Temas de moda con impacto económico

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Justo en la época de campaña electoral, hace 6 años, surgió un movimiento llamado #YoSoy132. No tengo la menor duda de que el escenario político mexicano actual, tanto a nivel nacional como internacional, ubica perfectamente mote o estandarte de lucha del #YoSoy132. Es decir, identifica al movimiento estudiantil que surgió con la idea y necesidad de la democratización de los medios de comunicación, para evitar la manipulación mediática que los ha caracterizado en su actuar en los últimos años.

Toda historia tiene un inicio, y ésta surgió de la visita del aquel entonces candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Peña Nieto (EPN), a la Universidad Iberoamericana (IBERO), durante dicho acto, varios estudiantes le recriminaron el exceso, en el uso, de la fuerza pública en el caso de San Salvador Atenco. Los gritos y las mantas aludían a ese hecho con un “Atenco no se olvida” combinado con un “Fuera Peña Nieto”.

Inmediatamente los medios de comunicación difundieron y asociaron esas protestas con porros, acarreados; en pocas palabras, que eran todo, menos estudiantes de esa universidad.

Acto seguido, 131 estudiantes realizan un video en donde se presentan con credencial en mano y reconocen que participaron en dicha protesta. Para desmentir la versión de que eran porros o acarreados. Como repudio a la manipulación de la información, deciden protestar en las oficinas de una de las televisoras, y es el acto de adhesión a esta protesta; es por este afán de apoyarlos que surge el mote de #YoSoy132. Es decir, que esos 131 estudiantes no estaban o no estarían solos de ahí en adelante.

En el #YoSoy132 confluyó la sociedad civil, y principalmente los estudiantes de todas las universidades del país, ya sea particulares o públicas, se organizan y toman decisiones a través de asambleas, una de las características más importantes es que se reivindican y actúan de forma pacífica. Las redes sociales fueron su único medio de comunicación, por el cual convocaron a marchas, conciertos, actos culturales, entre otras muchas actividades, con la característica de construir una idea diferente en cuanto al manejo de la información.

ibero 2012

El logotipo #YoSoy132 en la calle reivindicaba la juventud, la lucha, o esa combinación exacta entre estos dos ingredientes. Tuvieron una gran aprobación social, principalmente, en los centros urbanos. Sin embargo, una de las luchas que perdieron fue contra la mediatización y comercialización de su movimiento.

La comercialización está en marcha y se refleja en las siete solicitudes de marca que existen, hasta ahora, por dicho mote. Mismas que abarcan desde prendas de vestir, publicidad, artículos de imprenta, restaurantes, bebidas alcohólicas que incluyen y no a la cerveza; es decir, está en marcha todo un proceso de comercialización.

De ser autorizadas dichas marcas, en un futuro no muy lejano, la gente se quedará de ver para comer en el restaurant YoSoy132, propiedad de Rafael Michel Zarate; usarán ropa YoSoy132 de “venta exclusiva” en las tiendas de Sergio Fernando Ortiz Toriello. Podrán tomar la cerveza o refresco YoSoy132 con sabor a “revolución” o “primavera mexicana”, propiedad de Fernando Olmos Torres; hacer uso de los servicios de publicidad e impresión marca YoSoy132 de Samuel Castelán Vega, y en todo caso, ir a la competencia, en cuanto a publicidad, con Saúl Alvidrez Ruiz.

Aun y sea el caso, cabe la posibilidad de que fuese una estrategia del movimiento para diversificar, posicionar y garantizar su financiamiento, aunque no lo creo.

Con todo lo anterior, quedó de lado el escenario político y dio paso al comercial con las distintas marcas y productos YoSoy132. Estamos ante un fenómeno o proceso, que ya inició, de comercialización. Me viene a la mente la campaña publicitaria de Furor con su línea de ropa sobre la revolución cubana, como ejemplo de comercialización de estandartes de lucha social. Lectura obligada para entender este proceso es el libro Rebelarse vende. El negocio de la contracultura de Joseph Heath y Andrew Potter.

La comercialización y mercantilización de las relaciones sociales y/o el producto de éstas no tiene límite, y estamos ante un claro ejemplo de este actuar. La mercantilización es un proceso inherente de la actividad económica actual. Dicha afirmación no quiere decir que sea bueno o malo, sino todo lo contrario; es decir, tan distinto como verlo desde otro punto de vista, y con la aplicación cabal y peculiar de un buen viceversa.

En la página de internet http://marcanet.impi.gob.mx se pueden confirmar dichas solicitudes, mismas que tienen las siguientes características:

El alcance económico de cada una de estas solicitudes, las que lleguen a ser autorizadas, dependerá de la campaña de comercialización a la que se someta cada una de ellas. Que no nos sea extraño ver en unos meses comerciales, anuncios que nos evoquen un recuerdo de este movimiento, ojo, esta vez será con tintes comerciales. Los procesos políticos, sociales, culturales nunca dejan de ser económicos.

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