en los grupos de formación religiosa, cultural, política, social y en clubes cívicos.

De esta manera, se entra con todo a conquistar los pensamientos a partir de las necesidades. Por supuesto que en esta misión no se pierde el discurso popular; por el contrario, mientras más se pueden sostener públicamente los discursos abrazadores, se masifica la postura generando más adeptos de forma sistemática. Asimismo, validan sus posturas o sus creencias.

Las creencias son –precisamente– el cimiento sustancial que alimenta la verdad que sostienen. Verdades que cuando se confrontan con otras se generan las posturas radicales (la que defiende un criterio por encima de cualquier circunstancia), o la postura advenediza (la que se defiende por relación empática, por tradición o por costumbre).

No obstante, lo que se considera como una verdad social genera criterios encontrados entre grupos antagónicos que viven en el mismo lugar. En los pueblos (o lugares pequeños), por ejemplo, hay criterios diferentes acerca de lo mismo.

Imponer ideologia.
Ilustración: Thibault.

Algunos de estos factores obedecen a la capacidad de recursos económicos y financieros, otro al nivel de educación; donde es usual que quien más tiene y quien más preparado esté, se dice dueño de la verdad. De manera que, una persona con más recursos y más preparación académica impone su verdad ante quien no tiene muchos recursos financieros y tiene poca o ninguna educación académica.

En un abanico de escenarios, a partir de este esquema, es que se promueven las ideologías. Es decir, lo que uno cree, lo promueve y lo siembra en los demás, con la intención principal de que los demás sigan el patrón con el fin de mantener o modificar el sistema social, económico, político o cultural existente. Utilizando este esquema simple de sembrar en la mente los pensamientos que a cada quien le conviene difundir, los interesados se enquistan en grupos que representan sectores sociales y luego con ello presentan los discursos o programas políticos con el fin de producir (en longitud y profundidad) el efecto de interés en el que envuelven a quien se deje.

En otras palabras, la ideología es una ruta de capitalización de ideas de unas personas sobre otras para lograr un fin aludiendo que es para el bien colectivo.

De esta manera, otra vez, América Latina está en manos de todo tipo de farsantes. De derecha y de izquierda. Ya hemos tenido de las dos aguas y los apuros siguen. No hay soluciones que duren mucho porque los mismos que las proponen, incluso las imponen con su poder legal o son medidas tipo parches.

Ambas partes juran fórmulas nobles, beneficiosas, sanas, pero con el tiempo la verdad se impone. Los “ideológicos” de uno y otro partido aluden al discurso reiterado de: “Aquel es peor que nosotros, hay que elegir al menos malo”.

En ambos casos, todos defienden lo que creen. Y esto, muchas veces, sino de forma regular, los lleva a considerar, además de sus creencias, que quien no profesa lo que ellos creen, los demás son una partida de ignorantes, tontos, estúpidos. Convencidos piensan de quienes los adversan que no merecen nada y los marginan, “es que no se dan cuenta que están mal”; incluso los agreden. Así nace la cultura del odio.

¿Le suena eso?

Génesis del “morenovallismo”. ¿Habrá muerto?

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“Es más fácil luchar por unos principios que vivir de acuerdo con ellos.”
Alfred Adler

¿Desencantos sociales? ¿Molestias populares? ¿Bien común? ¿Pragmatismo político? ¿Oportunismo económico? ¿Avaricia por el poder? ¿Recomposición de las fuerzas neo-panistas? ¿Desarrollo y progreso auténticos?

En ese mismo sentido, una investigación que realizamos años anteriores, con testimoniales y entrevistas realizadas a profundidad a varios ex presidentes del Comité Directivo Estatal de Puebla en los periodos de 1985 a 2015, para un libro con título Historias Vivas del PAN, protagonistas y sus epopeyas (que fue un trabajo arduo, aún sin publicar), nos dio mayores luces sobre el concepto “morenovallista”, pero la lógica política indica que hay más –mucho más– que lo dicho de quien, en ese momento (2015), era gobernador del Estado, Rafael Moreno Valle Rosas.

A nueve meses del accidente (24 de diciembre de 2018) donde murieron el ex gobernador Moreno Valle y su esposa, Martha Érika Alonso Hidalgo (gobernadora en ese momento) y otras tres personas; desde entonces, me generó la inquietud de buscar las raíces y fundamento del “morenovallismo”, que en principio, no nació con la llegada Moreno Valle Rosas al gobierno del Estado, sino con su abuelo, y que él –el nieto–, quiso emular las ideas de su ascendente, por lo que requería reivindicarlo dado los méritos que tuvo como médico militar (ya que fracasó como político, al grado de no concluir su mandato constitucional como gobernador de 1969 a 1975), pues fue destituido en 1972.

