Internet de las Cosas (IoT)

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Imagina un mundo donde todos los objetos están conectados entre sí, donde cada cosa reconoce las propiedades de los cuerpos que lo rodean y sabe exactamente si está funcionando bien o si necesita ser reemplazado. Suena sumamente futurista e interesante. ¿Cierto?

 

Esta idea no es nueva, pues desde hace 20 años fue planteada por Kevin Ashton, uno de los principales promotores de la tecnología que ha  hecho posible el “Internet de las cosas”.

El IoT (Internet of Things) fue una propuesta revolucionaria en 1999, ya que Ashton visualizaba para ese entonces, un mundo donde las máquinas facilitaban la vida de los hombres por medio de la conexión a internet y las distintas tecnologías que en ese momento se desarrollaban con sensores.

Básicamente el IoT es la interconexión de todo tipo de objetos de uso cotidiano a través de internet, de manera que puedan intercambiar datos en tiempo real, es decir, es la digitalización del mundo físico que nos rodea. Según estudios realizados para el año 2020 habrá más de 50.000 millones de objetos conectados a la Internet, por lo que entendemos que lo que estamos viendo ahora, es apenas el comienzo.

Cualquiera podría pensar que hoy en día, casi dos décadas después, la humanidad ha aplicado y aprovechado plenamente la idea, sin embargo, no es así, aún falta mucho para lograr la interconectividad total.

En la actualidad, existen empresas que día a día trabajan desarrollando nuevas soluciones para que el sueño se cumpla,  Microsoft, Google o Apple, son algunos de esos ejemplos.

En México, Enova, la empresa mexicana líder en Edtech, lleva años formando personas con el fin de cerrar brechas de habilidades y de conocimiento para los empleos del futuro.

 

Cambio de relación personas-objetos

El IoT es una revolución de las relaciones entre los seres humanos y los objetos, por lo que cada vez, las empresas se verán en la necesidad de contar con personal especializado que administre y oriente este tipo de relación.

Para visualizar lo que la IoT podrá implicar en las relaciones con los objetos del hogar, citemos los siguientes ejemplos: el refrigerador de casa está conectado con alguna tienda local a través de internet y cuando uno de sus sensores detecta que se acabaron los huevos, de manera inmediata realiza la compra.

Otro ejemplo, también en el hogar, es un inodoro diseñado para analizar la orina, enviando a través de correo electrónico el resultado de los análisis a un laboratorio clínico.

¿Y en las empresas?

IoT no sólo estará en el hogar, sino también en la industria, el comercio, la salud y el gobierno.

En algunas oficinas, ya hay cafeteras que pueden indicar la cantidad de cafeína consumida por los empleados, alertando de esta manera sobre su estado de salud, muebles inteligentes que alertan a los empleados de su postura o bien, equipos y softwares que registran comportamientos y apoyan en la productividad de los empleados.

El análisis de la información obtenida por el IoT apoya a los usuarios en una atención personalizada y con alta utilidad que les permite resolver su día a día.

IoT no solamente permite ahorrar tiempo y dinero a la gente, también prevé accidentes laborales y aporta información para el desarrollo de nuevas tecnologías.

La híperconectividad del internet de las cosas requiere y requerirá de mano de obra calificada, por lo que actualizarse no es una opción, pues en un plan macro, IoT permitirá tener una visión clara de cada evento alrededor del planeta, y la automatización sin duda estará conectada y en la nube, lo que al final permitirá crear más empleos especializados y una mejor calidad de vida para las personas.

 

 

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