Marketing para emprendedores

5 cosas que haces ante clientes que dejan mala impresión

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Cuando vamos a vender un producto u ofrecer algún servicio, tenemos que cuidar mucho de lo que hacemos “tras bambalinas” o de cara al cliente.  Muchas de nuestras acciones (la mayoría de las veces sin darnos cuenta) resultan muy evidentes para el comprador, y no sólo eso, pueden mandar una señal de alerta, hacerlo sentir bastante incómodo o generar desconfianza.

¿Cuáles son, entonces, algunas de estas acciones?

  1. Chismorrear, cuchillear, criticar: ¿Cuántas veces no has estado en algún lugar donde los vendedores de la tienda están criticando algo o a alguien? O bien, ¿cuántas veces no has sido partícipe de quejas que tienen los empleados sobre el jefe, la empresa, etcétera? Es muy incómodo como cliente presenciar este tipo de cosas, ya que dan una sensación de que el ambiente dentro de la empresa no es bueno y eso perjudica notablemente la reputación de la marca.
  2. Comer o botanear: Sea cuál sea tu profesión procura no comer ni botanear frente al cliente, claro, si la reunión es en algún lado o en el horario que así lo amerite no hay problema, pero a los ojos del cliente no es nada agradable estar conversando con un vendedor mientras come. Definitivamente no.
5 cosas que haces frente a clientes
Foto: Revista WP.
  1. Arreglo personal: Maquillarte, peinarte, ¡limarte las uñas o cortártelas! no es una señal de profesionalismo cuando estás vendiendo algo o de cara a un cliente. Hay lugares apropiados para tu arreglo personal así que evita al máximo que el cliente vea cómo te pintas las uñas mientras lo estás atendiendo.
  2. Atender otras llamadas o personas: No es correcto que, si una persona hace fila para ser atendido, de forma simultánea atiendas una llamada por teléfono. Simplemente no es correcto (a menos que sea una llamada de urgencia, discúlpate con el cliente y toma la llamada). Dale prioridad a quien llegó primero y atiende a un solo cliente a la vez.
  3. Bostezar, cruzar los brazos, no ver a los ojos: Muchas son las señales que damos con nuestro lenguaje corporal. Aun cuando muchas cosas las hacemos de forma inconsciente, unas tantas las podemos controlar. Un bostezo grande o varios bostezos repetitivos dan una señal de aburrimiento, cansancio o por falta de oxígeno, por supuesto. Cualquiera que sea el caso seamos cautelosos y conscientes a la hora de hacerlo. Lo mismo aplica para cruzar los brazos y, por supuesto, para el caso en el que no vemos al cliente a los ojos.

Hay una frase que dice: un cliente bien cuidado puede ser más valioso que 10,000 dólares de publicidad. Yo digo que: gastamos mucho dinero en traer la atención del cliente, y luego… no somos capaces de verlos a los ojos.

Cinco características sobre la Generación Z

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También conocida como generación post-millennial o centennials, la Generación Z está conformada por aquellas personas que nacieron entre 1994 y 2010 (puede variar algunos años dependiendo la fuente).

La Generación Z representa actualmente el 27 por ciento de la población mundial, de manera que si estamos en el mundo del marketing y las ventas, nos conviene prestar atención a algunas de sus características.