Morenovallismo.
Imagen: El Popular.

Un personaje crucial, en este proceso de reivindicación, es el conocido abogado-político consumado y consagrado Melquíades Morales Flores, quien fue Secretario Auxiliar durante el mandato del doctor y general Rafael Moreno Valle (abuelo). Luego, cuando Melquíades Morales fue gobernador (1999-2005), nombró a Rafael Moreno Valle Rosas (nieto) como Secretario de Finanzas. Cabe señalar que éste comenzó su ruta política a los 23 años (1991), como parte del cuerpo de asesores del director de Normatividad de Derechos Humanos, estando Andrés Aguirre Aguilar, en la Secretaría de Gobernación. Después se sumó con Melquíades Morales Flores –siendo presidente del PRI en Puebla–. El trabajo de Moreno Valle en el PRI fue operar en favor de Manuel Bartlett para el triunfo de la gubernatura. Otra persona que impulsó la ruta del “morenovallismo” fue, sin duda, la maestra Elba Esther Gordillo.

Todo indica que también allí pudo meter la mano don Melquíades porque ya habían caminado juntos él y ella en el PRI; si bien Rafael Moreno  y Elba Esther tuvieron un vínculo político directo siendo compañeros en la Quincuagésima Novena Legislatura (LIX) de 2003-2006, donde se afianzaría la pretensión escalonada y formalizó el pacto progresivo estratégico. O sea que, Moreno Valle Rosas pasaría de diputado federal a senador, luego a Casa Puebla, y finalmente daría el salto a Los Pinos.

Melequíades Morales Flores.
Melequíades Morales Flores, político del Partido Revolucionario Institucional (Fotografía: Canal Puebla).

Así la madrina política del entonces diputado lo catapulta con su apoyo a través del partido Nueva Alianza (mismo fundado por la maestra). Para ello le asegura la candidatura y triunfo como senador de Puebla por el apoyo que ella le dio a Felipe Calderón en el 2006 para presidente. En 2010 se da el paso, otra vez la maestra lo apoya con el partido Nueva Alianza para hacerlo gobernador.

Rafael Moreno Valle Rosas formó un grupo que lo acompañaba en sus propósitos. El llamado Grupo Finanzas, integrado –entre otros– por: Fernando Manzanilla Prieto, Eukid Castañón Herrera, Antonio Gali Fayad, Jorge Aguilar Chedraui, Marcelo García Almaguer y Luis Miguel Gerónimo Barbosa Huerta, actual gobernador de Puebla.

Queda mucho por precisar.

Objeción de conciencia

Lectura: 3 minutosEn septiembre del año de 1996, le pedí al cirujano que me practicó operación a corazón abierto que, en caso de que se presentara una mala contingencia, procediera a darme una muerte correcta –se le conoce como ortotanasia, que es diferente a la eutanasia y está regulada por el artículo 24 de la Ley de Voluntad Anticipada en la CDMX– en virtud de que no quería tener una vida vegetativa o soportada por tratamientos o instrumentos que la prolongara – de acuerdo a mi criterio– sin sentido alguno y como carga gravosa para la familia. Su respuesta fue: “no puedo hacerlo porque soy católico”. A partir de su posicionamiento me di cuenta de que estaba ante lo que se llama objeción de conciencia, que la especialista en Filosofía del Derecho, Marina Gascón, define como “el derecho subjetivo que tiene por objeto lograr la dispensa de un deber jurídico o la exención de responsabilidad cuando el incumplimiento de ese deber se ha consumado”.

Marina Gascón Abellán.
Marina Gascón Abellán, Catedrática de Filosofía del Derecho en la Universidad Castilla (Fotografía: tribunalsitestorage.com).

Algunos estudiosos del tema señalan que este concepto entró discusión en México en 1977, y desde entonces ha tenido consecuencias en nuestra legislación y se presenta con mayor frecuencia en el ámbito sanitario –principalmente en casos como el aborto y enfermos con sida, aunque también abarca programas, actividades, prácticas, tratamientos, métodos o investigaciones–, que contradicen los principios y valores esenciales de un individuo. El concepto es regulado por muchas naciones europeas como en Estados Unidos de América. En esta última se recuerda el caso del boxeador Cassius Clay (igualmente conocido como Mohamed Alí), quien alegó objeción de conciencia, para no participar en la guerra de Vietnam y por ello permaneció en prisión por algún tiempo.

