El sube y baja del precio de las gasolinas, todo es cuestión de percepción

A partir de 2017, el costo de los combustibles ha sido un dolor de cabeza y todo se ha vuelto cuesta arriba para los ciudadanos, ya que lo cierto es que el precio de las gasolinas afecta de manera directa los bolsillos de las familias.

Ciudad de México.- Y la esperanza es que en 2019 las cosas cambien un poco y que no haya esos aumentos tan abruptos como se vivieron en algunos momentos de este año, pero más allá de las condiciones del mercado y los indicadores internacionales, hay que recordar que esto fue una promesa de campaña del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Y si bien en México estos compromisos muy pocas veces se cumplen, el secretario de Hacienda y Crédito Público, Carlos Urzúa, mantiene la palabra de que en tres años es posible una reducción real de los costos las gasolinas.

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Subsidios contra la inflación

Sin embargo, para el próximo año ya han anunciado una nueva aplicación de los mecanismos de contención de los precios de estos combustibles y el gobierno federal eliminará los subsidios, algo que muchos han interpretado como una mala señal y que esto significa que en algún momento serán significativamente más caros.

Pero Cajeme Villarreal, titular de la Unidad de Política de Ingresos No Tributarios de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), “el estímulo al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) y las actualizaciones semanales servirán de tal manera que ya no haya aumentos en términos reales en los precios, eso es lo que busca la nueva política y es lo que estamos haciendo”, apuntó.

Es decir, solo aplicarán estos estímulos fiscales en caso de que los precios de las gasolinas rebasen el nivel inflacionario y con esto se “amortigua el impacto que pudieran tener los combustibles en el país, si las referencias internacionales subieran o el tipo de cambio aumentara y eso presionara al alza los precios”, explicó el funcionario.

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Una cuestión de percepción

Esto es complicado de entender y a pesar de que no existan aumentos reales, el hecho de que las personas tengan que pagar más en los meses próximos por un litro de gasolina, aunque sea solo un 3 o 4 por ciento que es la cifra estimada en que se moverá la inflación, esto significa un mayor desembolso para los bolsillos de los ciudadanos.

Pero no lo ve así el gobierno federal, ya que Carlos Urzúa asegura que esto no es un aumento de los precios y mucho menos un gasolinazo, sino solo un ajuste inflacionario.

Es decir, “si alguien paga 20 pesos” por un producto o servicio y un “año después paga por el mismo bien 20.64 pesos, que es un 3.4 por ciento más; es lo mismo en términos reales porque hubo una inflación de ese porcentaje en ese año”, explicó el secretario de Hacienda.

Entonces la percepción de la realidad se divide, ya que aunque solo sean 64 centavos por cada litro, un tanque lleno será más caro de lo que cuesta ahora, esto sin que haya un aumento real en los precios, tal como lo afirma Urzúa.

Y esto no necesariamente significa que AMLO incumpla con su promesa de reducir los precios de las gasolinas, al menos hasta el momento, pero habrá que esperar entonces tres años para que la percepción de la realidad de las autoridades sea la misma de la sociedad, en la cual se pague menos por cada litro aun sumándole la inflación.