El mundo que cambia: Colombia avanza, México sin rumbo

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En ninguna parte del mundo, salvo en México, se habla de una hipotética Cuarta Transformación. El término no existe ni en las discusiones internacionales ni es punto de referencia para quien analiza la realidad global.

El término con el que intenta caracterizarse esta administración sexenal, resulta inocuo, o incluso un tanto folklórico, cuando no inexistente, para el resto del planeta.

El mundo, casi todo, está enfrascado en una cuarta transformación, eso sí. Más real, determinante y con una hoja de ruta cada vez más clara.

No se trata de declaraciones discursivas, sino de una dinámica planetaria que no tiene vuelta atrás y que recibe el nombre genérico de Cuarta Revolución Industrial.

La cuarta transformación que sí existe para el mundo, es decir, la Cuarta Revolución Industrial, supone la convergencia de lo físico, lo biológico y lo digital, teniendo a la tecnología como eje rector.

Las consecuencias de esta Cuarta Revolución Industrial son aún incalculables. Excepto, quizá, para quien se rezague, o se pierda en el aislacionismo.

México y 4T.
Imagen: Betosanro.

Lo que está claro, por lo pronto, es que en los próximos años la manera en que las personas se relacionan, la manera en que se trabaja y, en general, el modo en que se asume y tiene lugar la vida, habrán cambiado de forma radical.

El desarrollo de la robótica, la ampliación acelerada de los ámbitos de incidencia del Internet de las Cosas, la estrecha relación entre las finanzas y la tecnología, así como la digitalización de procesos de producción (Blockchain), la nanotecnología, forman parte del nodo sobre el que avanza ya.

Asoma un nuevo orden económico mundial, sí; sin duda. Y con él, a la par, o en ocasiones por delante de ello, un nuevo horizonte en la construcción de imaginarios, representaciones y prácticas sociales.

Cambio e innovación, antípodas de los países que se pierden en la bruma de sus propias discusiones internas, asoman, así, como elementos claves, motores de alta propulsión en la configuración de estos nuevos entornos.

Robótica.
Imagen: Teknologi.

No es menor, en este contexto, el reconocimiento que Colombia, y su cada vez más sólida política pública hacia las tecnologías digitales, ha recibido, al conseguir que Medellín sea nombrada Capital Latinoamericana para la 4ª Revolución Industrial.

En 2013, Medellín había recibido ya el nombramiento como Capital Mundial de la Innovación, en reconocimiento a su extraordinaria capacidad para transformar el entorno urbano, en medio de lo que fueron condiciones de una violencia que parecía totalmente fuera de control.

Aquel año, la capital del Departamento de Antioquía, de entre 200 ciudades, entre ellas algunas como Chicago o Sao Paulo, Medellín llegó a la terna final disputando el galardón que otorgan el Urban Institute, el grupo financiero Citi y el Wall Street Journal Magazine, nada menos que con Nueva York y Tel Aviv.

A principios de este 2019, la misma Medellín recibió la distinción de convertirse en el Centro en América Latina para la Cuarta Revolución Industrial. Uniéndose así a la red que forman ciudades como San Francisco (Estados Unidos), Tokio (Japón), Beijing (China), Oslo (Noruega) y Mumbai (India).

La designación de Medellín se dio en el marco de la Cumbre de Davos, a principios de este año, y supone el compromiso para generar una política pública capaz de incorporar el esfuerzo privado, la investigación académica y las iniciativas de la sociedad civil.

Medellín Revoluciona.
Imagen: El Colombiano.

A finales de abril, antes de lo comprometido, Colombia inauguró el espacio físico que alberga en Medellín en Centro Latinoamericano para la Cuarta Revolución Industrial. Con lo que reafirmó el sitio como puntal que el país se ha ganado, luego de décadas de violencia, y que tienen en Medellín uno de los emblemas más notables de esta transformación.

A contracorriente de los países en los que se recortan recursos a la investigación y a proyectos de innovación, como el caso actual de México, la inversión en este rubro alcanza en Medellín casi el 2.5% del PIB, al tiempo que se ha anunciado su decisión de llegar al 3% en un par de años.

En palabras de su alcalde, Medellín se declara lista “para asumir la responsabilidad de representar a América Latina y estar a la vanguardia de la discusión, definición y puesta en marcha de nuevas políticas, normas y estándares alrededor de la Cuarta Revolución Industrial”.

México y Colombia.
Imagen: Picdeer.

Ocurrida entre 1760 y 1840 la primera, y luego entre 1870 y 1914, la segunda, a finales del siglo pasado, la tercera gran transformación de la economía y la vida planetaria representó la primera vez que las tecnologías de la comunicación (TICs) ocuparon el centro propulsor del cambio.

El presente despliega desafíos inaplazables que van mucho más allá de la retórica local o la ocurrencia como forma de eludir una realidad que no alcanza a comprenderse.

Las naciones que sean capaces de asumirlo tomarán una ventaja determinante en el nuevo orden internacional.

Los países que se rezaguen condenarán a sus sociedades a continuar cargando los lastres de desigualdad estructural que les caracteriza.

El mundo se alista, cuando no es que se halla sumergido plenamente, para afianzar un nuevo cambio de paradigma: la Cuarta Revolución Industrial. La que hoy importa… De haber rumbo.

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Julio Ioseph May

muy interesante nota y me alegro por Medellin.
Tengo la impresión que Medellin en Colombia es como Barcelona en España. Es un mundo aparte.

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