  1. Sobre la comunicación: la Generación Z se comunica mejor con imágenes que con texto. Sus interrelaciones participan mucho de un nuevo abecedario como los “emojis”. Prácticamente no leen información, la escanean. Son especialistas en saltar de un contenido a otro si éste no les produce el suficiente interés. Alrededor de 6 segundos es el tiempo máximo para detectar si algo les llama la atención o no. Si deseas captar su atención asegúrate de que el contenido visual que utilices sea atractivo y utiliza la menor cantidad de texto posible.
  2. Sobre las plataformas sociales: entre las que más utilizan se encuentran Instagram, Youtube, Snapchat y, con menos frecuencia, Twitter y Facebook. El e-mail ha pasado a segundo plano, prefieren que las marcas los contacten a través de alguna de sus redes sociales. Esperan una respuesta a sus preguntas de forma inmediata, 12 horas en responder es MUCHO tiempo. Cabe señalar que en ocasiones se les dificulta distinguir entre el mundo real y el mundo en línea.
  3. Sobre el aprendizaje: son apasionadamente autodidactas, aprenden casi de todo a través de tutoriales en internet. No sólo son consumidores constantes de información sino también generan mucho contenido. Es decir, aprenden pero también desean compartir mucho de lo que ellos saben, piensan, conocen, exploran y experimentan.
  4. Sobre su vida privada: tienen mayor conciencia de su privacidad, han vivido las consecuencias del uso indiscriminado de las redes sociales por lo que son más selectivos al decidir qué y con quién compartir información. Para ellos no existen las fronteras geográficas y el tiempo no tiene límite. Son ciudadanos del mundo, lo cual permite que tengan una visión más abierta y flexible de todas las cosas que los rodean.
  5. Sobre la responsabilidad social: apuestan por marcas que sean conscientes del medio ambiente, los valores humanos y la responsabilidad social. Son voluntarios activos, reciclan, reutilizan y protegen los derechos de los animales y las personas.
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Imagen: América Retail.

Carlos Bernardo González Pecotche, reconocido humanista y pensador argentino decía: Lograr que las generaciones futuras sean más felices que la nuestra, será el premio más grande a que pueda aspirarse. Yo digo que la Generación Z son los niños y jóvenes de hoy, dispuestos y ávidos de aprender, conocer, experimentar, explorar y enseñar; escuchemos lo que tienen que decir, busquemos compartir, y hagamos de este mundo un mejor lugar para vivir.

Las 5 frases que tu cliente quiere escuchar

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Sin lugar a dudas, en toda transacción de compra-venta se generan muchas veces situaciones difíciles, sin embargo, saber responder ante estas situaciones es fundamental, principalmente si queremos mantener la satisfacción de nuestros clientes y que continúen prefiriendo nuestra marca, servicio o producto.

¿Cuáles son algunas de las frases que tus clientes desearían escuchar?

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Foto: https://tienda.plazavea.com.pe
  1. No se preocupe, está en mis manos y yo me encargaré de resolverlo: Nada nos da más tranquilidad que saber que seremos atendidos por una persona que tomará cartas en el asunto. Muy diferente a respuestas como “eso no está en mis manos”, “no depende de mí” o “déjame hablarlo con mi superior a ver qué podemos hacer”. Dar a nuestros colaboradores las herramientas necesarias para que con juicio puedan reaccionar y tomar decisiones sobre situaciones críticas tiene que ver con el “empoderamiento de los empleados”. Con esto no sólo logramos tener clientes que obtienen una solución inmediata a sus necesidades sino también clientes mucho más satisfechos y contentos con nuestro servicio.
  2. ¿Hay algo más que pueda hacer por usted? Esta frase es lo que yo llamaría dar el 10% adicional, ir 10% más allá de lo que implica servir con excelencia. Decirla da una sensación de “siempre estaré dispuesto a dar un poco más y no es ninguna molestia atenderlo”. Saber que la persona tiene la disposición de apoyarnos en todo momento y que lo hace con un espíritu de compromiso y colaboración nos hace sentir muy bien como clientes.
  3. En tanto tiempo… le daré una respuesta: No hay nada que genere más estrés en un cliente que quedar con un sentimiento de incertidumbre sobre una respuesta. Frases como “no sé cuánto vaya a tardar”, “puede demorar algo de tiempo” o “no depende de mí darle una solución”, generan mucha inquietud en los clientes. Saber que en “tanto tiempo” alguien se comunicará, que habrá un seguimiento puntual y una respuesta en un tiempo acordado, produce una sensación de paz y seguridad.
  4. Deseo que quede contento y vuelva con nosotros: Escuchar una frase de este estilo hace sentir al cliente que el vendedor está realmente interesado en mantener la relación a largo plazo. Una frase tan simple pero que esconde tantas verdades sobre la filosofía y valores de la empresa en torno al servicio al cliente de excelencia. Permear en nuestros colaboradores la importancia de que el cliente quede contento y vuelva con nosotros, es uno de las grandes diferenciadores que tendremos sobre nuestra competencia.
  5. ¿Qué puedo hacer para superar sus expectativas? Esta frase te permite conocer de forma genuina cuál es el verdadero interés que tiene el cliente sobre tu trabajo y, por supuesto, te da una visualización más clara de hacia dónde debes dirigir tus esfuerzos.
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Foto: https://developingthebusiness.com

