Aberración total: decreciente valor agregado y riqueza en México

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Ellos se ríen de mí porque soy diferente

y yo me río de ellos porque todos son igualitos.

 

Lo que han hecho con la política y estrategia de comercio exterior en los 25 años más recientes es un verdadero crimen, basado en dogmas y en un esquema de simulación e improvisación que sólo ha generado decreciente valor agregado en la exportación mexicana que, se supone, es la base y palanca del desarrollo de México; consecuentemente, nuestra participación en la generación de riqueza mundial ha sido decreciente como también lo ha sido el bienestar de la mayor parte de los mexicanos a los que han convertido en pobres.

Increíble es que en el sector automotriz, que se supone es el más fuerte de nuestra exportación, el valor agregado mexicano haya descendido de 35% en el año 1993 a sólo 26% en 2018 a pesar de que el mismo TLCAN preveía que en el periodo de desgravación, el valor de contenido regional debería de incrementarse de 50% a 62.5%, lo que desgraciadamente no fue aprovechado por México pues no diseñaron una estrategia específica que nos permitiera incrementar el valor de contenido nacional teniendo en cuenta a esta provisión, como tampoco se hizo en el resto de los sectores.

Tanto presumir de ser importante exportador, lo que nos ha situado en el 12º lugar mundial en materia de exportación, sin embargo, al igual que en el sector automotriz, nuestro valor agregado en prácticamente todos los sectores ha sido decreciente pues en el año 1993, el porcentaje era de 59%, en tanto que para el 2017 se situó en una media del 38% y, sin incluir al petróleo, en 26%.

Exportaciones.
Fotografía: elviejotopo.com.

Con esta desagregación de los valores, nuestra posición descendió al 30º lugar como país exportador, superado por un país que al igual que México trabaja sobre la base de “un proceso de producción compartida y cadenas mundiales de valor”, pero que con sólo 5.8 millones de habitantes nos supera en competitividad, en valor agregado, en generación de riqueza per cápita, vamos en todo, hasta en combate a la terrible corrupción que nos ha asolado durante más de 90 años: Singapur.

Como ejemplo mucho más aberrante tenemos el caso de los productos electrónicos –sector a través del cual se inició nuestro proceso de industrialización a principios de la década de los 60–, en donde nuestro valor agregado en la exportación de equipos de audio, video y comunicación en 2018 fue de sólo 0.7%; por lo que, de un total de 20,644 millones US de importación, el valor agregado nacional en la reexportación fue de sólo 1,445 millones US –prácticamente nada. Aunque los cacareos hayan sido enormes por parte de esos teóricos del comercio exterior que manejaron la política y estrategia del sector, y que hicieron creer al pueblo mexicano que ya “la habían hecho” importando crecientemente para poder reexportar con reducido y decreciente valor agregado.

Sorprendente es que, en los tres años más recientes, la importación de insumos para la industria electrónica, a fin de ensamblar en nuestro territorio, muestra una tendencia creciente procedente de Namibia de tal manera que en el periodo 2015/2018, nuestro déficit con ese país se incrementó de -2 a -907 millones US, acumulando un déficit total de -1,020 millones en los últimos cuatro años. Los cinco principales productos que importamos de Namibia son: circuitos integrados híbridos, procesadores y controladores, unidades de memoria, circuitos modulares y dispositivos de almacenamiento no volátil, es decir, productos de alta tecnología procedentes de un país que se supone tiene un grado de desarrollo relativo inferior al nuestro.

Balanza Comercial México – Namibia

Como consecuencia, nuestro reducido déficit con África pasó de -116 a -1,599 millones US en el periodo 1993/2017, mismo en que acumuló un total de -13,371 millones US, con el agravante de que tradicionalmente sólo importábamos de África materias primas y ahora ya empezamos a importar bienes con alto valor agregado.

Balanza Comercial México – África.

 

Una aberración total que ha puesto al comercio exterior de México en una situación endeble y preocupante que sólo podrá ser redimida diseñando una política comercial inteligente, integral y realista, basada en una estrategia que deje a un lado las teorías exóticas, la firma compulsiva de TLC’s, la desgravación unilateral totalmente ilógica así como la simulación y la improvisación que han impuesto los teóricos y funcionarios mexicanos en los 25 años más recientes, pero especialmente a partir del año 2001 en que todas las variables económicas presentan enormes retrocesos, según se puede ver en el cuadro comparativo que se presenta a continuación y en el cual dichos retrocesos se han marcado con amarillo.

México: Evolución de las Variables Económicas.

Sin duda, la 4ª transformación es una oportunidad de oro para establecer una diferencia enorme con ese esquema de simulación.

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