En nuestro país existen grupos organizados a favor y en contra del concepto. Algunos lo consideran discriminatorio y otros lo aprueban. En el ámbito federal, una  reciente reforma a la Ley de Salud (iniciativa del ultraconservador Partido Encuentro Social, apoyada por el PRI) la permite en casos específicos, siempre que no implique poner en riesgo la salud o la vida del paciente, con base en jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la cual en interpretación del artículo 24 de la Constitución, que regula la laicidad del Estado y la libertad de conciencia, relacionada con los Tratados Internacionales que han sido suscritos por nuestro gobierno, dio entrada al reconocimiento de esta controvertida figura jurídica.

Objeción de conciencia.
Imagen: La Jornada.

Controversial, porque enfrenta principios fundamentales de la religión católica, mayoritaria en México y de otras minoritarias, y por otro lado las corrientes progresistas –aquellas de filiación izquierdista– que libran fieras batallas en defensa de sus creencias e ideologías, prolongadas a matrimonios homosexuales, cambio de sexo genérico, divorcio sin causa, servicio militar, migrantes y a los pueblos originarios. En la actualidad, las legislaturas de los estados de Yucatán, Jalisco, CDMX y Nuevo León contemplan casos de objeción de conciencia, fundamentalmente en casos de aborto, cuya discusión enciende los ánimos sociales, económicos y políticos.

Sin embargo, en mi opinión, la objeción de conciencia riñe contra los artículos 1 y 4 constitucionales (que regulan la no discriminación y el derecho a la salud) y están por encima de los posiciones personales o ilegales, ya sea de individuos o autoridades, que no pueden vulnerar las garantías establecidas en la Carta Magna, que como máximo sistema jurídico, debe constituirse en un orden armónico, preciso, fiable y congruente, garante del Estado de Derecho, cuya esencia radica en el cumplimiento estricto de la ley. Por tanto, es urgente una regulación de esta figura socio-jurídica, porque puede prestarse a no acatar la ley a capricho u otros motivos deliberados, tanto de personas físicas y morales, que deriven en situaciones de alto riesgo o daños mayores a la sociedad.

¿Desapareció el neoliberalismo?

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Aquellos que piensan que es permisible decir mentiras blancas,
pronto crecerán daltónicos.
Austin O’Malley.

De acuerdo a un sector de políticos, el neoliberalismo es el coco de los sistemas político-económicos. Como tal, genera expectativas y propósitos para sus beneficios conforme los intereses; pero lo hacen todos los sistemas. ¿O no?

Interpretando a Dieter Nohlen (2006, Diccionario de Ciencia Política, p. 951), el neoliberalismo surge (1980) como un sistema alterno al control económico estatal, porque había un rechazo al intervencionismo estatal que no dio resultados en el mercado y porque reprimían las libertades, por lo que se requería un nuevo modelo que sustentara la democracia desde la óptica capitalista.

Entonces estamos ante una propuesta contraria a la economía socialista, aquella en la que el Estado tiene el control no sólo en las estructuras administrativas sino en los procesos de producción desde la materia prima hasta los puntos de comercialización y finalmente el consumo.

Neoliberalismo.
Ilustración: Huffington Post.

Es aquí donde el capitalismo, inconforme, crea el neoliberalismo para quitarle el control económico al Estado para el beneficio empresarial. Aunque la teoría indica que el neoliberalismo es con el fin de garantizar la eficiencia económica, los aumentos del bienestar y al mismo tiempo las libertades individuales. Pero, como se dice en México, puro rollo mareador, o sea demagogia.

Demagogia que es cantada por ambos sistemas (capitalista y socialista), más bien por los políticos que sostienen como solución de los grandes problemas sociales uno u otro sistema. Pues, queda claro, por lo menos en América Latina, que siguen sin ser erradicados los males que tanto aquejan a la sociedad porque no hay seguridad garantizada, educación de calidad, salud digna, alimentación realmente saludable, medio ambiente protegido, oportunidades de desarrollo y prosperidad conforme, retiros decoros, y un largo etcétera.

¿Qué de lo anterior usted puede sentir, ver, tocar, vivir, y que diga estar seguro va a seguir de manera decorosa (como mínimo) hasta que le llegue su llamado final? Yo digo que nada. Aquí cada quien que se rasque como pueda. Aunque sí hay, acepto, una política de parches domésticos, nada estructural. Esto gracias al sistema neoliberal, pero no hay visos de cambios reales.

