Un nuevo reporte científico indica que los estragos provocados, alrededor del planeta, por el calentamiento global son mayores a los que se había estimado.
A través de un artículo publicado en Nature, investigadores de todo el mundo señalaron que las temperaturas mundiales podrían aumentar un 15 por ciento más que lo esperado este siglo, por lo que las políticas planteadas para detener este proceso deberán de renovarse para conseguir resultados tangibles.
La principal demanda que hacen los científicos es que los gobiernos aceleren la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero, esto con la intención de limitar el calentamiento global, ya que las temperaturas promedio de la superficie podrían aumentar hasta 0.5 grados centígrados más que lo previsto anteriormente para el 2100 en los escenarios más negativos.
Esto de acuerdo con el análisis de la revisión de los modelos científicos, publicados anteriormente, de cómo funciona el sistema climático. De igual forma se examinaron modelos científicos existentes que investigan la forma en que la energía del Sol alcanza a la Tierra y cómo parte de ella rebota al espacio desde las nubes y la superficie del planeta, explica el texto.
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En declaraciones retomadas por El Financiero, Patrick Brown y Ken Caldeira, del Carnegie Institution for Science, autores del estudio, señalaron que: “los resultados sugieren que lograr cualquier meta de estabilización de las temperaturas globales requerirá de reducciones más profundas a las emisiones de gas de efecto invernadero que las calculadas previamente”.
Los también académicos señalaron que si las emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando hasta 2100, las temperaturas podrían subir en 4.8 grados centígrados frente a 4.3 grados centígrados estimados por un panel de expertos de la ONU en 2014.
“El calor adicional haría más difícil que se logren las metas fijadas en 2015, por casi 200 países, para limitar el incremento de las temperaturas a “mucho menos” que 2 grados centígrados por sobre los niveles de la época preindustrial para evitar sequías, olas de calor y tormentas más poderosa”, concluyeron los cientificos.
