México debe armonizar la necesidad de optimizar el aprovechamiento de sus recursos naturales, en beneficio de su población.
El martes 15 de diciembre la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) efectuó el acto de apertura de propuestas de la tercera licitación de la Ronda Uno. En esta licitación se agruparon las áreas en 25 contratos, precalificaron 36 empresas y se integraron 16 consorcios.
Se licitaron campos maduros terrestres con el modelo de Contrato de Licencia. Estas áreas se agruparon en tres regiones: Campos Burgos, Campos Sur y Campos Norte. La primera región, como su nombre lo indica, pertenece a la provincia petrolera Burgos y está ubicada en los Estados de Nuevo León y Tamaulipas; los Campos Sur están situados en la provincia petrolera sureste y se localizan en los Estados de Veracruz, Tabasco y Chiapas; los Campos Norte son de la provincia petrolera Tampico Misantla, en los Estados de Veracruz y Tamaulipas.
En cuanto a su origen, de las 36 empresas licitantes individuales, 23 son mexicanas, una México-estadounidense, una México-venezolana, dos canadienses y dos estadounidenses. También participaron empresas de Australia, Egipto, Panamá, Francia, Colombia y España. Se adjudicaron los 25 contratos disponibles.
Al tratarse de campos maduros, participaron empresas medianas y no las grandes corporaciones internacionales cuyo interés y ventajas comparativas están en los grandes proyectos como los de aguas profundas.
Desde la perspectiva de las autoridades, la tercera licitación de la Ronda Uno fue un éxito completo. Esto se dio a pesar de que el precio internacional del petróleo, incluido desde luego la mezcla mexicana, continúa bajando y muchos especialistas estiman que no se va a recuperar en uno o quizá más años. Esto se debe, entre otros factores, a la sobreoferta de crudo, así como el regreso de Irán a los mercados internacionales, en un contexto de fuerte desaceleración de la economía china, la recesión en Japón y las dificultades de Estados Unidos y la Eurozona de recuperar con claridad el crecimiento económico. Esto es, hay una desaceleración de la economía global.
Asimismo, varios observadores señalan que el éxito de esta licitación es muy llamativo, ya que las empresas ganadoras ofrecieron regalías muy elevadas para el Estado. De cualquier forma, es importante dimensionar que cuando los campos petroleros licitados se encuentren en plena producción contribuirán con alrededor de 77 mil barriles de petróleo diarios. Esto es, aún estamos muy lejos de la meta de recuperar la producción de más de 3 millones de barriles diarios. Es también importante observar que al tratarse de campos terrestres, va a ser muy importante la labor de mediación para evitar posibles conflictos con las poblaciones de las zonas donde se ubican los campos de hidrocarburos.
Después del éxito de este proceso, la CNH anunció la convocatoria para la cuarta licitación de la Ronda Uno, relativa a aguas profundas y ultra profundas, en la que se espera un enorme potencial de reservas de petróleo ligero y en la que probablemente participen las grandes empresas internacionales del sector. En esta nueva fase se licitarán diez bloques en aguas profundas del Golfo de México. Se utilizará también el esquema de Contratos de Licencia. Los bloques están ubicados frente a las costas de Tamaulipas, Veracruz y Tabasco. Algunos de ellos tienen tirantes de agua superiores a mil quinientos metros de profundidad y cuatro de ellos llegan a 3 mil metros de profundidad. Los operadores deberán acreditar un capital contable de 2 mil millones de dólares o activos totales por 10 mil millones de dólares. Las empresas no operadoras deberán tener un capital de 250 millones de dólares. Se esperan inversiones por 44 mil millones de dólares. Los recursos prospectivos superan los 2 mil 907 millones de barriles de petróleo crudo equivalente. Los resultados de esta convocatoria se conocerán en el tercer trimestre de 2016.
Por último, quiero hacer referencia a que este proceso de licitaciones se da también en el contexto de la aprobación de compromisos globales en materia ambiental como resultados de la COP 21. Esto es, México debe armonizar la necesidad de optimizar el aprovechamiento de sus recursos naturales, en beneficio de su población, con sus compromisos de descarbonizar su economía para contribuir a limitar y aún reducir el calentamiento global por la emisión de gases de efecto invernadero.