Hay una frase que dice: Cuando no puedas cerrar una venta, intenta abrir una relación. Yo digo que son muchos los esfuerzos que se hacen para atraer o acercar al cliente a tu empresa, no pierdas la oportunidad de mostrar interés, agradecer su atención, pero, sobre todo, dejar siempre una buena impresión.

Proyectos tan pobres, que lo único que dejan es dinero

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Por fin se concreta esa cita, llamada acercamiento con el cliente, estás feliz de saber que tienes una gran oportunidad para entender sus necesidades y ofrecerle tus servicios. Pero, ¡oh, sorpresa!, no esperabas que en el camino se presentaran tantas vicisitudes, tantas exigencias adicionales, tanta complicación. Frases como “¿Puedes hacerme estos cambios?” “No era lo que esperaba”. “No termina por convencerme”. “Lo siento sin fuerza”, y todo tipo de retroalimentación vaga se vuelve un común denominador.

Incluso llegas a cuestionarte “¿No lo tienes claro tú, o no lo tienen claro ellos?”.

Tú crees estar en lo correcto, ellos también.

La relación se tensa, las exigencias van en incremento, las expectativas no se cumplen (ni de un lado ni del otro), no sientes motivación y lo que empezó como un ideal se convierte en una gran pesadilla.

Y es cuando retumba en tu cabeza “este cliente me está saliendo muy caro”. Y es que “hay proyectos tan pobres, que lo único que te dejan es dinero”.

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Imagen: https://magicalartstudio.com

Quisiera compartir contigo cuatro recomendaciones para que sepas elegir mejor tus proyectos, tus clientes y aquello en lo que verdaderamente te quieres enfocar:

  1. Dejar bien en claro el alcance de la propuesta: Establecer desde un inicio los entregables, el alcance y las expectativas es primordial. Un gran aliado de cualquier proveedor de servicios es una guía previa, brief, checklist (como lo quieras llamar) de aspectos que tu cliente está contemplando y que espera de ti. Nunca cotices sin haber establecido muy bien el alcance que tiene tu propuesta. Evítate problemas y pídele a tu cliente que te diga exactamente cómo visualiza el entregable, qué es lo que espera al finalizar el proyecto y, sobre todo, ¿qué podrías hacer tú para superar sus expectativas?
  2. Te late o no te late: En México usamos mucho la expresión “ese proyecto, trabajo, cliente, persona, producto me late”. Curiosamente la neurociencia sustenta que nuestro corazón es capaz de tomar decisiones intuitivas y de naturaleza rápida. Es decir, nuestro corazón nos puede mandar señales cuando algo nos gusta y apasiona e, incluso, eso será uno de los factores determinantes para que las cosas salgan bien. Cuando estás viendo en el camino demasiadas señales de que el cliente va a tornarse complicado (el cliente pospone la reunión, no presta atención a lo que le envías, no parece interesarle, no está dentro de sus prioridades, te cambia las cosas constantemente) no hay mejor recomendación que abrir bien los ojos y tomar tus debidas precauciones. Difícilmente va a cambiar, por lo que, si ya sabes lo que te espera, debes estar preparado o dejarlo ir.
  3. Cuidado con la soberbia: Sin lugar a dudas los clientes vienen a nuestro negocio para ensañarnos cómo hacer mejor nuestro trabajo, cómo prevenir situaciones y qué áreas de oportunidad tenemos. Ir por la vida creyendo que sabes más que otros, que nadie puede hacerlo mejor que tú, que todos los clientes están mal, es una muy mala forma de navegar por la industria de los negocios (y de la vida). Demostrar una actitud positiva ante las problemáticas y solicitudes de nuestros clientes habla bien de nosotros, demostrar ganas de colaborar, ser respetuosos, responsables y profesionales habla mejor, pero, sin lugar a duda, lo que nos hace extraordinarios como proveedores es saber que no estamos en el negocio de la venta sino en el negocio de la generación de clientes con los que deseamos tener una relación a largo plazo. Para ello tenemos que saber que siempre podemos mejorar y hacer las cosas mejor.
  4. Establecer límites: Y esto vale para marcar el lugar hasta donde eres capaz de llegar, así como para delimitar qué sí y que no puede solicitar el cliente. En el primer caso, tienes que ser consciente de tus capacidades, de la carga de trabajo, de tu personal y de las herramientas con las que cuentas. No vas a aceptar un proyecto que no vas a poder cumplir, porque entonces seguro el proyecto te saldrá más caro de lo que imaginaste. Saber decir que NO a ciertos proyectos también habla de tu profesionalismo, integridad y calidad profesional. En segundo, no puedes ponerte en todo momento al servicio del cliente, arriesgando algunas otras cuentas o servicios que debes otorgar. El cliente debe saber (siempre comunicándolo con respeto) en qué aspectos sí puede contar contigo y en cuáles será mejor que lo subcontrate o resuelva internamente. Este punto requiere delicadeza en la forma en la que lo comunicamos, ya que siempre debemos de hacer sentir al cliente que estamos dispuestos a cooperar y colaborar con él, pero que hay puntos en los que nuestra capacidad de respuesta se puede ver limitada.