Sistema Neoliberal.
Ilustración: Ares.

Si comemos tenemos salud; nos hemos educado logrado cierto despegue, no es porque el sistema lo garantiza, sino por el caminar y andar tropezando con todo tipo de alimañas, accidentes, caídas, pero siguiendo, siguiendo sin parar. No sólo en México, es la constante en toda Latinoamérica. No obstante, hay que reconocer que sí hay posibilidades de cambios; ¡claro! De lo contrario no estaría escribiendo esto.

Sin embargo, sostengo que ninguno de los sistemas propuestos ha logrado extirpar los cánceres sociales provocados por el oportunismo y egoísmo de quienes llegan al poder, porque antes y hoy la preocupación central es la del acomodo; primero el de los superiores en mando, luego de los socios, luego de los copartidarios siguen los compadres y amigos alcahuetes, porque de lo contrario, ni los miran; quizás vecinos y, por último, la sociedad en general que es la que lleva al triunfo independientemente del porcentaje.

De tal manera que, con lo dicho y lo que se ve todos los días, ¿qué sistema económico objetivo respiramos? Le pregunto a usted, estimado lector: con la mano en el corazón y el uso del raciocinio, ¿cree usted, que el neoliberalismo ya desapareció y que por lo mismo en México se vive feliz, muy feliz?

Ni hablar del tema de punta: la muerte de la corrupción. ¿Qué se acabó?

De anhelos a sobornos

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Cuando la ignorancia se convierte en fuerza política,
los errores son devastadores e irreversibles…
Pedro Rivera Ortega (PRO).

A lo largo de la historia, las sociedades han (hemos) vivido un sinfín de atrocidades, frustraciones y desencantos.

Independientemente de lo que cada quién haga por su propio desarrollo, los grupos humanos buscan líderes que promuevan el desarrollo personal, familiar y social. ¿Quién no quisiera –en su sano juicio– que así fuera? Es normal, incluso natural.

Así, tan pronto existe la oportunidad (por lo regular en tiempos de campañas), la gente se prende de quien en sus discursos declara palabras de ánimo y esperanzas ante los deseos vehementes (anhelos) de salir del atascadero social.

Esto sucede con mayor razón cuando los políticos, habiendo escalado al poder, no aterrizan los resultados esperados, o lo alcanzado no corresponde a los deseos auténticos de la gente.

Discurso político.
Ilustración: Greek Surnames.

De hecho, varias son las formas de atraer a los electores. Por ejemplo, hay a quienes le funcionan las promesas racionales (decir qué se puede resolver de manera material), otros envuelven desde lo emocional (hablan de odio, amor); y, a otros le pega el discurso mixto.

A las sociedades hartas, es fácil sembrarles factores emocionales con críticas rudas. Diría que criticar es la obligación de la oposición. Se expone lo mal hecho (resultados negativos) vinculando y adicionando esto a la suma de frustraciones y desencantos.

Esta práctica, como táctica política, es frecuente observarla (su aplicación) en quienes tienen menos preparación académica. Ello porque es un electorado potencialmente vulnerable que se encuentra entre lo que argumentan quienes están en turno, sea el gobierno o la oposición.

Lo usual es que los anhelos de la gente sean ahogados con avalanchas verborréicas que endulzan a la gente con supuestas soluciones (parches). No es verdad que revuelven las causas desde la raíz. De hecho, es lo que dicen todos en tiempos de campañas. En el gobierno no deja de ser labia.

Es lo que ha hecho y hace el presidente López Obrador. Quien en sus discursos prolongados de campaña no hace más que culpar, desdeñar o repudiar a sus adversarios (en el poder), con el fin de sumar a su parecer, las molestias de la gente, generando una sensación de comunión en la misma dirección.

Desdeño político.
Ilustración: El Colombiano.

Siendo oposición (bajo el manto de la retórica) desinstitucionalizó la máxima magistratura. Así fue construyendo su liderazgo que va debilitándose. Sembró frustración y esperanzas denostando. Ahora sigue haciendo lo mismo, pero contra las personas que se oponen a su discurso.

