Mucho se ha hablado en el pasado reciente sobre un mal humor nacional. Este ha dominado mucho del ánimo discursivo público el cual hace un llamado a mirar más allá de las personas en el ejercicio público y ver hacia delante a favor del país.
La construcción de la narrativa gubernamental basada en la aprobación de las reformas estructurales ofrece la base para cambiar este mal humor nacional. Sin embargo, lo que debe permear en la autoridad es que las reformas sin una implementación transparente y democrática no logrará los resultados esperados.
En los últimos doce años se han presentado dos agendas digitales nacionales, de estas ya nadie se acuerda, su contexto no dejo de reflejar una visión de corto alcance para llevar las tecnologías de la información y las telecomunicaciones al mayor número de mexicanos posible. Una de las razones de fondo es que se requería contener a América Móvil como el principal factor de inhibición de la competencia, ya que este armado de abogados y no de tecnólogos, combatió todo esfuerzo regulador por parte de la extinta COFETEL.
La Reforma en Telecomunicaciones contiene un elemento central, que es el acotamiento de América Móvil al 50% de participación de mercado medido de diversas formas. Este acotamiento debe darse en dos frentes, el primero a partir de reducir su capacidad de competir deslealmente con diversas practicas a través (precios, técnicos, acceso a la red, etc.), el segundo debe darse por el crecimiento de los competidores en un contexto de expansión del mercado que idealmente este impulsado por mejores ofertas a los consumidores.
El IFETEL no debe perder de vista que su trabajo regulador en armonía con la Reforma de Telecomunicaciones debe buscar contener a América Móvil al 50% de participación que va en línea con la motivación que dio pie a la necesidad de reformar el sector de las telecomunicaciones.
El mal humor nacional solo puede ser abatido con un discurso exitoso y de firmeza a favor de la exitosa implementación de las reformas estructurales. El mal humor cibernético seguirá en las redes sociales y en los participantes del mercado de telecomunicaciones a menos que se logre efectivamente avanzar en contener a América Móvil en los mercados de redes fijas y redes móviles para que el Internet se convierta en una plataforma de innovación en donde más elementos de nuestra economía se sirvan exitosamente de ella.
La SCT y el IFETEL van en contra reloj para dar buenas cuentas en lo que resta de esta administración para demostrar a propios y extraños que entendieron con claridad el mandato del estado mexicano: más cobertura, más inversión y más competencia.