Hay una frase fascinante que dice: “No es la carga la que te hunde, sino cómo la transportas”, yo digo que siempre que elijas un proyecto, trabajo o cliente seas capaz de prestar atención caleidoscópica a todo lo que hay detrás de ello, ya que en el más mínimo detalle podrás visualizar si habrá embrollo o destello.

Aprender a decir “No”

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Estoy convencida de que a nivel profesional las personas que eliminan las excusas de su vocabulario actúan de forma positiva, optimista, por lo que siendo solucionadoras constantes de problemas son las más valoradas, apreciadas y, muy probablemente, serán las que asciendan más rápido en la organización.  A todos nos encanta colaborar con personas que ven “el cómo sí” en todo lo que se les presenta.

Sin embargo, ¿cuántos de nosotros no vivimos constantemente embaucados en un remolino de pendientes, estrés, tensión, nerviosismo, insomnio, horas de trabajo solamente porque en su momento no fuimos capaces de decir que No?

Aprender a decir que No es algo a lo que ya sea por cultura, creencia, miedo, o falta de práctica no estamos acostumbrados.  Incluso en muchas ocasiones enmascaramos el No con un Sí cuando bien sabemos que no vamos a cumplir.

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Foto: www.estrategia.com.co

William Ury sostiene en su libro El poder de un no positivo la importancia de mantenerte en tu posición sin dañar a otras personas. Y es que hay muchas maneras de decir que No sin ser irrespetuosos, groseros o maleducados; siempre se puede decir que No de forma educada. De hecho, un No con convencimiento y asertividad determinará en gran medida la calidad de nuestra vida. Por cada Sí importante es necesario decir mil veces No.

¿Por qué es tan importante aprender a decir que No?