Es el mismo que ahora, desde el poder, se exime de sus negligencias, de manera que lo que antes criticaba, hoy son nada más circunstancias pasajeras muy diferentes; aunque, de acuerdo a otros datos (léase las últimas encuestas de Demotecnia, Nemotecnia, Mercaei y Enkoll), López Obrador ha caído en aceptación porque no ha logrado resolver las causas estructurales, pero acepto que sí ha resuelto factores domésticos. Ilógico sería si teniendo todo el control del poder, no lo ejerciera.

Es así como la legalización del soborno, ya no es corrupción. Porque los programas de gobierno aterrizados en la gente de menos recursos no son para mejorar su estado, son sólo analgésicos financieros sin acabar con la causa real. La pobreza. No se ha encontrado la forma de ir acabando con la miseria porque la riqueza no es generada por un asunto de conveniencia electoral.

Todo está apuntado a recordarle a “los beneficiados”, el favor. Hoy, el clientelismo se ha legitimado con leyes ad hoc. ¿Hay alguna diferencia con lo que tanto se criticaba?

Divorcios en el Poder

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El poder no corrompe; el poder desenmascara.
Rubén Blades.

En la clase de mercadotecnia, el maestro nos preguntó algo así como: ¿Quién induce, la publicidad a los consumidores a comprar productos innecesarios o los consumidores a la publicidad a promover productos a partir de sus necesidades? Las opiniones estuvieron divididas. Yo fui de los que dijo que la publicidad inducía. El profesor sostuvo que la publicidad sólo despierta la parte más primitiva del ser humano, el ego, o sea le da al consumidor lo que le gusta, sentir poder.

Recuerdo este pasaje porque en la frase de Rubén Blades sostiene el mismo criterio que el maestro. Ambos conceptos despiertan o desenmascaran, sacando lo que en verdad muchos llevamos dentro: egoísmo.

Pese a que he trabajado para varios (vaya, varios) políticos, no deja de asombrarme cómo cambian de la noche a la mañana; diría en un tris-tras (si bien no todos, sí la mayoría) que, aunque se les recuerde los fines por los que llegan al poder (beneficio para todos, beneficio común, beneficio para la mayoría…), terminan diciendo que ellos son los que saben qué, cómo, cuándo, dónde, etcétera.

Poder.
Ilustración: La otra opinión.

A muchos le cambia el carácter, pero matizan. Con los electores son de una forma: sencillos, humildes, cercanos (cubren apariencias), pero con sus colaboradores y subordinados se les pierde su sensatez, su cordura, su cariño desbordante de besos y abrazos. Y, pues, se entiende, porque a los primeros hay que darles respuestas (pero no mentirles), y los segundos tienen que responder sino para qué se les contrata (pero no fregarles la vida).

Sin embargo, aunque así es, por aquello de tener que responder a las expectativas de los electores, tampoco deja de aturdir (que a muchos asusta) cuando se les sale el espectro egocéntrico y nada tiene más valor ni razón, ni sentido sino como esa persona (presidente, secretario, ministro, senador, diputado o alcalde) ve su realidad (que es sólo una parte de lo que es), por mucho que crea que sabe todo. Peor son aquellos que se creen dios. De hecho, sí hay quien se cree escogido desde la concepción para construir el camino verdadero.

Como dice José Saramago: “El humano es un ser que está constantemente en construcción, pero también, y de manera paralela, siempre en un estado de destrucción”. Porque (ahora sí generalizo) buscamos nuestros intereses particulares; y como si fuera obligatorio, es la ruta de la mayoría de los políticos cuando logran el poder, que aun contra la ética y la moral que juraron defender, van fabricando sus propias verdades.

Poderío.
Ilustración: Gamba.

En este desajuste humano y divorcio desde el poder, traigo a Edgar Morín (7 saberes necesarios para la educación del futuro), quien sostiene que la concepción compleja del género humano comprende la triada: individuo-sociedad-especie, son no solamente inseparables sino coproductores el uno del otro. Por lo que es necesario ver a la humanidad, su entorno y su ser particular en una dimensión “antropo-ética” que pide asumir la misión antropológica del milenio, es decir: trabajar para la humanización de la humanidad; efectuar el doble pilotaje del planeta (obedecer a la vida, guiar la vida). Lograr la unidad planetaria en la diversidad; respetar en el otro, a la vez, tanto la diferencia como la identidad consigo mismo. Desarrollar la ética de la solidaridad; desarrollar la ética de la comprensión y enseñar la ética del género humano.

Si no son éstos los asuntos verdaderos en beneficio de la humanidad, como para qué tanto afán por el poder. De hecho, después se pasan por el arco del triunfo los llamados propósitos, presumiendo su ego.