La guerra mediática y el incendio avivado por WSJ

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En una situación de emergencia, es fácil que prolifere información falsa o una interpretación errónea de lo que algunos medios publican y en este caso, el desabasto de gasolina ha ocasionado una guerra mediática poco productiva.

 

Ciudad de México.- Todo a partir de un artículo publicado por el The Wall Street Journal (WSJ) titulado: “México reduce las importaciones de gasolina de los Estados Unidos” (Mexico Reduces U.S. Gasoline Imports), en donde plantea un panorama general que tiene el país en materia de combustibles.

Esta publicación sirvió como la justificación para que muchos líderes de opinión, periodistas y usuarios de las redes sociales, culparan al presidente Andrés Manuel López Obrador de ser el causante del desabasto de gasolina, debido a que según el WSJ, se ha reducido las importaciones en enero de este año.

Pero este medio estadounidense basa esta afirmación en cifras de la firma de investigación ClipperDatta, la cual asegura que “en los primeros 10 días de enero, México importó en promedio 254.000 barriles al día” de gasolina desde la costa del Golfo de Estados Unidos, lo que significa “un decremento del 33 por ciento comparado con el mes previo y del 45 por ciento comparado con el promedio diario durante enero de 2018”.

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La guerra mediática en redes sociales

Por una mala lectura o con intenciones precisas de golpear al presidente, muchos confundieron esta situación con el hecho de que AMLO ha sido el culpable de que no haya gasolina para la venta al público, sobre todo en el centro del país.

Esto encendió las redes sociales, en donde incluso medios mexicanos retomaron esta interpretación dando por hecho que en realidad, la lucha contra el robo de combustible y el huachicoleo es “solo una cortina de humo” propicia para cubrir la reducción en las importaciones de gasolinas, algo que se lo achacaron directamente al presidente.

Sin embargo, fue uno de los autores de este artículo, Robbie Whelan, quien salió a desmentir estas afirmaciones y a tratar de reorientar las críticas que equivocaban el enfoque.

“Muchos mexicanos en Twitter están retuiteando esta nota como prueba de que AMLO causó la crisis de gasolina a propósito al cortar importaciones de gasolina y crudo ligero de Estados Unidos, y que está usando el plan antiguachicol como un pretexto”, dijo el periodista.

Y agregó: “Les recomiendo que se suscriban al WSJ porque eso NO ES lo que dice”.

Sin embargo, la artillería de ambos bandos ya había comenzado a disparar, unos en contra de AMLO y otros para defenderlo, mientras los más cautos y que hicieron una lectura racional de la nota, la ponían en su justa dimensión.

Al respecto, el propio López Obrador salió al paso para afirmar que las importaciones de gasolina no se han reducido como afirma el WSJ y que la compra continúa de manera estable, a pesar de que en estos momentos hay poco espacio de almacenamiento y al menos 15 buques cisterna esperaban para descargar millones de barriles de gasolinas.

“No, desgraciadamente estamos comprando más. Puedo probar con datos que estamos comprando más gasolina en Estados Unidos para que no falte el abasto”, dijo el mandatario y agregó que “el desabasto es por el combate al huachicol”.

Pero Whelam planteó un escenario más complicado. “El suministro de gasolina de México se encuentra paralizado por ductos de gasolina que han sido cerrados, pero hay otros factores: la refinación de Pemex y su infraestructura son un desastre, AMLO ha dejado de importar crudo ligero estadounidense y las importaciones diarias de crudo en enero han bajado un 45% respecto 2018”, señaló el periodista.

¿Cuál es la realidad en torno a la gasolina?

Como bien los señaló Robbie Whelan, el problema del desabasto de la gasolina no se debe a la reducción de las importaciones, sino a todo una serie de factores que se han combinado de manera peligrosa y que han ocasionado una insuficiente cadena de distribución capaz de satisfacer todas las necesidades del mercado.

Por un lado, “la mayor y quizá única causa del desabasto a grandes rasgos es el cierre del ducto”, ya que “mueven muchísimo más producto que las pipas”, explica Adrian Calcaneo, consultor especialista en temas de hidrocarburos, por lo que “es difícil sin un plan detallado de previsión que si se cierra el ducto, no haya desabasto sobre todo en un país ya que la falta de almacenamiento te da solo un par de días de colchón”.

Pero el experto apunta a un tema más importante que solo a la importación de gasolinas y se refiere a la compra de petróleo ligero para la refinación, algo que de fondo ha limitado la producción de Pemex.

“Es falso que México haya dejado de importar gasolina y que los contratos se hayan cancelado. Hay que leer el artículo completo del Wall Street Journal. No se vayan por el título” dice Calcaneo y asegura que “lo que sí ha bajado es la importación de crudo ligero”.

Esto tiene un impacto mayor en el escenario de los combustibles en el país, ya que “al dejar de importar crudo, el país pierde la capacidad de aumentar la utilización de las refinerías para producir más gasolina cuando se necesite como es el caso ahora”, asegura el experto

Y agrega: “Es un error garrafal hacer esto al mismo tiempo que cerrar los ductos ya que le quita capacidad de reacción al gobierno/Pemex”.

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Una decisión correcta pero mal aplicada

Finalmente, para Adrian Calcaneo la decisión de combatir el robo de combustible con el cierre de ductos y otras investigaciones de orden judicial y financiero, ha provocado algunos efectos que son complicados de evaluar, pero que de manera inmediata ponen en tela de juicio la logística implementada por el gobierno federal.

“A pesar de que la intención es justificable y necesaria, la falta de previsión del gobierno en su estrategia actual habla de ineptitud y poco entendimiento de la industria y el problema”, dice el especialista y agrega que “en la política pública, los resultados son lo que importa y aquí hasta el momento no se ve nada positivo” pero “habrá que esperar…”

Así, el desabasto de la gasolina, el cierre de los ductos, las cifras polémicas de las importaciones y la falta de infraestructura para agilizar la distribución, han provocado que la guerra mediática se intensifique y se genere un ambiente peligroso que puede llevar a la confusión y al caos.

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