  • Aligerar la carga: Te libera de compromisos que no te corresponden, que no te interesan, que son una inminente carga y de todo aquello que sabes que será difícil cumplir. Pero no sólo eso, te permite hacer las cosas que realmente te interesan con entusiasmo, energía y entrega.
  • Tú de “a veritas”: Ganarás credibilidad, respeto y confianza dado que actuarás conforme a tus principios y valores. Al principio quizá sea difícil decir que No, pero verás como la gente responde muy bien cuando hablas con sinceridad y con respeto. Proyectarás y sentirás que hay congruencia en tu vida. ¡Qué importante es saberse una persona que actúa en concordancia con lo que dice, piensa, hace y siente!
  • Equilibrando la balanza: Aprenderás a poner las cosas sobre la balanza y sabrás darle prioridad a aquello que es importante. Muchas veces decimos que Sí y estamos posteriormente lamentándonos, quejándonos, deseando haber dicho que No, ya que no visualizamos las consecuencias y lo que implicaría nuestra decisión.
  • Tu “yo más asertivo”: Aprenderás que puedes decir todo lo que quieras, siempre y cuando lo digas con respeto. La asertividad es una habilidad de comunicación que demuestra una conducta equilibrada, directa y correcta. Recuerda: “Ni sumisión, ni agresividad, el equilibrio es la asertividad”.
  • De corazón abierto: Aprenderás a actuar escuchando tu razón, pero, sobre todo, a tu intuición. “Si tienes que decir Sí, dilo con el corazón abierto. Si tienes que decir No, dilo sin miedo”.

William Ury dice: “Por cada Sí importante es necesario decir mil veces No. Decir No significa, ante todo, decirse Sí a uno mismo y proteger aquello que uno valora”. Yo digo que es increíble decirle que Sí a la vida, siempre y cuando no nos perdamos, por no haber dicho que No, en un callejón sin salida”.

Conectando los puntos

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En 2005, Steve Jobs dio una magistral conferencia en la Universidad de Stanford en donde uno de sus temas fue el de “Connecting Dots” o “Conectar los puntos”. Durante su ponencia, Jobs menciona: “No se puede conectar los puntos mirando hacia adelante; sólo puedes conectarlos mirando hacia atrás.” Jobs relata cómo es que decide dejar sus estudios universitarios, y conecta esta decisión positivamente con su historia de vida.

Su madre biológica quedó embarazada en su etapa universitaria, por lo que decide dar a Jobs en adopción, con la condición de que quienes decidieran adoptarlo tendrían un título universitario. Poco después, la madre biológica se entera de que los posibles padres adoptivos no serían graduados de la Universidad y el padre no habría, siquiera, concluido el bachillerato. La madre biológica de Jobs acepta la adopción siempre y cuando los padres prometan enviar a Jobs a la Universidad.

Jobs confiesa que al haber decidido dejar la Universidad comenzó a tomar clases que realmente le interesaban, como caligrafía, por ejemplo. Durante ese tiempo, Jobs aprendió la estética y la belleza de la caligrafía y aunque esto no parecía tener ninguna aplicación práctica en su futuro, en el fondo tendría un impacto muy positivo. Diez años después, cuando diseñaban el primer ordenador Mac, se aseguraron de que sus tipografías fueran estéticas, extraordinarias, bellas. En conclusión, si no hubiera dejado las clases de Universidad que no le gustaban, nunca hubiera tomado la clase de tipografía y los ordenadores Mac no tendrían la maravillosa tipografía que hoy tienen.

No es fácil conectar los puntos cuando ves hacia adelante, es fácil cuando lo haces en retrospectiva, viendo lo que sucedió antes que benefició tu futuro.

Sin lugar a dudas, esta historia es extremadamente motivadora y tiene un mensaje por demás profundo e inspirador. Ahora bien, ¿cómo podemos conectar los puntos en nuestra vida?

