Necesitamos un mejor México

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La consolidación del Estado moderno en el siglo XVIII nos llevó a dar por sentados valores y principios que constituyen a éste; algunos de ellos como la división de poderes, el principio de legalidad, la democracia o los derechos humanos; todos forzosamente dados en Constituciones escritas con la finalidad de darles mayor seguridad.

El símbolo del Estado moderno se ha convertido en un dogma que evidentemente no permite cuestionamientos acerca de la realización de sus fines, los cuales, en términos generales, tienen que ver con la paz social y el interés general.

Para lograr ambos es necesario garantizar mínimos en cuanto al desarrollo de la población en temas como la salud, la educación, la economía y, desde luego, la seguridad tanto de su integridad física como de sus bienes.

Estos cuatro rubros suelen presentarse lo suficientemente adecuados con relación a las necesidades de una sociedad subdesarrollada como la nuestra. Para reforzar la concepción de un país democrático, es necesario creer que dichos mínimos son reales. Dicha creencia se basa en una efectiva estrategia de comunicación, la cual es dirigida a la población a través de diversos medios masivos. Lo característico de las sociedades en vías de desarrollo es que el nivel educativo es limitado y cuestionable, además de que muchas de las veces un gran sector de la población se muestra totalmente desinteresada de los temas políticos y sociales y más preocupada por otros de irrelevante importancia.

Cada uno de los cuatro rubros mencionados tienen una vital importancia; en cuanto a los tres primeros se ha mantenido la creencia que son efectivos para la población, inclusive se dice, que son de calidad. Sin embargo, respecto del rubro de seguridad, los últimos 20 años se ha visto cuestionado en cuanto a la falta de capacidad por parte del Estado para garantizarlo. Se ha llegado al grado de decir que México es en realidad un Estado fallido aún y con todos los aparentes esfuerzos que realizan las instituciones de seguridad pública en los tres niveles de gobierno, así como los que verdaderamente realizan las de seguridad nacional.

Para garantizar verdaderamente estos cuatro temas prioritarios es fundamental cambiar el modelo económico que actualmente nos rige. México necesita uno en el que la distribución de la riqueza sea más equitativa y en el que el imperio de la ley, a través de sus instituciones y autoridades, prevalezca en cualquier circunstancia. Desde luego, es urgente generar conciencia en la ciudadanía, la cual sólo se logrará a través de una adecuada educación, en la que los valores morales, ciudadanos y nacionales vuelvan a estar en el centro de importancia. Es necesario un Estado en el que la transparencia, la rendición de cuentas y la participación ciudadana sean una realidad y no sólo una aspiración.

Con todo lo que acontece en nuestro país, es urgente un debate nacional en el que el tema sea, una vez más, la reforma del Estado. Para ello es indispensable una convocatoria incluyente en la que especialistas, la academia y la ciudadanía estén presentes. No podemos seguir en las condiciones en las que estamos; es obligación de todos, pero muy particularmente de la clase política.

De manera urgente necesitamos un mejor México.

@marcialmanuel3  

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