Aumentan las tomas clandestinas de hucachicoleros en el centro del país y la denominada “ordeña” de combustibles es uno de los negocios ilegales que más ha crecido en los últimos años, esto ha ocasionado pérdidas económicas millonarias, el aumento de grupos criminales en estas actividades y graves problemas de inseguridad para la sociedad.
Ciudad de México.- Si bien el estado de Puebla tomó mucho notoriedad el año pasado por los conflictos y enfrentamientos entre autoridades y bandas locales dedicadas al robo de combustibles, sobre todo en los municipios de Tepeaca, Palmar de Bravo, Acajete, Quecholac y Acatzingo, región que conocida como el “triángulo rojo del huachicol”, en realidad esta actividad ilegal se ha expandido por todo el centro del país.
De acuerdo a información publicada por El Economista, en 2017 Guanajuato fue el estado en donde mayor número de tomas clandestinas se registraron con mil 852 y esto debido en parte a que por este territorio cruzan tres ductos de Pemex.
“Por Guanajuato pasan tres de los poliductos más importantes de Pemex: Salamanca-León, el Salamanca-Aguascalientes-Zacatecas, y el Tula-Salamanca y que juntos conforman una red de 5,600 kilómetros de tubería para el traslado de combustible por el centro del país”, dice el diario.
Después se ubicó Puebla con mil 443 tomas clandestinas; Tamaulipas con mil 100; Hidalgo con mil 64; Veracruz con mil 12 tomas y el Estado de México con 976.
Pero además están “Jalisco con 530; Sinaloa con 384; Morelos con 378; Querétaro con 304; Nuevo León con 236 y Michoacán con 232 tomas clandestinas reportadas en todo el 2017”, dice la publicación.
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Pérdidas millonarias por el robo de combustible
Este problema se ha convertido en una alerta de seguridad nacional, ya que los grupos criminales han tomado protagonismo con el aumento de la violencia en la zona donde operan, además de causar pérdidas millonarias por el robo de combustible y por los daños ocasionados a la infraestructura de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Así, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) señaló con respecto a este tema que las pérdidas económicas llegan hasta los 54 millones de pesos diarios, más los costos de reparaciones que gasta Pemex para restablecer los daños ocasionados a sus ductos, estas cifra puede llegar hasta los 2 mil 809 millones de pesos y sumado todos estos aspectos, “la pérdida anual es de 22 mil 449 millones”, según cifras de El Economista.
Pero la gravedad del asunto también se puede evidenciar con el hecho de que cada día se perforan en promedio 28 tomas clandestinas en diversas regiones del país, algo que las autoridades se esfuerzan por controlar pero que al menos el año pasado, no tuvieron mucho éxito en la reducción de estos casos, ya que se ubicaron 10 mil 363 sitios donde los huachicoleros siguieron robando combustible de manera escalonada.