  1. Reflexionar el pasado: Permitirnos vivir en el presente es una forma sensata y armoniosa de ir por la vida; sin embargo, muchas veces el gran aprendizaje viene de tener el tiempo y la capacidad de reflexionar sobre los sucesos que hemos vivido en el pasado. Ser capaces de transformar la percepción de algo “malo” o algo “que no merecíamos vivir” en algo positivo es un gran ejercicio de autoconocimiento, reflexión y aprendizaje. No quisiera desvalorizar los sucesos por demás dolorosos, trágicos, accidentales o incomprensibles, no es mi intención generalizar. A lo que voy es que conectar los puntos del pasado muchas veces nos ayuda y reconforta para entender el “por qué de las cosas” y nos permite visualizar un futuro con más luz, más brillo, más prometedor y un abanico de infinitas de posibilidades.
  2. Sabiduría en el presente: Vivir el presente con intensidad es un gran reto; quizá nos ayude observar a los niños, cómo viven realmente cada momento de su vida con total intensidad. Como adultos, nos convendría confiar en que cada cosa que sucede conectará los puntos en el futuro para nuestro bien. Hacer más grande la tormenta, engancharse con el momento, no dejar que las cosas fluyan, tomar acciones vengativas o dañinas, pensar que algo es para siempre, puede hacernos mucho daño. Tener sabiduría en el presente es aceptar las cosas que nos pasan como son, sucesos que tenemos que vivir y afrontar, y que a la larga será siempre para nuestro más alto bien.
  3. Visión al futuro: La vida es un constante cambio. Aun cuando quisiéramos que muchas cosas, situaciones o momentos, duraran para siempre y que otros tantos pasaran lo más rápido posible, debemos ser capaces de entender que el flujo de la vida es perfecto per se; que cada cosa que sucede conectará los puntos en el futuro para nuestro bien. Confiar en que todo lo que nos sucede es algo reconfortante y esperanzador. Suena romántico, idílico e incluso cursi; sin embargo, conectar los puntos implica confiar en aquello que la vida nos tiene preparado y afrontarlo siempre con buena actitud y espíritu de buena voluntad.

Jobs dijo: “Entonces debes confiar en que los puntos se conectarán de alguna manera en tu futuro”. Yo digo que es un increíble ejercicio “conectar los puntos”, pues nos permite encontrar el verdadero significado de todo lo que sucede en nuestra vida.

3 cambios radicales en el cerebro del consumidor actual

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Por increíble que parezca nuestros cerebros hoy en día han sido capaces de adaptarse al mundo digital y manejarse a la velocidad de las exigencias actuales. Veamos a continuación algunos cambios radicales en el cerebro del consumidor actual:

  1. Sentido de percepción del tiempo: Tenemos poca tolerancia a aquello que requiera paciencia. En el momento en que apenas estamos configurando en la mente lo que queremos, esperamos encontrarlo de forma inmediata o nos frustramos. De ahí que nos encante que Google adivine lo que estamos pensando cuando tecleamos palabras o conceptos en su buscador. Como menciona Kit Yarrow en su libro Decoding the New Consumer Mind, un segundo de “delay” en que tu página web tarde en cargarse, reduce el porcentaje de compra en un 7%. La gente se toma muy en serio el tema de tener que esperar, se lo toman de forma personal y como una falta de respeto. Una fila larga en el supermercado puede ser uno de los grandes detonadores de coraje y ansiedad por parte del cliente, de ahí el éxito de Cornershop (recibe tu pedido del supermercado en casa sin tener que salir de ella).Kit Yarrow
  2. Habilidad para enfocarnos: En el mundo digital escaneamos información y vemos antes que leer. Somos procesadores de información rápida. Queremos que los productos nos digan todo acerca de ellos en milésimas de segundo, es por ello que las fotos y los videos son tan bien aceptadas ya que son rápidas, fáciles, potentes emocionalmente hablando y evocativas. Una característica peculiar de las generaciones pasadas era su habilidad de enfoque, basta poner el ejemplo de lo que implicaba hacer un documento en máquina de escribir y lo costoso en tiempo, recursos y energía. Sin duda, había que mantener la atención y el enfoque en lo que se estaba haciendo.consumidor
  3. Sensación de ansiedad y paz mental: Deseamos como consumidores que los productos y servicios que adquirimos reduzcan nuestra ansiedad y nos brinden paz mental. Los consumidores buscan productos y servicios que sean fáciles de encontrar, con los que sea sencillo interactuar, y simplifiquen la toma de decisiones. Trabajar en que nuestra marca genere confianza en nuestros clientes es fundamental, la confianza acaba con la ansiedad. Somos pro productos y servicios que reducen nuestra ansiedad y nos dan un sentido de paz mental.

Hay una frase que dice: Cuando te mueves a la velocidad de la vida, terminas chocando con los demás. Yo digo que “es increíble lo que la tecnología ha hecho para nosotros, sin embargo, debemos ser capaces de darnos un tiempo para encontrar entre tanto ruido, paz, serenidad, armonía y felicidad”.

Lo que todo candidato debe saber en marketing político

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Una forma imprescindible de hacer política es a través del marketing político, ya que se convierte en un instrumento que ayuda a desarrollar planes estratégicos para las campañas electorales. En esta ocasión te presentamos 5 cosas que todo candidato político debe saber sobre marketing:

  1. Si no eres diferente, eres invisible: Ya nadie cree en el político tradicional, tieso, enmascarado, que promete y no cumple. Las personas dirigimos nuestra atención de forma dispersa entre tantas propuestas, imágenes, información. El gran reto de los políticos hoy en día es el de atraer y sostener la atención de su gente. Ganarse la confianza a través de hechos y no palabras. No sólo demostrar sino ser una persona honesta, íntegra y ser humana (Hay una diferencia muy grande entre ser humano y ser un humano). Solamente aquellos políticos que sean diferentes, aterrizados, frescos y auténticos van a hacerse visible entre tanto ruido y tanta dispersión.
  2. Los canales de comunicación: Ser capaz de llevar el mensaje y la propuesta a través de diferentes canales requiere de un equipo de especialistas y profesionales en marketing que puedan orientar la campaña de forma estratégica pero a su vez flexible y de rápida reacción. Si tu equipo de marketing no te conoce, no cree en ti, no confía en lo que dices y no votaría por ti, busca otros. Si ellos no son los primeros en comprar tus ideas, no podrán venderlas con convicción. Las redes sociales son un medio que conecta un punto con el otro, no confundas el canal con la estrategia de campaña. Eso sería como fundamentar un negocio en una sola táctica. Cuidado con el despilfarro de dinero en medios que la gente no aprecia, no ve y con los cuales no conecta. Estudia, investiga, analiza, presupuesta y elige aquellos canales de comunicación con los que podrás conectar mejor, no concentres todos tus esfuerzos de forma unilateral.
  3. Escuchar más que hablar: Toda propuesta de campaña política debería de estar sustentada con argumentos sólidos y tangibles, basados en las necesidades reales de la gente y del país. Aquellos políticos que hagan una inmersión en temas trascendentales y de importancia a través del contacto, la comunicación, la escucha activa y la empatía lograrán conocer de forma más profunda a su público objetivo. Si quieres que la gente te conozca, tendrás que escucharlos y conocerlos tú también.
  4. Venciendo con innovación a la competencia: Si fundamentas la campaña en hablar mal de tu competencia, no estás innovando, estás copiando los modelos arcaicos del pasado y de eso la gente está harta. Innovar requiere altas dosis de pensamiento divergente, para lograr generar ideas de valor, diferentes, únicas y que den sentido a tu campaña. Salirse del grupo de aquellos que sólo alaban lo que haces, lo cual tiene como resultados: una buena forma de estar abiertos a nuevas posibilidades, plantearse panoramas de acción distintos, prestar atención a la crítica para de ahí sacar grandes conclusiones y aprendizajes.
  5. Promesa de cumplimiento: Aquellos que abogan por una marca, incluso una marca personal como la de un político, lo hacen porque confían, creen y se sienten convencidos de su propuesta, por lo tanto, el cumplimiento de todo aquello que se promete es fundamental. No intentes abarcarlo todo, no aburras, no exageres, no invadas de información, no compliques el mensaje con un lenguaje que nadie entiende, es mejor enfocarse en unos cuantos puntos a tratar de querer arreglar el mundo y confundir a tu audiencia. Un mensaje simple, pero profundo, bien estudiado en cuanto a necesidades y con una promesa de cumplimiento logrará posicionarte como alguien confiable.

Abraham Lincoln decía: Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo. Yo digo que “todo candidato a la política tiene una gran responsabilidad por lo que debería de asumir con honestidad, integridad y compromiso su postura para y por el bien siempre de los demás”.